Para oponerse a la ley anti-aborto de Texas:
113 abogadas declaran que se han hecho un aborto
24 de febrero de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
De un/a lector/a:
“Para el mundo, yo soy una abogada que me hice un aborto, y, para mí misma, soy una
abogada porque me hice un aborto”. Estas son las palabras de una de las 113
mujeres en la profesión jurídica que forman parte de un escrito de amicus
curiae 1 en un caso importante que tiene que ver
con el aborto, Whole Woman’s Health v. Hellerstedt (anteriormente v. Cole) [La Salud Integral de
la Mujer], que la Suprema Corte de Estados Unidos escuchará el 2 de marzo (un
escrito de amicus curiae, o simplemente “amicus curiae”, es un documento de
“amigo dla corte” donde aquellos que no son parte de un caso pueden hacer una
presentación en apoyo a uno de los lados del caso), las mujeres dan
conmovedores testimonios sobre su aborto y la importancia del mismo para su vida.
Elaboraron el amicus curiae unas abogadas y abogados del bufete Paul, Weiss en asociación
con el Centro de Derechos Reproductivos. De acuerdo con una columna en el Washington Post del
26 de enero de Ruth Marcus, al principio los autores del amicus curiae pensaron
que la recopilación de los testimonios sería difícil porque sólo abogadas
jubiladas o aquellas que trabajan para “grupos de tendencia liberal” iban a
querer declararse públicamente, “temerosas de ofender a socios o clientes.” En
lugar de eso, los abogados detrás del amicus curiae encontraron que “fuimos
simplemente abrumados, no sólo por el número sino por la diversidad.” Las
mujeres que dieron un paso adelante para ser parte del amicus curiae vienen de
todo sector de la profesión legal, inclusive aquellas que actualmente o
anteriormente fueron jueces, abogadas de defensa criminal, abogadas de
organizaciones legales, abogadas de universidades, abogadas de corporaciones,
profesoras de derecho, abogadas de bufetes privados, estudiantes de derecho,
abogadas del gobierno y de la corte, y otras. Los nombres y títulos
profesionales de las 113 mujeres están en el apéndice al final del amicus
curiae.
En un momento en que el derecho al aborto se encuentra bajo feroz ataque, incluso por
aquellos en posiciones de autoridad y poder, y cuando aún se margina y se
orilla hacia las sombras de la sociedad cualquier conversación acerca de
hacerse un aborto, la posición pública que tomaron estas abogadas sobre sus
propios abortos y sobre la necesidad de defender el derecho al aborto es muy
audaz y positiva.
El caso de Whole Woman’s Health v. Cole se
trata de una ley contra el aborto en Texas, cual estado ha estado a la
vanguardia de la eliminación de las clínicas de salud que hacen abortos. Hace
tres años, una ley anti-aborto de Texas obligó el cierre de 41 clínicas de
aborto, dejando sólo 19 abiertas en este enorme estado. La ley de Texas (HB2)
que ahora está ante la Suprema Corte y que fue aprobada hace un año requiere
dos cosas. En primer lugar, requiere que los médicos que realizan abortos
tengan privilegios de admisión en un hospital cercano, lo cual es difícil
porque muchos hospitales son reacios por razones religiosas u otras a conceder
privilegios de admisión a los médicos que hacen abortos. En segundo lugar, la
ley requiere que las clínicas de aborto cumplan con las mismas normas que los
centros de cirugía ambulatoria. Hacer las mejorías para cumplir con esas normas
puede costar $1 millón o más. Pero el hecho es que este requisito es
totalmente injustificado, ya que es muy raro que surja cualquier tipo de
complicaciones médicas en abortos que se realizan en clínicas de salud. Las
clínicas afectadas no tienen tales fondos, lo que significa que 10 de las 19
clínicas restantes tendrán que cerrar, incluyendo la de El Paso y la que está
en la frontera entre Texas y México, lo que dejaría la clínica en San Antonio
como la clínica de aborto más cercana para todas las que viven en el oeste y
suroeste de Texas.
El pasado junio, la Corte de Apelaciones de Estados Unidos del Quinto Circuito en
Texas confirmó la ley. Luego, en julio, la Suprema Corte de Estados Unidos la
suspendió hasta que pudiera pronunciar sobre la misma, y este es el caso que la
Suprema Corte escuchará en marzo.
He aquí unos pocos de los testimonios de las mujeres en el amicus curiae:
Soy hija de una madre adolescente que es la hija de una madre adolescente. Me hice un aborto cuando tenía 16 años de
edad y vivía en una zona rural de Oregón. Creo que el acceso a un aborto seguro
y legal rompió el ciclo familiar de la maternidad en la adolescencia y me
permitió no sólo escapar de una relación adolescente muy poco saludable y
abusiva emocionalmente, sino que logré graduarme de una universidad prominente,
trabajar para una de las principales organizaciones nacionales de derechos
civiles, y graduarme de la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan...
a menudo le digo a la gente, y creo que es cierto, que el acceso a un aborto
seguro y legal me salvó la vida. Si no me hubiera hecho un aborto, nunca habría
sido capaz de graduarme de la escuela secundaria, ir a la universidad, [o]
escapar de la gran pobreza de mi condado rural en Oregon.
