"Control de daños" y el
verdadero daño ya hecho
El desastre del petróleo en el Golfo NO ha
terminado
Revolución #209, 15 de agosto
de 2010
Orpheus Reed
Hoy, oficialmente, el desastre del petróleo en el Golfo ha sido el mayor
derrame marítimo de petróleo en la historia del mundo. Los daños son
incalculables y siguen en marcha. Pero el gobierno, que ha estado mintiendo
sobre la crisis desde el comienzo, dice: "Sigan adelante, aquí todo se ha
terminado".
Un enorme charco de petróleo y dispersantes cubre enormes extensiones del
Golfo, en su mayoría debajo de la superficie del agua. Durante más de cien días,
en este brebaje tóxico miles de especies marinas han tenido que sobrevivir. Ha
afectado a mil km de la costa, bañando de petróleo los juncos que mantienen los
humedales y pantanos y enterrando el petróleo en los sedimentos en el fondo. El
petróleo se ha extendido por los estuarios, que son los criaderos de la vida del
Golfo. Ha envenenado a miles de personas causando males en los niños con ojos
que arden, nauseas, dolores de cabeza y sarpullidos.
British Petroleum (BP), el gobierno y los medios establecidos dicen que se
mantendrá el tapón sobre el pozo y que por fin se podría detener el chorrazo de
petróleo. ¿Deberíamos creerles? Han mentido constantemente, restado importancia
y encubierto esta catástrofe a cada paso. Han impedido que observadores
independientes accedan a los datos y que investigaciones independientes
corroboren lo dicho por BP. Pero aunque el pozo resulte tapado al final, lo que
ya ha pasado es la mayor catástrofe ambiental de la historia estadounidense. Las
aguas ricas en formas de vida están contaminadas con al menos 172 millones de
galones de petróleo y 1.8 millones de galones de dispersantes químicos.
No obstante, el gobierno federal y los medios establecidos nos dicen que por
arte de magia, en su mayor parte ha desaparecido esta inmensa masa tóxica de
petróleo y que lo que quede no representa gran amenaza actual. Eso se afirma en
un informe del 4 de agosto de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica
(NOAA). Un titular del New York Times reza: "Estados Unidos determina
que la mayoría del petróleo proveniente del derrame representa poco peligro
adicional".
Robert Gibbs, vocero de la Casa Blanca, afirmó: "Creo que es relativamente
justo decir que debido a los efectos ambientales de la Madre Naturaleza, las
aguas cálidas del Golfo y la respuesta del gobierno federal, no se han
concretado ni se concretarán muchas de las situaciones catastróficas de las que
se hablaba y las cuales se repetían muchísimo".
BP ya ha disminuido los esfuerzos de limpieza, pese a que el 1º de agosto las
autoridades del estado de Luisiana citaron docenas de reportes sobre el petróleo
en la forma de un brillo, bolas de alquitrán y una espesa sopa regada por cinco
condados del delta del Misisipí.
Es cierta la posibilidad de detener el chorrazo de petróleo pero la
catástrofe dista mucho de terminarse. El argumento de que la amenaza es poca es
una descarada mentira. Apenas empiezan a manifestarse consecuencias desastrosas
y continuarán durante años: para la salud del pueblo, la actividad de su vida y
su capacidad de siquiera seguir viviendo en los lugares que aman y para los
hermosos y ricos ecosistemas del Golfo.
Aquellos que afirman que ahora podemos "dejar todo eso atrás" son los
representantes del mismo gobierno y el mismo sistema capitalista que permitió
que BP hiciera excavaciones a 1500 m de profundidad en el mar sin ningún plan
para detener un chorrazo así. Firmaron permisos para excavar sin ningún estudio
ambiental. Es la misma gente que mintió acerca de la cantidad de petróleo que
chorreaba. Atacaron a los científicos que descubrieron las gigantescas plumas de
petróleo en el Golfo. Representan a un gobierno y a un sistema entero que no
respondió de la manera necesaria a esta catástrofe.
