25 de abril: Que la demanda por un juicio de destitución se
ponga en el tapete
Informe de Debra Sweet, coordinadora nacional, El Mundo No Puede
Esperar:
Martes, 24 de abril: El representante Dennis Kucinich propuso una resolución
para realizar un juicio de destitución al vicepresidente Dick Cheney.
Miércoles, 25 de abril: Frente al Capitolio del país, 50 destacadas voces de
conciencia pidieron juicios de destitución a Cheney y al presidente George W.
Bush.
Jueves, 26 de abril: Mientras el Senado votaba sobre el proyecto de ley de
gastos militares para Irak, de lo más alto del edificio de oficinas del Senado
colgaron dos mantas de 20 pies por 30 pies; una citaba la sección de la
Constitución que habla del juicio de destitución y la otra decía: “Tu silencio,
tu legado”.
*****
Al iniciar la rueda de prensa del 25 de abril en pro de un juicio de
destitución, John Nichols, de la revista The Nation, pronunció:
“Estamos aquí para decirle al Congreso: pongan el juicio de destitución sobre el
tapete donde debe estar, como primer tema de la agenda del día”.
El ambiente de Washington era electrizante la semana pasada, cuando
escritores, actores, activistas, ex funcionarios y funcionarios actuales del
gobierno y otros se reunieron frente al Capitolio. Fue el momento propicio para
anunciar la existencia de un movimiento en pro de un juicio de destitución a
Bush y Cheney. El espectro de una confrontación entre la Casa Blanca y el
Congreso rodeaba la ciudad porque los demócratas sumaron un calendario para la
retirada de tropas de Irak en el proyecto de ley de gastos militares, y Bush
amenazó con vetarlo. Día tras día iban aumentando las revelaciones, las
acusaciones y los citatorios al gobierno de Bush. Bush y Cheney, belicosos como
siempre, dejaron en claro que están resueltos a seguir adelante con la escalada
de guerra, las amenazas contra Irán, los cambios de trámites judiciales que
restringen aún más el contacto entre los detenidos de Guantánamo y sus abogados,
los elogios al fallo teocrático y misógino de la Suprema Corte que limita más el
derecho al aborto… todo eso mientras defienden al mentiroso arquitecto judicial
de la tortura, el secretario de Justicia Alberto Gonzales.
Todo eso (y la muerte de más de 650,000 iraquíes y 3,333 soldados
estadounidenses) era el fondo de la presentación de la demanda de un juicio de
destitución. La complicidad y la responsabilidad, el estado de derecho y la
necesidad de actuar antes de que haya más muerte y destrucción: esos eran los
temas que resonaban en las declaraciones a los medios de comunicación.
El periodista galardonado del premio Pultizer y autor del libro American
Fascists, Chris Hedges, pintó la gravedad de la situación: “En fin, este
presidente es culpable de lo que en círculos judiciales se llama un ‘crimen de
agresión’. Si nosotros como ciudadanos no demandamos que responda ante esos
crímenes, si no empezamos el proceso de un juicio de destitución, seremos
cómplices en la codificación de una nueva orden mundial que tendrá consecuencias
espantosas”.
En las semanas antes del 25 de abril, las cartas electrónicas iban volando.
Prominentes voces de conciencia escribieron declaraciones y se comprometieron a
ir a la capital. El 19 de abril, la actriz Olympia Dukakis anunció el evento
ante un público de millones de personas en el programa televisivo "The View", y
en respuesta Rosie O’Donnell, una de las anfitrionas, saltó de la silla con los
puños en alto. Se han recibido endosos y declaraciones de Ed Asner, Russell
Banks, Jackson Brown, Ariel Dorfman, Eve Ensler, Graham Nash, Gore Vidal, Alice
Walker y muchos más. El representante Kucinich se preparó para presentar los
artículos de destitución contra Cheney la víspera.
Cuando Kucinich hizo el anuncio, los medios de comunicación ridiculizaron su
postura solitaria, pero no dijeron nada sobre el contenido de las acusaciones.
