Consejos de mi abuela para el 2010
Llegó el 2010 y para que seamos mejores personas, comparto con ustedes
algunos de los sabios consejos de esa gran filósofa de la calle, mi abuela
materna, doña Bárbara.
Ella solía sentarme a su lado -yo sedentario en la escalera de la casa-
mientras lavaba ropa a mano, cantaba, se reía, fumaba su tabaco y me decía una
serie de cosas que memoricé —aunque sinceramente en la mayoría de los casos no
tenía idea de lo que me estaba diciendo— y más adelante en vida pude valorizar y
hacer sentido. Ella tenía una respuesta para todo, y aunque partió físicamente
de esta vida hace muchos años, siguen teniendo vigencia sus consejeros. ¿Quiere
tantear?
Para quienes en el nuevo año se preguntan si vale la pena luchar o es hora de
tomar unas merecidas vacaciones y darle paso a una nueva generación, ella nos
diría: nieto, lo importante no es llegar, sino quedarse. Esto porque hay
personas que empiezan y no quieren terminar o quienes llegan a obtener algo y
ahora no quieren luchar por preservarlo. La perseverancia es un don
revolucionario que debemos rescatar, alimentar y fomentar.
Para quienes pusieron toda esperanza en el supuesto presidente de la
esperanza, Barack Obama, ella diría: nieto, no todo lo prieto es morcilla. No
por el bello color de piel que él y yo compartimos, sino porque es necesario
levantar una voz de alerta para que no nos engañen con las apariencias. Este
camaleón engañó a muchos/as. La hermenéutica de la sospecha hay que ejercitarla
diariamente en nuestras luchas.
Concerniente a toda la desinformación que nos llega sobre la criminalización
de la revolución en Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y otros
lugares, doña Bárbara tendría una manera muy jovial de recordarnos que la clase
dominante, en su agenda de explotación y exclusión, siempre tiene una manera
ilegítima de convertir a la verdad en la primera víctima. De aquí el que nos
diga: nieto, no hay que ser caballo para saber de carreras. O sea, podemos
aprender de los procesos socio-histórico y políticos de los atropellos
realizados por el imperialismo estadounidense, su colonialismo y expansionismo
para descubrir su hipocresía cuando nos hablan de la defensa de derechos
humanos.
Para la gente hipócrita que tenemos en nuestros movimientos de luchas, esas
que se alegran de las desgracias de los demás, esas que viven del chisme y
maquinan la maldad para destruir desde adentro proyectos de liberación, esa que
se sienta en la hora de almuerzo a hablar necedades, ella diría: nieto, quien se
alegra del mal del vecino, el suyo le viene en camino. Son quienes escupen para
arriba, alimentan el odio y persiguen la venganza, sin comprender que un mal no
se corrige con otro, sino con el amor que restituye la justicia.
Para los que aún no saben cómo combatir los pecados capitales del
individualismo, egoísmo, protagonismo, dogmatismo o sectarismo, subordinando las
agendas colectivas a las individuales, ella diría: nieto, cuando la pobreza
entra por la puerta, el amor sale por la ventana. Esto para demostrar cómo es
posible que las crisis, problemas o necesidades que enfrentamos en el diario
vivir puedan llevarnos a traicionar a un proyecto de liberación.
Y por último, uno de los refranes de mi querida doña Bárbara, sobre todo
cuando me sentía desanimado —como tal vez se siente usted en este momento— sin
fuerza para luchar porque me parecía que los enemigos de la justicia eran muy
poderosos, ella solía decirme: nieto, no pierdas la fe, cada guaraguao tiene su
pitirre. O sea, valor y persistencia para enfrentar a cualquier situación
difícil, que aunque aparentemente parezca existir una desigualdad de poder,
siempre hay esperanza de triunfar con la paz con justicia. Felicidades y
bendiciones en el amor solidario.
Lbarrios@jjay.cuny.edu
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|