Las aberraciones de Bush pervirtieron a todos los poderes del gobierno
estadounidense: historiador británico
Kourosh Ziabari entrevista a Andy Worthington
Kourosh ZIABARI |
AUTOR: Kourosh ZIABARI
13 de febreo de 2009
Traducido por Ernesto Páramo. Revisado por Atenea Acevedo
Andy
Worthington es periodista, investigador e historiador
británico. Su libro mas reciente "Los archivos de Guantánamo: historias de los
774 detenidos en la prisión ilegal de los Estados Unidos" son un recurso clave
de información para aquellos que quieren tener una colección de expedientes
detallados de los 774 cautivos en Guantánamo, sus nacionalidades, antecedentes
familiares y los pretextos ilegales por los que han sido encarcelados.
Worthington ha abierto varios casos para investigar los terribles y aterradores
métodos de tortura a que han sido sometidos los presos de las cárceles secretas
de los Estados Unidos durante la presidencia de George Bush.También ha revelado
que Dick Cheney, ex vicepresidente de los Estados Unidos, era un cómplice
prominente en el tratamiento criminal propinado a los presos adolescentes en la
bahía de Guantánamo. Prisioneros como Mohammed El-Gharani, un muchacho saudí de
14 años que pasó la tercera parte de su vida encarcelado por los Estados Unidos
y que ha sido perseguido y humillado de la manera más vergonzosa.
Andy Worthington |
En una entrevista exclusiva con Media Monitors, Andy Worthington
reveló que la prisión de Guantánamo es ahora una jaula internacional con
detenidos de 47 países a los que han llevado allí sin ningún derecho al hábeas
corpus, juicio legal o la notificación de cargos oficiales.
Primero, me gustaría que me dijera si podemos tomar el decreto del
presidente Obama para cerrar la prisión de Guantánamo como un síntoma de cambios
fundamentales que se avecinan en la política exterior estadounidense.
Absolutamente; desde que Barack Obama se convirtió en senador en 2006 y
demostró ser alguien a quien merecía la pena seguir con atención, ha dejado
claras sus ideas: que los Estados Unidos deben convertirse de nuevo en la nación
de las leyes que le dieron origen. En un destacado discurso en agosto de 2007,
dijo, "En los oscuros pasillos de Abu Ghraib y las celdas de Guantánamo hemos
comprometido nuestros valores más preciados. Lo que pudo haber sido un llamado
de unidad para una generación se ha convertido en una excusa para un poder
presidencial sin límites. La tragedia que nos unió se convirtió en una cuña
política para dividirnos."
Y también dijo, "Cuando sea presidente, Estados Unidos rechazará la tortura
sin ninguna excepción. Estados Unidos es un país que se enfrentó a esa clase de
comportamiento en el pasado y lo haremos de nuevo. Como presidente, cerraré
Guantánamo, rechazaré la Ley Militar de Comisiones y me adheriré a la Convención
de Ginebra. Nuestra Constitución y nuestro Código Homogéneo de Justicia Militar
proporcionan un marco adecuado para confrontar a los terroristas. La separación
de poderes funciona muy bien. Nuestra Constitución es adecuada. Una vez más le
pondremos el ejemplo al mundo demostrando que la ley no esta sujeta a los
caprichos de gobernantes obstinados y que la justicia no es arbitraria".
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Así, la orden presidencial de cerrar Guantánamo en el transcurso de un año y
la orden emitida a la Agencia Central de Inteligencia para cerrar todas las
prisiones secretas, rehabilitando así la Convención de Ginebra y manteniendo la
prohibición absoluta en contra de la tortura son indudablemente, como usted
dice, "indicios de un cambio fundamental en la política de los Estados
Unidos".
Algunos legisladores de los Estados Unidos han propuesto enjuiciar al ex
presidente Bush y al ex vicepresidente Dick Cheney por autorizar formas ilegales
de tortura, como el "submarino" en las prisiones secretas estadounidenses. ¿Es
esto legalmente viable? ¿Debería promoverse en la escala internacional?
Por supuesto, usted tiene razón al indicar que el ex vicepresidente Dick
Cheney confesó que un grupo pequeño de presos fue sujeto al "submarino", una
técnica de tortura muy antigua que consiste en casi ahogar a la persona, y se
debe notar que tanto Barack Obama como el nuevo Ministro de Justicia, Eric
Holder, han declarado reciente y categóricamente que el "submarino" es tortura.
