Andy Worthington y las víctimas de Guantánamo
13 de octubre de 2013
Tenían algunas técnicas que utilizaban para doblegar a las personas y
pensaban que así colaborarían. Pero quienes tienen experiencia en
interrogatorios saben que tratar de someter a alguien no es la mejor manera de
conseguir colaboración.
Francisco Castañon
Desde que Obama asumió el poder en 2009, han sido liberados 70 de los 156
prisioneros de Guantánamo. Pero en los últimos tres años, el Congreso apoyó
nuevas leyes que dificultan aún más la promesa de cerrar la cárcel.
Testimonios como los de Omar Deghayes, Moazzam Begg y Murat Kurnaz dan a
conocer la extrema situación por la que aún siguen pasando los reclusos.
Este último, relató lo complicado que era vivir en una celda de aislamiento y
lo difícil que era mantenerse con vida en un espacio tan reducido, apenas sin
aire para poder respirar.
Andy Worthington |
Además de las críticas internacionales que señalan de ilegítimo el trato que
se les da a los reclusos, al gobierno de EE.UU. esta cárcel le supone un gasto
desmesurado: 84 millones de dólares anuales, algo con lo que la mayoría de los
americanos no está de acuerdo.
Andy Worthington es un periodista de investigación independiente, activista,
escritor, fotógrafo y cineasta. Comenzó la investigación de “The
Guantánamo files: The stories of the 774 detainees in America’s illegal
prison” en 2006.
Con The Prisma habló sobre su libro y de la situación actual del
campamento militar.
¿Por qué Guantánamo sigue abierta, a pesar de que Obama dijo en 2009 que
iba a cerrarla?
Hay 164 presos, aunque a 84 de ellos se les aprobó transferirlos a otras
cárceles por un grupo de trabajo que el presidente Obama nombró cuando asumió el
cargo.
Se reunieron cada semana durante el año 2009, iban a los campos de
prisioneros e investigaban todos sus archivos. Además, decidían acerca de si se
les recomendaban para su juicio, liberación, o detención.
Murat Kurnaz |
Por este motivo, el presidente Obama dejó en libertad a 70 de los 156
prisioneros, pero en los últimos 3 años no lo ha hecho, principalmente porque el
Congreso aprobó nuevas leyes para impedírselo. Además, no puede malgastar su
poder político haciendo algo que podría generarle impopularidad ante el
Congreso.
A principios de este año, había 86 hombres, a pesar de que el gobierno haya
manifestado que no quiere procesarlos, ni retenerlos eternamente, siguen en
Guantánamo. En agosto Obama liberó a dos de ellos, ahora hay 84.
¿Por qué decidió escribir sobre Guantánamo?
Cuando Guantánamo abrió sus puertas el 11 de enero de 2002, igual que muchos
otros también me di cuenta de que algo iba mal.
Los Estados Unidos fueron atacados de una manera horrible el 11 de septiembre
de 2001. Pero creo que había una especie de deseo de venganza que conducía a los
Estados Unidos, y el gobierno terminó cogiendo a personas al azar y llevándolas
a Guantánamo.
Fue desconcertante ver a los prisioneros vistiendo monos naranjas y gafas
oscurecidas en las famosas fotos publicadas por el gobierno de los EE.UU. que
mostraban a todos ellos amedrentados en el suelo mientras los soldados les
gritaban. Excluyendo a los americanos, a todo el mundo le pareció horrible.
En 2004 los primeros prisioneros británicos fueron
liberados, y concretamente en 2005 la gente comenzó a escuchar de los propios
ciudadanos británicos de habla inglesa lo que realmente estaba pasando allí.
Así que mi interés por Guantánamo creció a raíz de esas historias. En ese
momento la prisión llevaba abierta tres años y medio, pero los americanos
todavía no habían dicho a quién retenían.
Entonces, el gobierno de los EE.UU. perdió una demanda y se vio obligado a
publicar 8.000 páginas de documentos, incluidos los nombres y nacionalidades de
los prisioneros, las denuncias en su contra y las transcripciones de los
tribunales que decidieron si eran “combatientes enemigos”.
Todo el proceso del tribunal fue injusto, pero las
transcripciones proporcionaron una idea de quiénes eran los prisioneros, y
utilicé toda esa información como base para “The Guantanamo Files.”
¿Cuándo publicó el gobierno de EE.UU. esa información?
En marzo, abril y mayo de 2006.
¿Conociste a algunos de los prisioneros?
