Debra Sweet: Hacer todo lo posible para
repudiar el programa de Bush |
lunes, 5 de mayo de 2008
Debra Sweet, directora
Ponencia ante la reunión nacional de El Mundo no Puede
Esperar, 3 de mayo de 2008
Hace unas seis semanas, el Congreso aprobó y proporcionó fondos para una
directiva secreta de Bush que autoriza una amplia gama de operaciones, como el
asesinato, contra el gobierno de Irán. Andrew Cockburn informó el 2 de mayo que
“cubre acciones por toda una gran región geográfica—de Líbano a Afganistán— pero
es más amplia en cuanto las acciones permitidas, que van hasta el asesinato de
figuras seleccionadas... [Por otra parte] la salida de San Diego de una fuerza
anfibia de la Infantería de la Marina, programada originalmente para medidos de
junio con destino al golfo Pérsico, se ha adelantado para el 4 de mayo”. Es
decir, mañana. Demorará aproximadamente un mes para llegar al golfo.
Los preparativos son reales y debemos tomar muy en serio la amenaza de un
nuevo ataque. NO hay oposición a eso en los corredores del poder ni de los
candidatos demócratas a la presidencia. Hillary ya amenazó “borrar del mapa” a
Irán y la única objeción de Obama fue que “usar expresiones como ‘borrar del
mapa’ en realidad no produce buenos resultados... Creo que los iraníes pueden
tener confianza de que yo [también] responderé enérgicamente”. La revista
Vanity Fair escribió hace un mes que el único obstáculo a un ataque
estadounidense contra Irán era el general Fallon, y hace unos días se le obligó
a renunciar.
El programa de Bush es todavía el mayor factor que se impone en el mundo, y
lo implementado en los últimos siete años es está creando el marco y los
términos del debate político hoy.
Como dijimos en enero: “Hoy George Bush... sigue implacable en su
determinación de legarle su programa despiadado al próximo gobierno”. La
política de siempre no está a la altura de hacerle frente a la enormidad del
daño que ya se ha hecho. ¿Puede el mundo esperar? ¡De ninguna manera! ¿Todavía
necesitamos parar en seco todo ese programa y ese camino? ¡Claro que SÍ!
Estos momentos requieren una claridad moral y una determinación audaz. Los
horrores que suscitaron la formación de nuestra organización no han parado, y no
debemos parar tampoco.
Necesitamos salir de esta reunión con un pensamiento estratégico y planes
estratégicos para ponerle fin a toda la dirección del país. Necesitamos dar la
alarma y organizar a la población a actuar decisivamente contra un ataque a
Irán. Hay propuestas que discutir, nuevas personas que escuchar y decisiones que
tomar.
Las siete críticas de “Tu gobierno” en nuestra Convocatoria a sacar del poder
al gobierno de Bush identificaron correctamente el camino en que va el gobierno.
Si se puede decir algo, es que las medidas oficiales han ida más allá de las
expectativas de muchos signatarios.
Los demócratas han sido cómplices en mucho de eso, con su voto mayoritario a
favor de cada pedido oficial de fondos para matar a iraquíes civiles, la
reautorización de la Ley Patriota, la aprobación de la Ley de Comisiones
Militares que quitó el derecho de hábeas corpus y legalizó la tortura, y la
aprobación de dos magistrados que inclinaron la balanza de la Suprema Corte aún
más a favor de los derechos corporativos y no los individuales, la supremacía
blanca y no la meta de abolir la segregación, y que confirmaron la primera
prohibición estatal del aborto.
El Mundo no Puede Esperar no toma una posición respecto a votar, y sabemos
que muchos simpatizantes votarán para los demócratas, un tercer partido o los
independientes con la esperanza de un cambio. Unos candidatos tendrán una
política diferente si ganan. Pero seamos científicos: ninguno de nosotros,
incluso los candidatos, sabe a quién se elegirá en noviembre. No es correcto
darnos por sentado que un demócrata le seguirá a Bush como presidente.
