LA VERDAD: "... la guerra en Afganistán era, es y siempre será catastrófica e inmoral".
Nota: El Mundo no Puede Esperar está orgulloso de ser una de las muy pocas
organizaciones estadounidenses que han perseverado, desde que Bush dejó la
presidencia, en oponerse a los crímenes de "nuestro" gobierno,
incluida la totalidad de la guerra interminable contra el mundo.
Asesoramiento y lecciones de una activista afgana por la paz
Vincent Emanuele
TeleSUR
19 de noviembre de 2015
La guerra en Afganistán era un tema tabú incluso
para el movimiento contra la guerra (2002-2007).
Hace varios años, tuve la oportunidad de trabajar con Suraia Suhar, una mujer nacida
en Afganistán que ahora vive en Toronto, Canadá. En ese momento, Suraia estaba
organizando a los afganos por la Paz (AFP), y yo estaba sirviendo en la junta
directiva de Veteranos de Irak Contra la Guerra (IVAW).
Ya en 2012, la OTAN celebró su cumbre anual en Chicago, donde miles de manifestantes
contra la guerra se presentaron para apoyar a AFP e IVAW, y para protestar
contra el militarismo en curso y en constante expansión de la OTAN. Los mítines
y acciones culminaron con los miembros de IVAW descartando sus medallas,
haciéndose eco de las acciones de Dewey Canyon III en 1971, cuando los Veteranos
de Vietnam Contra la Guerra tiraron sus recuerdos militares en las escalinatas
del Capitolio en Washington DC.
Las protestas anti-OTAN fueron las últimas manifestaciones masivas contra la guerra
que tuvieron lugar en los EE.UU. Desde entonces, e inclusive en los años
anteriores (2008-2012), el movimiento contra la guerra ha sido casi
inexistente. Sin embargo, aun cuando el movimiento contra la guerra estaba
activo y visible (2002-2007), la guerra en Afganistán era un tema tabú. En
resumen, los Progresistas e Izquierdistas en América del Norte nunca han
llegado a un acuerdo en el hecho de que la guerra en Afganistán fue, es y
siempre será, catastrófica e inmoral.
Nada menos que hace un par de semanas, como sabe la mayoría de la gente, el ejército
estadounidense bombardeó un hospital civil en Kunduz, Afganistán, matando a 12
miembros de la organización de salud, Médicos sin Fronteras, junto con 10
civiles afganos que estaban siendo tratados por enfermedades vinculadas a la
actual ocupación de la OTAN. Sin duda, el horror continúa para el pueblo
afgano, y sin un final a la vista, ya que Obama decidió que mantendría 5 mil
500 soldados en Afganistán hasta que salga del cargo en enero de 2017.
Recientemente tuve la oportunidad de hablar brevemente con Suraia, quien actualmente trabaja
con organizaciones antirracistas en Toronto. Cuando le pregunté sobre el
bombardeo en Kunduz, Suraia dijo que el mundo debe apoyar la campaña actual de
Médicos sin Fronteras y esperaba que se utilice este brutal evento para aplicar
presión política, tanto en los EE.UU como en el extranjero. Lo que se necesita,
según Suhar, es una investigación independiente. Como IVAW demostró con sus
audiencias de ‘Winter Soldier’, el ejército estadounidense no investiga
adecuadamente sus propias acciones. Cuando los militares investigan y
ocasionalmente enjuician, soldados de baja graduación y mujeres son los que
enfrentan la música, no los oficiales de alto rango.
Respecto al reciente anuncio de Obama en relación con los niveles de tropas estadounidenses
en Afganistán, dijo, "Es sólo una extensión de la actual ocupación. En
cuanto al futuro, bueno, creo que mucho de eso dependerá de quien sea elegido
después de que Obama deje el cargo". En otras palabras, "Obviamente
Trump tendría un enfoque diferente de la política exterior de Sanders. Y dada
su reputación, me preocupa que un gobierno de Clinton daría lugar a más
políticas de halcón de guerra en el extranjero que las fracasadas políticas de Obama".
¿Y sobre las mujeres afganas? Suraia no lo cree. "Este es un argumento
orientalista cansado y desacreditado. Teniendo en cuenta que vivimos en la era
de la información, mi esperanza es que aquellos que creen y repiten estas
afirmaciones hagan el esfuerzo de leer los informes estadísticos sobre la calidad
de vida de las mujeres en Afganistán, y vean que los avances, aunque con
resultados deficientes, tienen poco o nada que ver con la guerra militar".
Resulta que las bombas son propicias para la igualdad de género o los derechos
políticos – imagine eso.
De hecho, las bombas y los ataques de la OTAN han creado más inseguridad.