Al comienzo del evento del 25, Kucinich subió las escalinatas del Capitolio y,
mirando a la gente reunida, dijo: “Ayer me preguntaron: ‘¿quiénes están
contigo?’. Nadie está conmigo en esto, solo el pueblo. Y ¡hay que
escucharlo!”
La mayoría de los presentes ese día han hablado en otras ocasiones contra la
guerra y contra Bush, y hasta a favor de un juicio de destitución, pero jamás se
habían reunido tantas voces de conciencia tan destacadas y diversas para decir
que un juicio de destitución debe empezar ya. Entre los principales oradores
estaban: el alcalde de Salt Lake City, Rocky Anderson; Kucinich; Chris Hedges;
Daniel Ellsberg; Cindy Sheehan; y Eric Oemig, el legislador estatal que presentó
una resolución de destitución en la legislatura del estado de Washington. Junto
a ellos estaban el primer poeta laureado del estado de Nueva Jersey, Gerald
Stern; los actores de Broadway Kathleen Chalfont y Frank Woods; la poetisa Anne
Marie Macari; el ex agente de inteligencia David MacMichael; la ex militar Ann
Wright; y una veintena de otros artistas, activistas, familiares de soldados y
personas destacadas por sus actos de resistencia. Fue una reunión de gente de
distintas esferas que ha estado en las primeras filas de la oposición a Bush y a
la guerra. Su postura conjunta y la demanda de un juicio de destitución a Bush y
Cheney empezó a romper la “realpolitik” de que lo único posible es lo que ya se
está haciendo, y la actitud cínica y criminal de los líderes demócratas que
dicen que un juicio de destitución minará sus campañas para la presidencia.
Cindy Sheehan expresó muy bien por qué esa actitud es inmoral y el precio que
conlleva. Dijo: “La única solución a esta guerra es un juicio de destitución a
los mentirosos, a los asesinos, y que las tropas regresen a casa”.
Muchos expresaron su profunda preocupación de que Bush ha socavado seriamente
el estado de derecho. Rocky Anderson dijo que al principio pensaba que un juicio
de destitución sería demasiado extremo, pero hoy piensa que “quizás sea lo más
crucial para nosotros como nación y para los que nos siguen en el futuro, para
decir que no permitiremos jamás esas atrocidades, esas violaciones, ese desacato
a la ley en nuestro nombre”.
En 1971, Daniel Ellsberg arriesgó una sentencia de cadena perpetua cuando
filtró documentos secretos en oposición a la guerra de Vietnam. El 25 de abril
dijo: “No hacerles un juicio de destitución, no identificar esos crímenes como
merecedores de un juicio de destitución, sería hacernos totalmente cómplices del
ataque a la Constitución y la democracia. Esto se aplica a todos los ciudadanos
y no solamente a los miembros del Congreso”.
En las discusiones que siguieron la rueda de prensa, los participantes
describieron esta semana como un comienzo que tal vez marque un cambio. Hay gran
revuelo en la cúpula del poder en Washington, D.C., y ese acto de parte de
conocidas voces de conciencia fue un nuevo paso hacia abrir cancha para un
movimiento desde abajo que demanda un juicio de destitución.
Debra Sweet, directora nacional de El Mundo no Puede Esperar–Fuera Bush y su
Gobierno, lanzó un reto en sus comentarios al abrir la rueda de prensa: “A los
que dicen que es muy temprano para hablar de un juicio de destitución, les
preguntamos esto: ¿qué tan tolerable es la situación en Irak para ustedes, que
continúe dos años más? ¿Qué tan tolerables son los preparativos para una guerra
contra Irán? ¿Por cuánto tiempo quieren vivir con Guantánamo y con la tortura
que se realiza en su nombre? Si no es el momento ahora, entonces ¿cuándo? Si no
demandamos un juicio de destitución y no actuamos para parar el programa de
Bush, entonces ¿quiénes lo harán?”.
Declaraciones de apoyo a la destitución de George Bush 25 de Abril
2007
Micheal Berg:
George Bush es responsable por desestabilizar una nación soberana y permitir
entrar a los que asesinaron a mi hijo, de acuerdo al informe del FBI sobre su
muerte.
