Olvidado en Guantánamo. Un
prisionero describe su lucha.
ABDUL LATIF NASSER
NEW
YORK DAILY NEWS
11 de febrero de 2020
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 9 de abril de 2020
(Fotografía de AP. )
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Cuando vives en una jaula, debes luchar mentalmente cada día. Trato de no condolerme en esta injusticia de
estar encerrado sin ningún cargo en mi contra, en la Bahía de Guantánamo,
porque eso sólo incrementa mi sufrimiento. Me digo a mí mismo, que mi mente es libre, aún cuando yo no lo soy. He
tenido 17 años de práctica, pero nunca se pone más fácil.
Podría decirse que las cosas han mejorado en Guantánamo con el tiempo; ya no estoy en confinamiento
solitario en una celda helada y vacía, como los primeros cuatro años. Ahora
cuido mi salud, después de casi matarme de hambre, en 20013, como protesta ante mi detención. Pero la angustia mental,
el dolor y la humillación de ser encadenado sin razón alguna -eso nunca cambia.
El
hecho de tener autorización para ser liberado, sólo hace que todo sea aún peor. Nadie puede entender esta clase
de decepción. Seis Agencias de Inteligencia de Estados Unidos, han concluido y
están de acuerdo en que no tengo problema alguno, con ningún estadounidense, ni
con nadie. ¿Por qué debo permanecer aquí?
Solía mentir a mis hermanas, diciéndoles que estaba “muy bien” aquí en Guantánamo, pero en la última
llamada, dejé de fingir que estaba contento, y decidí contarles cada
detalle. A veces, la única manera de
lidiar con el sufrimiento, es dejar que salga del corazón.
Mis hermanas, eran chicas muy jóvenes cuando las ví por última vez; ahora, todas ellas son madres. Incluso
mis sobrinas y sobrinos ya se han casado. Yo mismo hubiese podido tener tres o
cuatro hijos a estas alturas, y pensar en lo que pudo ser, es abrir la puerta
al dolor. Prefiero pensar en lo que aún puede ser, si los Estados Unidos
accediera a dar fin a esta injusticia sin sentido y me trasladarse a casa, en Marruecos.
Así que viajo mentalmente. Ha pasado tanto tiempo desde que percibí el aroma de Marruecos, sin embargo hay esencias
que nunca olvidas; menta fresca, el cuscús de cordero con Ras El Hanut, la
brisa del mar Mediterráneo, y recuerdo también los sonidos: el bullicio de la
ciudad, el llamado a orar. Los cafés llenos de fanáticos de fútbol, viendo los
partidos por televisión.
En Guantánamo, sólo escuchamos el golpeteo de botas.
Si alguna vez llego a Rabat, me arrodillaré y besaré la tierra. Sueño con bajar del avión con los ojos bien
abiertos. Sería la primera vez que caminara sin estar encadenado de pies y
manos. Esa experiencia sería para mí, como la sonrisa de un bebé que mira a su
madre por primera vez.
Voy a necesitar que me muestren el camino a Casablanca.¡ Ha pasado tanto tiempo desde la última vez
que estuve ahí! Iré con mi hermano, para sentarme en el f rente del auto-
Observando todo, y llevándolo al interior; tan diferente a Gitmo (Guantánamo).
Mi hermano tiene un trabajo para mí en su negocio de mantenimiento para piscinas, . También tiene lista una
habitación para mí, en su casa; cuando se hizo la revisión periódica de mi caso
por la mesa examinadora, en junio de 2016, mi familia hizo videos para mostrar cuán listos y deseosos están de
recibirme y darme la bienvenida.
En la aprobación de mi libertad, la mesa examinadora, anotó que
tengo múltiples áreas o “avenidas” de apoyo, para ser transferido, lo que
incluye una familia bien establecida, oportunidades reales de empleo, y apoyo
económico. También elogian “mi esfuerzo por auto educarme aquí en Guantánamo, a
través de clases y estudios autodidactas.” Mi madre solía decir que yo era su
hijo favorito por ser tan diligente. Mi sueño es enseñar matemáticas, para contribuir
con mi país, y apoyar a mi familia, como ellos me han apoyado a mí todos estos años.
Hace algún tiempo, leí en el periódico, que un
secretario de estado, de los Estados Unidos, se reunió con el Ministro de
asuntos extranjeros de Marruecos. Maruecos es un gran aliado de Estados Unidos,
¿hablaron de mí, un ciudadano marroquí, limpio y listo para su liberación,
esperando en Guantánamo?
Es otro de los puntos en que no debo pensar porque de ello no obtengo ningún beneficio. ¿Hay alguien más, a
parte de mi familia y mis abogados a quien le importe que estoy muriendo aquí,
lentamente? ¿Cómo es posible que siga atrapado en esta prisión cuando todas las agencias de inteligencia de Estados
Unidos concuerdan con que puedo marcharme?
Mis pensamientos dan vueltas y vueltas en círculo.
Verán entonces, que ni siquiera mi mente es verdaderamente libre. No
mientras viva encadenado. De modo que suplico a los líderes de Estados
Unidos y Marruecos: Por favor, encuentren la manera de enviarme a casa./p>
Latiff Nasser es un detenido de Guantánamo. Las series de The Radiolab acerca de él “The Other Latif” está actualmente en la red.
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