01-02-2009
Elecciones provinciales en Iraq
Un tapado volcán de sufrimiento
Dahr Jamail
Tr u t h o u t
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales
Bastos
Bagdad hoy, en vísperas de las elecciones provinciales, siente que ha
emergido de varios años de horrible violencia, pero no se engañen. A cada iraquí
con el que he hablado le parece que es algo endeble, una todavía frágil calma
demasiado reciente como para tener confianza.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados proporciona unas
estadísticas que muestran que más iraquíes siguen huyendo del país de los que
están volviendo [1]. Dos estudios [2] muestran que el número de iraquíes muertos
es de entre 1.200.000 y 1.400.000 [3], y que el número de iraquíes desplazados
se acerca a los cinco millones, es decir, uno de cada seis iraquíes. Durante
2006 y 2008 se encontraron grandes cantidades de cadáveres en las calles de
Bagdad y sacados del Tigris mientras los batallones de la muerte y las milicias
sectarias hacían estragos . Todos mis amigos y traductores iraquíes excepto uno
han huido o los han matado. Es casi imposible encontrar una familia iraquí en la
que no haya un miembro al que hayan matado o esté herido.
Sólo en el último medio año la violencia ha disminuido y la vida de la calle
ha vuelto a algo que se parece a lo "normal", que significa opuesto a los entre
50 y 250 iraquíes muertos al día; la media hoy es de una, a veces dos, docenas
al día.
La calma relativa me ha permitido moverme por Bagdad con relativa facilidad,
comer en los restaurantes e incluso hacer entrevistas en la calle, todo lo cual
era imposible durante mis últimas visitas a Iraq. He hecho un balance de lo que
ha cambiado y de lo que no.
Una de las primeras cosas de las que me di cuenta que no había cambiado no
fue en Iraq. Cuando llegué a Amman, Jordania, y salía del avión observé a lo que
esperaba fuera hasta encontrar a un jordano que sostenía un cartel de Blackwater
USA [4] y con el que se reunieron cuatro hombres de mediana edad de aspecto
rudo. Al día siguiente, cuando volábamos a Bagdad, el avión de línea hizo un
descenso "en suave espiral" hacia el aeropuerto de Bagdad, a diferencia del
descenso en tirabuzón que hacían todos los aviones cuando estuve la última vez
en Iraq para evitar ser disparados por la resistencia justo fuera del perímetro
del aeropuerto.
La infraestructura sigue siendo un caos. El generado de mi hotel funciona más
tiempo del que está apagado. Por todo Bagdad hay una media 4 horas al día de
electricidad y la gente no tiene más remedio que beber agua del grifo, cuando la
hay, un agua muy contaminada por enfermedades que se transmiten por el agua,
carburante, aguas residuales y sedimentos. El trabajo escasea y la gente sufre
enormemente. La ira por ello bulle por debajo de la superficie allá donde se
mire.
Antes, aunque estas condiciones eran parecidas, todavía había alguna
esperanza de que las cosas pudieran mejorar. Esta esperanza se ha transformado
en resignación. Una capitulación ante la vida diaria consistente en tratar de
encontrar suficiente dinero para comprar comida.
"En 2004 me costaba 1 dólar llenar el depósito de mi coche", me dijo ayer mi
intérprete Ali mientras me llevaba a Faluya. "Hoy me cuesta 35 dólares. Antes en
Iraq una familia podía vivir bien con 500 dólares para dos meses. Hoy somos
afortunados si nos duran dos semanas porque se ha disparado el precio de
todo".
En la mayoría de las intersecciones hay mendigos. Donde no los hay, niños
iraquíes se mueven entre las filas de coches vendiendo pitillos, fruta o
caramelos a los conductores atrapados en el siempre embotellado tráfico.
Salah Salman, un jornalero que trabaja en Sadr City con el que hablé el otro
día, expresaba su furia por las próximas elecciones previstas para el 31 de
enero. Habló conmigo mientras estábamos de pie cerca de una calle abarrotada de
basura al lado de una zona de denso tráfico.
"No voy a votar a nadie. No podemos confiar en ninguno de los candidatos,
como en las elecciones de 2005. ¿Qué han hecho por nosotros? ¿Qué servicios han
proporcionado al país? ¡No han conseguido nada para nosotros!".