Es más: incluso si gana el candidato demócrata, no hablará por nosotros. La
trayectoria de los demócratas durante los últimos siete años –y las plataformas
de los candidatos—dejan en claro que la dirección básica en que nos ha llevado
Bush no se va a cambiar a menos que la población la pare mediante una
resistencia política masiva, un descontento general y una lucha histórica para
cambiar la marcha de la historia. Por eso nos unimos. Sigue siendo la verdad
hoy. Y, aunque parece contrario a las apariencias superficiales o las
suposiciones cínicas, esa resistencia sigue siendo sumamente posible.
¿Cuál partido acaba de aprobar el MAYOR presupuesto militar JAMÁS?
Por la cuarta vez desde que los demócratas llegaron a controlar el Congreso,
aprobaron financiar la ocupación de Irak. Nancy Pelosi hizo un trueque de
necesidades populares por armas. Le apretó las tuercas al grupo legislativo
(“caucus”) Fuera de Irak y consiguió votos para la guerra con promesas de
empleos y un poco de asistencia médica para los ex combatientes, y al final le
dio a Bush más fondos de lo que había pedido.
¿Cómo es mejor eso que lo que hizo Hitler? Hitler les dio trabajo a los
excombatientes y a los desempleados cuando la economía estaba malísima, y ellos
se pusieron contentos con el gobierno. No, pues, la lucha por la asistencia
médica hoy NO es una oposición a la ocupación injusta y genocida; parar la
guerra depende todavía en NOSOTROS.
¿Y cómo chingados es que no hubo respuesta a las amenazas de Clinton de
borrar del mapa a Irán? Ella dijo textualmente que el gobierno de Irán debe
saber que podemos borrarlos del mapa en un 100%. Esa clase de afirmación debe
provocar protestas masivas, paros indignados y fuertes repudios de gente del
ambiente público. El hecho de que no ocurrió nada de eso nos dice mucho sobre lo
que debemos transformar.
Elaine Brower y yo estábamos leyendo una transcripción del debate más
reciente entre Clinton y Obama en Pensilvania, que llamaron el “foro de
compasión”. Ella me escribió: “¡Qué mierda! ¿Qué relación tiene eso de ‘andar
por el camino de la fe’ con ser presidente? Eso es un desastre y un problema
enorme. Tenemos que responder a eso de alguna manera. ¿Cómo es posible hablar de
‘borrar del mapa’ un día y al otro día hablar de la fe, la religión y Dios sin
que nadie le cuestione? O tal vez es que LOS DOS VAN DE LA MANO y hemos
identificado de verdad las nuevas cruzadas”.
Obama dice que es necesario que las “fuerzas armadas de Estados Unidos sigan
siendo las más fuertes del mundo” y su campaña reconoce que para lograr eso
tendrá que aumentar la cantidad de contratistas privados en Irak, como
Blackwater, y también alistar a unos 100,000 soldados adicionales. La Enmienda
Solomon del 1996, que ambos Obama y Clinton apoyaron hace poco, le autoriza al
secretario de Defensa negar fondos a las escuelas superiores que prohíben o
impiden el reclutamiento militar o la presencia del ROTC [Cuerpo de
Entrenamiento de Oficiales de la Reserva] en sus predios. Ese es el tipo de
política que el proceso político permite e impone como condición. Ese tipo de
política reprimirá cualquier acción popular que tenga la posibilidad de parar la
guerra. La facultad de Derecho de Vermont lo desafió; rechazó esa mordida para
comprar el silencio y renunció un millón de dólares de fondos federales porque
no quiere la presencia de reclutadores en la universidad. Ese ejemplo demuestra
que es posible tomar una postura de principios, pero VA CONTRA TODO EL MARCO
POLÍTICO hoy, sea de demócratas o republicanos, y entonces depende de NOSOTROS
popularizar esa postura de una manera que tenga un gran impacto.
