Atacada por ser latina
(Leonard Ortiz/The Register)
Maria Guadarrama de 45 años de edad fue agredida y apuñalada dentro de una
comunidad privada el 4 de julio. Las autoridades dicen que el crimen fue por
razones raciales. |
Salvador Hernández 2009-07-08 Reportero de Excélsior
Una mujer de 45 años de edad, que fue apuñalada y robada dentro de una
comunidad cerrada el 4 de julio, se cree que fue el blanco del ataque de dos
hombres debido a su origen étnico, dijeron las autoridades.
Los dos hombres apuñalaron a la mujer en su antebrazo, la detuvieron en
contra de su voluntad y le desgarraron su camisa mientras le gritaban
comentarios racistas, dijo la Policía. La mujer, una latina que trabaja como
conserje para la corporación de mantenimiento Ladera Ranch, estaba vaciando los
botes de basura de la comunidad, que se encuentra fuera del área de recreación
del complejo de casas, cuando fue atacada.
"Me estaban insultando", dijo María Guadarrama durante una entrevista que se
condujo por vía telefónica. "Me dijeron que no les caía bien y que tampoco les
caían bien los mexicanos".
El incidente, que ocurrió a eso de las 10:20 de la mañana en el número 1 de
la calle Covenant Hills Drive de ciudad de Ladera Ranch, rápidamente se tornó
violento, dijo ella. La mujer trató de ignorar a los hombres, pero luego la
acorralaron.
"Ella no habla inglés con fluidez, pero entendió lo que le estaban diciendo",
dijo Jim Amormino, portavoz del Departamento del Sheriff del Condado de
Orange.
Los hombres le dijeron que los mexicanos no tenían lugar en este país y que
ellos harían lo posible por sacarlos, todo esto mientras la empujaban y la
jalaban, dijo Guadarrama, quien dice ha trabajado como conserje con la
asociación desde hace un año.
Los dos hombres rodearon a Guadarrama, uno de ellos la tomó por detrás y le
sostuvo el cuello con el brazo, dijo Amormino.
Mientras el hombre la sostenía del cuello, se le restregó contra su cuerpo.
Guadarrama dice que fue entonces cuando lo golpeó con su codo, después estiró su
mano hacia atrás y rasguño al hombre en el cuello y el hombro.
"Traté de defenderme", dijo ella.
El hombre la soltó después de que lo rasguñara, pero una vez más logró
detenerla del cuello de la camisa, dijo Amormino. El hombre le desgarró la
camisa, exponiendo el sostén de la víctima.
"Este es un acto cobarde y despreciable", dijo Amormino.
Mientras que uno de los hombres la sujetaba de la camisa, el otro hombre
metió la mano al bolsillo del pantalón de Guadarrama y le sacó su billetera y su
teléfono celular, dijo Amormino.
Durante todo el rato que duró la agresión los hombres no pararon de gritar
insultos raciales, afirmó Amormino.
Los hombres arrojaron a Guadarrama al piso, donde se golpeó la cabeza contra
un carrito de golf que utiliza en su trabajo.
Uno de los hombres se montó encima de ella, con lo que parecía una navaja, e
intentó cortar su rostro, dijo Amormino. Guadarrama pudo bloquear la navaja con
su antebrazo, pero sufrió dos heridas en su brazo debido a esto.
"Puse mi brazo y no pudo alcanzar mi rostro, gracias a Dios", dijo ella.
"Él le dijo que no dijera nada", dijo Amormino. Los hombres se fueron a pie
hacia la calle Sienna Parkway. Su teléfono celular fue encontrado hecho pedazos
dentro de un macetero a poca distancia de donde ocurrió la agresión. Su
billetera, que llevaba 700 dólares dentro, aún no ha sido recuperada.
"Todo sucedió sin razón, sin causa alguna", dijo Guadarrama.
Cuando los dos hombres ya se habían ido, la mujer se lo contó a su
supervisor, quien lo notificó al Departamento del Sheriff. Guadarrama fue
atendida por los paramédicos en el lugar de los hechos.
Los investigadores creen que hay una posibilidad de que los sospechosos vivan
o que conozcan a alguien que viva dentro de la comunidad cerrada, que alberga
alrededor de 800 casas, dijo Amormino.
Uno de los hombres fue descrito como un hombre de raza blanca de entre 24 y
26 años de edad, de 5 pies y 9 pulgadas de alto y de 150 libras de peso. El
sospechoso tenía barba de candado negra, ojos azules y llevaba la cabeza rapada,
dijo Amormino. En el momento de la agresión el sospechoso portaba una camiseta
blanca y unos pantalones cortos color negro. Se dice que el sospechoso tenía un
tatuaje con una esvástica en el hombro izquierdo.
El otro hombre es descrito como un hombre de 19 a 20 años de edad, de 5 pies
y 5 pulgadas de alto y de unas 180 a 200 libras. El segundo sospechosos tenía
ojos verdes, pelo corto, sin vello facial y portaba una camisa amarilla y azul
con unos pantalones cortos color marrón.
"Es raro que algo así suceda en Ladera Ranch", dijo Amormino.
Guadarrama dijo que nunca le había pasado algo así y que nunca había
escuchado que a alguien le pasara algo similar en el área y que, hasta ahora, se
sentía completamente segura al trabajar en esa comunidad.
"Es un lugar seguro", dijo ella. "No es un lugar peligroso y la gente de
dinero vive ahí, así que uno no espera que algo así llegue a pasar".
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