89% DE ASESINADOS CON DRONES DE EEUU
EN PAKISTÁN NO ERAN MILITANTES ISLÁMICOS
14 de octubre de 2015 mapochopress
Las 25 noticias más censuradas 2015 (03)
89% de asesinados con drones de EEUU en Pakistán no eran
militantes islámicos
Proyecto Censurado – Traducción: Ernesto Carmona
El 89% de las víctimas paquistaníes de los
drones estadounidenses ni siquiera fueron identificadas como militantes
islámicos. Desde que Barack Obama asumió la presidencia en 2009, se calcula que
EEUU dio muerte a 2.464 personas en ataques con aviones no tripulados enviados
fuera de lo que Washington declaró “zonas de guerra”.
La cifra fue publicada en febrero 2015 por Jack Serle y el equipo de la Oficina de
Periodismo de Investigación, quienes mantienen una base de datos con todos los
ataques conocidos, basándose en trabajo de campo, informes de medios y fuga de
documentos, que proporcionan una imagen más clara de la escala y el impacto del
programa secreto de aviones no tripulados de Estados Unidos en comparación con
la información episódica ofrecida por los medios corporativos de información.
De acuerdo con datos de la Oficina, los miembros de al-Qaeda representan sólo el 4
por ciento del total de 2.379 personas que murieron por ataques de aviones no
tripulados estadounidenses en Pakistán a octubre de 2014, poco más de diez años
después de los primeros de ataques ordenados por G. Bush. Del total de muertes,
alrededor del 30 por ciento podría ser identificado y 11 por ciento se define
como militantes. Poco se sabe acerca de las 1.675 víctimas restantes no
identificadas. La Oficina de Periodismo de Investigación informó estos números
después de un año de recopilar información en varias fuentes a fin de
proporcionar una visión general de las bajas en ataques de drones.
Las misiones de ataques mortales selectivos con aviones estadounidenses no
tripulados se efectúan principalmente sobre Pakistán, donde la CIA tiene como
objetivo debilitar a al-Qaeda y limitar sus movimientos a la vecina Afganistán.
El uso de aviones no tripulados es visto como una forma de esconder la
participación de EEUU y eludir el resentimiento en un país que el New Yorker caracteriza como “inestable” y que se sabe posee más de
un centenar de armas nucleares. Aunque la guerra no oficial con drones para
controlar la frontera entre Pakistán y Afganistán terminó a mediados de 2013,
la campaña de ataques con aviones no tripulados continuó con cinco bombardeos
registrados en enero de 2015, la cifra más alta desde julio de 2014. En enero
se registraron ataques adicionales para matar al menos 45 personas en Somalia y
tres en Yemen, donde una de las víctimas fue un niño de doce años.
Las conclusiones de la Oficina de Periodismo de Investigación socavan la validez de
la afirmación del secretario de Estado, John Kerry, cuando dijo que “las únicas
personas que reciben ataques desde un avión no tripulado están confirmadas como
objetivos terroristas al más alto nivel”. Independientemente de si los
asesinados eran en efecto peligrosos, la incapacidad para dar cuenta de sus
identidades invita al escepticismo hacia estas operaciones militares y plantea
preocupaciones morales concernientes al respeto básico de la dignidad humana.
En abril de 2015, Jeremy Scahill informó en Intercept que el “corazón de alta tecnología del programa de
aviones no tripulados de Estados Unidos” está en una base militar
estadounidense en Ramstein, Alemania. Documentos “top secret” de Estados Unidos
obtenidos por Intercept proporcionan
“el plan más detallado visto hasta la fecha de la arquitectura técnica
utilizada para llevar a cabo ataques con aviones no tripulados Predator y
Reaper”. La mayoría de los conductores de los aviones no tripulados operan
desde EEUU, pero dependen de Ramstein para controlar sus drones.
La cobertura de noticias de los grandes medios corporativos sobre estos bombardeos
aéreos secretos de Estados Unidos tiende a nutrirse en gran medida de las
fuentes oficiales del gobierno. Muchos de estos informantes no están
autorizados para conocer cabalmente estos ataques y, mucho menos, para
discutirlos públicamente. Incluso, “miembros del Congreso han sido amordazados
por afirmaciones de ejecutivos que invocan el secreto para proteger la
seguridad nacional y/o cooptados por los grupos de presión que representan a
los fabricantes de aviones no tripulados”, afirmó Andy Lee Roth en Censored 2013 (1).
A veces, en ocasiones excepcionales, obligan a los funcionarios del gobierno a
revelar más sobre estos programas secretos de exterminio. Por ejemplo, en abril
de 2015, el presidente Obama se disculpó públicamente por un ataque de drone
que en enero dio muerte accidental en Pakistán a dos rehenes de Al Qaeda, entre
ellos el trabajador humanitario estadounidense Warren Weinstein. La cobertura
de The New York Times incluyó un análisis de la noticia en primera plana,
escrito por Scott Shane, quien criticó el programa de ataques con drones. Por
ejemplo, el artículo citó a Micah Zenko, un erudito del Consejo de Relaciones
Exteriores, que criticó la declaración de Obama porque “arroja poca luz sobre
una cuestión no conocida: que la mayoría de los individuos muertos no están en
una lista de ejecuciones y que el gobierno no conoce sus nombres”.
