Enero de 2008: Declaración de El Mundo no Puede Esperar – Fuera Bush y su
Gobierno
24 de diciembre de 2007
Después de siete años del gobierno de Bush, la conciencia mundial ha quedado
horrorizada con los crímenes y la destrucción en nuestro nombre que el pueblo
estadounidense ha permitido: la ruina de Irak, la codificación de la tortura, la
trituración de los procedimientos judiciales y la censura de la ciencia del
calentamiento global cuando el futuro del planeta está en juego. Nosotros, al
publicar hace dos años la Convocatoria a sacar del poder al gobierno de Bush, ni
siquiera previmos la rapidez, la crueldad o los extremos que alcanzaría el
programa de Bush en su avance y expansión.
Hoy George Bush, inmune a las repetidas afirmaciones de que su poder queda
debilitado a finales de su mandato, sigue implacable en su determinación de
legarle su programa despiadado al próximo gobierno. Aunque el consenso de la
Evaluación Nacional de Inteligencia le fue un estorbo inesperado en su plan de
realizar hasta 1,000 bombardeos a Irán, ha servido también para advertir a la
población de que por poco nos metimos en otra guerra basada en una mentira. El
gobierno ya está redoblando sus esfuerzos por hallar nuevas justificaciones para
un nuevo conflicto armado. Lidiamos todavía con un presidente seguro de que
tiene una “misión de Dios”; un presidente de guerra que aprovecha poderes
ejecutivos ilimitados; un tirano que sigue en el poder.
De acuerdo a la Ley de Comisiones Militares, aprobada en 2006, cualquier
persona a quien el presidente declara un enemigo combatiente puede
“desaparecerse” en cárceles clandestinas sin acusaciones y sin el derecho de ver
a un abogado. En esta utopía en que según George Bush “No torturamos”, se
permite aplicar metódicamente técnicas de hacerle perder el sentido a un
detenido. Se permite colocarlo en “posiciones de estrés”, por ejemplo atar las
manos por atrás y colgarlo desde la parte de arriba de una jaula; se permite
pasarle corrientes eléctricos, degradarlo sexualmente y quitarle el sueño hasta
el punto de perder la razón. Puede ser una mujer o un niño, como el jovencito de
14 años recluido en Guantánamo. En los videos que la CIA destruyó figuran el
“submarino” y crímenes de lesa humanidad.
Los últimos siete años nos han demostrado también que no habrá ningún
“salvador” del Partido Demócrata. Ningún “candidato viable” aboga por la
anulación de la Ley de Comisiones Militares ni la Ley Patriota. Ni Clinton ni
Obama piensan desmantelar el aparato de espionaje interno del Departamento de
Seguridad de la Patria ni las nuevas bases militares permanentes que Washington
ha instalado en todo el Medio Oriente y África. Los candidatos para ser el
comandante en jefe hacen campaña para realizar mejor y no poner fin a la guerra
contra el terror, una guerra que se dice que durará por generaciones. Las
elecciones de 2008 no se recordarán por el candidato que prometió regresar a sus
hogares en Nueva Orleáns a la diáspora de familias negras desplazadas por el
desastre natural y la negligencia criminal. Ya destacan por los candidatos que
despotrican habitualmente contra los inmigrantes.
No habrá ningún cambio mientras los candidatos demócratas se suman a los
republicanos en salpicar sus discursos con profesiones de fe y buscan puntos de
coincidencia con fanáticos religiosos que no creen en la evolución y que quieren
un estado eclesiástico. No habrá ningún cambio mientras los demócratas toleran a
magistrados y programas “morales” que quieren eliminar los derechos más
fundamentales de la mujer como el derecho al aborto y control de la
natalidad.
La política rutinaria ha resultado ser un desastre. Tu gobierno no quiere
lo que tú quieres y el nominado demócrata para 2008 no hablará por
nosotros.
Únete con nosotros EN ENERO para organizar lo que ha hecho falta por cuatro
años en la vida política, ética y cultural del país: la voz de un pueblo que
rehúsa ser gobernado de esta manera.
El Mundo no Puede Esperar exhorta a todos los que comparten el sentido de
indignación y vergüenza colectivas –los que se alzarían mañana si creen que hay
una manera de realmente cambiar las cosas—a tomar la única acción realista.
Mediante la resistencia política de masas, podemos y debemos crear en este país
una situación política que hace necesarios sacar del poder a este gobierno
criminal antes de final de su mandato y darle una vuelta en redondo al camino
fascista por el cual George Bush nos ha conducido. Solo una población altamente
organizada y motivada por valores que repudian la guerra injusta, la
intolerancia y la avaricia, será capaz de parar el programa de Bush. Solo una
población que no calla cuando su gobierno tortura, siembra el terror entre
pueblos enteros y trata de silenciar el disentimiento y el pensamiento crítico,
podrá cambiar el curso de la historia.
Todo depende de nosotros. Si no nos pronunciamos sobre estas temas,
nuestra opinión no cuenta para nada. Empieza contigo al asumir la
responsabilidad personal de hacer visible lo que piensas y en qué lado estás:
luce el color naranja todos los días, disemina ese color en todas partes, haz
protesta y alza la voz en toda manera posible. A la medida que esta resistencia
de color naranja se extiende a millones, representando el sentir de la mayoría,
la ilegitimidad para gobernar de Bush y Cheney se destacará vívidamente ante
todo el mundo.
En enero el mundo necesita ver que la población de este país se haya alzado
para decir NO a la tortura. La tortura es un crimen de lesa humanidad. Es un
delito digno de un juicio de destitución; y he aquí que la Casa Blanca la mandó
hacer y el Congreso sigue aprobándola.
Debemos actuar ya – El futuro está en juego.
El mundo no puede esperar y ¡todo depende de ti!
Fuera Bush y su gobierno.
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