No cuando estaba iniciando mi investigación, estaba en contacto con algunos
abogados que representaban a los prisioneros, pero con el paso del tiempo tuve
trato con varios de los ex prisioneros.
En particular, conocí a Omar Deghayes y a Moazzam Begg que aparecen en el
documental ‘Outside the Law: Stories from Guantanamo,’ el cual codirigí.
¿Qué puede decir de las experiencias de los
prisioneros?
Es asombroso como algunas de estas personas sobrevivieron a todo lo que
pasaron. Al estar en la cárcel, puedes reaccionar de numerosas maneras. Unos
optan por un modelo de no resistencia, accediendo a todo lo que se les pide que
hagan. Otros no pudieron soportar la situación y pelearon, pero si lo haces te
trataban mucho peor.
Lo más habitual por lo que la mayoría de ellos pasaron, fue el aislamiento en
celdas de aislamiento durante más de 30 días. Murat Kurnaz fue un prisionero
alemán, de origen turco que explicó como todo el tiempo que estuvo aislado,
estaba tendido en el suelo respirando de una manera muy lenta para poder
mantenerse con vida.
Las autoridades también tenían algunas técnicas, que utilizaban para doblegar
a las personas, pensaban que colaborarían, pero los que tienen experiencia
llevando a cabo interrogatorios te dirán que tratar de someter a alguien no es
la mejor manera para conseguir que colaboren contigo.
¿Cuánto dinero cuesta a los EE.UU. mantener
Guantánamo?
Es muy caro, todo tiene que ser llevado desde EE.UU. El funcionamiento básico
es de alrededor de un millón de dólares al año, una locura.
Por lo tanto, tienes a 84 presos inocentes, que te están costando 84 millones
de dólares cada año, para mantener a unos individuos de los que dijiste que en
un primer momento no querías hacerte cargo.
¿Por qué la comunidad internacional permite al
gobierno de los EE.UU. seguir con Guantánamo ?
El problema deriva en que no existe ningún mecanismo de protesta más allá de
la queja. La Corte Penal Internacional no es aceptada por los Estados Unidos. De
modo que George W. Bush, Dick Cheney y Don Rumsfeld no pueden ser llevados ante
La Haya para rendir cuentas de sus acciones, que, por supuesto incluyen la
tortura, que es ilegal.
Otro problema es conseguir la colaboración de otros países, porque la mayoría
de ellos fueron cómplices en la “guerra contra el terror”, permitiendo a los
aviones americanos el uso de sus aeropuertos, el espacio aéreo cuando
transportaban a los prisioneros secuestrados o mediante la cooperación a través
de la recopilación de inteligencia.
¿Hay alguna investigación oficial sobre el tratamiento
de los prisioneros en Guantánamo?
Tristemente no, a pesar de que entre febrero de 2002 y junio de 2006 el
gobierno de EE.UU. actuó como si no hubiera reglas sobre cómo se deben tratar a
los prisioneros.
Hubo una investigación interna en el departamento de Justicia sobre el
comportamiento de John Yoo y Jay Bybee.
Yoo, como abogado de la Oficina de Asesoría Legal, que se supone que debe
proporcionar asesoramiento jurídico imparcial para el Poder Ejecutivo, escribió
un memorándum en 2002, en el que señalaba que la tortura no era tortura, dejando
claro que los agentes estadounidenses podían realizar torturas con
impunidad.
La investigación ética llegó a la conclusión de que
Yoo y su jefe Bybee, habían sido culpables de una mala conducta profesional,
pero el presidente Obama permitió al Departamento de Justicia reescribir esa
conclusión. Dijo que todo el mundo estaba bajo mucha presión, lo que significa
que no se les sancionaría. Fue muy impactante.
¿Cómo los informes del trato a los reclusos llegaron a la opinión
pública?
Es interesante, lo más importante ocurrió en 2004, después de que el
escandalo de Abu Ghraib se hiciera público. Alguien dentro de la administración
de Bush no podía aceptar lo que estaba ocurriendo y filtró el “memorándum de
tortura” de Yoo a los medios de comunicación.
Tienes al abogado principal muy cerca de Dick Cheney, el vicepresidente de
los Estados Unidos diciendo que la tortura no es tortura, a no ser que alcance
el nivel de insuficiencia orgánica o incluso la muerte. Elaboré este documento a
partir de un seguro médico, cortando y pegando la información referente a la
tortura.
Fuente: Andy Worthington y las víctimas de Guantanamo
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