"Toda la ocupación ha sido plagada de corrupción, escaladas de violencia,
muertes evitables, y aún más falta de poder para el pueblo afgano. El elevado
número de desplazados internos y el aumento de refugiados son evidentes signos
del deterioro de la seguridad en Afganistán". De hecho, la situación sigue
deteriorándose en Afganistán.
"Afganistán fue considerada la guerra buena (legal) y una respuesta justificada a
Septiembre 11. Casi inmediatamente el alarmismo fue alimentado con un aumento
de islamofobia y xenofobia, y la prensa no tuvo problemas para propagar la
retórica anti-terrorista en forma de patrioterismo". Además, Suhar señala
que: "Cuando la guerra de Afganistán se intensificó a finales de 2009, un
demócrata (Obama) estaba en el poder, por lo que el movimiento contra la
guerra, posteriormente, y cobardemente podría añadir, se disipó. Fue
decepcionante por decir lo menos".
¿Crítica mordaz? No hay duda. Pero verdadera, no obstante. Personalmente puedo dar fe de
la posición cobarde que muchas organizaciones pacifistas tomaron con respecto a
la guerra en Afganistán. Incluso de Izquierda, nunca entendieron cómo
hacer frente a la "guerra buena". Parte del problema, al menos desde
mi punto de vista, es que hemos hecho un mal trabajo educando a los activistas
por la paz y la justicia sobre el Imperio Estadounidense, su historia y el
legado de las llamadas intervenciones humanitarias y operaciones de contrainsurgencia.
En lo que se refiere al movimiento contra la guerra, le pregunté Suraia qué consejo
tendría para aquellos que buscan reconstruir el movimiento, o mejor aún,
construir un nuevo movimiento para oponerse al militarismo y el imperio.
"No puedo hacer suficiente hincapié en la importancia de trabajar junto a
personas procedentes de Afganistán que están bien informadas, con experiencia,
y ya están haciendo organización comunitaria. Esto va para todas las
regiones en conflicto en las que el movimiento contra la guerra está involucrado"
Además, de acuerdo a Suhar, "Yo también creo que es importante saber cómo
contrarrestar y encontrar soluciones alternativas a la guerra militar, un mejor
entendimiento del desarrollo sustentable a largo plazo, la justicia
restaurativa y la reparación serían de tremenda ayuda al movimiento por la
paz". Además, "El movimiento contra la guerra debe ser consciente de
los problemas que pueden surgir de ciertas áreas de la política de identidad.
Un ejemplo de esto es celebrar la diversidad en el ejército de Estados Unidos,
cuando ese militar todavía está sirviendo a los intereses del Gobierno y corporaciones".
Al final de la conversación, le pregunté a Suraia como ha sido la vida para ella,
una mujer afgana, franca y pública que vive en Toronto:
Creo que más personas están tomando conciencia de que el actual clima de islamofobia
y racismo se ha utilizado para apoyar políticas de estados policiales, guerras
en el extranjero y leyes en contra de las libertades civiles, así que ha habido
una creciente resistencia a las mismas. Para ser clara, ser mujer afgana,
franca y pública, que vive en América del Norte en el mundo post-9/11, no he
estado exenta de desafíos.
Al encontrarme con visiones fuertemente sesgadas y desinformadas, una cosa que he
notado es el constante criticismo sexista dirigido a mí y a las mujeres afganas
con las que he trabajado, que han venido de muchas fuentes –los señores de la
guerra afganos que apoyan la misión de la OTAN, figuras de los medios
neoconservadores y sus seguidores, y racistas en general. Tenga en cuenta que
estoy hablando de los canadienses aquí. Nos han dirigido ataques virulentos y
acoso en línea por ser mujeres musulmanas de Afganistán con una opinión
política, que por supuesto es diferente de la de ellos. Esto revela su hipocresía
al reclamar que apoyan los derechos de las mujeres y su liberación a través de
guerras occidentales. Son inevitables los ataques, por lo que he llegado a
esperar que sucedan. Me doy cuenta que la intención es silenciar la disidencia,
pero es una táctica cobarde. Una buena defensa es la transparencia y el apoyo
de los aliados.
Los consejos y reflexiones de Suraia son
muy similares a la orientación y reflexiones que he escuchado de otros afganos
e iraquíes en los últimos años. En resumen, estos activistas necesitan
solidaridad y verdaderos aliados - aliados que estén dispuestos a dejar de lado
las pequeñas diferencias en la búsqueda de poner fin al imperio estadounidense
en el extranjero, la islamofobia y el militarismo en casa. Después de todo,
estamos hablando de la guerra, así que vamos a tomarlo en serio mis amigos,
porque nuestros hermanos y hermanas en el extranjero requieren nuestra
solidaridad y compromiso.
**Vicente Emanuele puede ser contactado en vincent.emanuele333@gmail.com**
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|