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Un plan de explotación minera en áreas silvestres estaba detenido, hasta que Trump se volvió presidente

Un controversial proyecto minero en Estados Unidos está bajo escrutinio debido a que el conglomerado chileno que busca construirlo cerca de áreas silvestres protegidas también es propietario de la residencia donde viven Ivanka Trump y su marido, Jared Kushner.

Hiroko Tabuchi y Steve Eder
The New York Times.es
25 de junio de 2019


Uno de los yacimientos de cobre sin explotar más grandes del mundo se encuentra en y alrededor de las vastas y aisladas Boundary Waters (Aguas fronterizas) en la frontera de Minnesota con Canadá. Foto Tim Gruber/New York Times

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ELY, Minnesota — Al final del gobierno de Barack Obama, un conglomerado chileno perdía una disputa con el gobierno estadounidense acerca del proyecto de construcción de una mina de cobre cerca de una zona silvestre en Minnesota.

La elección de Donald Trump como presidente, y su inclinación hacia los negocios, resultó ser una gran ayuda para la iniciativa.

Desde las primeras semanas de la presidencia de Trump, el gobierno trabajó para resolver los obstáculos que enfrentaba la propuesta minera, según consta en diversos correos electrónicos y calendarios gubernamentales, con la finalidad de disminuir las preocupaciones sobre los posibles daños a las Boundary Waters (aguas fronterizas), una extensa área de lagos y bosques localizados a lo largo de la frontera con Canadá que son protegidos por el gobierno federal.

Los correos electrónicos muestran que ejecutivos de la compañía minera, Antofagasta, discutieron el proyecto con altos funcionarios del gobierno estadounidense, incluido el principal asesor de energía de la Casa Blanca. Incluso antes de que fuese designado un secretario del Interior para el nuevo gobierno, el departamento se movilizó para volver a examinar una serie de grandes concesiones para la mina; al final se volvieron a implementar las concesiones que no fueron renovadas por el gobierno de Obama. Y el Servicio Forestal canceló una inspección ambiental que pudo haber restringido las actividades mineras, a pesar de que el secretario de Agricultura le dijo al congreso que sí se realizaría esa revisión.

Un vocero del Departamento del Interior dijo que simplemente rectificaron “una decisión fallida que fue presentada con prisas” antes de que Trump asumiera el cargo. Sin embargo, varios funcionarios de alto rango que trabajaron en ese departamento durante gobiernos anteriores dijeron que se sorprendieron por el repentino cambio sobre el proyecto de Minnesota, que no fue un tema importante en la campaña presidencial de Trump.

Para la familia del multimillonario Andrónico Luksic, que controla el conglomerado chileno, el cambio en esa política podría ofrecer un gran impulso a su negocio minero. Según documentos federales, desde el cambio de gobierno, Twin Metals (subsidiaria de Antofagasta) ha incrementado de manera significativa su cabildeo en Washington, en el que ha gastado 900.000 dólares.

Pero el avance del proyecto minero, que ya era impopular entre los ambientalistas, ha sido objeto de más investigaciones y críticas debido a la inusual conexión entre Luksic y dos de los familiares de Trump.

Un poco antes de que Trump asumiera el cargo, Luksic agregó una inversión personal a su portafolio: una residencia de 5,5 millones de dólares en Washington. El empresario compró la casa con la intención de rentarla a unos acaudalados recién llegados al Washington de Trump, según Rodrigo Terré, presidente de la oficina de inversiones de la familia Luksic, la cual se encargó de la compra.

La idea funcionó. Incluso antes de que la compra concluyera, los agentes de bienes raíces ya habían conseguido arrendatarios: Jared Kushner e Ivanka Trump.

El acuerdo de renta ha causado preocupación entre expertos en ética y grupos que se oponen a la minería cerca de las aguas fronterizas, y ha generado una atención nacional, particularmente entre algunos representantes demócratas en el congreso, sobre un tema que de otra manera solo sería un debate local.

The Wall Street Journal informó por primera vez sobre la residencia en marzo de 2017. En ese entonces, Twin Metals demandaba al gobierno federal por las concesiones mineras, pero el rumbo del gobierno de Trump sobre la mina en ese entonces solamente había comenzado a tomar forma.