Ahora quieren que todos "simplemente dejen atrás" una catástrofe que reveló
la incapacidad absoluta del sistema capitalista de proteger al pueblo y los
ecosistemas. Ahora quieren distanciarse del delito y encubrirlo. El pueblo tiene
que insistir en que se ponga al descubierto la magnitud del daño. Es necesario
luchar por lograr esto y las personas deben exigir que se satisfagan las
necesidades de la población en la región del Golfo y los ecosistemas, que se
responda a este desastre y que se le detenga.
Por qué no ha terminado: Mares profundos
envenenados de petróleo dispersado
El informe de la NOAA dice que se ha captado, quemado, dispersado, evaporado
o "disuelto" el 74% del petróleo vertido y que permanece el 26% en el Golfo.
Aunque se aceptaran las cifras de la NOAA, más de cien millones de galones
(del total de 206 millones) permanecen en una u otra forma en el Golfo. Eso no
confirma que "la amenaza ya quedó atrás". Casi la mitad de estos cien millones
de galones es petróleo que se ha dispersado en el agua, lo que la NOAA dice que
en esencia no representa ninguna amenaza. Eso no es cierto. Un conjunto de
evidencia científica demuestra que de hecho el petróleo dispersado por
sustancias químicas es más tóxico que el petróleo solo (vea abajo). Los
componentes tóxicos del "petróleo que se dispersa naturalmente" todavía están
presentes, pero están mezclados con el agua.
La científica Samantha Joye, la primera en dar la noticia sobre las plumas
submarinas de petróleo, ha dicho que "el hecho de que este petróleo sea
'invisible' no hace que sea un peligro menor a los frágiles ecosistemas del
Golfo. Muy al contrario, el peligro es real y… es mucho más difícil medirlo
cuantitativamente, rastrearlo y evaluarlo".
Muchos científicos han criticado el informe de la NOAA por tener una
metodología dudosa. Otros dicen que simplemente da otra interpretación de la
situación a fin de hacer que tengan la mejor apariencia que sea posible el Golfo
y los esfuerzos de limpieza del gobierno federal.
Están aprovechando el informe de la NOAA para decir que queda poca amenaza
actual, pero ¡dicho informe no dice nada acerca del efecto que ha tenido todo
ese petróleo durante muchos meses, sobre las formas de vida en el Golfo! De
hecho, ningún organismo oficial lo ha estudiado en serio hasta ahora. Lo que se
sabe es que este caldo de petróleo con dispersantes es muy tóxico, sobre todo
para las larvas y nacientes formas de vida en las aguas del Golfo esta
primavera y verano. Todo eso es una denuncia contundente de la incapacidad del
gobierno de salvaguardar el medio ambiente, un gobierno que encarna el poder de
este sistema capitalista.
BP y el gobierno rociaron cantidades sin precedente de dispersantes Corexit
para dispersar el petróleo en la superficie del agua y en torno al pozo. Al
decir que los dispersantes eran "menos tóxicos que el petróleo", los utilizaron
para hacer que el petróleo desapareciera de nuestra vista debajo de la
superficie del agua donde el costo político de la contaminación sería menos que
si el petróleo llegara a grandes trechos de la costa. Lo que la Agencia de
Protección Ambiental federal (EPA) llama un "trueque" ha significado el
sacrificio de formas de vida marina.
Una Declaración de Consenso de Científicos sobre dispersantes (en línea en
meriresearch.org) demuestra que los dispersantes Corexit mezclados con el
petróleo "representan graves riesgos de salud para las formas de vida marina y
salud humana y amenazan nichos críticos de la red alimentaria del Golfo que tal
vez jamás se recuperen". Los dispersantes dejan que los compuestos tóxicos del
petróleo entren más fácilmente en las células y tejidos de los organismos. El
petróleo dispersado puede perjudicar "cada sistema en el cuerpo", según la
declaración. Los efectos en la salud humana abarcan ardor de la piel,
dificultades respiratorias, dolores de cabeza, palpitaciones cardíacas, mareos,
confusión y nauseas. El petróleo dispersado con sustancias químicas puede tener
impactos serios y largoplacistas: daños de los pulmones, hígado y riñones;
supresión del sistema inmunológico; y daños neurológicos en los niños y fetos en
desarrollo.
