3 Años de guerra y ocupación-¡El mundo no puede esperar! Alto a la guerra- ¡FUERA BUSH Y SU GOBIERNO!
Hace tres años comenzó “el shock y pavor”: Las bombas
empezaron a llover sobre la gente de Irak y las fuerzas armadas invasoras
comenzaron su brutal ocupación. Desde entonces, se ha cometido un crimen de
guerra tras otro, empezando con la práctica sistemática de tortura en Abu Ghraib
(y en otros lugares), el bombardeo aéreo sobre Fallujah que arrojó químicos como
el fósforo blanco sobre civiles, las entradas por fuerza en las casas, la
continuación de los bombardeos, arrestos y detención –en resumen, una ocupación
imperial brutal. Esta guerra criminal e ilegítima se basó en mentiras descaradas
que el gobierno de Bush todavía se niega a reconocer. Más de 100,000 iraqíes y
2,000 soldados estadounidenses han muerto debido a esas mentiras. El gobierno de
Bush promete arrogantemente continuar la ocupación, con miras a invadir a otros
países más.
Pero en el período previo a la guerra algo más ocurrió:
Millones de personas dentro de Estados Unidos salieron a la calle para impedir
la guerra, demostrando que esta guerra y este régimen NO representan la voluntad
del pueblo. Este movimiento anti-guerra expuso las mentiras de Bush y tomó
partido con la gente del mundo, incluyendo a los directamente amenazados.
El Mundo No Puede Esperar-Hay que Sacar Corriendo al Gobierno
de Bush se uniremos a las protestas de primavera por todo Estados Unidos para
demandar el fin inmediato a esa guerra. Claramente, la gente de Irak no puede
esperar un día más para que termine la brutal ocupación.
¿En esta brutal guerra de ocupación, hay una distinción entre
la gente de Estados Unidos y el gobierno ? La gente de todo el mundo está
observando para ver si la gente de este país se está dejando llevar o si alzará
su propia voz en las calles y en la creciente resistencia multifacética.
¿Qué se requiere para parar esta guerra?
Al unirnos en las calles para parar la guerra, tenemos que
hablar de qué se requiere para lograr ese objetivo. Los que han tomado
posiciones firmes y sin pedir disculpas, como Cindy Sheehan, han electrizado a
mucha gente que ya estaba harta, incluyendo las familias militares. Unos dicen
que la demanda de un alto inmediato a la guerra es simplemente una “política de
calcomanías”, pero lo que temen en realidad es la resistencia que no se limite a
la política y los intereses de los que hacen la guerra.
A pesar del hecho de que ahora hay más gente que se opone a
la guerra que la apoya– y que la situación en Irak va de mal en peor – el
gobierno de Bush sigue siendo resuelto a ganar la “guerra al terror” y ahora
amenaza a Irán. Los demócratas fundamentalmente han aceptado estos términos
políticos; desde un principio, votaron a favor de la guerra y, a pesar de hacer
ruidos sobre el hecho de que se basó en mentiras, ahora hablan principalmente de
cómo proseguirla con éxito. Esta semana, en otra demostración vergonzosa de su
servilismo al programa de la guerra, votaron a favor de renovar la "Ley
Patriota" en forma permanente.
En la última elección presidencial, los jefes demócratas
canalizaron el sentimiento anti-guerra hacia Kucinech, luego a Howard Dean y
finalmente a Kerry, que se hizo "presente" como el mejor “comandante en jefe”.
Frustrando el deseo de millones de personas, los demócratas se negaron a hacer
de la elección un referéndum sobre la guerra en Irak o sobre el camino en que el
gobierno de Bush nos está llevando al mundo entero. El gobierno de Bush impuso
sus términos de debate, los demócratas aceptaron esa lógica y todos pasaron por
alto la voluntad de la gente. Al final, gran parte del movimiento anti-guerra se
quedó desmoralizado y desmovilizado a raíz de haberse limitado a un debate sobre
quién es “elegible” en lugar de qué se requiere para realmente parar la
guerra.
Si piensas que las elecciones de 2006 van a ser diferentes,
mira lo que los demócratas ya están haciendo y diciendo. Lo mejor que pueden
ofrecer es decir que si bien la guerra comenzó por motivos equivocados, “ahora
que estamos ahí tenemos que dejar el trabajo bien hecho”. Howard Dean propone
“la reubicación estratégica” como el plan demócrata para Irak. Ese plan
contempla sacar tropas de Irak para apostar la mayoría en bases militares
permanentes en el Medio Oriente y continuar la ocupación con más bombardeos
aéreos (resultando en más muertes de civiles). [Haz click aquí para ver más
información sobre el plan demócrata de "reubicación estratégica" y el Plan
Murtha].
