"Dinero para trabajos, no para la guerra":
chovinismo estadounidense + ilusiones reformistas
Larry Everest 15 de mayo de 2012 Del sitio de web Revolución
"¡Dinero para trabajo y educación! ¡Trabajos y educación, No a la guerra y
ocupación!" Esta es la consigna que la Coalición ANSWER está planteando este mes
para las venideras protestas anti-OTAN en Chicago, y otros grupos están
presentando demandas similares.
Esta consigna es profundamente errónea y dañina tanto en términos de una
moral que corresponde realmente a los intereses de la humanidad, y en términos
de un análisis científico del imperialismo y la guerra.
¿Por qué las demandas anti-guerra deberían enfocarse en primer lugar en el
impacto de la guerra sobre la vida de los estadounidenses y no sobre las
víctimas de la agresión de Estados Unidos: paquistaníes asesinados en los
ataques aéreos de los aviones no tripulados estadounidenses, iraquíes detenidos
y torturados por las fuerzas estadounidenses, afganis capturados y aterrorizados
en redadas nocturnas, entre un sinnúmero más? ¿No son sus vidas tan valiosas
como las vidas de aquellos que por casualidad viven en Estados Unidos?
"Dinero para trabajos, no para la guerra" afirma que la vida de los
estadounidenses es más importante que la vida de otras personas. Esta lógica va
de la mano con el modo de pensar que fomentan incesantemente los gobernantes del
sistema y su maquinaria mediática y lo amplifica: que la vida de los
estadounidenses está en primer lugar. Ese es el modo de pensar con el que los
gobernantes cuentan para justificar y crear apoyo público (o consentimiento)
para sus guerras depredadoras por el imperio.
La consigna también promueve la idea de que los que mandan el poder político,
bajo la presión de un número suficiente de personas, podrían reducir el gasto
militar, dejar de atacar a otros países y emplear este dinero en trabajos,
educación y programas de bienestar social en el territorio nacional. ¡Pero esta
no es la manera en que opera concretamente el sistema! Las guerras, las
invasiones y ocupaciones no son políticas de un grupo de políticos u otro, ni
decisiones arbitrarias tomadas por este o aquel presidente. En esta etapa de la
historia, el capitalismo es un sistema global con los Estados Unidos como la
potencia capitalista imperialista más dominante en el mundo, presidiendo sobre
un imperio mundial de explotación. Este imperio descansa en la dominación de los
países oprimidos donde vive la abrumadora mayoría de la humanidad y en el
control del trabajo, los mercados y los recursos. Esto implica la represión
violenta de las masas del pueblo en las zonas dominadas y también la lucha
contra los desafíos de otros imperialistas al igual que otras fuerzas emergentes
que se cruzan en su camino. Todo eso necesita de una monstruosamente grande
maquinaria militar que se despliega a escala mundial, con bases en más de 100
países y guerras cuando sean necesarias.
Las guerras de dominación en el Medio Oriente, Asia central y en otras partes
no "interfieren" con el funcionamiento del capital de Estados Unidos; estas son
absolutamente esenciales para este capital y para el dominio global de Estados
Unidos. Por eso, los gobernantes de Estados Unidos tienen una necesidad y están
dispuestos a erogar millones de millones de dólares para sus fuerzas armadas,
inclusive durante tiempos de severa crisis económica y presión fiscal, no
importa quién este sentado en la Casa Blanca o en el Congreso.
Este sistema global de capitalismo-imperialismo encabezado por Estados Unidos
es la causa principal de los horrores que atormentan a tantas personas a través
del globo, desde la limpieza étnica y el lento genocidio del pueblo palestino
por Estados Unidos e Israel, hasta la encarcelación en masa y el lento genocidio
del pueblo negro en Estados Unidos; desde la violación del planeta hasta la
denigración y violencia sistemática contra las mujeres, en Estados Unidos y por
todo el mundo; desde la extrema privación y la hambruna que viven miles de
millones de personas por todo el planeta hasta la creciente pobreza y
desesperanza que viven millones de personas en Estados Unidos.
Los gobernantes en esas metrópolis imperialistas reparten algo del botín del
imperio para proporcionar un nivel más alto en el estándar de vida que en las
naciones oprimidas y asegurar la paz social y lealtad en el territorio nacional
(que el "dinero para trabajos, no para la guerra" fomenta). ¡En Estados Unidos,
la gente debería rechazar ese asqueroso pacto! En Estados Unidos, le corresponde
a la gran mayoría de la gente un profundo interés de reconocer la causa común
con los pueblos oprimidos del mundo, y no de ponerse del lado de "sus"
gobernantes. Eso significa fomentar una moral que declare que "¡La vida de los
estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países!" y no
rinde pleitesía al chovinismo estadounidense, que fortalece el sistema
responsable de tanta miseria. Esto significa que la gente no debe presionar a
aquellos en la cima para que "eroguen más en trabajos", pero exigir clara e
inequívocamente un ALTO a los horrores que Estados Unidos comete alrededor del
mundo.
Por medio de este proceso de oponer una activa resistencia a la agresión de
Estados Unidos y la mentalidad de "Estados Unidos Número Uno" que fomentan para
justificarla, se puede y se debe ganar a las personas para que tomen cuenta cada
vez más que este sistema y este estado capitalistas son totalmente irreformables
y se requerirá una revolución para deshacernos de los mismos, poniendo fin a sus
guerras depredadoras de una vez por todas y creando un sistema y estado
completamente nuevos que corresponden a los verdaderos intereses del pueblo en
Estados Unidos y de todo el mundo.
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