Como en las elecciones de 2005 (y, en este sentido, como en la mayoría de las
elecciones en todo el planeta) hay miles de políticos en diferentes plataformas,
y que [ofrecen] desde unificar Iraq hasta traer electricidad, mejorar la
seguridad, promover la reconciliación. La mayoría de los iraquíes con los que he
hablado acerca de las elecciones no tiene muchas esperanzas.
"Nuevos ladrones sustituirán a los actuales ladrones", me dijo un refugiado
iraquí en Amman antes de irme a Bagdad.
So evidentes unas diferencias obvias. La razón más evidente del descenso de
las bajas estadounidenses en Iraq en el último año es que hay claramente muchas
menos patrullas de soldados estadounidenses, mientras que antes éstas vagaban
por las calles incesantemente. Las patrullas que he visto circulan en vehículos
Protegidos contra Emboscadas Resistentes a las Minas (MRAP, en sus siglas en
inglés), que son unas bestias resistentes a las minas que se arrastran
lentamente por las congestionadas calles de Bagdad.
En cambio, abundan las fuerzas de seguridad iraquí. A toda velocidad por las
calles con sirenas atronadoras, está la Policía Iraquí circula en enormes y
flamantes camiones Ford y Chevrolet, que claramente han encontrado un nuevo
mercado desde que Estados Unidos se cansó de estos monstruos engullidores de
gasolina. Además, abundan los soldados iraquíes, deambulando en flamantes
Humvees del tipo entregado por el ejército estadounidense cuya flota ha mejorado
hasta los vehículos MRAP. Hay tal despliegue de seguridad en las calles de
Bagdad que es imposible circular mas de 15 minutos si toparse con otro
checkpoint. Vivir en Bagdad, lo mismo que vivir en muchas otras ciudades
iraquíes, es vivir en un estado policial.
Se ve a los contratistas sobrevolando, a menudo en sus helicópteros Kiowa
biplaza. Se ocupan de la seguridad en el aeropuerto y en la Zona Verde, a la que
desde hace un tiempo se llama Zona Internacional. La compañía de mercenarios
Triple Canopy emplea a ex-miembros de los escuadrones de la muerte en América
Central y a varios ugandeses, un país ahora descolonizado en su mayoría, para
controlar las placas de identificación en los incontables checkpoints que tuve
que atravesar para obtener mi tarjeta de prensa obligatoria dentro del
extremadamente fortificado complejo. Así, se ha completado el cambio de imagen:
fuerzas de seguridad iraquíes y mercenarios contratistas privados son ahora la
cara de la ocupación estadounidense de Iraq.
Las líneas divisorias políticas son profundas por todo el país y esta fina,
fresca y externa capa de la calma en la violencia global camufla la difícil
situación de la mayoría de los iraquíes. Se ha disparado el precio de todo,
desde el de la botella de agua hasta el de los tomates, mientras que los empleos
son cada vez más escasos. Mientras que la mayoría de las agencias de noticias
estadounidense han disminuido su personal en Iraq o lo han retirado por completo
porque les parece que Iraq ya no es una noticia importante, para la mayoría de
los iraquíes que permanecen aquí, no existe otra opción. Huir sin dinero y
convertirse en un refugiado o permanecer y tratar de sobrevivir.
¿Traerán estabilidad las elecciones? ¿O bien los grupos que se creen con
derecho a un poder que no obtienen democráticamente recurrirán de nuevo a una
violencia que desgarrará lo que queda de este destrozado país?
Pronto lo sabremos.
Dahr Jamail, periodistas independiente, es autor de Beyond the Green Zone:
Dispatches From an Unembedded Journalist in Occupied Iraq (Haymarket Books,
2007). Jamail estuvo informado desde el ocupado Iraq durante ocho meses, así
como desde Líbano, Siria, Jordania y Turquía en los últimos cuatro años.
Notas:
[1] http://www.unhcr.org/iraq.html
[2] http://www.opinion.co.uk/Newsroom_details.aspx?NewsId=78
[3] http://www.justforeignpolicy.org/iraq/iraqdeaths.html
[4] http://blackwaterbook.com/
Enlace con el original: http://www.truthout.org/012909A
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|