En meses recientes, el escrutinio ha crecido. En marzo, el representante Raúl M. Grijalva, demócrata por Arizona y presidente del Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes, escribió una carta junto con otros legisladores dirigida a los secretarios del Interior y de Agricultura para expresar sus preocupaciones sobre la mina.

La carta decía que las acciones de ambos departamentos “ignoraron de manera descarada las pruebas científicas y económicas”. También menciona la “interesante coincidencia” alrededor de la renta de la casa de Luksic a los familiares de Trump. Por separado, un grupo que se opone a la mina en Minnesota, Save the Boundary Waters, ha calificado el acuerdo de alquiler como “profundamente problemático” y se ha agarrado de ese hecho para sembrar dudas sobre las acciones del gobierno.

La Casa Blanca y los representantes de la pareja se rehusaron a responder preguntas sobre si el acuerdo de arrendamiento fue revisado por los funcionarios de ética. “Tanto Kushner como [Ivanka] Trump siguen los lineamientos de ética que recibieron cuando entraron al servicio gubernamental”, dijo Peter Mirijanian, un vocero del abogado de Kushner, Abbe Lowell.

Terré calificó al acuerdo de renta como una simple transacción de bienes raíces en la que está involucrada la familia presidencial que, en ese entonces, recién comenzaba el mandato. “No creo que haya habido algo antiético o inapropiado sobre esta transacción de negocios”, dijo.

Tanto Mirijanian como Terré dijeron que el acuerdo no está relacionado con la mina en Minnesota. “No hay correlación de ninguna manera”, dijo Mirijanian. Fueron “dos asuntos completamente sin relación” y unirlos se “basa en rumores infundados y especulación”, dijo Terré.

Una vocera del Departamento del Interior dijo que ni Kushner ni Ivanka Trump han estado involucrados en las negociaciones sobre la mina.

No obstante, varios expertos en ética dijeron que ellos hubieran advertido a Kushner e Ivanka Trump que no rentaran la residencia, teniendo en cuenta el negocio de la familia Luksic antes del inicio del gobierno.

“Es posible que no haya nada malo, pero no se ve bien”, dijo Arthur Andrew Lopez, quien durante dos décadas trabajó como funcionario de ética del gobierno federal y ahora es profesor de la Escuela de Negocios Kelley de la Universidad de Indiana.

Riqueza debajo del área silvestre

Las aguas fronterizas tienen un lugar especial en la geografía estadounidense: son más de 400.000 hectáreas de lagos y bosques que brindan un hábitat rico para miles de especies, incluido el lobo gris y el lince de Canadá. Sin embargo, por debajo de la superficie yace otro tipo de riqueza, un estimado de más de 3600 millones de toneladas de cobre —que se cree que es uno de los depósitos minerales sin desarrollar más grandes del mundo—.

La gigantesca empresa minera controlada por la familia Luksic, Antofagasta, tomó control total del proyecto en 2015, y sus ejecutivos lo definen como la “oportunidad internacional más avanzada” de la compañía. Antofagasta, que cotiza públicamente en la bolsa de Londres, se beneficiaría del creciente uso del cobre en tecnologías de energía renovable como la eólica y la solar. En el directorio, Luksic aparece como un miembro del consejo de administración, y su hermano menor, Jean-Paul Luksic, como presidente.

La compañía ha invertido más de 450 millones de dólares en el proyecto, operado por la subsidiaria Twin Metals Minnesota. Dice que el proyecto generará cientos de trabajos de minería.

La promesa de empleo resuena en la Franja del Hierro de Minnesota, que ha perdido un cuarto de sus trabajos de minería desde el año 2000. “La industria minera genera un efecto tsunami para la comunidad en relación con los empleos, las escuelas, todo”, dijo Andrea Zupancich, alcalde de Babbitt, una población de 1500 habitantes ubicada cerca del proyecto minero.

No obstante, el historial ambiental de Antofagasta ha generado preocupación. En Chile, la mina de cobre Los Pelambres de la compañía ha sufrido derrames tóxicos, de acuerdo con grupos ambientalistas. La empresa dijo que la mina solo experimentó “incidentes menores que involucraron derrames limitados” que no eran tóxicos, y dijo que estaba orgullosa de su historial ambiental.