La arrogancia de George Bush y su presunción de que el pueblo estadounidense
iba a tolerar cualquier erosión de nuestros derechos son responsables por
hacerle quedar en Irak a Nick hasta que era demasiado tarde para volver a
casa.
He perdonado a George Bush, a los demás políticos estadounidenses y al
asesino material de mi precioso hijo Nick. Pero he aprendido que pedir perdón no
significa que debo tolerar los hechos, los pecados, de esa gente.Y no significa
que les quito culpabilidad. Son responsables por la muerte de Nick y el culpable
principal, el comandante en jefe George Bush, es responsable y merece un juicio
de destitución, ser sacado del poder, obligado a pagar reparaciones personales y
prestar servicio de justicia pública como restitución el resto de la vida.
Noam Chomsky:
La lista de crímenes cometidos por George Bush es larga y negra. La
destitución sería por lo menos un paso pequeño hacia la restitución que les
debemos tanto a las víctimas de sus años en el poder como a las que sufrirán las
consecuencias posteriores. El llamamiento del 19 de Abril frente al Capitolio es
un intento honorable y valiente por vencer la humillación y vergüenza que Bush
ha traído a nuestro país.
Ramsey Clark:
Hemos visto que es posible conmover a nuestro Congreso. El gobierno de Bush
no se ha recuperado de sus errores. El horror que esta guerra de agresión les ha
provocado al pueblo iraquí y a miles de tropas estadounidenses debe preocupar a
todo ciudadano sensible. El incremento de tropas solo aumentará la muerte y la
destrucción.
Por todo el país los partidarios de la destitución están intensificando sus
esfuerzos. Nuestro enfoque debe ser el Congreso y nuestra prioridad la retirada
completa de las fuerzas armadas y la destitución del presidente Bush, el
vice-presidente Cheney, el secretario de Justicia Alberto González, la
secretaria de estado Condoleezza Rice y los demás funcionarios culpables…
El presidente Bush y el vice presidente Cheney deben tomar responsabilidad
tal como dice la constitución, articulo II, sección 4: que al presidente, al
vice presidente y a todo funcionario del gobierno de Estados Unidos se le debe
sacar del poder o hacerle un juicio de destitución o declararlo culpable.
Ariel Dorfman:
Que se le haga un juicio de destitución a Bush por el bien del pueblo
estadounidense. Porque en una auténtica democracia, nadie debe estar por encima
de la ley, y mucho menos un hombre que viola la constitución que juró que
defendería.
Que se le haga un juicio de destitución a Bush por el bien de la gente del
mundo. Porque tan pronto se le saque del poder y se le impida hacer más daño,
podremos curar a la atribulada humanidad.
Y finalmente, que se le haga un juicio de destitución a Bush por su propio
bien. Porque no hay nada más sano para un criminal acusado que aprehenderlo y
dejar que se defienda, no hay nada mejor para un criminal que darle la
oportunidad de darse cuenta del grado de daño que causó con sus crímenes y
fechorías.
Daniel
Ellsberg:
Es indispensable hacer un juicio de destitución para restaurar la democracia
constitucional al país. Si el Congreso no identifica las acciones del presidente
George Bush y del vice presidente Cheney como delitos, crímenes y ofensas que
merecen un juicio de destitución, será completamente cómplice en el asalto
contra la constitución y el estado de derecho.
La cláusula sobre el juicio de destitución se escribió precisamente teniendo
en cuenta a funcionarios como Bush y Cheney. Existe para protegernos de altos
funcionarios que se creen por encima de la ley: un presidente que se cree rey y
funcionarios que aspiran a ser el poder detrás del trono.
Esa obligación de restaurar la constitución no es un asunto partidista. Los
republicanos que se niegan a confrontar los crímenes de este presidente o del
vice presidente se demuestran ser republicanos antes que estadounidenses.
Podemos decir lo mismo de los demócratas que huyen del riesgo político de
destituir a esos funcionarios y mantienen su política de guerra preventiva,
tortura, suspensión de Habeas Corpus y centros de detención como Guantánamo.
