Tropa de Asalto en la Convención
Republicana |
Por Ray McGovern
Hace diez días, mientras la nación centraba su atención en el huracán que se
acercaba al delta del Mississipi, otra tormenta estaba cocinándose más arriba,
en St. Paul, Minnesota – una tormenta bien más peligrosa, según se pudo ver,
pero que no fue apercibida ni divulgada por los Medios Corporativos y Aduladores
de Comunicación (o FCM, por sus siglas en inglés = Fawning Corporate
Media).
Cuando volé hacia St. Paul en la noche del 30 de agosto, me encontré con
murmuraciones en los medios locales en relación a “ataques preventivos” sobre
aquellos que se estaban reuniéndose en esta ciudad para manifestar contra la
guerra de Irak y la injusticia contra los pobres en nuestro país.
La St. Paul Pioneer Press expresó sorpresa que “a pesar de búsquedas
preventivas por la policía” y arrestos, un grupo denominado el “Comité de
Bienvenida del RNC” todavía seguía con intenciones de “desbaratar la
convención”.
Un titular gritaba “Arrestos Preventivos de Manifestantes en las Ciudades
Gemelas”. Pero fue el primer parágrafo que dio en el clavo: “Pidiendo prestado
el guión sobre ‘guerra preventiva’ del gobierno de Bush, agentes policiales en
las Ciudades Gemelas han realizado “ataques preventivos” contra las
organizaciones que planean actos de protesta durante la Convención Nacional
Republicana.
En los días siguientes pude ver, cerca y personalmente, una masiva y
totalmente desnecesaria muestra de crueldad.
Eso me resonó y pensé que la aplicación doméstica de la doctrina de
“prevención” era totalmente predecible – de hecho, prevista por aquellos que
fueron suficientemente valientes como para denunciarla antes del ataque
“preventivo” de los EEUU contra Irak.
Irónicamente, fue la Agente Especial del FBI, Coleen Rowley, que vive en el
área de St. Paul, que denunció esas medidas en una carta dura escrita el 26 de
febrero de 2003 al Director del FBI Robert Mueller, tres semanas antes de la
invasión a Irak [New York Times, 6 de
marzo de 2003].
Confrontándose a Mueller sobre innúmeros temas clave (como: ¿Qué evidencias
tiene el FBI en relación a la supuesta conexión entre al-Qaeda e Irak?”), Rowley
denunció el efecto devastador de la “nueva política norteamericana de ataques
preventivos”.
“Creo que sería prudente estar atento a la posibilidad que las acciones más
laxas de ataques preventivos siendo aplicadas a situaciones en el exterior,
puedan migrar de vuelta a casa, promoviendo una actitud más permisiva por parte
de los agentes del orden en este país”.
Rowley llamó la atención de Mueller sobre los abusos de derechos civiles que
ya habían ocurrido desde el 11/9, y apuntó a que “puede ser necesaria una
vigilancia especial para evitar presiones indebidas (incluyendo el fomento
sutil) para detener o hacer redadas contra sospechosos.
Transformando a la Policía
Mientras estuve en St. Paul, entré en contacto con Rowley, quien ha estado
políticamente activa en el área de las Ciudades Gemelas, y le pregunté su
reacción a la versión de prevención que estaba ocurriendo en St. Paul. Esta no
fue la primera oportunidad que tuvo de decir “yo les dije”, pero no llamó la
atención sobre su profecía certera de hace cinco años.
Sacudiendo su cabeza, Rowley simplemente lamentó la facilidad con que las
maniobras para asustar artificialmente tuvieron éxito, causando a la “otrora
maravillosa comunidad de policías de St. Paul a volverse contra sus propios
ciudadanos pacíficos (la locura surrealista que atestiguamos durante el
RNC)”.
Añadió que, una vez que los Federales, los llamados centros de fusión, y los
contratistas entran en acción “todas las reglas se hicieron humo”.
La “prevención” empezó el viernes, 29 de agosto, bien antes que empezara la
convención el lunes 1º de setiembre.
Un académico que investiga organizaciones de movimientos sociales, que ha
estado observando durante varios meses a los principales manifestantes – el
Comité de Bienvenida al RNC, la Coalición para Marchar contra el RNC y Acabar
con la Guerra, y la Campaña a favor de Derechos Humanos de los Pobres – hizo el
siguiente relato:
“En la noche del viernes, el espacio en St. Paul que estaba siendo alquilado
por el Comité de Bienvenida fue invadido por la policía antimotín, que golpeó la
puerta con armas automáticas en mano, forzó a 60-70 activistas que se
encontraban adentro a acostarse en el piso, les puso esposas y después
procedieron a confiscar el material para confeccionar pancartas y material
impreso del movimiento”.
