Redadas de Estados Unidos: Terror de alta tecnología en
Afganistán
Larry Everest Revolución #221, 9 de enero de
2011
El 6 de febrero de 2009, las fuerzas de la OTAN al mando de Estados Unidos
atacaron dos casas en una "redada nocturna" en una aldea cerca de Shar-e-Safa en
la provincia de Zabul, Afganistán. Son seis los muertos y dos arrestados. El
Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) emitió un comunicado de prensa de
que aquellos que murieron eran "militantes" mientras que "se puso a salvo a 24
mujeres y 45 niños".
(centcom.mil/press-releases/ansf-coalition-forces-further-disable-ied-cells-in-khowst-and-zabul)
Los funcionarios de la localidad denunciaron que aquellos que murieron eran
civiles inocentes. "Mataron a seis personas en las dos casas y arrestaron a dos
más, todos eran civiles", le dijo Mohammed Khasin Graned, jefe del Consejo
Provincial, a la agencia noticiosa china Xinhua el mismo día que CENTCOM
emitiera el comunicado. También dijo los aldeanos estaban planeando lanzar una
protesta en contra de estas muertes. ("Raid of international troops kills 6
civilians en S Afghanistan", People’s Daily Online, 6 de febrero de
2009)
En el mejor de los casos, el ataque encabezado por Estados Unidos recibió
poca cobertura, si es que la hubo, en los medios de Estados Unidos. Pero ahora
los cables secretos del Departamento de Estado publicados por Wikileaks
presentan una imagen de la clase de ataques y el escalamiento de la matanza que
EE.UU. sigue realizando a través de Afganistán bajo la presidencia de Obama y la
ira que está generando en la población de Afganistán. Y una mirada más profunda
al patrón de tales matanzas da una vislumbre de la naturaleza
de la guerra sangrienta de EE.UU. en Afganistán.
"Cuando en las aldeas se escucha el sonido de los
helicópteros en la noche…"
El 12 de febrero de 2009 un cable del Departamento de Estado da un sentido de
la naturaleza de las redadas nocturnas de EE.UU. como la del 6 de febrero de
2009. Presenta una imagen de la intensa reacción provocada por los ataques de
las fuerzas especiales del 6 de febrero. Una delegación de ancianos tribales,
líderes religiosos y miembros del Consejo Provincial les dijeron a los
funcionarios de EE.UU.: "Paren las redadas nocturnas que aterrorizan a las
mujeres y niños". Les dijeron a los funcionarios de EE.UU. que "muchas familias
del distrito han abandonado sus casas y animales" y que "cuando los aldeanos
escuchan el sonido de los helicópteros en la noche, los hombre huyen a las
cuevas de miedo, no por culpa".
Manifestaciones de 300 y después de 800 personas se dieron en el pueblo de
Qalat en los días posteriores a las muertes. Los funcionarios afganis les
dijeron a los funcionarios de EE.UU. que la atmósfera en los mítines era
"aterradora" y de "miedo".
La provincia de Zabul, donde se dieron los ataques del 6 de febrero, tiene
una población de aproximadamente 270.000 personas. Localizada en el sur de
Afganistán, es una de las regiones más remotas y empobrecidas en uno de los
países más pobres del mundo. Tres décadas de invasiones y guerras imperialistas
(desde la invasión de los soviéticos de 1979 hasta la invasión y ocupación de
EE.UU.) han desbaratado los canales de irrigación esenciales para el cultivo de
trigo, almendras, uvas y albaricoques. Ahora la amapola es uno de los pocos
cultivos que se siembran. Menos del 10% de la población sabe leer; de las 136
escuelas del distrito, solamente diez están funcionando (Washington
Post, 1º de mayo de 2009).
El cable del 12 de febrero de 2009 del Departamento de Estado anotó: "Otra
operación especial con víctimas podría inclinar la balanza en Zabul hacia las
fuerzas anti-coalición" y que existe "la firme convicción pública de que las
fuerzas de la coalición de EE.UU. están matando a civiles y maltratando a las
mujeres". ("US embassy cables: Afghan tribal elders threaten to ‘fight Nato like
the Soviets’", Guardian UK, 3 de diciembre de 2010)
Las redadas nocturnas que matan a mujeres, niños y otros tienen el propósito
de una atmósfera de terror generalizado entre la población civil y lo están
logrando. A pesar de la extendida indignación entre la población civil afgani
que señalan los cables diplomáticos publicados en Wikileaks y en otras partes,
estas redadas son una parte fundamental de la guerra de Estados Unidos y sus
aliados en Afganistán.