Esos partidarios no tienen un compromiso ni con la república ni con la
democracia.
Rev.David Ensign:
Hablando como cristiano, debo preguntar ¿en qué punto se considera “estatus
confessionis" la oposición a un gobierno? En otras palabras ¿en qué punto se
pone en peligro la integridad del evangelio mismo si no se habla en contra del
gobierno?. Para los seguidores del Príncipe de Paz, ese momento llega cuando el
ejecutivo se arroga para sí el poder de hacer la guerra (que debe ser del
Congreso), en contra la teoría de guerras justas, la voluntad de la comunidad
internacional y la Carta de la ONU. Para los que quieren seguir los pasos de él
que dijera "La verdad te hará libre", ese momento llega cuando el presidente y
el vice presidente continuamente aducen afirmaciones falsas para justificar la
guerra. Para los que siguen a él que dijera "amar a tus enemigos y rezar por los
que te persiguen," ese momento llega cuando el gobierno crea prisiones secretas,
autoriza el secuestro y la tortura, y descarta como “anticuada” la Convención de
Ginebra.
Los que seguimos cualquiera de las grandes tradiciones religiosas y
espirituales del mundo confrontamos los mismos retos cuando las acciones de este
gobierno violan nuestros valores en común – la compasión, la generosidad, el
amor– y cuando las acciones del presidente y el vice presidente llegan al grado
de ser graves crímenes y delitos.
Frances Fisher:
Ha llegado la hora de frenar el desenfrenado abuso de poder del presidente
George W. Bush y el vice presidente Dick Cheney contra el pueblo estadounidense
y todos los ciudadanos del mundo. Se han entregado a hacer de su alta posición
una vergüenza y deben ser destituidos antes de que sigan adelante con otra
ocupación y más tortura. Están corrompiendo el alma de Estados Unidos y un
juicio de destitución es el primer paso para reclamar nuestra dignidad.
Chris Hedges:
George Bush ha triturado las obligaciones de Estados Unidos bajo la ley
internacional, las ha violado y ha ausentado el país de ellas. Ha rechazado
firmar el Protocolo de Kyoto, ha abandonado el Tratado de Mísiles
Anti-Balísticos, ha intentado destruir el Tribunal Criminal Internacional, ha
salido de negociaciones sobre armas químicas y biológicas y desafiado la
Convención de Ginebra y las leyes sobre los derechos humanos en cuanto al trato
de detenidos. Lanzó una guerra ilegal contra Irak con pruebas inventadas que,
ahora se sabe, se habían desacreditado aún antes de su publicación.
En breve, este presidente es culpable de lo que se llaman "crímenes de
agresión." Si los ciudadanos de este país no le hacemos rendir cuentas por esos
crímenes, y si no se comienza un juicio de destitución, seremos cómplices en la
codificación de un nuevo orden mundial que tendrá consecuencias aterradoras. Un
mundo sin tratados, estatutos ni leyes es un mundo en el cual cualquier estado,
ya sea una paria nuclear o un imperio poderoso, podrá aprovechar leyes internas
para anular sus obligaciones a los demás países. Tal nuevo orden mundial acabará
con cinco décadas de cooperación internacional (establecida en gran medida por
Estados Unidos), y nos echará a una pesadilla Hobbsiana…
Importa tener un mundo basado en reglas. La creación de esas reglas y
organizaciones internacionales, y el uso de nuestra influencia durante medio
siglo para asegurar que se cumplan, ha conducido a nuestra condición de nación
preeminente, que respeta y defiende el estado de derecho. Si se destruye el
orden internacional tan delicado, si permitimos que George Bush crea un mundo
donde no tengan valor la diplomacia, la cooperación internacional ni el estado
de derecho, si dejamos que esos sistemas legales se deshacen, veremos caer en
picado nuestra autoridad política y moral. Se erosionarán las posibilidades de
cooperación entre las naciones, y con nuestros aliados más estrechos, y
sufriremos los mismos atropellos que imponemos sobre los demás.
