Desclasifican un expediente de la CIA que expone la inutilidad de las torturas practicadas tras
el 11S
En el documento, el equipo médico que asistió a la CIA la primera vez que probó la técnica del
ahogamiento simulado plantea dudas sobre la utilidad de un método que ha sido
defendido por los servicios de inteligencia durante años.
Spencer Ackerman- Nueva York
The Guardian/eldiario.es
15 de junio de 2016
Una policía militar proporciona agua a los detenidos, febrero de 2002 © US DoD
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El equipo médico que asistió a la CIA cuando llevó a cabo
el primer ahogamiento simulado de un detenido considera que probablemente éste
ya estaba dispuesto a cooperar con sus interrogadores antes de que estos
decidieran torturarlo. Un documento desclasificado de extraordinario valor
revela que estos profesionales llegaron a burlarse de la defensa a ultranza que
la agencia de inteligencia hizo de esta técnica de tortura por considerar que
era "creativa" pero no los llevaba a ninguna parte.
Este documento, muy exhaustivo y sin fecha, sirve para
evaluar las técnicas de la CIA y tira por la borda todos los esfuerzos
realizados por la agencia y sus aliados por convencer al público de que el
ahogamiento simulado fue clave para recabar información de valor. La autoría
del documento se atribuye al responsable de la Oficina de los Servicios Médicos
de la CIA, que afirma que no hay una relación entre la voluntad de cooperar del
detenido Abu Zubaydah y las "sesiones de ahogamiento simulado".
El empleo de la técnica de ahogamiento simulado durante
los interrogatorios de Abu Zubaydah sirvió para justificar el infame programa
de torturas de la CIA, conocido con el eufemismo de "técnicas de
interrogatorio mejoradas". Dos psicólogos contratados por la CIA, Bruce
Jessen y James Mitchell, que han sido demandados ante un tribunal federal,
utilizaron a Zubaydah como conejo de indias para más tarde implementar un
programa que ha sido criticado por las organizaciones internacionales de
derechos humanos y que ha sido objeto de una exhaustiva investigación por parte
de un comité del Senado.
83 sesiones de tortura
En menos de un mes, los interrogadores de la CIA
sometieron a Abu Zubaydah a "ahogamiento simulado" en al menos 83
ocasiones; una técnica que consiste en volcar agua sobre el rostro del detenido
para que no pueda respirar y llevarlo al límite.
Sin embargo, cuando la Oficina de los Servicios Médicos
hizo una evaluación de estas técnicas y las puso en perspectiva, llegó a la
conclusión de que Abu Zubaydah "probablemente estaba dispuesto a cooperar
mucho antes de agosto de 2002, cuando empezaron a aplicarse las técnicas de
interrogatorio mejoradas, un hecho que en su día se pasó por alto por una
cuestión de estrechez de miras".
La conclusión de la Oficina de los Servicios Médicos refuerza
la versión de un ex agente del FBI, Ali Soufan, que interrogó a Abu Zubaydah en
una cárcel secreta de Tailandia esa primavera. Soufan más tarde declaró, y
también explicó en un libro titulado The Black Banners, que la CIA consiguió cargarse unos interrogatorios de Abu
Zubaydah que eran menos coercitivos y mucho más prometedores y que, según la
emblemática investigación del Senado de 2014, sí consiguieron información de
valor sobre al-Qaeda.
"Mi declaración no cambió ni una coma. En cambio, las suyas sí cambiaron. Ahora ya sabéis por qué fui el único que la hizo bajo
juramento", ha explicado Soufan a The Guardian: "Desde el
inició indiqué que los agentes de la CIA que estaban allí y participaron en los
interrogatorios estaban tan molestos como yo y de hecho se fueron antes de que
yo lo hiciera".
Según el informe del Senado, después de que la administración Bush aprobara los métodos
empleados por la CIA con Abu Zubaydah, estos se convirtieron en el patrón a
seguir en los interrogatorios de al menos 118 detenidos.
Joe Margulies, uno de los abogados de Abu Zubaydah, ha
señalado que el documento "confirma nuestra versión inicial y muestra lo
que pasa cuando unos aficionados asumen el encargo de velar por la seguridad
del país. Mitchell y Jessen ya sabían la respuesta que querían obtener antes de
que Abu Zubaydah pudiera darla entre gorjeos tras ser torturado".
Un miembro de la Oficina de Servicios Médicos de la CIA
reprendió a un "psicólogo-interrogador" que "más tarde afirmó
que la técnica del ahogamiento simulado había servido para constatar que AZ
[Abu Zubaydah] no tenía más información de valor sobre amenazas inminentes a la
seguridad del país, y que la técnica era creativa pero redundante".
Mitchell ha reconocido que participó en las sesiones en las que se torturó a Zubaydah.
