Revolución #78, 11
de febrero de 2007
El "aumento" del gobierno de Bush… más cerca a una guerra
contra Irán
Larry Everest
El gobierno de Bush ha escalado la guerra de Irak… y ha lanzado más amenazas
contra Irán que podrían llevar a ataques militares o a la guerra. Los medios
burgueses y alternativos hablan de nuevos preparativos bélicos contra Irán y de
la posibilidad de ataques estadounidenses y/o israelíes en los próximos meses.
El año pasado el periodista Seymour Hersh informó que el gobierno de Bush estaba
trazando planes para una guerra contra Irán que contempla armas nucleares
tácticas para destruir búnkers subterráneos.
En su discurso del 10 de enero, Bush anunció las nuevas medidas (ver: "El
nuevo plan de Bush: Más tropas, más muerte y una guerra más amplia", en línea
en: http://revcom.us/a/077/bushplan-es.html) y en
el Informe presidencial ante el Congreso el 23 de enero dio más detalles del
plan. Ahora, el gobierno de Bush ha enviado más fuerzas militares a Irak y ha
redoblado los preparativos militares, las presiones políticas y económicas, y la
ofensiva propagandística contra Irán:
- Despachó un segundo portaaviones y una flotilla de buques de guerra al golfo
Pérsico. (Esta es la misma cantidad de naves de guerra que durante la invasión
de Irak del 2003). También despachó baterías de misiles antiaéreos Patriot a la
región para proteger a sus aliados contra posibles represalias iraníes.
- Por primera vez puso a un almirante de la Marina (William Fallon) al mando
de Centcom, el centro de comando de las fuerzas armadas estadounidenses en
Europa y el Medio Oriente. Dado que Estados Unidos ya está metido en dos guerras
terrestres (en Irak y Afganistán), esto se interpreta como una señal de que se
están preparando ataques aéreos y marítimos contra Irán.
- Apretó las presiones económicas a Irán instando a los bancos e instituciones
financieras internacionales a no prestarle dinero. Por medio de Arabia Saudita,
ha bajado el precio del petróleo de $77 a $50 el barril, lo que ha reducido los
ingresos del petróleo que necesitan el gobierno y la economía iraníes.
- Lanzó una gran ofensiva propagandística contra Irán, parecida al chorro de
mentiras de antes de la guerra de Irak. Estados Unidos e Israel dicen que Irán
está a punto de construir armas nucleares, aunque no ofrecen ninguna prueba. La
mayoría de los expertos en armas dicen que Irán necesitaría por lo menos una
década para construir un arma nuclear, si esa fuera su meta. El periódico inglés
The Observer (28 de enero) informó que "los esfuerzos de Irán por
producir uranio altamente enriquecido, el material que se usa para hacer bombas
nucleares [y hacer funcionar los reactores nucleares], son caóticos y necesitará
años más para dominar la tecnología necesaria”.
En el Informe presidencial, Bush dijo: "…también hemos podido ver que
enfrentamos peligros provenientes de extremistas chiítas… que reciben órdenes
del gobierno de Irán… Los extremistas chiítas y sunitas son ángulos diferentes
de la misma amenaza totalitaria". Así puso a Irán de nuevo en las miras de su
"guerra santa" ideológica.
En el discurso del 10 de enero, Bush dijo: "Irán está proporcionando apoyo
material para los ataques contra las tropas estadounidenses". Uno tras otro
funcionario del gobierno repitió como loro esa acusación, sin ninguna prueba.
Hasta la prensa burguesa señaló: "Hay escasas pruebas de tráfico de armas de
Irán a Irak" (Los Angeles Times, 23 de enero). Es una mentira y es una
lógica retorcida. "El 99% de los ataques contra las tropas estadounidenses
ocurren en las zonas sunitas y los llevan a cabo grupos guerrilleros baathistas
o fundamentalistas sunitas (Salafi) ", explicó el profesor Juan Cole. "Si Irán
da apoyo material, es a los aliados [chiítas] de Estados Unidos".
- Unas horas antes del discurso del 10 de enero, las fuerzas
armadas yanquis llevaron a cabo una redada y arrestaron a varios iraníes en
Erbil, en el norte de Irak. Más tarde se supo que eran funcionarios del gobierno
iraní invitados por el gobierno iraquí, pero de todos modos varios siguen
presos.
- Bush mandó disparar a matar contra cualquier iraní que "trate de hacerle
daño a nuestras tropas o impedir que alcancemos nuestras metas, o que mate a
civiles inocentes en Irak". En Irak hay miles de iraníes (peregrinos religiosos,
comerciantes, diplomáticos, gente que va a ver parientes) y mandar matarlos por
"impedir que alcancemos nuestras metas" es tan vago que podrían matar a
cualquiera… y podría ser un pretexto para atacar a Irán.
Mayores dificultades, mayores necesidades
Tumbar a la República Islámica de Irán ha sido un objetivo estratégico de
Estados Unidos desde que Bush la metió en la lista del "eje del mal" en el 2002.