Los cables del Departamento de Estado reportan sobre una serie anterior de
redadas nocturnas similares a través de Zabul en diciembre del 2008 y enero del
2009.
Un cable del 19 de enero de 2009 describe la protesta generalizada después de
que "al menos seis operaciones desde mediados de diciembre" suscitaron
acusaciones de "muertes de civiles" y "detenciones injustificadas". El cable
también reporta: "Dos misiones de operaciones especiales en diciembre del 2008
en el distrito de Arghandab supuestamente desplazaron casi 200 familias, las que
huyeron a Qalat [un pueblo de algunos 10.000 habitantes y la capital de la
provincia de Zabul]". ("WikiLeaks cables: Afghan elders threaten to display
civilian victims’ bodies", Guardian UK, 3 de diciembre de 2010)
El 9 de enero, cinco personas más resultaron muertas en un ataque yanqui en
Jaldak, al suroeste de Qalat. Según el cable: "Los ancianos de Jaldak sostienen
que son inocentes las personas muertas y detenidas, hasta el extremo de negarse
a enterrar los cadáveres y amenazar con exhibirlos en la Carretera 1… entre los
cinco muertos masculinos estaban uno de 80 años, uno de 70 años, uno de 18, uno
de 20 y uno de 30 años, lo que dejó ese hogar sin hombres. El gobernador le
planteó al PRT [Equipo Provincial de Reconstrucción de la coalición de Estados
Unidos] que no eran enemigos sino aliados del gobierno".
"No les importa en absoluto si fuéramos afganis o
animales"
Esos cables, las revelaciones anteriores de Wikileaks y otros estudios
muestran que tales matanzas no son "incidentes aislados" ni errores
"lamentables", sino una parte de un patrón más grande de matanza y violencia en
aumento que tanto la coalición al mando de EE.UU. como el reaccionario Talibán
islámico fundamentalista y sus aliados están descargando sobre el pueblo
afgani.
En julio, Wikileaks publicó 92.000 informes de campo secretos hechos por el
ejército yanqui entre enero de 2004 y diciembre de 2009 los que documentan
atrocidades y crímenes de guerra generalizados, incluyendo los que enumera este
resumen de Al Jazira: "Una serie de tiroteos de parte de tropas inglesas en
zonas de no combate que resultaron en muchos civiles muertos; un ataque
desbocado en una carretera de parte de tropas estadounidenses; un niño sordo
baleado cuando no respondió a las órdenes que le gritaron; una unidad de las
fuerzas especiales de EE.UU. previamente desconocida que se reportaba
directamente a la Casa Blanca, así como una lista de ‘capturar, matar’ según la
cual operaban, y sus misiones fallidas que causaron muchas bajas, entre ellas la
muerte de niños de una escuela islámica.... Unos 200 archivos en los diarios de
guerra revelan que Task Force 373 fue una unidad de las fuerzas especiales de
EE.UU. que operaba con una lista de ‘matar o capturar’ a supuestos comandantes
del Talibán y Al Qaeda la cual se informa, incluye a una cantidad mucho mayor
que 2.000 personas". ("Searching for accountability", Al Jazira, 10 de octubre
de 2010)
También ha salido a la luz evidencia de que un "equipo de matar" ha estado
operando en la V Brigada Stryker del ejército yanqui el que ha estado matando a
civiles afganis "para divertirse" y cometiendo otros crímenes como "mutilar
cuerpos y coleccionar dedos y cráneos como trofeos". El Pentágono ha declarado
que realizará una investigación. ("US Military Investigates ‘Death Squad’
Accused of Murdering Afghans", Guardian UK, 30 de diciembre de 2010;
"Troops Accused of Killing Afghans for Sport", Washington Post, 18 de