Este agente afirmó en el documento que "AZ [Abu
Zubaydah] solo cooperó cuando le hicieron preguntas que podía contestar"
(hacia el final de la sesión).
La investigación del Senado
En diciembre de 2014, John Brennan, el director de la
CIA, mostró su desacuerdo con las conclusiones de la investigación del Senado.
En ellas se indicaba que la tortura fue ineficaz y que la agencia mintió a
miembros de la administración Bush y del Congreso y les hizo creer que obtenían
información de valor y que realmente no sabían si podrían haber obtenido la
misma información sin torturar a los detenidos.
Sin embargo, de las declaraciones del trabajador de la
Oficina del Servicio Médico que aparecen en el documento se sacan nuevas
conclusiones: "No se ha podido demostrar que la técnica del ahogo
simulado nos proporcionara información de valor, urgente y que no se podía
obtener de otra manera".
Un portavoz de la CIA se remitió a una respuesta que dio
la agencia en 2013 tras conocerse un borrador del informe del Senado. Incluye
la siguiente afirmación: "la Agencia no especula sobre si la información
obtenida de los detenidos que fueron interrogados con esta técnica se podría
haber obtenido por otros medios o a través de otras personas. Nunca tendremos
la respuesta".
Imagen del film "The Stuff of Life", realizado
por AI Reino Unido, que simula la técnica de tortura del waterboarding
(ahogamiento simulado) © Amnesty International
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Este documento, así como otros que guardan relación con
el programa de torturas, fueron desclasificados el martes después de que la
Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y el periodista Jason Leopold
presentaran demandas para exigir transparencia. Las partes del informe del
Comité de Inteligencia del Senado que han sido desclasificadas revelan que Abu
Zubaydah, que tras su detención en marzo de 2002 presentaba heridas graves,
había cooperado con los agentes del FBI mientras estaba postrado en la cama del hospital.
Confirmó que Khalid Sheikh Mohammed desempeñó un papel
importante en los atentados del 11S y proporcionó una lista de aliados de
Mohammed e información de valor. Sin embargo, los agentes de la CIA que lo
custodiaban estaban convencidos de que el detenido ocultaba información
relativa a nuevos atentados terroristas contra Estados Unidos; una conclusión
que es muy criticada por la Oficina de Servicios Médicos, que lo atribuye a una
"estrechez de miras".
Según el informe del Senado, más tarde la CIA mintió y afirmó que Abu Zubaydah había "dejado de cooperar". Algunos
altos funcionarios de la CIA propusieron una nueva técnica para interrogarlo,
basada en los métodos defendidos por Mitchell y Jessen sobre "impotencia
aprendida", y que incluían el ahogamiento simulado y otras formas de
tortura. De hecho, la tortura era tan dura que la investigación del Senado
constató que Abu Zubaydah obedecía dócilmente y dejaba que le provocaran el
ahogamiento simulado cada vez que un interrogador de la CIA "chasqueaba
los dedos dos veces".
Incomunicado por el resto de su vida
Otro documento de la CIA que también fue desclasificado el martes, con fecha anterior a las torturas a Abu Zubaydah y citado en el informe
del Senado afirmaba que "debemos tener la garantía de que el sujeto
permanecerá aislado y estará incomunicado el resto de su vida". El
agente, cuyo nombre no se revela, comenta que Abu Zubaydah podría morir tras
ser torturado y propone que se deshagan del cuerpo. "En el supuesto
de que el sujeto muera, debemos estar preparados para actuar, teniendo en
cuenta las condiciones de cooperación del país que nos cede la cárcel. Si
muere, debemos pedir ayuda para incinerarlo".
Abu Zubaydah, que perdió un ojo mientras era custodiado por la CIA, se encuentra en la cárcel de Guantánamo. Ni la administración Bush
ni la administración Obama han sido acusadas de haber cometido crímenes de guerra.
Según el informe del Senado, después de que la administración Bush aprobara los métodos empleados por la CIA con Abu Zubaydah,
estos se convirtieron en el patrón a seguir en los interrogatorios de al menos
118 detenidos.
Basándose en las declaraciones que han hecho durante años
la CIA y sus defensores, que aseguran que el programa de torturas consiguió
prevenir otros atentados, algo que incluso la CIA niega en privado, Donald
Trump, que se perfila como el candidato republicano de las próximas elecciones
presidenciales, ha prometido que si llega a la Casa Blanca volverá a instaurar
la técnica del ahogamiento simulado y otras técnicas de tortura.
"Trump puede decir lo que estime oportuno pero no
creo que los funcionarios de su administración estén dispuestos a ir en esa
dirección", señala Soufan.
Margulies, el abogado de Abu Zubaydah, lanza la siguiente
advertencia: "Guárdate del demagogo que cree que la solución de cualquier
problema y la respuesta a cualquier pregunta se encuentra en las tradicionales
palizas de antaño".
Traducción de Emma Reverter
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