Una guerra indefinida significa el sufrimiento sin fin de los afganis
Jay Becker | 16 de octubre 2015
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 13 de noviembre de 2015
Esta guerra y
ocupación nunca han sido para "proteger al pueblo estadounidense" o
"liberar a Afganistán" de los talibanes feudales.
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El anuncio del presidente Obama de que va a parar la retirada de tropas estadounidenses de Afganistán saca a la luz la inutilidad
absoluta de imponer la "democracia" estilo americano en poblaciones que
no la aceptan. Se mantendrán casi 10.000 tropas en Afganistán durante lo que
resta del mandato de Obama, supuestamente para entrenar a las fuerzas locales que
reemplazarán a las fuerzas imperiales de ocupación.
Ya hemos visto este escenario; un ejemplo notorio es la política de "vietnamización" de Richard Nixon.
Se suponía que las tropas de Vietnam del Sur iban a reemplazar a las fuerzas de tierra estadounidenses, pero sus filas se
derrumbaron en poco tiempo cuando las tropas estadounidenses tuvieron que retirarse
ante el avance de las fuerzas de liberación vietnamitas. Las tropas títeres son tropas títeres, y
nunca ganan el apoyo de la población.
Han trascurrido 14 años desde que EE.UU. atacó e invadió Afganistán, uno de los países más pobres del mundo.
Incluso los cálculos oficiales de Estados Unidos dicen que unos 30.000 civiles afganis han muerto.
Los bombardeos, los ataques con aviones no tripulados (drones), las redadas nocturnas y las operaciones de fuerzas
especiales han llevado a la expulsión de cientos de miles de personas de sus
hogares, y la poca infraestructura que existía ha quedado devastada en una
región tras otra, lo que ha resultado en la proliferación de desnutrición
infantil y una de las tasas de mortalidad en el parto más altas del mundo. Esta es la guerra que el candidato Obama
llamó "la guerra buena" cuando se postuló para la presidencia en 2008.
Informes de atrocidades talibanes contra las mujeres salen
con regularidad en las noticias estadounidenses, pues a fondo los talibanes son
fuerzas feudales reaccionarias que solo traen más miseria a las masas, en particular
a las mujeres y los niños. Hace poco unos soldados estadounidenses denunciaron la práctica de los
oficiales del ejército afgani, aliado con Estados Unidos, de mantener a
chicos jóvenes como esclavos sexuales, incluso dentro de las bases militares compartidas por afganos y
estadounidenses.Cuando los soldados estadounidenses informaron a sus superiores sobre el asunto, se les ordenó
hacerse la vista gorda. La población afgani se enfrenta a un "régimen impuesto por
Estados Unidos de caudillos islámicos fundamentalistas del tipo Edad de
Tinieblas que se han alineado con los EE.UU., y por el otro lado, el opresivo Talibán
también de la Edad de Tinieblas – los dos lados ofreciendo nada más que
explotación y opresión." ("Estados
Unidos envía un mensaje sangriento al mundo", periódico Revolución, 07 de octubre 2015)
Las fuerzas estadounidenses cometieron un nuevo crimen de guerra el 3 de octubre de este año cuando el poderío aéreo
de Estados Unidos destruyó la única clínica en Kunduz, dirigida por Médicos sin Fronteras, que trataba a todo el
que necesitara atención médica. Estados Unidos estaba muy enterado de las coordenadas GPS de la clínica, y el personal
de la clínica llamaba desesperadamente a Kabul y a Washington DC cuando el
bombardeo comenzó, pero los ataques continuaron durante al menos una hora. Inicialmente EE.UU. restó importancia a la
masacre, diciendo que se trataban de "daños colaterales", pero las
protestas en todo el mundo obligaron a Obama a pedir disculpas personalmente. Hasta la fecha, EE.UU. todavía se niega a apoyar
una investigación verdaderamente independiente e insiste en que puede
investigarse a sí mismo.
Ayer, el 15 de octubre, se informó de otra campaña horrible librada por el gobierno de Obama en Afganistán: "Haymarket",
según denuncia Ryan Devereux
en The Intercept. Se trata una pesadilla de alta tecnología que duró más de dos años, en que se
realizaron ataques con drones guiados por inteligencia sobre el
terreno, con la participación de fuerzas militares estadounidenses de elite y el
espionaje electrónico más de punta. Aunque el programa todavía es clasificada, un
análisis recién filtrado del ejército estadounidenses indica que la mayoría de
los muertos no eran miembros de Al Qaeda o los talibanes, sino más bien eran "blancos
no directos," es decir, personas civiles y fuerzas locales que intentaban
luchar contra ambos EE.UU. y los talibanes. Ese es el rostro de la estrategia
de "guerra sucia" de Obama y, sea en la forma de
"Haymarket" u otro sistema de entrega de muerte y destrucción masiva,
más tropas en Afganistán sólo pueden significar más muerte y sufrimiento para
el pueblo de Afganistán.
Esta guerra y ocupación nunca han sido para "proteger al pueblo
estadounidense" o "liberar a Afganistán" de los talibanes
feudales. Desde un principio su propósito ha sido proteger y expandir el imperio de Estados
Unidos, y no terminará hasta que se movilice una resistencia política masiva y determinada
en Estados Unidos que se enfrenta a la realidad de esta empresa mortal y
rechaza la presunción de que la vida de los estadounidenses importan más que la
de otros.
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