septiembre de 2010)
La ONU informó recientemente que las fuerzas al mando de EE.UU, y el Talibán
mataron a 2.412 civiles e hirieron a 3.803 en los primeros diez meses de 2010,
un aumento de 20% en comparación con el mismo período de 2009. Afirmó que las
fuerzas de EE.UU. y la OTAN fueron responsables de matar o lesionar a 742
afganis, pero las revelaciones de Wikileaks han demostrado que no hay reportes
de una buena parte de la carnicería en Afganistán. Marc Herold, profesor adjunto
en Desarrollo Económico y Estudios de la Mujer de la Universidad de New
Hampshire y un colaborador de globalresearch.ca, calcula que las fuerzas de
EE.UU. y la OTAN han matado entre 8.705 y 10.283 civiles desde que comenzó la
guerra. (Ver "Pentagon Lies and Afghan Civilian Deaths: The Unspoken Truth",
Global Research, 8 de diciembre de 2010)
En agosto, una mujer le dijo al Washington Post: "En muchas
ocasiones las tropas de la OTAN y sus vehículos han matado a nuestra gente
inocente. No les importa en absoluto si fuéramos afganis o animales". ("Afghans
march in Kabul to denounce NATO strikes that killed civilians", Washington
Post, 2 de agosto de 2010)
Una ocupación imperialista… con cimientos de terror
¿Por qué las fuerzas armadas estadounidenses cometen tales masacres y
atrocidades, a una escala cada día mayor, a la vez que hablan de "ganar mentes y
corazones"? En nuestra próxima cobertura, exploremos lo que los cables del
Departamento de Estado publicados por Wikileaks demuestran sobre la naturaleza y
el papel del régimen de Karzai y cómo Estados Unidos ha considerado que fuera
necesario mantener y apuntalar a éste pero a la vez la situación ha estado
repleta de contradicciones agudas que representan dificultades concretas para la
realización de las metas estratégicas de Estados Unidos en Afganistán.
Cabe decir que las fuerzas armadas estadounidenses y de la OTAN en
Afganistán, y su manera de combatir, se definen en el sentido más
básico por las relaciones mundiales opresoras y explotadoras que representan e
imponen. Antes de mediados de 2009, se apoyaron fuertemente en la fuerza aérea
(con aviones no tripulados y helicópteros), armas de alta tecnología, fuertes
bombardeos de aldeas desde lejos y asesinatos indiscriminados de civiles.
A su vez, estas tácticas de guerra, de matar en masa y de manera
indiscriminada desde el cielo, suscitan aún más indignación en la sociedad
afgani en contra de Estados Unidos. En repetidas ocasiones, los analistas
militares han expresado preocupación sobre este enfoque, no sobre la inmoralidad
de las matanzas sino sobre el hecho de que tales atrocidades están haciendo que
la gente se pase a los brazos del Talibán.
En respuesta a estos grandes problemas, en el último año y medio Estados
Unidos se ha esforzado para ajustar su estrategia militar en Afganistán, según
lo que percibe como las lecciones de la genocida guerra de Vietnam. Esos ajustes
se apoyan más en el despliegue masivo de tropas terrestres, junto con ataques
aéreos; la toma y ocupación de grandes extensiones de territorio; matar a
insurgentes y luego procurar formar alianzas con las fuerzas reaccionarias
locales (inclusive sectores del Talibán dispuestos a estar integrados en los
objetivos generales de Estados Unidos), a fin de establecer un gobierno
pro-Estados Unidos. Las fuerzas armadas estadounidenses procuran "ganar los
corazones y las mentes" de los civiles, en espera de que éstos no ayuden,
secunden ni se unan a las fuerzas que combaten a Estados Unidos.