Notablemente, el análisis de Shane utilizó la investigación de la Oficina de Periodismo de
Investigación para mostrar el alcance de los ataques con aviones no tripulados
estadounidenses en las zonas tribales de Pakistán desde 2004.
Los periodistas del New York Times Mark Mazzetti
y Matt Apuzzo también merecen reconocimiento por su informe de abril de 2015
“Apoyo profundo en Washington para las misiones de la CIA con drones”, que hizo
olas en Washington y entre el establishment de prensa para identificar públicamente a tres funcionarios
de alto rango de la CIA con papeles clave en las operaciones secretas de
aviones no tripulados. En consonancia con la práctica habitual, la CIA pidió al Times
retener los nombres. Entre los tres funcionarios de la
CIA develados por Mazzetti y Apuzzo se encuentra Michael D’Andrea, a quien
identificaron como “jefe de operaciones durante el nacimiento del programa de
detención e interrogatorios de la agencia” y posteriormente, como jefe del
Centro de Contraterrorismo de la CIA, “se convirtió en un arquitecto del
programa de asesinatos selectivos”. D’Andrea, revelaron los periodistas,
“presidió el crecimiento de la CIA en operaciones con aviones no tripulados y
cientos de ataques en Pakistán y Yemen durante los nueve años que se mantuvo en
el cargo”.
Sin embargo, los informes de Shane, Mazzetti y Apuzzo muestran lo excepcional en la
cobertura de noticias de los medios corporativos sobre los programas
estadounidenses de aviones no tripulados. Más típico en este sentido es el
tratamiento ofrecido por la revista Newsweek en una historia de portada de abril 2015:
¿Puede EEUU ganar una guerra? Esta publicación identifica los ataques con drones como
una de las “puntas gemelas de la estrategia de Estados Unidos en el extranjero”
que son “a menudo poco fiables, desacreditadas o desagradables”. El artículo se
hizo cargo de antiguas críticas de Alexander Cockburn [periodista
estadounidense nacido en Escocia fallecido en 2012], donde afirmó que los
ataques de aviones no tripulados contra presuntos objetivos de alto valor
aumentarían la violencia contra Estados Unidos y las tropas aliadas,
contrarrestándolas con la perspectiva del general retirado de la Fuerza Aérea
Michael V. Hayden, ex director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y de
la CIA, quien “insiste en que los ataques de drones sobre Al-Qaeda fueron
cruciales en la prevención de otro gran ataque contra los Estados Unidos”. La
cobertura de Newsweek citó a Hayden
al menos nueve veces por separado, más que a cualquiera otra fuente. Y no hizo
mención a las conclusiones de la Oficina de Periodismo de Investigación sobre
los civiles muertos en los ataques de drones.
*) Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno
Notas:
1) Andy Lee Roth, “Framing Al-Awlaki: Cómo funcionarios gubernamentales y medios
corporativos legitimaron un asesinato selectivo”, Censored 2013: Dispatches from the Media
Revolution, editores Mickey Huff y Andy Lee Roth [Nueva York: Seven Stories Press, 2012]., 353-54).
2) Las 25 noticias más censuradas están publicadas en castellano en:https://mapochopress.wordpress.com
Fuentes:
Jack Serle, “Almost 2,500 Now Killed by Covert US Drone Strikes Since Obama
Inauguration Six Years Ago,” Bureau of Investigative Journalism, February 2,
2015, http://www.thebureauinvestigates
.com/2015/02/02/almost-2500-killed-covert-us-drone-strikes-obama-inauguration/.
Jack Serle, “Get the Data: A List of US Air and Drone Strikes, Afghanistan 2015,”
Bureau of Investigative Journalism, February 12, 2015, http://www.thebureauinvestigates.com/2015/02/12/us-drone-war-afghanistan-list-american-air-strikes-2015/#AFG009.
Steve Coll, “The Unblinking Stare: The Drone War in Pakistan,” New Yorker, November 24, 2014,http://www.newyorker.com/magazine/2014/11/24/unblinking-stare.
Abigail Fielding-Smith, “John Kerry Says All those Fired at by Drones in Pakistan are
‘Confirmed Terrorist Targets’—But with 1,675 Unnamed Dead How Do We Know?”
Bureau of Investigative Journalism, October 23, 2014,; http://www.thebureauinvestigates.com/2014/10/23/john-kerry-says-all-those-fired-at-by-drones-in-pakistan-are-confirmed-terrorist-targets-but-with-1675-unnamed-dead-how-do-we-know/.
Jack Serle, “Only 4% of Drone Victims in Pakistan Named as al Qaeda Members,” Bureau
of Investigative Journalism, October 16, 2014, http://www.thebureauinvestigates.com/namingthedead/only-4-of-drone-victims-in-pakistan-named-as-al-qaeda-members/?lang=en.
Jeremy Scahill, “Alemania es el corazón delator de la Guerra de drone de América,” Intercept, 20 de abril de 2015, http://www.worldcantwait-la.com/scahill-alemania-es-el-corazon-delator-de-la guerra-de-drone-de-america.htm.
Estudiantes investigadores: Jordan Nakamoto (College of Marin) and Dylan Morrissey (Claremont McKenna College)
Evaluadores académicos: Susan Rahman (College of Marin) and Andy Lee Roth (Pomona College)
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