La teoría de la evolución causa controversia en el sistema escolar de
Texas
19 de noviembre de 2008
Austin (Texas), (EFE).- La enseñanza de la teoría de la evolución en el
sistema escolar de Texas sigue siendo un tema delicado "y casi prohibido", si se
toma en cuenta que de los 180 días de clases al año sólo se utilizan tres para
tocar esa materia.
La Agencia de Educación de Texas (TEA, en ingles), el ente que rige el
sistema educativo de primaria y secundaria, revisa una vez cada 10 años la
metodología de cada uno de los cursos que se imparten.
Actualmente, un grupo de educadores asignados por TEA analiza los pormenores
de los cursos en ciencias y luego de sugerir y proponer cambios, si los hay,
pasa a la Junta Directiva de Educación de Texas, que es la que tiene la última
palabra.
Para Según Kevin Fisher, profesor de ciencias en el Distrito Escolar de
Lewisville (al norte de Dallas, Texas), la controversia por enseñar o no la
teoría de la evolución no debería ser tan complicada.
"Si un niño de primer grado es capaz de aprender qué es la evolución, ¿por
qué entonces nos oponemos a que se imparta en el sistema educativo? Se trata de
una teoría que tiene fundamentos", señaló Fisher en entrevista con Efe.
"La ciencia trata precisamente de explicar todas las teorías con ejemplos
válidos", sostiene el académico, quien forma parte del grupo que debe hacer las
sugerencias sobre si se deben hacer cambios a la enseñanza de la evolución en
Texas.
Para otros educadores, no se trata de enseñar una teoría, sino de la
oposición que ésta tiene por parte de los altos ejecutivos y funcionarios de
educación en el estado.
Chris Comer, ex directora de TEA, ha sido clara al señalar que ella tuvo que
renunciar a su cargo en octubre del año pasado porque envió un correo
electrónico en donde alababa el discurso de una erudita en evolución.
Se trata de Barbara Forrest, profesora de filosofía en la Universidad del Sur
de Luisiana y autora de varios libros.
En entrevista telefónica con Efe, Comer reiteró que el envío de ese correo
electrónico era para avisar que Forrest se iba a presentar en Austin y no que
respaldaba su labor a favor de la enseñanza de la evolución.
"Me dijeron que el mensaje que recibieron cientos de personas no era
precisamente el de TEA y me hicieron escoger entre renunciar o el despido.
Decidí el primero para no perder mi fondo de pensiones", aseveró.
La educadora entabló una demanda al estado el pasado mes de julio por haber
sido forzada a renunciar, pero la Fiscalía General de Texas no accedió a que la
denuncia prosiguiera.
Comers cree que existe una política de miedo que imparte el mismo sistema
educativo de Texas y que incita a la discordia entre los que quieren que se
enseñe la teoría de la evolución y los conservadores que quieren que se enseñe
el creacionismo.
Don McLeroy, dentista de profesión y presidente de la actual Junta de
Educación de Texas, está de acuerdo con Comer en las diferencias que puede crear
la enseñanza de la evolución, pero también indica que la fe es más fuerte que
cualquier imposición.
"Como médico creo en la ciencia, pero como miembro de una iglesia evangélica
y como hombre de fe, refuto la teoría de la evolución simplemente porque no
siento que realmente sucedió", dijo McLeroy.
"Para mí, la teoría de la evolución es eso, una teoría y no se puede probar",
agregó McLeroy.
Según Julia Friedman, profesora de biología en la Universidad de Texas en
Austin, el gran problema que enfrenta la Junta Directiva de Educación de Texas
no es capacidad de decisión, sino de objetividad.
"Ninguno de los miembros es educador y ni siquiera tienen algún tipo de
estudios en ciencias. Quizás ni ellos mismos entienden que el creacionismo en
una creencia y no una teoría científica, como sí lo es la evolución", explicó
Friedman.
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