Obama entregará un Estado de
vigilancia y una maquinaria de guerra a un loco
Trump tendrá a su disposición un aparato impresionante de Seguridad Nacional y armamento, incluidas armas
nucleares, para causar estragos en Estados Unidos y el mundo.
Trevor Timm
The Guardian/ El dairio.es
09 de noviembre de 2016
En poco más de dos meses, Donald Trump –tras su sorprendente triunfo– controlará
un aparato gigante de armamento y Seguridad Nacional, sin parangón en la
historia del mundo. La pesadilla sobre la que han advertido los libertarios
durante años se ha hecho realidad de forma trágica: en lugar de desmantelar el
Estado de vigilancia civil y la maquinaria de guerra, el gobierno de Obama y
los demócratas lo han institucionalizado, y dentro de poco tiempo estará en
manos de un loco.
Esto pasará a la historia probablemente como el error más catastrófico del
presidente Obama.
El gobierno de Obama podría haber perseguido a los torturadores y
criminales de guerra del gobierno de Bush y enviar un mensaje inequívoco al
mundo entero: la tortura es ilegal e inadmisible. En su lugar, el presidente
dijo que "iba a mirar hacia adelante, no hacia atrás", básicamente convirtiendo
un crimen en una cuestión de enfoque político. Trump ha alardeado de que
reinstaurará la tortura, el waterboarding y "cosas mucho peores". Ha
hablado de asesinar a las familias inocentes de los terroristas,
anunciando abiertamente al mundo entero que cometerá crímenes de guerra.
En enero, Trump estará al mando de varias guerras en Oriente Medio. ¿Quién
lo detendrá cuando quiera cumplir sus escalofriantes promesas?
Obama prometió que cerraría Guantánamo, esa mancha en nuestra Carta de
Derechos, la primera semana de su mandato. Sin embargo, sigue abierta hasta el
día de hoy, con docenas de prisioneros en un limbo legal, detenidos sin
acusaciones formales por casi 15 años. Trump no sólo dijo que la mantendría
abierta, sino que advirtió que le parece "bien" enviar a ciudadanos
estadounidenses arrestados en suelo estadounidense a cumplir misiones militares
inconstitucionales.
Obama, que alguna vez se manifestó en contra de los secretos de Estado y
las facultades de la Agencia de Seguridad Nacional para espiar de forma masiva,
sin embargo ratificó las increíbles acciones de vigilancia de la agencia al
asumir su mandato y luego la defendió cuando salieron a la luz las revelaciones
de Snowden. Realizó modestos cambios por presión pública, pero el Estado de
vigilancia como lo conocemos sigue activo.
El argumento que utilizó fue: sí, tenemos estas facultades que ejercemos de
forma completamente secreta, pero lo hacemos con criterio. "Confiad en
nosotros", dijo.
Ahora, la capacidad de espiar a innumerables estadounidenses que no son
siquiera sospechosos de nada estará en manos de una persona que ya fue acusado
de escuchas
telefónicas por sus propios empleados y que, según el New York Times afirmó esta semana, "en
privado se divierte hablando de todas las formas en que castigará a sus
enemigos después de las elecciones". Trump ha incluso afirmado,
respondiendo a una pregunta sobre la posibilidad de hackear a sus enemigos
políticos: "Ojalá pudiera hacerlo. Hombre, eso sí sería tener poder".
El programa de drones secreto de la CIA del gobierno de Bush fue ratificado
por el gobierno de Obama. Ha bombardeado más de media docena de países e
incluso reafirmó su autoridad legal para matar ciudadanos estadounidenses en el
extranjero sin el debido proceso legal. Al mismo tiempo, la Casa Blanca –con la
ayuda de un débil Congreso– aumentó dramáticamente la autoridad del Presidente
para llevar la guerra a todo el mundo sin que el Congreso la haya
declarado, como establece la Constitución. Trump, que prometió
"bombardear todos los países de Oriente Medio" y puede estallar de ira ante el más mínimo desprecio,
pronto tendrá también este increíble poder.
Y, quizás lo peor, Trump también controlará un escalofriante arsenal
nuclear, que sólo él puede
activar. Mientras estuvo sentado sobre una enorme pila de armas nucleares
que podrían destruir el mundo por generaciones, Obama prometió
que trabajaría para que el mundo se librara de las armas nucleares, y aún
así ha reducido el arsenal nuclear de Estados Unidos menos que cualquier otro
presidente. También le
hizo un desplante su propio equipo de Seguridad Nacional cuando propuso modestos cambios en el
sistema hace unos meses.
Sólo podemos imaginar qué horrores nos deparará el mandato del Presidente
Trump, pero lo que sí sabemos a ciencia cierta es que tendrá a su disposición
todas las herramientas para causar estragos en nuestro país y en el mundo
entero. Lo tendríamos que haber visto venir, y tendríamos que haber puesto en
marcha dispositivos de seguridad para limitar el daño que podía causar.
Ahora puede ser demasiado tarde.
Traducción de Lucía Balducci
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|