Revolución #131, 1 de junio de
2008
Protesta en graduación de la Escuela de Derecho de la Universidad de
California, Berkeley, demanda despido de profesor de tortura
De un corresponsal:
BERKELEY, 17 de mayo – Cuando los padres, estudiantes, profesores y
directivos entraron a la ceremonia de graduación de la escuela de derecho Boalt
Hall de la Universidad de California-Berkeley en el Teatro Griego, encontraron
una protesta de más de 200 personas, algunas de ellas vestidas de los monos
anaranjados y capucha negra de los prisioneros de las cárceles de tortura. La
protesta la organizaron los grupos Actúe Contra la Tortura, el Gremio Nacional
de Abogados y El Mundo no Puede Esperar. Los manifestantes exigían que John Yoo
fuera despedido de su posición de profesor de derecho constitucional. El Gremio
Nacional de Abogados junto con un creciente número de otros grupos e individuos
ha pedido que Boalt Hall despida a John Yoo y que se investigue y se castigue a
algunos altos oficiales y abogados de la administración de Bush por su papel en
la tortura de prisioneros.
La protesta retó a los presentes a reconocer la realidad sobre la tortura que
está llevando a cabo los Estados Unidos. Había una jaula con “dos prisioneros de
Guantánamo” y grandes fotos ampliadas de prisioneros iraquíes bajo tortura en la
cárcel de Abu Ghraib. Los manifestantes mostraban ejemplares del East Bay
Express, un periódico semanal de amplia difusión regional, que contenía en
la primera página un artículo sobre Yoo titulado “El profesor de la tortura”. Un
hombre, encapuchado, se paró sobre un cajón con los brazos extendidos, una pose
que se ha convertido en el símbolo de la tortura estadounidense. Miembros del
Club Revolución del Área de la Bahía tenían una pancarta que decía “El
imperialismo estadounidense necesita guerra y tortura. La humanidad necesita
revolución y comunismo”.
Carlos Mauricio, sobreviviente de la tortura en manos de los escuadrones de
la muerte respaldados por los Estados Unidos en El Salvador en los años 80 habló
de cómo alrededor del mundo los Estados Unidos entrena a fuerzas militares en la
tortura para aterrorizar a la gente.
Los manifestantes retaron a los estudiantes, sus familias y los profesores a
que llevaran los listones anaranjados y que se opusieran a la tortura. Los
organizadores estimaron que cerca del 5% de los graduados y del 10% de los
familiares se pusieron los listones. Un organizador de “El mundo no puede
esperar” dijo: “Hicimos un llamado a los estudiantes a que aprovecharan esta
oportunidad para que salgan a luchar contra esta injusticia. Que salgan con sus
diplomas a enjuiciar a John Yoo por crímenes de guerra”. Una de las partes más
dramáticas de la protesta ocurrió cuando un avión sobrevoló por 15 minutos la
graduación con una pancarta que decía “Qué vergüenza Yoo, Universidad de
California-Berkeley – Detengan la tortura”.
Durante la ceremonia, dos estudiantes tenían una pancarta que exigía el
despido de John Yoo. Uno le dijo a Revolución: “He querido hacer algo
así por mucho tiempo, como levantar esa pancarta sabiendo que mucha gente me
apoyaba y saber que eso era lo que la situación requería. Al fin y al cabo,
tienes que confrontar la situación, con la frente en alto y mantenerte
fuerte”.
Algunos estudiantes de derecho cuestionaban la demanda de exigir el despido
de Yoo porque les parecía una amenaza a la libertad académica y al principio de
la titularidad. Pero como Reggie Dylan escribió en Revolución: “La
demanda de despedirlo no se debe a sus conocimientos académicos. John Yoo ha
cometido crímenes de guerra. Es el principal arquitecto de la política de
tortura, abierta, legal de Estados Unidos… Según Human Rights
Watch, más de cien personas han muerto en detención estadounidense durante la
supuesta guerra contra el terror. Encontró 11 casos en que la muerte resultó de
la tortura, y otros conectados con la tortura… John Yoo jugó un papel activo,
deliberado y dirigente en posibilitar todo eso” (ver “Controversia por negativa
de la Escuela de Derecho de Berkeley de despedir al ‘facilitador’de Bush: ¡El
profesor John Yoo tiene sangre en las manos!”, en revcom.us).
Es un ultraje y un reto que alguien como John Yoo esté enseñando derecho
constitucional en una de las escuelas de derecho más prestigiosas del país, una
escuela con una historia de política progresista y radical. Piense en lo que
esto significa para los familiares de aquellos que han muerto en las manos de
los torturadores estadounidenses (y para los pueblos del mundo), que Yoo enseñe
en la Universidad de California-Berkeley o que otros criminales de guerra del
régimen de Bush como Donald Rumsfeld (quien hace poco fue nombrado miembro
distinguido del Instituto Hoover de la Universidad de Stanford) estén tomando
sus puestos entre la élite académica de la sociedad. El hecho de que no exista
un movimiento de protesta grande por toda la sociedad contra la legalización y
el uso oficial de la tortura demuestra cuán lejos ha llegado los Estados Unidos
para aceptarla como “un hecho cotidiano”. La población está aprendiendo a vivir
con la tortura y guerras imperialistas, sin derechos básicos y otras cosas. Esta
situación se tiene que transformar urgentemente y como parte de esto,
se debe apoyar y unirse a aquellos que exigen el despido de Yoo, y que se
responsabilice a éste y otros integrantes del régimen de Bush por los crímenes
de guerra.
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