Obama y Clinton hablan de comenzar a retirar las tropas en 60 días y muchos
piensan equivocadamente que están hablando de poner fin a la guerra. En
realidad, el plan solamente reestructurará la guerra para que el imperio se
extienda más ampliamente, con mayor actividad militar en Afganistán, Pakistán y
posiblemente en Irán y otros países. Las diferencias entre todos los candidatos
ocurren en un margen de acción muy reducido, pues cada candidato de peso se ha
comprometido a usar la fuerza militar contra al-Qaida, Irán y Afganistán, y a
seguir una alianza de hierro con el gobierno de Israel.
La tortura
Nuestra Convocatoria dice: “Si no nos oponemos y movilizamos para parar esto,
nos obligarán a aceptarlo”. El discurso nacional sobre la tortura da la prueba
de eso.
¿Qué parte de la sistematización de las detenciones secretas, la destrucción
de hábeas corpus, o las técnicas “intensificadas” de interrogación desaparecerá
cuando Bush deja de ser presidente? El Departamento de Justicia le ha dado a
todo el aparato una nueva justificación jurídica: o sea, aunque la ley
internacional prohíba ciertos métodos o prácticas, es irrelevante porque el
presidente estadounidense tiene la autoridad de hacerla caso omiso si el interés
nacional, según lo define él, justifica eso.
En las últimas semanas, ha salido a la luz que los seis funcionarios más
altos del gobierno de Bush se reunían en la Casa Blanca para discutir las
técnicas de tortura y planear cómo la CIA y los militares iban a interrogar a
ciertos detenidos específicos de Guantánamo. En DECENAS DE OCASIONES el
vicepresidente Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Colin Powell, John Ashcroft, George
Tenet y Condoleeza Rice discutieron juntos las técnicas de tortura; en palabras
de un funcionario, casi coreografiaron los crímenes de lesa humanidad que se han
institucionalizado en las cárceles secretas y los centros de detención militar
por todo el mundo. Ellos captaron, y debemos captar también, lo condenatoria que
podría ser esa revelación si la población la respondiera con acción; el mismo
Ashcroft expresó en 2002 su preocupación por los problemas que podrían surgir si
su participación se descubriera.
Por eso escribieron la Ley de Comisiones Militares con inmunidad retroactiva
para cualquier persona que realice o ordene técnicas intensificadas de tortura.
Por eso Cheney y Ashcroft no permiten que sus subordinados acaten los citatorios
del Congreso, ni van ellos mismos. John Yoo no irá tampoco, pero discutiremos
eso abajo. Los principales medios de comunicación empiezan a hablar de
acusaciones de “crímenes de guerra” y de la ley internacional como si pueda
haber problemas para el gobierno de Bush. (Véase el artículo “Green Light” [El
visto bueno] de Philippe Sands en la revista Vanity Fair).
Si una persona se las hace que no sabe que su gobierno está torturando a la
gente amplia y sistemáticamente, es porque ha decidido NO saber. Tenemos que
seguir dirigiendo a la gente a tomar acción contra la tortura, hablando con
otras personas en las clases, las instituciones y en worldcantwait.org.
Demasiadas personas han aprendido a aceptar la tortura y no hay --ni con mucho--
suficiente oposición a las revelaciones sobre esas reuniones de alto nivel sobre
la tortura. Pero esa situación puede cambiar rápidamente si un foco principiante
actúa con claridad moral, y hablaré más abajo sobre los planes para esto.
Para darles una idea de lo volátil que pueda ser esta situación, he aquí una
historia: Las comisiones militares van a procesar a seis detenidos de
Guantánamo, con la posibilidad de condenarlos a la pena de muerte. Hace unos
meses el coronel Morris Davis, el principal fiscal de las comisiones militares,
renunció en protesta. Por muchos años había preferido que las comisiones
militares y no los tribunales civiles procesaran a los detenidos, pero luego un
día un superior le dijo que “no se permitirán fallos de no culpable”. Eso por
encima del hecho de que los abogados civiles que tratan de defender a los seis
detenidos apenas tienen la oportunidad de hablar con sus clientes, y tienen que
dejar todos los expedientes legales bajo llave en manos de los militares. Morris
concluyó con razón que no se iba a respetar el debido proceso legal en el caso
de los seis. Ahora ha accedido a dar testimonio para la defensa, una situación
que nunca se habría imaginado antes. Esta tortura --y la resistencia a ella,
incluso en las fuerzas armadas—está ocurriendo AHORA.