Hay más: Cuando han surgido candidatos que expresan algo
similar a la voluntad de decenas de millones de personas de este país, y
encuentran una acogida entre el público, los líderes del Partido Demócrata los
han desanimado o saboteado. Hace poco, Harry Reid y Chuck Schumer le presionaron
a renunciar su candidatura a Paul Hackett, un veterano de la guerra de Irak que
estaba ganando mucho apoyo como candidato demócrata al Senado en Ohio (incluso
en las “áreas rojas”). De hecho, las mismas posturas que le ganaron popularidad
–sus llamados a poner fin inmediatamente a la ocupación de Irak, su comentario
de que al Partido Republicano lo secuestraron extremistas religiosos “no son tan
diferentes a Osama Bin Laden”--le ganaron la tajante oposición de los líderes
del Partido Demócrata. Como dijo Hackett, “Para mí, esta es una segunda
traición. Primero, mi gobierno abusó y manejó mal a las fuerzas militares en
Irak, y ahora mi propio partido teme apoyarles a candidatos como yo”.
Si vamos a poner fin a esa guerra, se requerirá algo
radicalmente diferente a cifrar nuestras esperanzas y energías en “líderes” que
de hecho apoyan la guerra. Se requerirá la creación de una dinámica política
diferente: la actividad política independiente de millones de personas,
manteniéndos firmes en nuestros principios y nuestra oposición a una guerra
injusta, ilegítima e inmoral. Piensa en lo que se requerió para poner fin a la
guerra de Vietnam: la oposición masiva en todo el mundo y dentro de Estados
Unidos, y la deserción militar en gran escala. Aunque esta es una guerra
diferente que ocurre en un contexto diferente (y más peligroso), podemos
aprender de ese ejemplo de un movimiento que actuó con conciencia y se extendió
por toda la sociedad.
Lo que parará la guerra en Irak es la actividad de millones
de personas que se niegan a apoyarla, pelear en ella, ayudarla o ser cómplice de
ella en cualquier forma. Si rehusamos apoyar la tortura, la rendición, la guerra
química y cualquiera otra atrocidad, y al contrario construyemos un movimiento
que la pare en seco, aceptando incluso el trabajo duro y los riesgos necesarios
(como los soldados que se niegan a luchar, los estudiantes que echan a los
reclutadores militares de sus escuelas y las crecientes acciones de
desobediencia civil). En cuanto esa dinámica vaya en aumento, se obligará a los
que están en el poder a responder según los términos impuestos por millones de
personas en las calles. Y si quieres que los demócratas hagan lo correcto, esto
no va a ocurrir sin esta clase de movimiento que hemos descrito.
Parar la guerra y sacar corriendo al gobierno de Bush
La guerra en sí es parte de un programa peligroso más amplio.
Tras el 11 de septiembre, el gobierno de Bush comenzó una guerra que, según
prometió, va a durar generaciones. Una guerra por imperio y para reconfigurar el
mundo y la sociedad estadounidense. Si te fijas en lo que ha pasado este año –
una nueva Suprema Corte lista para prohibir el aborto y la acción afirmativa, la
renovación permanente de la Ley Patriota, la legalización del espionaje de la
NSA y en ciernes la posibilidad de un ataque a Irán - este programa ya está en
marcha a todo vapor. Se han legalizado la guerra preventiva, la tortura y la
detención indefinida basada en nada más que la palabra del comandante en jefe.
Se está reformando la sociedad de manera fascista. Y la política oficial del
país va siguiendo la pauta marcada.
Estamos frente a algo enorme, y lo único que puede pararlo es
una población que dice ¡Basta Ya! Hay que sacar corriendo a este gobierno y
depende de nosotros hacerlo. El camino hacia una teocracia fundamentalista
cristiana, la promulgación de restricciones policiales estatales, una rama
“ejecutiva unitaria” que roba elecciones y suprime la oposición, la prohibición
del aborto en Dakota del Sur, y un estado de guerra permanente: hay que verlos
como un conjunto y pararlo.
Hay que parar la guerra en Irak y eso requiere un resuelto
movimiento de base. Pero al mismo tiempo, hay que reconocer que eso es
inseparable de la lucha enorme sobre la dirección en que va la sociedad
estadounidense y el papel que debe jugar en el mundo.
Como dice la Convocatoria de El Mundo No Puede Esperar- Hay
que Sacar Corriendo al Gobierno de Bush:
Es necesario dejar de luchar contra las
atrocidades de Bush una por una, perdiendo terreno constantemente. Debemos y
podemos crear un clima político que repudie el gobierno de Bush, que lo saque
corriendo y que cambie el rumbo por el que ha encaminado la sociedad. Nosotros,
a millones, debemos y podemos responsabilizarnos por cambiar el curso de la
historia...
La neta: la historia está repleta de luchas
justas que triunfaron contra enemigos superiores. Pero también está llena de
ejemplos de gente que se mantuvo al margen, esperando pasivamente que pasara la
tormenta, y quedó ahogada por horrores que no se imaginó. El futuro no está
escrito. EL FUTURO QUE NOS TOQUE DEPENDE DE NOSOTROS
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"Reubicación
estratégica" La nueva estrategia de evasivas de los
Demócratas, Bruce K. Gagnon
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