Pero, a) tales ajustes no constituyen una ocupación "más amable, más suave",
pues en 2009 el número de víctimas civiles en Afganistán llegó a su nivel más
alto desde que empezó la guerra (Informe anual de la ONU sobre la protección de
los civiles en los conflictos armados, 2009); y b) las fuerzas armadas
estadounidenses constituyen un ejército de ocupación: su misión por definición
es brutal y asesina y se trata de la dominación de Estados Unidos, y cuánto más
bombardee, mate, torture, etc., tanto más aleja al pueblo. Un objetivo central
de su guerra en Afganistán es someter, por cualquier medio necesario, a una
población que en su mayoría no quiere estar bajo la dominación extranjera. Miles
de personas en Afganistán han experimentado la brutalidad y las matanzas de las
tropas estadounidenses y desconfían si no odian a los ocupantes estadounidenses
y los lacayos afganis que Estados Unidos ha puesto en el gobierno.
La guerra de Estados Unidos en Afganistán es, ante todo, una guerra de
imperio, una guerra de dominación, una guerra que NO está al servicio de los
intereses del pueblo de Afganistán. Además, por eso, pese a los cambios que las
fuerzas armadas lleven a cabo, la brutalidad, asesinatos y matanzas de civiles
siguen siendo elementos claves de su guerra.
Las redadas nocturnas, operaciones especiales, asesinatos encubiertos,
asesinatos extrajudiciales, ataques de aviones no tripulados, contratistas
militares, detenciones y tortura en masa, y el terror en general son una parte
integral de la naturaleza de esta ocupación imperialista. Cada masacre de
civiles por Estados Unidos solamente fomenta el sentimiento anti-estadounidense,
no importa cuánto Estados Unidos procure "ganar corazones y mentes" mediante la
construcción de unas cuantas escuelas.
(Un examen a fondo de las contradicciones que enfrenta Estados Unidos en la
guerra y ocupación de Afganistán se halla en "Obama despide a McChrystal: El
despido de un criminal de guerra...y la guerra criminal en Afganistán",
Revolución #206, 4 de julio de 2010.)
Un resumen del Pentágono de la situación militar en Afganistán publicado el
16 de diciembre afirma que el aumento de 30.000 tropas de Obama, los ataques de
aviones sin tripulación y los intensificados ataques nocturnos habían debilitado
al Talibán y disminuido su influencia en sus plazas fuertes tradicionales en las
provincias de Kandahar y Helmand. El informe "señaló la utilidad de los ataques
nocturnos", según el Wall Street Journal. "Funcionarios de EE.UU. dicen
que un fuerte aumento del número de ataques ha intensificado mucho la presión
sobre los insurgentes. Dicen que su intención es mantener el ritmo de las
operaciones, si no acelerarlas. El mes pasado, el Sr. Obama rechazó el pedido
del Sr. Karzai de suspender los ataques". ("Obama Cites Afghan Gains as Report
Says Exit Is on Track", New York Times, 16 de diciembre de 2010; "U.S.
Revises Rules for Raids Touted in Review", Wall Street Journal, 16 de
diciembre de 2010)
Hace poco, el vicepresidente estadounidense Joe Biden tachó al fundador de
Wikileaks Julian Assange de "terrorista de alta tecnología". (Meet the
Press, 19 de diciembre de 2010) En realidad, son los imperialistas
estadounidenses los que son los "terroristas de alta tecnología" en Afganistán…
y en todo el mundo. Para Biden y la clase dominante estadounidense, el "crimen"
de Assange es poner al descubierto el terror y los crímenes de ellos.
Demasiadas personas han estado viendo como aceptable la guerra estadounidense
en Afganistán, y sus horrores y atrocidades. Los recientes materiales publicados
por Wikileaks han revelado con aún mayor claridad los requete-viles horrores que
se han desatado contra el pueblo de Afganistán, y el papel de Estados Unidos que
impulsa estos crímenes. Además, estas nuevas revelaciones, incluidas aquellas
publicadas por Wikileaks, de nuevo han puesto en el ojo del público a los
horrores que Estados Unidos está descargando sobre la población de Afganistán.
Urge que las personas alcen la voz y se opongan a estos criminales de guerra y
toda esta guerra criminal. Urge que forjemos una oposición de masas a la guerra
estadounidense en Afganistán, Irak y Pakistán, como una parte de construir un
movimiento para la revolución. Cuánto más el imperialismo estadounidense se tope
con grandes contradicciones, problemas, dificultades y divisiones, más el pueblo
tiene que acelerar el ritmo de la lucha contra este asesino sistema.
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