¿Quieren hablar de la redefinición de la sociedad con un molde fascista? ¿Qué
tal el hecho de que los fundamentalistas cristianos se han apoderado de las
fuerzas armadas estadounidenses? El general Robert Caslen fue protagonista de un
escándalo en 2006, cuando se descubrió que estaba reclutando a otros oficiales
del Pentágono para el Ejército de Dios. Pero a principios de mayo de este año lo
ascendieron. “El general de brigada Robert Caslen retiene su puesto como
presidente de una organización tajantemente fundamentalista cristiana dedicada a
tomar control de manera inconstitucional de las fuerzas armadas de Estados
Unidos... El propósito de la OCF es, en sus palabras, que ‘los oficiales
cristianos ejercen su liderazgo bíblico para levantar un ejército de dios’. Uno
de sus libros de estudio deja en claro que su meta es ‘no permitir que la
oposición, encabezada por Satanás, nos impida reclamar territorio para Cristo
dentro de las fuerzas armadas’.”
Parar en seco el programa de Bush
Ahora NO es la hora de cortarnos las alas o reducir nuestras expectativas a
la espera de un viento más favorable. No es la hora de cerrar los centros ni de
borrar la lista de correspondencia electrónica, como según me dijeron No en
Nuestro Nombre hizo hace poco cuando se disolvió la organización. No es la hora
de rehusar hacer protestas, argumentando que las protestas perjudicarán las
posibilidades de que un demócrata gane la presidencia. El grupo Unidos por la
Paz y la Justicia sigue pidiéndole a la gente a escribir a los representantes
del Congreso... como si los representantes no saben ya cómo piensa el
pueblo.
Mientras el mundo está pagando un precio altísimo por el hecho de que el
pueblo estadounidense todavía no ha sacado del poder a este gobierno ni ha
acabado su programa, o sea que todavía no hemos cumplido con la misión de
nuestra Convocatoria, sería un error terrible pensar que no hemos tenido un
impacto enorme y que no tenemos una base sobre la cual debemos construir
ahora.
Nos hemos negado muchísimas veces a aceptar el sofocante marco político... y
al hacer eso, hemos ayudado muchísimas veces a forjar, frente a la polémica y la
oposición, un MARCO DIFERENTE Y MUCHO MEJOR. Desde octubre cuando tuvimos la
reunión nacional más reciente, nos propusimos SER la resistencia y eso ha
esclarecido las cosas para mucha gente. También nos propusimos popularizar el
color naranja en oposición al gobierno de Bush. Todavía no se ha puesto de moda
verdaderamente por toda la sociedad, pero ahora el color naranja sí se
identifica con parar la tortura.
A pesar de que mucha gente nos dijo: “No deben hacer eso”, nos metimos en el
debate sobre el “submarino” y si o no es tortura; y empezando en noviembre,
cuando el Congreso le entrevistó al nuevo secretario de Justicia, montamos
exhibiciones públicas y de nivel profesional sobre qué es esa técnica. ¿Quién
tendría una idea visual de qué es el “submarino” si no habíamos hecho eso?
Hace dos años, los transeúntes simplemente se hacían a un lado cuando nos
arrodillamos en la banqueta en monos de color naranja y capuchas. Ahora la
tortura fue un tema de los Premios Oscars de la Academia y mil millones de
personas vio que Taxi to the Dark Side (Taxi al lado oscuro) ganó y el
director alzó la voz. Asociaciones profesionales como la Asociación Psicológica
Estadounidense están divididas en cuanto a su participación en la tortura. Hubo
una crisis de los escritores del programa televisiva 24, que presentaba
la tortura como algo aceptable. El sentimiento público está cambiando y debemos
empujarlo más.