Mark Kurlansky:
Para que Estados Unidos siga siendo una democracia, hay que sacar del poder a
un liderato que viola las leyes nacionales e internacionales, pasa por alto
nuestros valores de decencia y es indiferente a la voluntad del pueblo. Por esa
razón se incluyó el juicio de destitución en la constitución y es nuestra
obligación asegurar que se cumpla sin importar lo desagradable que sea el
procedimiento.
Johnathan Lethem:
En estas circunstancias, convocar al juicio de destitución es lo menos que
podemos hacer como ciudadanos de una nación en que atacan tan despreocupada y
rutinariamente a nuestros principios fundamentales. No dejamos que la historia
interrogue sobre el desastre de ahora; el silencio es complicidad.
David Lindorff:
El liderazgo demócrata de la Cámara de Representantes ha estado haciendo
varios argumentos contra un juicio de destitución -- normalmente una señal de
que no tienen ningún argumento válido. Pero examinémoslos.
Primero, dicen que tienen cosas "más importantes" que hacer y que un juicio
de destitución sería una "distracción". La verdad, sin embargo, es que los
demócratas, con una escasa mayoría en ambas cámaras y en el Senado en
particular, no tienen esperanzas de aprobar ninguna legislación de importancia
durante esta sesión del Congreso. No pueden hacer nada sino que aprobar
simbólicos proyectos de ley que luego serán vetados o ignorados vía
"declaraciones de firma" ilegales y anticonstitucionales. La única manera de
poner fin a que Bush usurpe la autoridad legislativa es un juicio de
destitución.
Segundo, afirman que un juicio de destitución "tardaría demasiado". De hecho,
se podría destituir a Bush mañana por incumplimiento de la Ley de Vigilancia de
Inteligencia Extranjera, una inacción ya declarada un crimen grave en un
tribunal federal. Se lo podría destituir también por no asegurar que las leyes
se cumplan al pie de la letra. No se requiere una audiencia judicial en el caso
de ninguna de esas acciones descaradas, pues ambas se consideran "altos crímenes
y delitos ". Luego se podrían iniciar audiencias sobre los demás crímenes de
Bush.
Por último, el liderazgo demócrata afirma que un juicio de destitución sería
"divisivo" y que los estadounidenses no quieren la discordia. Eso es absurdo a
primera vista. Cuando los estadounidenses se levantaron en noviembre y echaron
al Congreso republicano, estaban diciendo a los demócratas que querían una
verdadera oposición a la Casa Blanca de Bush…Así que pongamos fin a esas
tonterías. ¡Es tiempo de empezar el juicio de destitución!
Anne Marie Macari:
Los estadounidenses ya no pueden hacerse la vista gorda frente a las
horribles verdades de los últimos seis años. George Bush y Dick Cheney nos han
mentido sistemáticamente y nos han llevado a una guerra sin razón en que miles
de nuestros jóvenes han muerto o han quedado mutilados. Innumerables también son
las cantidades de iraquíes muertos, heridos, o exiliados a causa de esta guerra
ilegítima. Se trata de crímenes contra la humanidad, contra la democracia y la
sociedad abierta. La tortura, la especulación bélica, la asignación de contratos
sin pedir ofertas, el espionaje a los estadounidenses: ¿cuánto más puede tolerar
una sociedad sana sin llegar a transformarse permanentemente por la corrupción a
su centro? Un juicio de destitución pueda ser chocante y desagradable, pero es
necesario para restaurar a nuestro país el estado de derecho y la decencia. Se
pide a todo ciudadano rendir cuentas; ni Bush ni Cheney deben estar por encima
de la ley.
David MacMichael:
Mis conciudadanos estadounidenses, estamos aquí para pedirle a la Cámara de
Representantes -- nuestros representantes – afrontarse a sus responsabilidades
constitucionales y considerar un juicio de destitución contra el presidente
George W. Bush, el vicepresidente Richard Cheney, y otros funcionarios civiles
que tengan la responsabilidad por altos crímenes y delitos, o que sean cómplices
en ellos.