En un análisis de 2016, Thomas Tidwell, entonces jefe del Servicio Forestal de Estados Unidos, advirtió sobre los riesgos que presentaba la mina propuesta por Twin Metals para las aguas fronterizas, incluida la filtración de metales dañinos. La minería, concluyó, podría producir un “daño grave e irreparable en esa área silvestre única, icónica e irremplazable”.

Twin Metals dijo que el análisis estaba “lleno de errores” y que los “riesgos ambientales serán adecuadamente manejados”.

Aun así, los temores han dividido a los residentes cercanos. “En el verano bebemos de esta agua”, dijo Susan Schurke, que opera Wintergreen Northern Wear, una compañía de ropa para actividades al aire libre. “Cuando se contamine, se acabó. ¿Cómo podemos arriesgarnos a eso?”.

Cuando el gobierno de Barack Obama se movilizó para bloquear el proyecto en 2016, Twin Metals presentó una demanda. En ese entonces, la compañía dijo a través de un comunicado que la decisión gubernamental amenazaba empleos y que “impediría el acceso a una de las fuentes de cobre, níquel y platino más grandes del mundo, recursos de importancia estratégica para la economía y la defensa nacional de Estados Unidos”.

Justo cuando parecía que se acababan las esperanzas de la compañía minera ocurrió algo sorpresivo: la elección de Trump y la promesa de una agenda a favor de la industria.

Inquilinos famosos en Washington

Con un nuevo gobierno en Washington, Luksic contactó a un agente de bienes raíces para que lo ayudara con una idea de inversión: comprar propiedades residenciales en Washington, incluida una casa lujosa, para rentarla.

Con la ayuda del agente Rodrigo Valderrama, la oficina de inversión de la familia Luksic —que a través de entidades corporativas es propietaria de un portafolio de bienes raíces en Estados Unidos—, compró dos condominios en la capital. Uno nunca fue rentado y el otro fue vendido posteriormente a un precio que representó una pérdida.

En cuanto a la casa lujosa, Valderrama pasó semanas visitando propiedades y alertando a los agentes que tenía un cliente interesado. Una casa se encontraba en Tracy Place, en el vecindario de Kalorama, y era manejada por la firma de bienes raíces Washington Fine Properties.

Ivanka Trump y Kushner usaban la misma firma para su búsqueda de una casa para rentar. Con la compañía de los padres de Kushner vieron también el hogar de seis habitaciones y 650 metros cuadrados en el barrio de Kalorama.

En el lapso de una semana, representantes de Luksic aceptaron comprar la casa y cerraron la transacción pagada por completo en efectivo, mientras que sus inquilinos potenciales esperaban a que la compra se completara.

Ambas partes, a través de agentes, acordaron una renta de 15.000 dólares al mes. Terré describió la cifra como de “alto rango” para el área, lo cual fue confirmado por algunos agentes de bienes raíces. Aun así, la renta era significativamente más baja de la que la pareja había considerado pagar por una casa más cara, según diversas entrevistas.

Terré dijo que ambas partes eran conscientes de las identidades de la otra parte antes de que el acuerdo se concretara. “Nosotros dimos a conocer nuestro nombre y el nombre de mi jefe”, dijo a través de una entrevista telefónica. Mirijanian dijo que la pareja decidió rentar la casa antes de conocer la identidad de su casero. No precisó si conocieron la identidad del dueño de la propiedad antes de firmar el contrato de arrendamiento.

Luksic ha escrito en Twitter que no conoce a Trump o a ningún miembro de su familia, y que solo saludó brevemente al actual mandatario estadounidense en un partido de futbol americano de los Patriotas de Nueva Inglaterra hace años. Terré dijo que Luksic “no ha tenido ninguna interacción con la Casa Blanca de Trump”.

Críticos de la familia Luksic dicen que tenían sospechas sobre las inversiones en Washington debido al pasado de Luksic en Chile, donde ha enfrentado acusaciones de intentos por ganar la amistad de los familiares de la expresidenta chilena Michelle Bachelet. La familia Luksic, una de las más acaudaladas del mundo, tiene intereses que abarcan bancos, manufacturas, energía, transporte y cerveza.