La EPA del gobierno federal, a diferencia de cumplir su encargo de proteger
la salud, ha ayudado a BP a envenenar el Golfo y las formas de vida y personas
ahí.
Incluso algunos científicos en la EPA plantearon dudas a sus supervisores
respecto a los dispersantes, pero sus preocupaciones fueron descartadas. A pesar
de decir que BP debería restringir el uso de dispersantes a "situaciones poco
comunes", un comité congresional reveló que el Guardacostas aprobó solicitudes
de BP para que pudiera rociar dispersantes 74 veces en 54 días.
Otro peligro presente en el Golfo es el potencial de crear mayores
extensiones de anoxias o zonas muertas, donde han muerto las formas de vida
marina debido a la falta de oxígeno en el agua. El equipo de Joye y otros
equipos de científicos descubrieron que los niveles de oxígeno en las plumas de
petróleo estaban de 30% a 50% por debajo de la norma. Los microbios en el agua
se alimentan del petróleo y gas metano (que también salieron a chorrazos del
pozo) y consumen el oxígeno mientras se alimentan del petróleo. Si cae el nivel
del oxígeno demasiado, se puede crear zonas muertas. Éstas ya aparecen todos los
veranos en el Golfo y el desastre del petróleo podría empeorar esta
situación.
Por qué no ha terminado: Continúan los daños a
las redes alimentarias y la salud humana
Las redes alimentarias del Golfo corren peligros reales. Han hallado a miles
de animales muertos, tal vez solamente una parte de los que han muerto. Han
descubierto mortandades de peces y pirosomas, un organismo que comen las
tortugas y otros animales marinos. Los científicos han descubierto que las
gotitas de petróleo se han integrado en al caparazón de los cangrejos jóvenes,
un importante alimento para muchos organismos.
El derrame del Exxon Valdez de 1989 en Alaska, que dejó 16 veces
menos petróleo en el agua que el derrame del Golfo, provocó severos daños de
largo plazo a los ecosistemas, los cuales en su mayoría se presentaron años
después. El derrame tuvo impactos a múltiples niveles. Los componentes tóxicos
entraron a la red alimentaria. Durante años las especies como los patos marinos
y mamíferos marinos tuvieron una alta mortandad porque comían criaturas
contaminadas del petróleo no visible o el petróleo enterrado que sale cuando
excavan en busca de presa.
La afirmación del gobierno de que no habrá impactos similares o peores en el
Golfo es un encubrimiento. La catástrofe del Golfo ha devastado la vida de las
personas: miles de pescadores han perdido su trabajo y se han cerrado negocios.
Para muchos pescadores que participan en las labores de limpieza del petróleo es
inminente la pérdida de empleo cuando BP empiece a disminuir dichas labores.
Comunidades enteras de muchas culturas diversas llevan generaciones o más
viviendo en las zonas pantanosas de Luisiana. Ahora, muchas de ellas tendrán que
elegir si irse, aunque sus comunidades siguieran existiendo, porque está
resultando envenenada la riqueza de las formas de vida en los pantanos de las
cuales dependen.
Se han enfermado muchos trabajadores en las labores de limpieza. Susan Shaw,
una toxicóloga del Instituto de Investigaciones Ambientales Marinas, le dijo a
la CNN que los camaroneros que han estado expuestos al petróleo dispersado
reportaban palpitaciones cardíacas, espasmos de los músculos y sangrados del
recto. En una encuesta a 1.200 habitantes que viven cerca de la costa del Golfo
la que levantó un grupo de salud pública de la Universidad de Columbia, más de
un tercio dijeron que sus hijos tenía problemas con la respiración y sarpullidos
o que desde la catástrofe padecen nerviosismo, temores o tristeza.
* * * * *
El petróleo es un factor esencial de la economía capitalista global y el
control sobre el mismo es un elemento crítico de la posición dominante del
imperio estadounidense. Eso, y no las necesidades de la humanidad ni
del planeta, ha moldeado la respuesta general de este sistema a la catástrofe
del petróleo en el Golfo. Hacen estudios limitados que generan resultados
generales sin conclusiones sobre las verdaderas amenazas ni que se entienden.