Primero está el hecho de que el presidente Bush, el vicepresidente Cheney y
otros funcionarios mentían intencionadamente al Congreso en el período que
llevaba a la agresión contra Irak sobre la presunta amenaza que ese país
representaba, aduciendo inexistentes armas de destrucción masiva, una alianza
igualmente inexistente entre Al Qaeda y el gobierno de Irak, y una inventada
participación de Irak en los ataques del 11 de septiembre.
Dave Meserve:
Este presidente y este vicepresidente han abusado continuamente de la
Constitución y la confianza del pueblo estadounidense. Todo funcionario elegido,
ya sea miembro del ayuntamiento o presidente del país, y todo miembro de las
fuerzas armadas, juran apoyar y defender la Constitución de Estados Unidos de
América y protegerla frente a cualquier enemigo, extranjero o nacional. Hoy
debemos hacer valer la Constitución y cumplir nuestra responsabilidad como
ciudadanos para frenar el poder destructivo de un gobierno que se ha vuelto
loco.
John Nichols:
El juicio de destitución es un instrumento esencial y vivo de la Constitución
estadounidense.
Dicha Constitución no hace ninguna referencia a Dios… ni a cuestiones de
corporaciones y negocios…tampoco a partidos, elecciones primarias, agrupaciones
de representantes políticos, convenciones de nominación, ni siquiera fechas de
elección. Los fundadores suponían que íbamos a resolver cómo venerar, cómo hacer
negocio, cómo elegir a nuestros líderes. Pero se preocuparon por si nos
olvidáramos de que tenemos el poder de quitar a líderes que se apartan de la
Constitución y la República. Y, por eso, incluyeron en nuestra Constitución seis
referencias al juicio de destitución.
George Mason, el autor principal de nuestra Declaración de Derechos, dijo:
"Ningún tema es más importante que la permanencia del derecho de hacer un juicio
de destitución."
James Madison, el padre de la Constitución, dijo: "... Es posible quizás que
en alguna ocasión sea necesario hacerle un juicio de destitución al propio
presidente".
Ésta es la ocasión que Madison imaginó. Una administración presidencial que
hace la guerra sin declaración ni justificación está en conflicto con la
Constitución. Una administración que espía sin orden judicial ni la autoridad
apropiada está en conflicto con la Constitución. Decimos lo mismo de una
administración que condona y alienta la tortura y la rendición extraordinaria.
Una administración que aprovecha el Departamento de Justicia para hacer
investigaciones y acciones judiciales por razones políticas está en conflicto
con la Constitución y la República que representa.
Jeremy Pikser:
Éste es un gobierno criminal. Si nosotros, como nación, no repudiamos estos
crímenes, entonces estamos colaborando en ellos. Si no los definimos como
ilegal, esos crímenes llegarán a ser precedentes para futuros crímenes.
Mark
Ruffalo:
¿Qué haces con un gobierno que rechaza la supervisión del Congreso? ¿Qué
haces con una Casa Blanca que en un acto de traición revela la identidad de su
propio agente clandestino por razones de ganancia política y especulación
bélica? ¿Qué haces con un presidente que viola las leyes internacionales y
tortura a personas en nombre de la nación, que permitió la devastación de Nueva
Orleans, pisotea las leyes de nuestra intimidad, miente sobre las razones de
entrar a la guerra, politiza nuestro sistema de tribunales y, al fin y a la
postre, dice que no tiene que rendir cuentas a nadie? El juicio de destitución
es el único remedio para tal dictadura. No sean engañados. Sí es una dictadura.
O
¡Deshagámonos de los BRIBONES!
Gerald Stern:
Es hora de que el presidente y el vicepresidente se rindan cuentas por haber
engañado gravemente a la nación sobre la falsa amenaza que Irak supuestamente
representaba. Eso se llama mentir. Son responsables de los asesinatos de
centenares de miles de personas. Su arrogancia y engaño no tienen límites. Hay
que hacerles un juicio de destitución y condenarlos.