***
Siendo una mujer afroamericana joven que se crió en el Bronx, Nueva York, uno de los condados más pobres de nuestro
país, la capacidad de decidir por mí misma si iba a ser madre adolescente me
dio poder. Esa decisión, por lo menos en parte, es la razón por la cual pude completar
la escuela secundaria y la universidad y cumplir con mi objetivo desde la niñez
de convertirme en abogada. Estados Unidos no puede ser la tierra de la igualdad
y la oportunidad para todos si simultáneamente ponemos límites irrazonables
sobre la posibilidad de decidir cómo uno logrará su versión de esos ideales.
***
De no haberme hecho un aborto, es muy posible que no hubiera sido capaz de terminar la facultad de derecho; quizás ni
siquiera hubiera podido comenzar en la facultad de derecho. Probablemente
hubiera vivido con mi madre durante un tiempo y encontrado una manera de
mantener a mi familia inesperada. Y de ahí, no tengo ni idea. Lo que sí sucedió
fue la facultad de derecho, un bufete de abogados, dos trabajos excelentes como
abogada de empresas, dos hijos, un matrimonio, tres hijastros, seis nietos....
***
Pocos días después de aceptar una beca completa para la facultad de derecho, donde aspiraba estudiar la ley sobre los
derechos humanos de la mujer, me di cuenta de que estaba embarazada. Mi plan en
ese entonces era mudarme de Texas a Nueva York donde mi novio en ese tiempo y
yo nos dedicaríamos a programas de estudios graduados. Un embarazo lo habría
hecho imposible.... Yo sé que el acceso a un aborto seguro y temprano no sólo
me ha permitido hacerme la primera persona en mi familia que ejerce el derecho,
sino que mi trabajo ha tenido un impacto directo sobre mujeres individuas y
sobre la igualdad de la mujer. Mi historia es sólo una de las muchas que
demuestran que cuando las mujeres tienen el poder de decidir cuándo están
preparadas para ser madres, tienen el poder de lograr sus objetivos, hasta
cambiar el mundo.
***
Me hice un aborto a los 35 años cuando
me quedé embarazada sin desearlo con un hombre que se había vuelto abusivo
emocionalmente. La capacidad de elegir al padre de mis hijos, y sabiendo lo
importante que es un hogar seguro y cariñoso para los niños, opté por hacerme
un aborto... estaba firme en mi creencia de que mi felicidad, y la de cualquier
familia que quisiera empezar, comienza con la estabilidad de mi relación con un
compañero. También sabía que la mejor oportunidad que una mujer tiene para
mantener una carrera exitosa y ser madre es tener un compañero increíble. Al
fin encontré a ese hombre y me casé con él a los 42 años. Hemos sido bendecidos
con dos hijos increíbles. Llegué a ser la abogada de una empresa internacional
de consultoría sobre energía donde todavía trabajo hoy día, y sé que mi familia
y la carrera no habrían sido tan alegres ni exitosas si no hubiera tenido la opción
de elegir el momento para formar una familia.
Todos tienen que escuchar las historias de estas mujeres. Estas historias deben
extenderse ampliamente como parte de llevar la lucha por el derecho al aborto a
todos los rincones de Estados Unidos, y no sólo a la Corte Suprema.
Como Sunsara Taylor ha sostenido con firmeza: “[N]o podemos derrotar esta guerra
contra la mujer confiando en las estructuras de este sistema — sus elecciones,
políticos, el Partido Demócrata o los tribunales. Todas son parte de un sistema
que necesita el patriarcado, y repetidamente ceden la autoridad moral y
transigen con los fascistas, diciendo que el aborto es una tragedia o debe ser
algo raro, como si fuera algo mal. Nunca llaman a estos fascistas lo que son,
odiamujeres, ni denuncian su interpretación literal fascista de la Biblia.
Confiarnos en ellos es la manera en que hemos llegado a este atolladero, en el
que el ultraje de ayer se convierte una y otra vez en la posición de compromiso
de hoy y el límite de lo que se pueda imaginar mañana. Tenemos que SALIR de
esta dinámica. Debemos cambiar los términos —diciendo y actuando a partir de lo
que ningún político vaya a decir: La maternidad obligatoria constituye la
esclavización femenina”. (“Una charla de Sunsara Taylor: Hacer frente a la
emergencia del derecho al aborto — luchar por la plena liberación”)
Hay una necesidad urgente de una gran efusión de masas por toda la sociedad para
contrarrestar la guerra contra la mujer y defender el derecho al aborto.
¡Aborto a solicitud y sin pedir disculpas!
¡FIN a la degradación, deshumanización y subyugación
patriarcal de toda mujer en toda parte, y toda la opresión basada en la
orientación sexual o de género!
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|