Una lección de la historia: Operación Zorro del Desierto, Irak,
1998
Larry Everest | 23 de septiembre de 2013 | Periódico
Revolución | revcom.us
Toda persona que piense que las “inspecciones de armas” o el “desarme”
realizados por entidades dirigidas por Estados Unidos representan un paso
adelante, o cualquier cosa menos otra forma de intervención y agresión
imperialista, necesita estudiar y reflexionar sobre las lecciones de la
Operación Zorro del Desierto.
El 16 de diciembre de 1998, el presidente Bill Clinton se dirigió al país por
la televisión. Declaró: “He ordenado a las fuerzas armadas de Estados Unidos a
atacar a blancos militares y de seguridad en Irak. Las fuerzas británicas están
participando. La misión es la de atacar a los programas nucleares, químicos y
biológicos y su capacidad militar para amenazar a sus vecinos. El propósito es
el de proteger los intereses nacionales de Estados Unidos y de hecho los
intereses del pueblo de todo el Medio Oriente y del mundo. No se debe permitir
que Sadam Husein amenace a sus vecinos o al mundo con armas nucleares, gas
venenoso o armas biológicas”.
Clinton afirmó que se vio obligado a tomar esta medida porque “Sadam Husein
anunció que ya no iba a cooperar con los inspectores de armas de las Naciones
Unidas”, los que pretenden controlar “la eliminación de la capacidad de Irak
para mantener, crear y usar armas de destrucción masiva”. Clinton acusó a Irak
de negarse a “acatar” las resoluciones de la ONU, y citó a los inspectores de
que “el comportamiento de Irak aseguró que no se podía avanzar en la esfera del
desarme”.
Esa noche, Estados Unidos e Inglaterra lanzaron la Operación Zorro del
Desierto, una campaña de cuatro días de ataques de misiles crucero y bombardeos
contra blancos iraquíes. Lo hicieron sin la autorización del Consejo de
Seguridad de la ONU. Durante 100 horas, azotaron a Irak con 415 misiles crucero
y 600 bombas guiadas por láser.
He aquí lo que Clinton no le dijo al pueblo:
- En realidad, Irak había cooperado mucho con los
inspectores de la ONU. Seis meses después del fin de la Guerra del Golfo de
1991, estaban descubriendo y destruyendo programas de armas de Irak. Según un
desertor de alto nivel, Irak definitivamente había destruido todas sus armas de
destrucción masiva para los finales de los años 1990, y posiblemente para los
principios de esa década. En octubre de 1998, el Organismo Internacional de
Energía Atómica certificó que Irak lo había dado un inventario “completo,
definitivo y global” de sus programas de armas nucleares, y el organismo no
había encontrado ninguna evidencia de actividades nucleares prohibidas desde el
octubre de 1997. Un año más tarde, la comisión sobre el desarme del Consejo de
Seguridad de la ONU concluyó: “Aunque todavía queden por resolver elementos
importantes, se ha eliminado la mayoría de los proscritos programas de armas de
Irak”.
- Miembros de la Comisión Especial de las Naciones
Unidas (UNSCOM), encargados de hacer las inspecciones de armas (el 37% de los
cuales eran estadounidenses), también espiaban a Irak. Por ejemplo, instalaron
dispositivos secretos de alta tecnología para monitorear al gobierno iraquí y
sus comunicaciones militares, incluyendo las actividades de Sadam Husein.
- Richard Butler, el jefe de la UNSCOM en 1997 y
1998, hablaba diariamente con Sandy Berger, el asesor de Seguridad Nacional del
presidente Clinton. Estados Unidos hasta leía y autorizaba los informes de
Butler. Los inspectores de la UNSCOM realizaban inspecciones sorpresa (en
violación a los protocolos establecidos con Irak) con el fin de provocar
confrontaciones, las cuales Estados Unidos aprovechaba para sostener que Irak no
acataba las inspecciones.
- Aunque el informe de Butler de mediados de
diciembre al Consejo de Seguridad de la ONU aseveró que los inspectores de armas
no habían realizado “ningún progreso” en el mes anterior, el contenido del
informe sólo pudo citar cinco incidentes —de entre 300 inspecciones— en las que
existió alguna controversia.
- Los objetivos de Estados Unidos no fueron
simplemente los de desarmar a Irak, pero sí debilitarlo como potencia regional y
derrocar a Sadam Husein a fin de contribuir a conservar la dominación regional
de Estados Unidos — no simplemente quitarle de armas de destrucción masiva a
Irak.
- Estados Unidos estaba “centrándose” ilegalmente
en asesinar a Sadam Husein: los objetivos de la Operación Zorro del Desierto
incluyeron a las casas donde creían que el presidente iraquí pasaba ratos con
sus amantes. Según el New York Times, algunos objetivos “se eligieron
debido a la información obtenida del espionaje dirigido por Estados Unidos”
utilizando las inspecciones de armas.
- Según el inspector de armas de la ONU, Scott
Ritter: “Cuando Estados Unidos bombardeó, se fue sobre más de cien blancos que
no tenían nada que ver con las armas de destrucción masiva ni la manufactura
industrial, pero sí estaban netamente relacionados con Sadam Husein y su
seguridad. Intentaron eliminar a Sadam Husein por medio de una campaña de
bombardeos facilitada por la inteligencia recogida por los inspectores de
armas”.
En resumen, el presidente Bill Clinton mintió deliberadamente sobre
lo que Estados Unidos hacía y los motivos para disculpar, justificar y encubrir
la agresión y los crímenes de guerra de Estados Unidos. Sus mentiras no
se distinguieron fundamentalmente a las del presidente George W. Bush y el
vicepresidente Richard Cheney en 2002 y 2003; contribuyeron a sentar las bases
para la invasión estadounidense a Irak de 2003.
Lea un análisis extenso en Larry Everest, Oil, Power & Empire: Iraq
and the U.S. Global Agenda (Common Courage 2004), capítulo 7, “The Great
WMD Flim Flam”, pp. 200-204.
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