Revolución en
línea, 14 de diciembre de 2008
No seas un soldado búfalo
Carl Dix
Durante la guerra de Secesión, se permitió el alistamiento de soldados
negros en el ejército de la Unión. Después de terminar la guerra, la mayoría
abandonó la vida militar... pero unos se quedaron. El gobierno los
despachó al oeste, a combatir y matar a los indígenas que estaban
defendiendo sus tierras contra el gobierno y los colonos blancos. Los indígenas
llamaron a esos soldados negros “soldados búfalo”. Estos eran oprimidos
que recibieron armas y salieron a matar a otros oprimidos. Hoy, se está
resucitando esa historia, y ese llamamiento…. Sigan leyendo...
Barack Obama va a la Casa Blanca —el primer presidente negro— y está llamando
a un nuevo espíritu de servicio al país. Bueno, tengo una pregunta, en
particular para cada uno de los jóvenes negros: ¿Ahora te vas a alistar para
pelear en las guerras de Estados Unidos? Cuando Bush habló de seguir el rumbo en
Irak hasta la victoria, la mayoría de ustedes no se lo tragaron. Pero ahora
estás henchido de orgullo cuando piensas en que Obama es el comandante en jefe
del mundo libre. Unos piensan en que tal vez pelearán por el país, ahora que
manda Obama.
No lo hagas. La naturaleza de esas guerras no ha cambiado. Siguen desatando
chorros de muerte y destrucción contra gente que no ha hecho absolutamente nada
para merecer esa clase de brutalidad. ¿Basta tener a un comandante en jefe negro
para que te alistes en las guerras estadounidenses de imperio, para que mates a
gente y tal vez mueras con el fin de defender el dominio de este país sobre el
mundo? ¿O vas a tomar partido con los pueblos del mundo en oposición a esas
guerras? ¿Te vas a tragar el veneno que vende Obama, y pensar y actuar como
estadounidense? ¿O empezarás a pensar en lo que necesita la humanidad?
Tu generación no es la primera que ha confrontado esta pregunta. En los años
60, el gobierno mandó a Vietnam a cientos de miles de jóvenes a matar y tal vez
morir en servicio al imperio estadounidense, que quería ahogar en sangre la
lucha del pueblo vietnamita para la liberación. Trató de mandarme a mí, pero
gracias al poderoso movimiento de resistencia a esa guerra y a lo que había
aprendido de los soldados que ya habían ido a Vietnam, rehusé ir a matar a gente
en otro país. Tenía más en común con esa gente que con las personas que
gobernaban este país. Y con todos los ataques contra los negros en Estados
Unidos, pues yo pensaba que mi lucha estaba aquí. Por ese “crimen” me mandaron
al penal militar de Leavenworth. Otros soldados se negaron a pelear contra el
“enemigo” u opusieron otras formas de resistencia. Y muchos que regresaron a
Estados Unidos se incorporaron a la resistencia contra los crímenes del sistema.
Unos se integraron al Partido Pantera Negra y alentaron la solidaridad con la
lucha del pueblo vietnamita. Yo me hice comunista revolucionario y he seguido en
esa onda desde ese tiempo.
Hoy día algunas cosas han cambiado. Estados Unidos pelea contra otra clase de
enemigo, los fundamentalistas islámicos, que no representan nada bueno, y por
ahora no hay un poderoso movimiento de oposición a esas guerras. Pero una cosa
sigue siendo lo mismo: son guerras de imperio. El gobierno te mandará a asesinar
a gente en fiestas de boda en Afganistán, aterrorizar a niños en sus hogares en
Irak y manejar cámaras de tortura. ¡Nadie debe alistarse para pelear ni apoyar
esas guerras!
¡Los aviones de guerra estadounidenses que bombardean aldeas de Irak,
Afganistán y Pakistán no causarán menos destrucción si Obama es el comandante en
jefe del piloto que las suelta! ¡Las bombas de dispersión que Israel riega sobre
aldeas y campos de refugiados palestinos no matarán a menos niños si Obama, en
lugar de Bush, autoriza la ayuda militar! ¡Las amenazas de atacar a Irán no
serán menos belicosas si las lanza Obama y no Bush!
Así que, repito la pregunta: ¿Vas a mirar esas guerras con ojos
estadounidenses? ¿Vas a seguir el ejemplo de los soldados búfalo? Esas eran
unidades negras de la caballería, formadas en el año 1866 de los ex-esclavos que
habían peleado para el ejército de la Unión durante la guerra de Secesión. El
gobierno los mandó a combatir en sus genocidas “guerras indias” que expulsaron a
los indígenas de sus tierras para abrir paso a la expansión de Estados Unidos,
“de costa a costa”. Mientras los soldados búfalo peleaban contra los indígenas
para el beneficio de Estados Unidos, los negros del sureste del país padecían
los ataques del Ku Klux Klan y turbas violentas.
Algunos piensan que el legado de los soldados búfalo debe llenarte de
orgullo. Colin Powell tenía una estatuilla de un soldado búfalo sobre el
escritorio cuando fue un alto funcionario de los gobiernos de Bush padre y Bush
hijo. Powell trató de encubrir la matanza de My Lai durante la guerra de
Vietnam, fue uno de los principales arquitectos de la primera guerra del golfo
Pérsico y mintió con toda la barba ante la ONU con el objetivo de justificar la
invasión de Irak en 2003, y para él los soldados búfalo sirven de inspiración.
Los llamó “el viento debajo de mis alas” y citó “su lealtad” en particular.
Después, el gobierno estadounidense mandó a los “soldados búfalo” a pelear
contra los revolucionarios mexicanos como Pancho Villa. Se trata de un legado
ignominioso, y no es de sorprenderse que inspire a un criminal de guerra como
Colin Powell.
Si sigues los pasos de los soldados búfalo, te llamarán a hacer lo mismo:
cometer horribles crímenes contra gente que no te hizo nada, y hacerlo para el
beneficio de un sistema que ha cometido crímenes horribles, por ejemplo a las
masas afroamericanas, y tal vez terminarás sacrificando la única vida
que tienes para ese vil sistema.
¡NO LO HAGAS! No te alistes para las guerras de Estados Unidos bajo el mando
del “comandante en jefe” Barack Obama y no lleves adelante el legado de los
soldados búfalo. Al contrario, éntrele a una causa que beneficia los intereses
de la humanidad y para la cual vale la pena luchar: ¡hacer la revolución para
eliminar el imperialismo de la faz de la tierra!
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