Luksic fue atacado por reunirse con el hijo y la nuera de Bachelet, que contendía para ser presidenta de Chile en ese entonces, mientras buscaban un préstamo de 10 millones de dólares para su compañía de parte del Banco de Chile, que es controlado por el conglomerado familiar Luksic. Después de la elección de Bachelet en 2013, el banco aprobó el préstamo.

Un portavoz de Bachelet dijo que una investigación sobre la reunión no condujo a la formulación de ningún cargo. Representantes de Luksic dicen que él nunca discutió el préstamo con Bachelet, y que los reguladores encontraron que “no había absolutamente nada irregular en la aprobación del préstamo por parte del banco”.

Se allana el camino para la minería

Los esfuerzos del gobierno estadounidense para facilitar los ambiciosos planes mineros de Antofagasta comenzaron menos de dos semanas después del inicio de la gestión, cuando los funcionarios del Departamento del Interior volvieron a examinar los contratos de arrendamiento, según muestran los correos electrónicos.

El mensaje de una reunión temprana, según un asistente que habló a condición de mantener el anonimato, fue que los funcionarios deberían prepararse para un cambio de dirección.

Los funcionarios también se aseguraron de que el secretario del interior entrante, Ryan Zinke, que aún no estaba en el puesto, fuese informado. En un correo electrónico, un funcionario del Departamento del Interior describió ese esfuerzo como un “simulacro de incendio”.

Los esfuerzos gubernamentales están documentados en miles de páginas de correos electrónicos y calendarios del gobierno, muchos de ellos obtenidos a través de solicitudes de registros del documentalista Louis V. Galdieri, y el Sierra Club, una organización ambiental.

Una reunión importante tuvo lugar a principios de mayo, cuando el director ejecutivo de Antofagasta, junto con otros ejecutivos y cabilderos, discutieron el tema con el principal asesor de la Casa Blanca en energía doméstica y medioambiente, Michael Catanzaro. La compañía dijo que quería revertir las decisiones de la era Obama, cuando se dijo que el proyecto era ilegal y eso provocó “daños indebidos”.

Al mes siguiente, los funcionarios del Departamento del Interior se enteraron de que la Casa Blanca había “expresado interés en el asunto de Twin Metals”, según un correo electrónico enviado por un abogado del departamento. Poco después, altos funcionarios viajaron al sitio de Minnesota.

En diciembre, el departamento cambió su negativa sobre los contratos de arrendamiento de la compañía, y Twin Metals retiró su demanda. El Departamento del Interior renovó formalmente los contratos el mes pasado, con algunas restricciones.

Twin Metals logró otra victoria en septiembre cuando el Servicio Forestal suspendió su estudio de minería. Un portavoz de la agencia dijo que había determinado que ni el estudio ni la prohibición eran necesarios.

Un portavoz de Twin Metals, David Ulrich, dijo que el proyecto de la compañía era parte de un esfuerzo de larga data para compartir sus opiniones con el gobierno federal. Funcionarios del gobierno de Obama también visitaron el sitio de la mina, dijo.

“Estamos seguros de que este recurso mineral de clase mundial se puede desarrollar de manera segura y con un impacto mínimo en el medioambiente”, dijo en un comunicado.

La mina aún debe pasar por un proceso de aprobación y obtención de permisos de un año de duración. Los ingenieros han estado perforando pozos para estudiar la geología y el agua de la región, y la compañía está preparando un plan operativo.

“El gobierno pasado creó algunos desafíos”, dijo Ulrich durante un recorrido por el sitio del proyecto minero. “Pero eso no impidió que siguiéramos adelante”.

En un viaje a Minnesota en abril, Trump se mostró jubiloso por la restauración de la minería.

“En el gobierno anterior”, dijo en una fábrica de camiones, “los ricos recursos naturales de Estados Unidos fueron puestos bajo llave”. Los cambios desde entonces, dijo, eran “bastante sorprendentes”.

Lisa Friedman colaboró con este reportaje desde Washington; Jesse Drucker y Kate Kelly, desde Nueva York, y Pascale Bonnefoy, desde Santiago, Chile. Kitty Bennett y Alain Delaquérière colaboraron en la investigación.


 

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