El problema, sin embargo, es que el gobierno de Bush intentó redefinir la
palabra tortura de manera que les permitiera afirmar que ellos no están
implicados en esas prácticas. Además, hicieron todo esto bajo el manto de las
opiniones legales publicadas por la Oficina del Asesor Legal (OLC) del
Ministerio de Justicia, opiniones que son tradicionalmente consideradas como
irreprochables. Tal como Jane Mayer explicó en su libro "The Dark Side", la OLC
desempeña un papel único en el gobierno federal y publica opiniones que implican
obligación jurídica en el resto del poder ejecutivo. Si la OLC interpreta la ley
de un cierto modo, a menos que el ministro de Justicia lo invalide, el gobierno
debe aceptar esa interpretación. Si la OLC dice que una práctica antes
prohibida, como el "submarino", es legal, es casi imposible llevar a los
tribunales a funcionarios estadounidenses que siguieron aquel consejo de buena
fe.
Sin embargo, esto no es más que mi opinión, aunque no soy el único que lo
piensa: el presidente Obama debería designar a un Fiscal Especial para
investigar las opiniones legales, porque hay material jurídico para demostrar
que la OLC, estaba efectivamente bajo el control de la Oficina de la
Vicepresidencia y que las opiniones legales publicadas eran, de hecho,
legalmente indefendibles.
Lo que hace esta situación aún más apremiante es que, en las semanas antes de
que Barack Obama asumiera el poder, Susan Crawford, funcionaria del Pentágono de
alto rango encargada de supervisar el sistema de proceso de la Comisión Militar
en Guantánamo, confesó que ella no había presentado cargos en el caso del preso
saudí, Mohammed Al-Qahtani, porque había sido torturado bajo custodia
estadounidense en Guantánamo. Crawford intentó explicar que la tortura fue el
resultado imprevisto de combinar varias técnicas severas legalmente aprobadas.
La realidad es que una alta funcionaria confesó que el gobierno torturó a un
preso en la "guerra contra el terrorismo" y, según la Convención de la Naciones
Unidas Contra la Tortura, de la cual los Estados Unidos es un signatario,
aquellos responsables de autorizar el uso de tortura deben ser enjuiciados.
¿Qué pretextos esgrimió el gobierno estadounidense para el
encarcelamiento de los prisioneros en Guantánamo? ¿Fueron los motivos aducidos,
de alguna manera, racionales y aceptables?
Por increíble que parezca, figuras importantes del gobierno y,
principalmente, el vicepresidente Dick Cheney con un equipo de asesores
jurídicos, conducidos por su asesor legal David Addington, decidieron que los
presos de la "Guerra contra el Terrorismo" no eran prisioneros de guerra,
protegidos de tratamiento cruel e inhumano por la Convención de Ginebra, ni
sospechosos de algún crimen que se hubiera podido juzgar en un tribunal federal,
sino "combatientes enemigos ilegales" que podrían ser detenidos indefinidamente
sin cargos o juicio. Este subterfugio se utilizo para facilitar los
interrogatorios sin las restricciones de la Convención de Ginebra o la ley
estadounidense, que, por supuesto, prohíben la interrogación bajo coacción.
Esto revela trágicamente lo que pasa cuando se elimina la protección a los
prisioneros, un hecho que le permitió al gobierno justificar la introducción de
"entrega extraordinaria", es decir, el secuestro de sospechosos de terrorismo en
cualquier parte del mundo y su envío a terceros países para ser torturados y,
con el tiempo, al establecimiento de sus propias prisiones de tortura,
administradas por la Agencia Central de Inteligencia, así como la introducción
de la tortura como un instrumento de interrogación o como un preludio a la
interrogación cuando los altos funcionarios pensaban que los presos en
Guantánamo y en otros centros de tortura retenían deliberadamente
información.
¿Cómo pudieron los administradores estadounidenses y los ex estadistas
justificar los crímenes y delitos que ellos cometieron durante estos años bajo
la bandera "de la guerra contra el terrorismo" en contra de otras naciones?
¿Deberían ellos limitar sus intervenciones internacionales y retirarse a sus
fronteras?
Pienso que el problema es que las aberraciones extraordinarias del gobierno
de Bush pervirtieron a todos los poderes del gobierno, vertiendo desprecio sobre
las tentativas que hacían desde hace mucho tiempo en el Ministerio de Asuntos
Exteriores para atacar los abusos a los derechos humanos alrededor del mundo. Es
de esperarse que los funcionarios descontentos del Ministerio de Asuntos
Exteriores que han tenido que soportar las frustraciones de los últimos ocho
años tengan ahora la oportunidad, una vez más, de participar en el mundo y
establecer una brújula moral viable.