Debra Sweet:
Hoy lanzamos un reto a la gente de este país y al Congreso. Hay que repudiar
la dirección desastrosa del gobierno de Bush y sacar del poder tanto a Bush como
a Cheney. No debemos reorientar la voluntad política popular de parar la guerra
y la agenda de Bush debido al charloteo de que la "realidad política" dice que
ya se está haciendo todo lo que es posible. Eso no es nada más que capitular y
acomodar a la política de guerra, tortura, y teocracia.
En este momento, el resto del mundo está mirando a los de este país que
quedan pasivos mientras se torturan y se detienen a otros sin las debidas
garantías judiciales; mientras que, bajo la ocupación, Irak se despedaza y
destruye, y más de medio millón de iraquíes han muerto; cuando la solución por
la debacle militar y política en Irak es proporcionar más dinero y más tropas a
la máquina de guerra; y el gobierno de Bush parece estar preparando para atacar
a Irán, y cada candidato importante a la presidencia ha insistido que toda
opción militar contra Irán está sobre el tapete; mientras el racismo llega a ser
"entretenimiento"; y el derecho de la mujer a controlar su propia reproducción
está en gran peligro; y la intolerancia decide quién pueda casarse y quién
no…
A los que dicen que es todavía no es tiempo para demandar un juicio de
destitución, les preguntamos: ¿Es la situación de Irak tan tolerable para
ustedes que permitirán que continúe por otros dos años más? ¿Es tolerable la
marcha hacia la guerra contra Irán? ¿Por cuánto tiempo aguantarán lo de
Guantánamo y la tortura que se lleva a cabo en su nombre? Si ahora no es el
tiempo, ¿entonces cuándo? Si no demandamos un juicio de destitución y no
actuamos para poner fin al programa de Bush, ¿quiénes lo harán?
Gore Vidal:
El proceso del juicio de destitución ha sido una parte esencial de la
Constitución desde los inicios de la república hasta hoy en día, cuando el
representante Dennis Kucinich presenta artículos de destitución contra un
vicepresidente fuera de control, a quien no se debe dar más cancha libre a su
desprecio manifiesto por esta república y por su sistema de controles y
equilibrios, sin que intervenga un juicio en el Senado para deshacernos de esta
malignidad, un juicio en que hay que permitir a los senadores convocar a otros
miembros de nuestra junta gobernante para que arrojen luz sobre ese "golpe de
estado" excepcional desencadenado por los eventos del 11 de septiembre.
Kevin Zeese:
De todos los presidentes y vicepresidentes de la historia de la nación,
George W. Bush y Dick Cheney son los que más merecen el juicio de destitución.
Entre sus delitos están el de dirigir al país a la guerra basándose en
información falsa y engañosa; de ordenar violar la Convención de Ginebra, por
ejemplo con la tortura de presos; y de violar las libertades civiles de
ciudadanos estadounidenses. Esas son unas de las áreas principales en que se
deben centrar los artículos del juicio de destitución.
El juicio de destitución jamás debe hacerse a la ligera; pero cuando se
cometen altos crímenes y delitos, el Congreso debe ejercitar su responsabilidad
constitucional de salvaguardar nuestra democracia. Cuando los funcionarios de
gobierno violan la ley, el juicio de destitución es el remedio apropiado. Ningún
estadounidense es por encima de la ley; mucho menos el presidente y el
vicepresidente, quienes han jurado defender la Constitución y hacer cumplir las
leyes.
Es esencial que un gobierno rinde cuentas para que la población sepa que las
leyes valen por algo. Estados Unidos es una nación de leyes, y no una en que
ciertas personas no tienen que responder ante la ley. Cuando no se hace
responder por violaciones de la ley, se socava la credibilidad de las leyes y
del gobierno…
¿Cuántos altos crímenes y delitos puede el Congreso pasar por alto?
Howard Zinn:
El juicio de destitución es el remedio apropiado para los crímenes altos que
este gobierno cometió. Bush y Cheney son símbolos de la violencia, la guerra, y
las violaciones de las leyes internacionales. Han hecho de nuestra nación un
objeto de indignación por todo el mundo. Un juicio de destitución ayudaría a
restaurar nuestra buena reputación y nuestra dignidad.
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