“Durante un período de varias horas, la policía interrogó, fotografió,
redactó órdenes de arresto y después los soltó, uno a uno. Después cerraron el
local por violación al código de conducta. En la mañana siguiente un inspector
de códigos de la ciudad llegó y no encontró ninguna base para cerrar el
lugar”.
“La mañana del sábado fue una de escalada y terror. El Departamento del
Sheriff del Condado de Ramsey, junto con la policía de St. Paul, Seguridad
Pública y el FBI condujo redadas en cuatro casas particulares. A las 8 h,
docenas de policías con uniformes del SWAT irrumpió por la puerta de una casa
donde estaban hospedados cerca de una docena de activistas. Los despertaron con
rifles apuntados en sus caras y forzados a permanecer boca abajo en el piso por
más de una hora”.
“La policía robó todas las computadoras y otros equipamientos electrónicos
que habían en la casa, y miembros importantes del Comité de Bienvenida que
estaban durmiendo allí fueron arrestados. Como se trataba de un fin de semana
largo debido al feriado, los arrestados por supuestos crímenes recién pudieron
aparecer en el juzgado el miércoles, como mínimo. Consecuentemente, los que
estaban tratando organizar manifestaciones estarían presos durante todo el
período de la Convención Republicana. Cuatro otras casas fueron allanadas y
docenas de activistas fueron detenidos”.
El académico que escribió el informe apeló a aquellos preocupados sobre “este
enorme exagero policial” a que entraran en contacto con los alcaldes de las
Ciudades Gemelas y exigieran un fin a la “caza a las brujas”.
Añadió: “Entre la gente que fue arrestada estaban los activistas más
moderados y más dedicados que yo he conocido en mi vida”. Muy distinto al
“emprendimiento criminal” descrito por el Sheriff del Condado de Ramsey, Bob
Fletcher.
Nanette Echols, una residente de St. Paul, que estaba hospedando a los
visitantes, insistió que ellos no habían hecho nada de malo.
“En uno de los lugares que fue allanado el viernes de noche, estaban
mostrándole a jóvenes de alrededor de 20 años algunos documentales después de la
cena, en un ambiente libre de alcohol”, señaló.
Ceder ante los Federales
¿Dónde estaban los Concejales de St. Paul? Sólo uno de ellos tuvo el coraje
de hablar – el Consejero Dave Thume – quien estaba particularmente furioso con
la actitud del Sheriff Fletcher, dentro de los límites de la ciudad de St.
Paul.
“Esta no es la forma de empezar las cosas… Estoy realmente enojado… la ciudad
es perfectamente capaz de cuidar esas cosas… Esto es sobre la libertad de
expresión. Es la razón por la cual mi padre luchó en la guerra. Para mí esto es
una bofetada “preventiva” contra la libertad de expresión”.
Thune objetó especialmente al uso por parte de los delegados de Fletcher de
baterías de asalto para golpear las puertas, y luego entrar a las casas con las
armas desplegadas, forzando a la gente a acostarse en el piso, como hicieron el
viernes de noche.
Este era el telón de fondo desestabilizador cuando volé hacia St. Paul en la
noche del sábado, para hablar en las misas de la Iglesia Católica de Santa Juana
de Arco en la mañana del domingo.
El lunes, me junté a unas 10,000 personas en una marcha pacífica desde el
Capitolio hasta las vallas del muro de Berlín y hacia lo que la vieja Unión
Soviética hubiese denominado de “órganos de seguridad pública” en posición
delante del centro de convenciones del RNC.
Marginalmente, también hubo daños a la propiedad y más arrestos. Lo que hubo
de violencia tenía la marca de provocación de gente como el Sheriff Fletcher y
su Seguridad Interna, el FBI e, de acuerdo con una buena fuente, amigotes de
Blackwater.
Correcto. Agentes provocadores.
Los objetivos primarios de la represión fueron los medios alternativos,
incluyendo cualquiera que tuviese en sus manos una cámara para registrar la
brutalidad – como lo hicieron con éxito durante la Convención Republicana
realizada en Nueva York hace cuatro años.
La forma en que Amy Goodwin y dos productores de “Democracy Now!” fueron
destratados deliberadamente fue claramente para servir de aviso de que las
reglas se habían esfumado - ¡al diablo con la Primera Enmienda!