Es un elemento clave de la estrategia de reconfigurar radicalmente el mundo,
post 11 de septiembre del 2001, empezando con el Medio Oriente y Asia Central, a
fin de solidificar la posición de Estados Unidos como única superpotencia
mundial con un imperio indiscutible e indisputable. En particular, un cambio de
gobierno en Irán sería un golpe decisivo contra el fundamentalismo islámico, que
ha surgido como el mayor obstáculo a las metas estadounidenses.
Por eso la Estrategia de Seguridad Nacional de 2006 de Bush menciona
a Irán 16 veces y dice: "Puede ser que de todos los países Irán sea el mayor
reto para Estados Unidos".
Los fracasos de la guerra contra Irak han aumentado la urgencia de atacar a
Irán. En parte, la meta de la invasión de Irak era preparar el terreno para
debilitar, y quizás tumbar, al gobierno iraní. Por el contrario, la invasión
eliminó a uno de los principales enemigos de Irán: Saddam Hussein (Estados
Unidos ya había tumbado a otro de sus adversarios: el Talibán de Afganistán). En
Irak, Estados Unidos ha tenido que contar con los partidos chiítas pro Irán para
gobernar el país. La debacle de Irak ha minado la influencia estadounidense,
impulsado a las fuerzas islamistas y aumentado la influencia regional de Irán.
Si Irán adquiere armas nucleares, esto cambiaría el balance de poder más a su
favor, incluso sin usarlas.
La guerra del verano pasado de Israel contra Líbano, que no logró sacar o
debilitar a Hezbolá, aceleró las medidas contra Irán. El Washington
Post informó el 26 de enero que el gobierno decidió que "necesita una
política más beligerante, en vista de que la influencia regional de Irán sigue
creciendo y parece que los intentos de aislar a Teherán han fracasado".
Washington empezó a forjar una alianza con Israel y varios estados árabes
sunitas reaccionarios, con la meta de reducir la influencia iraní en Irak y la
región, y facilitar las medidas directas contra Irán.
Otro factor que impulsa la “huida hacia delante” (o sea, atacar a Irán) es la
necesidad de mantenerse a la ofensiva y de mantener el impulso del programa
global de la camarilla de Bush… o arriesgarse a perder todas las apuestas. A
esto se suma el peligro de crecientes divisiones en el seno de la clase
dominante y/o creciente resistencia popular.
Bush y otros funcionarios del gobierno han dicho que "no tenemos planes de
guerra contra Irán" y que la meta de la escalada militar es tener más palanca
diplomática. Pero, como vimos en la invasión de Irak, decir que quieren paz y
cumplir con las formalidades diplomáticas es necesario para poder echarle la
culpa al otro lado e iniciar la guerra. Es un elemento esencial de los
preparativos bélicos imperialistas.
La parálisis de los demócratas y la urgencia de la resistencia
popular
Ante esta escalada rápida y amenazadora, los demócratas aprobaron el gabinete
de guerra de Bush. Todo lo que hicieron fue proponer una resolución (sin
carácter obligatorio) que critica el envío de más tropas (pero no la guerra en
general). Tras un acuerdo con el senador republicano John Warner, ahora la
resolución rechaza específicamente recortar los fondos para la guerra, que es
una de las pocas maneras en que el Congreso puede parar a Bush. (Pronto Bush
pedirá otros 100 mil millones de dólares para la guerra, además de los 380 mil
millones de dólares que el Congreso ya ha aprobado). Unos demócratas han
propuesto otras resoluciones (sin carácter obligatorio) que se oponen a una
guerra contra Irán o que requieren que Bush consulte con el Congreso antes de
atacar. "No queremos ver acciones precipitadas que no se hayan sopesado,
debatido y autorizado", dijo el senador Barack Obama.
Por su parte, los principales candidatos presidenciales demócratas se han
unido al coro de atacar a Irán. Hace poco Hillary Clinton le dijo a un grupo pro
israelí que no se puede permitir que Irán adquiera armas nucleares y "no se debe
descartar ninguna opción". John Edwards, el candidato "contra la guerra de
Irak", le dijo a un grupo similar: "En la cumbre de estas amenazas está Irán…
Para garantizar que Irán nunca tenga armas nucleares, tenemos que considerar
todas las opciones. Vale la pena repetirlo: todas las opciones".
(Se dice que Bush podría alentar a Israel a atacar a Irán primero para
desbaratar la oposición demócrata y vender la guerra como la "defensa" de un
aliado crucial).
Estas no son las acciones de un partido "débil", sino de un partido
imperialista al que le importa (igual que a Bush) mantener el poderío global
estadounidense y la estabilidad política interna (aunque le preocupa que Bush
esté llevando el sistema al borde del abismo). Los demócratas velan por los
intereses de los imperialistas, y no de la gran mayoría de la población
de este país, ni mucho menos del resto del mundo… a la que no beneficia para
nada una guerra contra Irak ni las amenazas de atacar a Irán, sino luchar por un
mundo más equitativo y justo.
Todo esto subraya lo importante que es que surja una resistencia popular,
ahora, independiente de la política de dominación global imperial, que pueda
opon
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