Julian Assange, el Caso Rosenberg y la Ley de Espionaje de 1917
Robert Meeropol Rosenberg
Fund for Children 28 de diciembre de 2010
Traducido por Cubadebate
Los rumores que los Estados Unidos se está preparando para encausar
penalmente al líder de Wikileaks, Julián Assange, de conspirar para violar la
Ley de Espionaje de 1917 vuelan como torbellinos. La versión moderna de esa ley
establece muchas cosas, incluyendo que: cualquiera quien divulgue o publique
“información relacionada con la defensa nacional para, intencionalmente,de
causarle daño a los Estados Unidos” puede ser castigado severamente. También
establece que: “si dos o más personas conspiran para violar cualquiera de las
disposiciones anteriores… cada una de las partes de la conspiración estará
sujeta a la pena prevista para el delito que es el propósito de tal
conspiración.” (Título XVIII, del Código de los EEUU., Capítulo 37, Sección
793.)
La Ley de Espionaje de 1917 es a mi entender un enemigo permanente. Mis
padres fueron acusados, juzgados y ejecutados, después de haber sido acusados de
conspiración para cometer espionaje en violación a esa ley.
El Acta de 1917 tiene una historia notoria. Al principio sirvió para reprimir
la oposición a las armas durante la Primera Guerra Mundial. La Ley codificó como
delito la crítica a la guerra, y consecuentemente cientos de disidentes fueron
enviados a la cárcel, simplemente por expresar sus opiniones. La Ley transformó
la disidencia en traición a la patria.
Muchos de los críticos de esa ley señalaban que los autores de la
Constitución habían limitado específicamente lo que la ley llama
traición, al incluir una definición en el propio documento: “Traición contra
los Estados Unidos consiste en hacer guerra contra ellos o en apoyar a sus
enemigos y en darle ayuda y consuelo”. Los autores pensaban que esa estricta
definición era necesaria para evitar que alguna acción política utilizara el
concepto legal de la traición como un arma. Además, en sus debates durante la
Convención Constitucional acordaron que la oposición oral estaba protegida por
la Primera Enmienda y que no podría ser categorizada como traición.
Obviamente la Ley de Espionaje es inconstitucional, porque pretende hacer
exactamente lo que prohíbe la Constitución. En otras palabras, es un esfuerzo
para hacerle caso omiso a la Cláusula de Traición de la Constitución, que
protege la libre expresión de ideas. Sin embargo, como hemos visto en momentos
de estrés político, la Corte Suprema sostuvo su validez en una decisión de 5-4.
Aunque posteriores decisiones parecieran criticar y limitar su alcance, la ley
de Espionaje de 1917 nunca ha sido declarada inconstitucional. Hasta hoy en día,
con pocas excepciones notables que incluye el Caso Rosenberg, ha
sido una latente espada de Dámocles, esperando la correcta coyuntura política y
una Corte Suprema autoritaria para despertarse y atacar a la disidencia.
No es casualidad que Julian Assange pudiese enfrentar un cargo de
“conspiración”, igual que mis padres. Lo único que la fiscalía necesitaría para
probar una conspiración es presentar evidencia de que por lo menos dos personas
se pusieron de acuerdo e hicieron un acto para promover un plan ilegal. Pudiera
ser una llamada telefónica o una conversación.
En el caso de mis padres, la única evidencia que fue presentada contra mi
madre fue el testimonio de David y Ruth Greenglasses, quienes afirmaron que ella
estuvo presente en una reunión de espionaje crítica y que transcribió una
descripción, que estaba escrita a mano por David, de un dibujo. Posteriormente
se demostró que ese testimonio era falso, lo que quiere decir que los Estados
Unidos ejecutó a alguien por mecanografiar.
Pero el alcance del delito de “conspiración” es aún más insidioso. Significa
que cualquier persona con la cual mis padres podrían haber conversado sobre sus
acciones y su política, podría haber sido arrestada, acusada de cargos similares
y procesada, si alguien hubiese testificado que esas conversaciones incluían
planes para cometer espionaje. Por eso, muchos de los miembros del Partido
Comunista, con quienes mis padres se reunían, interpretaron el caso como una
amenaza a todos ellos.
Si vemos la situación de Wikileaks a través de
esta óptica, es evidente por qué el gobierno quiere acusar a Assange de
conspiración. No solamente Assange, sino cualquiera de la comunidad de Wikileaks podría ser
arrestado en una redada. Igual que en el caso de mis padres, los fiscales
podrían tratar de intimidar a algunos involucrados para que delaten a otros, a
cambio de más favorables tratamientos. Este método de “dividir y conquistar”
tiene como propósito fragmentar al grupo, sembrar semillas de desconfianza
dentro de la comunidad en general, e intimidar a otros para que colaboren.
Este tipo de ataque amenaza a cada activista de izquierda. Exhorto a todos
los progresistas que salgan a defender a Julian Assange, si lo acusan de violar
la Ley de Espionaje de 1917.
Robert Meeropol es el hijo menor de Ethel y Julius Rosenberg. En 1953,
cuando tenía seis años de edad, el gobierno de Estados Unidos ejecutó a sus
padres por “conspirar para robarse los secretos de la bomba atómica”. Desde 1990
ha sido el Director Ejecutivo de la Rosenberg Fund for Children (www.rfc.org),
una organización sin fines de lucro que atiende las necesidades emocionales y
educativas de los jóvenes y los niños en este país, cuyos padres han sido
hostigados, heridos, encarcelados, perdido sus trabajos o han muerto
desempeñando sus actividades progresistas.
Fuente:http://www.rfc.org/blog/article/855
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