El jueves, 29 de abril, el sindicato de los trabajadores de las muelles
cerraron los puertos. Cientos de grúas y camiones paralizados; por ocho horas no
hubo movimiento de cargamento cuando normalmente operan las 24 horas y siete
días a la semana. No fueron al trabajo 25.000 trabajadores. Creo que El Mundo no
Puede Esperar subestimamos POR MUCHO la importancia de esa acción. Pero ESA fue
la acción que captó la atención de los medios de comunicación. En un año
electoral, cuando todo mundo les decía que no lo hicieran, los trabajadores de
las muelles tomaron un día libre. Eso es bastante extraordinario y nos dice algo
sobre las reservas de oposición entre la población, que no veremos si
simplemente contamos las personas que van a una protesta.
Esas reservas de oposición son, en mi opinión, gran parte de la razón porque
la campaña electoral de 2008 empezó tan temprano, en el 2006. Los dominantes
están luchando para centrar la atención pública en su marco político y sus
términos de debate, para que la población no los rebase en su oposición a todo
ese camino. Sin embargo, hay gente que sigue rebasándolos. Las Catholic
Schoolgirls Against the War (Estudiantas Católicas contra la Guerra) hicieron
una acción directa durante la misa de Pascua, que celebraba el cardenal de
Chicago. Se metieron entre los feligreses y fingieron estar muertas, en un
llamamiento polémico y de clara moral. El Mundo no Puede Esperar fue a la puerta
de la Casa Blanca con motivo del quinto aniversario de la guerra y la policía
hizo todo lo posible para impedir que pusiéramos en la verja cinta amarilla
(como la del lugar de un delito). El color naranja llegó a los Premios Oscars,
cuando el director Paul Haggis le dio cintas de color naranja a Alex Gibney, el
director del documental ganador Taxito the Dark Side.
Si no nos hubiéramos adelantado al sentimiento popular, o cambiado el
discurso político, o publicado desplegados en el New York Times o juntado
las voces de conciencia de los famosos, el debate sobre los crímenes de guerra y
la tortura no habría desarrollado al nivel en que está. Esta es una orientación
que no debemos perder de vista y debemos intensificar esa clase de trabajo con
gran determinación.
Hace tres años, decidimos responder a una gran necesidad. No hemos podido
llegar al nivel de resistencia masiva y repudio público necesario para sacar del
poder al gobierno de Bush. Es posible todavía hacerlo; el mundo entero sabe que
por sus acciones Bush y Cheney merecen eso y más. Pero debemos estar hablando de
la redefinición con un molde fascista que ha ocurrido en servicio a la guerra
por imperio, y todo lo necesario para pararla.
¿Qué importa si al final esta lucha va por 15 rounds? Para los fanáticos de
básquetbol, ¿qué importa si hay que jugar una prórroga doble? Todavía estamos en
esta lucha, el pueblo todavía necesita que ganemos, el reloj todavía está
marcando tiempo y tenemos a muchos posibles jugadores que esperan en la
banca.
El hecho de que las reservas que odian todo eso todavía no han actuado en
cantidades suficientes para pararlo NO significa que eso es imposible. Pensar
así es simplemente incorrecto filosóficamente. Pero hemos aprendido que hacerles
saber que hay un movimiento no es suficiente, tenemos que hacerles ver PORQUE
esta es la única manera de cambiar las cosas.
Necesitamos popularizar una visión de una dinámica diferente y atraerles a
ella. No queremos que las elecciones fijen las condiciones para millones de
personas... y cada vez más, la gente se encuentre conformándose con siempre
menos; al contrario, en ciertos momentos la acción popular puede fijar las
condiciones. El reverendo Lennox Yearwood habla del “momento de la barra del
comedor”, cuando cuatro universitarios negros se sentaron en la barra “sola para
blancos” de un comedor segregado de Greensboro, Carolina del Norte, e impulsaron
todo un movimiento contra la segregación.
Los universitarios tenían la justicia a su lado, una claridad moral y la
determinación de que ya no iban a aceptar las leyes de Jim Crow. Su acción, en
una época muy cargada políticamente, cambió las normas para todos los demás. El
efecto fue electrizante y se multiplicó muchas veces.