Restan importancia a los efectos sobre los ecosistemas y la salud humana. Con
sus interpretaciones, las cifras hacen que parezca bien la situación. Ni
siquiera estudian de plano muchas cosas. Su lógica no es llegar a la verdad sino
encubrirla y volver a la normalidad. Para repetir, la lógica capitalista: la
lógica de los "estados de cuenta".
Este sistema capitalista ha convertido el Golfo en un laboratorio lleno de
miles de plataformas de excavación y perforación. Eso es el "valor" e
importancia fundamental del Golfo para este sistema. Consideran que el medio
ambiente es simplemente un medio hacia un fin, que sus recursos son objeto para
saquear e invertir en la producción con el objetivo de sacar ganancias. No hacen
ninguna planificación de largo plazo sobre los futuros peligros para los
ecosistemas. Sacrifican todo en beneficio de la necesidad de volver a la
normalidad, sobre todo sacar el petróleo, que es el líquido vital de este
sistema. Éste es, de veras, un sistema que no merece ser en absoluto el
encargado del planeta.
Ahora están allanando el camino para anular rápidamente la suspensión parcial
y de corto plazo de Obama sobre la excavación y perforación de petróleo en aguas
profundas y para "excavar, maldito sea, perforar". Ni se espera que la comisión
de la "verdad" de Obama espere hasta el fin de la suspensión en noviembre para
permitir que se reanuden las excavaciones. Obama ha dejado en claro que dichas
excavaciones en mar abierta son un eje de su programa de energéticos. Dice que
"la mejor ciencia y las necesidades de la gente del Golfo" están guiando la
respuesta del gobierno, pero eso es una mentira.
Éste es un gran crimen en marcha. Hay que oponérsele y resistirlo. Es
necesario hacer estudios, monitorear y proteger la salud de la gente, salvar las
comunidades y la vida de la gente y lidiar con los daños a los ecosistemas.
Del Comité de Emergencia para Detener el Desastre del Petróleo en el
Golfo:
Protestas "Cien días de indignación"
El 30 de julio se cumplió el día 100 de la catástrofe del petróleo en el
Golfo. El Comité de Emergencia para Detener el Desastre del Petróleo en el Golfo
lanzó un llamado para acciones de protesta a nivel nacional el 30 de julio,
"Cien días de indignación exigen cien acciones". Se organizaron acciones de
emergencia en poco más de una semana. A continuación presentamos un informe
inicial del Comité. (El informe completo, y otras noticias e información, se
hallan en inglés en http://www.stopgulfoildisaster.org/).
* * * * *
El 30 de julio en medio de los titulares por todo el país que chillaban "¡El
pozo está tapado y la crisis terminó!", más de 500 personas en unas 21 ciudades
y pueblos de Estados Unidos (y Venezuela y Costa Rica) y de diferentes sectores
sociales y edades, participaron en los "Cien días de indignación exigen cien
acciones" del Comité de Emergencia para Detener el Desastre del Petróleo en el
Golfo
Algunos hitos: una protesta en la Universidad de California-Berkeley contra
el papel de BP en el Golfo y su sociedad con la universidad, que recibió extensa
cobertura y salió en los medios nacionales; media docena de acciones o
contribuciones de Luisiana, el punto cero en la crisis; un poema colectivo Cien
Días de Indignación de 265 versos; cartas de niños a los afectados; salidas en
bicicleta dedicadas a los cien días; fotos y citas de personas enviadas al
portal del Comité; un programa radial de una hora en Hawai'i dedicado a la
catástrofe…
Diversas personas rápidamente se pusieron a organizar protestas, actividades
o contribuciones en todo el país, a veces crearon maneras nuevas y poco
ortodoxas de contribuir para las personas que por lo común no "protestan". Los
informes del día dan una idea de qué tan generalizada es la profundamente
sentida indignación y congoja por la devastación del medio ambiente, que apenas
hemos empezado a cosechar, y el asco que la gente tiene, principalmente contra
BP pero también el gobierno. |
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