El martes de noche, después de hablar en la “Zona de Libertad de Expresión”,
un local cercado y rodeado de órganos de seguridad pública, me junté a la marcha
de la gente de “Pobres” hacia el alambrado delante del RNC.
No observé ninguna violencia. Sin embargo, la policía/FBI/guardia nacional/y
quién sabe quien más decidieron que tenían que limpiar la calle. Mis amigos y yo
escapamos milagrosamente del gas lacrimógeno, o spray de pimienta, o algo peor.
Fue una poderosa muestra de fuerza – no para proteger, sino para intimidar.
El Significado de Palin
Después de hablar en una conferencia en la Universidad de Concordia en St.
Paul el miércoles, estaba aún más ansioso para ver a la candidata Republicana a
la vicepresidencia, Sarah Palin, dar su discurso de aceptación. Eso era mejor
que arriesgar un poco más de gas lacrimógeno.,.
La manera con que ella desairó a las organizaciones comunitarias fue difícil
de digerir.
Pero esas cosas palidecen en comparación con la forma que la gobernadora de
Alaska procedió a burlarse la noción de leerle a la gente sus derechos. Pensé
que a pesar de la distancia entre Alaska y Washington, el alcance de la
Constitución y estatutos de los EEUU llegarían hasta allá.
Amigos me dijeron que no debería haberme sorprendido Pero, ¡por Dios!
Después del extenso secuestro, tortura, prisión indefinida, y el poder dado
por nuestro Congreso cobarde al presidente para colocar en la cárcel sine
die a cualquier persona que él defina como “combatiente enemigo” – después
de todo… bien, me parece que leerle sus derechos a alguien es más y no menos
importante.
Sin mencionar la represión masiva que estaba ocurriendo a las afueras del
centro de convenciones.
Era, es, una yuxtaposición asustadora. Al día siguiente, Ann Wright y yo
fuimos a la cárcel a dar nuestro apoyo a los jóvenes que habían sido golpeados y
después liberados. A ellos no se les había leído sus derechos. Muchos estaban
acampando en la vereda, recusándose a abandonar el local mientras sus colegas
siguiesen presos.
Entonces Jason salió de la prisión, un fornido joven de aproximadamente 20
años, que necesitaba ayuda para caminar. Conversamos con él por un rato, y él
nos mostró las siete – sí siete – heridas de picana en su cuerpo.Una, en su
nalga izquierda, lo había hecho perder mucha sangre, creando una mancha enorme
en su pantalón.
Ingenio
Los jóvenes manifestantes tuvieron algún éxito en delatar a los que se habían
infiltrado al grupo. Durante las confrontaciones, miembros del Comité de
Bienvenida, en particular, tomaron innumeras fotos de los oficiales de la ley y
después memorizaron sus caras.
Esta táctica funcionó como un hechizo en uno de los parques de St. Paul,
cuando pasó un hombre que parecía un manifestante – ropas oscuras, mochila,
medio desarreglado.
Uno de los manifestantes lo reconoció y buscó en su cámara hasta que encontró
una foto del tipo llevando a cabo una redada en el comité central del Comité de
Bienvenida en la noche del viernes.
Los jóvenes le pidieron al hombre y dos acompañantes que se fuera del parque.
Enseguida, los tres se metieron rápidamente en un sedán aparcado en las
inmediaciones.
La placa, observada por un periodista del Pioneer Press, fue
localizada como perteneciendo a la unidad de detectives de la Oficina del
Sheriff del Condado de Hennepin, de acuerdo a la División Central de Equipos
Móviles del condado.
Más tarde, los manifestantes agarraron a dos otros hombres en la marcha
planeada para aquél día, porque uno estaba usando zapatos deportivos recién
comprados. Los dos se fueron sin indicar si pertenecían o no a las fuerzas del
orden.
Entonces hay esperanza. Los jóvenes de hoy son más listos que los de antes.
Podemos apostar que en las próximas semanas, un montón de fotos poco gratas
expondrán a diversos agentes provocadores, incluyendo algunos cuarentones
sentados en autos que no figuran en el mapa, así como también jóvenes
Republicanos con zapatos deportivos sin uso.
Si esos son los tipos de “fuente” de los cuales depende la policía, el FBI,
etc. entonces eso sería como a los shiítas denunciando a los sunitas, y
viceversa.
Los órganos de seguridad pública no son tan idiotas en pensar que se puede
esperar “inteligencia” legítima de tácticas tan ultrapasadas. Lo más probable es
que cualquier tipo de “inteligencia” sirva a los propósitos de fuerzas del orden
locales y tímidos oficiales públicos intimidados por los Federales.
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