Los momentos que vivimos hoy son aún más cargados políticamente y aún más
está en juego.
Nuestro momento es: El gobierno de Bush, o de cualquier otro que quiera ser
el “comandante en jefe”, no tiene el derecho de reclutar ni invadir ni ocupar a
países. No son justos torturar, ni justificar la tortura ni mentir sobre
ella.
Emprendimos la tarea de HACER RESISTENCIA y ORGANIZAR PARA PARAR todo eso.
Hemos elegido poner nuestra energía en lugares en que podemos cambiar las
condiciones, organizar y ganar en cuanto a ciertas esferas de concentración
clave. Tenemos que luchar para ganar, de tal manera que incluso si no ganemos
cada lucha, habríamos creado las condiciones para que la gente saque las
lecciones correctas y regrese a luchar con más determinación y perseverancia
Proponemos centrarnos en cinco esferas clave:
Acelerar nuestro trabajo para impedir un ataque del gobierno de Bush
contra Irán.
He aquí el meollo del asunto: El descalabro de Irak ha fortalecido al
gobierno de Irán, y por consecuente el gobierno de Bush siente más la necesidad
de atacar. Y volviendo al plan de Cheney de 2001, Irán fue el objetivo del
gobierno de Bush y le tenía aún más importancia que Irak.
No sabemos, y es posible que no sabremos hasta que se den las órdenes de
ataque, cuándo un ataque contra Irán ocurrirá, o si ocurrirá. Por cierto están
haciendo los preparativos militares. Muchos observadores, como se ve en los
artículos publicados en worldcantwait.com, piensan que la probabilidad de un
ataque aumenta a la medida que las elecciones se aproximen. Es decir que 71
millones de personas, una gran cantidad con menos de 30 años de edad, están en
la mira de unas fuerzas armadas bajo órdenes de una persona que piensa que se le
encomendó una misión de Dios.
No podemos permitir una situación en que bombardean a Irán y 100 personas
vayan a Times Square y al centro de San Francisco. ¿Quién dará la alarma si no
lo hacemos nosotros? Tenemos que asumir la responsabilidad cuando otros se dan
por vencidos. Debemos:
Convocar mítines y foros en todas partes este mes antes de que termine el año
académico.
Organizar a redes para responder de emergencia y hacer planes ahora.
Publicar una hoja de información básica que todo el movimiento puede
usar.
Un documental Irán NO es el problema.
Organizar eventos de oposición a un ataque contra Irán y juntar a un grupo de
oradores.
Por encima de todo, que no digan que nos quedamos al margen preguntándonos
por qué actuar y cómo.
La Convención Nacional Demócrata del 25 al 29 de
agosto en Denver: Protesta
¿Y si en agosto la gente va a Denver para plantear su oposición a la
Convención Nacional Demócrata? ¿Podría ESO fijar los nuevos términos de debate?
Hay grupos de Denver que están organizando ahora para el 25 al 29 de agosto y
debemos formar un grupo de trabajo inmediatamente para traer todo lo que podamos
al evento.
El nominado demócrata del 2008 no hablará por nosotros. Tenemos que poner en
tela de juicio su conformismo con el programa de Bush.
Unirnos a la batalla de despedirle a John Yoo como una manera de parar el
estado/gobierno de tortura
John Yoo, que da clases en la universidad donde estamos reunidos hoy,
escribió los memorandos que justifican la tortura. El Gremio Nacional de
Abogados está pidiendo su despido de Boalt Hall, la facultad de Derecho de la
Universidad de California donde tiene una cátedra con titularidad y da clases
sobre la ética. Los estudiantes y los profesores de Derecho, y gente de la
comunidad, están desarrollando estrategias para hacer de la universidad un
semillero de oposición a la tortura. Hasta el New York Times publicó un
editorial que comenta que “inexplicablemente” Yoo es todavía parte del cuerpo
docente. El decano de la facultad de Derecho respondió con un argumento
enrevesado y sin razón de que es una cuestión de “libertad académica” y que la
presencia de Yoo demuestra lo liberal que es la universidad.