Debo señalar también que "la guerra contra el terrorismo" puso en peligro al
personal estadounidense en el extranjero y también animó a regímenes brutales
alrededor del mundo a justificar sus propias transgresiones citando el ejemplo
de los Estados Unidos.
La mayoría cree que las invasiones estadounidenses a Irak y Afganistán, que
hasta ahora ha causado más de 3 millones de víctimas civiles (cifra que aumenta
sin parar) deberían ser consideradas como "crímenes de guerra y delitos en
contra de la humanidad". ¿Está de acuerdo?
Bien, para ser justo, la invasión a Afganistán tuvo el apoyo de las Naciones
Unidas aunque la decisión de comparar al Talibán con al-Qaeda fue un error
fundamental de inteligencia, que contribuyó considerablemente a que Guantánamo
se convirtiera en una prisión llena de gente sin ningún valor en términos de la
inteligencia.
Por otro lado, la invasión a Irak, como sabemos, ni fue apoyada por las
Naciones Unidas, ni tuvo fundamento legal alguno y fue, en cambio, una
manifestación casi desconcertante de una política estúpida de cambio de régimen
y de reconstrucción de la nación, disfrazada como un acto de defensa propia, y
basada en informes de inteligencia que fueron manipulados indiscriminadamente.
Como consecuencia, se pueden añadir a los crímenes del gobierno de Bush. Pero,
es lo mismo con los otros delitos; lo que me preocupa más por el momento es que
Barack Obama pueda encontrar un modo de revertir el daño causado por el gobierno
anterior, tan rápida y eficazmente como sea posible al tiempo que se asegura que
en el futuro es considerablemente más difícil iniciar una guerra ilegal. También
me gustaría ver las mismas limitaciones aplicadas al Reino Unido, donde
efectivamente, un hombre, Tony Blair, y un gabinete intimidado llevaron al país
a aliarse con los Estados Unidos en su desastrosa invasión y ocupación
neocolonial, a pesar de la oposición generalizada de la ciudadanía.
Finalmente, díganos cuales fueron los resultados de sus investigaciones
sobre los casos de Guantánamo y dénos alguna información sobre el número de
presos que se encuentra ahí, sus nacionalidades y los métodos de tortura
empleados.
En total, 779 presos de 42 países (incluso Irán) han sido detenidos en
Guantánamo. De éstos, 242 todavía están allá, 532 han sido liberados, y cinco
han muerto.
Los medios de tortura que eran, en realidad, las manifestaciones menos
severas de las técnicas que usaron contra Mohammed Al-Qahtani, y que se
aplicaron a cuando menos cien presos, incluían “despojar a los detenidos de su
ropa, colocarlos en posiciones de tensión, cubrirles la cabeza con capuchas,
interrumpir su sueño constantemente, tratarlos como a animales, someterlos a
música a alto volumen y luces centelleantes, y exponerlos a temperaturas
extremas", tal como lo detalla un informe del Comité de las Fuerzas Armadas del
Senado publicado en diciembre. Lo que fue extraordinario e inexplicable sobre la
autorización de estas técnicas es que eran ingeniería invertida para usarlas con
sospechosos de terrorismo basadas en técnicas que se enseñan en las escuelas
militares estadounidenses para entrenar al personal estadounidense a resistir
interrogatorios en caso de ser capturados. ¡Estas técnicas fueron explícitamente
extraídas de técnicas de tortura de la China comunista usadas durante la guerra
en Corea para extraer confesiones falsas!
Como el informe del Comité del Senado estableció increíblemente, "el abuso de
los detenidos bajo custodia estadounidense no se puede atribuir nada más a las
acciones o la interpretación de unos cuantos malos elementos". El hecho es que
los altos funcionarios en el gobierno de los Estados Unidos solicitaron la
información sobre el uso de técnicas agresivas, redefinieron la ley para crear
la apariencia de legalidad y autorizaron su uso contra los detenidos. Aquellos
esfuerzos dañaron nuestra capacidad de recabar inteligencia veraz que podría
salvar vidas, fortaleció la mano de nuestros enemigos y comprometió nuestra
autoridad moral."
Fuente: Interview with British Historian, Andy
Worthington
Artículo original publicado el 13 de
febrero de 2009
Sobre el autor
Ernesto Páramo y Atenea
Acevedo pertenecen a los colectivos Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad
lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de
respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor, a la revisora y la
fuente.
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