NO. De ninguna manera es cuestión de la libertad académica. John Yoo es un
criminal de guerra. Eso es un hecho conocido y documentado. Vincent Warren, el
director ejecutivo del Centro pro Derechos Constitucionales, ha escrito que los
memorandos de Yoo “eran la piedra angular del programa de tortura y la
precondición necesaria para su creación e implementación”. El periódico
Revolución dice: “Fue uno de los principales arquitectos jurídicos del
uso y la legitimación de la tortura que hace el gobierno de Bush. Se puede
comparar su papel con el de los abogados nazis que le asesoraban a Hitler sobre
cómo llevar a cabo “legalmente” atropellos como la desaparición de gente de los
territorios ocupados a los campos de concentración secretos... abogados a
quienes los juicios de Nuremburg tras la II Guerra Mundial condenaron por
cometer crímenes de guerra”.
Me dicen que Mark TerBeek, un abogado de la Bahía de San Francisco, ha tomado
la postura de que no empleará a ningún licenciado de derecho que haya tomado un
curso de Yoo. La Universidad de California en Berkeley debe despedirle a Yoo y
ningún otra facultad de Derecho debe emplearlo. Esa debe ser la norma.
Debemos popularizar el espíritu de la demanda del Gremio Nacional de Abogados
de despedirle a Yoo, y de los estudiantes de derecho aquí que protestan contra
la tortura. Debemos popularizar el color naranja como una resistencia a la
tortura, y redoblar el uso de los monos de color naranja y las exhibiciones del
“submarino”. Específicamente, El Mundo no Puede Esperar debe unirse a la demanda
de despedirle a Yoo como una forma de de-legitimar el estado/gobierno de
tortura. Debemos comprar una cartelera cerca de la universidad para que todas
las personas que piensan que debe irse tengan una forma de alzar la voz
públicamente.
No es una cuestión de Berkeley, sino de la humanidad.
PARAR el RECLUTAMIENTO militar
La idea de “apoyar a las tropas” hace muchísimo daño. Debemos prohibirla en
el movimiento antibélico. El Mundo no Puede Esperar surgió de una organización
que tenía el globo como su símbolo. He visto ondear todavía las banderas del
globo azul en la Bahía de San Francisco. ¿Por quienes nos preocupamos? Cuando la
gente dice “apoyar a nuestras tropas”, está apreciando más la vida de los
estadounidenses que la de los iraquíes. Como preguntan los manifestantes de
Berkeley: “¿Para QUÉ están reclutando?”
Están reclutando a las tropas para una institución que libra una guerra
injusta, que las entrena y las manda a cometer crímenes de guerra. ¿Cuál parte
de eso apoyamos y por qué es “nuestra”? Si los militares tienen el “derecho” de
reclutar, entonces ¿dónde está el “derecho” de los iraquíes de vivir? Todo
soldado tiene la responsabilidad de decidir cuál es su postura cuando su
gobierno libra una guerra injusta, al igual que el resto de los estadounidenses,
y de rehusar cometer tales crímenes.
Como escribió una persona en camino a esta reunión, se va a requerir un nivel
de claridad que puede vencer la retórica vacía de este gobierno de Bush, que
promueve su política en términos de “o estás con nosotros o estás contra
nosotros”; “estamos peleando contra los terroristas allá para no tener que
pelearlos aquí”; “nuestro país es más seguro porque nuestros hombres y mujeres
valientes han hecho su servicio militar”; y por último, la nueva retórica: “los
iraquíes son malagradecidos y están retrasando la posibilidad de retirar las
tropas”.
Tenemos que discutir un informe con recomendaciones y hacer planes para
extender por todo el país las protestas contra las estaciones de
reclutamiento.
Debemos abordar todos esos elementos de una manera que establezcamos una
dinámica diferente, para que las nuevas personas se presenten con siempre más
frecuencia para tomar acción política independiente, deslindando el campo
claramente de los crímenes de guerra y de lesa humanidad, fijando nuevos
términos, parando en seco todo ese rumbo y todo ese programa. En verdad, el
mundo ha esperado demasiado.
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