Guantánamo y otras cárceles violan la ley internacional: Comité contra la
Tortura
Clausurar prisiones secretas en el extranjero, pide la ONU a EU
Diez expertos independientes solicitan abolir las técnicas de interrogatorio
cruel o con vejaciones
Retener a personas en lugares clandestinos constituye un "castigo inhumano o
degradante", dicen
REUTERS, AFP, DPA Y THE INDEPENDENT
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Militares trasladan en Guantánamo a un prisionero
islámico a una sesión de interrogatorio. Abajo, dos de los cinco chinos
musulmanes de la confesión Uighur, liberados en la base naval estadunidense la
semana pasada, pasean en el Centro Nacional para Refugiados de Tirana, Albania
Fotos Ap y Reuters
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Ginebra, 19 de mayo. El Comité contra la Tortura de la
Organización de Naciones Unidas (ONU) instó este viernes a Estados Unidos a
cerrar cualquier prisión secreta que tenga en el extranjero y las instalaciones
en la base naval de Guantánamo, al afirmar que viola la legislación
internacional.
Los 10 expertos independientes, que examinaron los registros estadunidenses
en su territorio y en el extranjero, también pidieron a Washington "abolir
cualquier técnica de interrogatorio" que constituya un trato cruel o de tortura,
al citar el uso de perros para causar miedo a los detenidos.
"El Estado en cuestión (Estados Unidos) debe reconocer que retener a personas
en instalaciones secretas constituye, en sí, un acto de tortura o un trato o
castigo cruel, inhumano o degradante según su naturaleza exacta, su objetivo o
su severidad", consideró el Comité contra la Tortura en sus conclusiones.
El informe de la ONU es el primero dedicado a Estados Unidos desde los
atentados del 11 de septiembre de 2001 contra ese país, y la consiguiente puesta
en marcha de una "guerra contra el terrorismo" por parte del presidente George
W. Bush.
Dentro de este contexto, comenzó a funcionar el centro de detención de
presuntos terroristas islámicos en la base estadunidense de Guantánamo, Cuba.
"El Estado en cuestión debe cesar de retener a toda persona en Guantánamo y
cerrar ese centro de detención, permitir que los reclusos sean juzgados o
liberados lo antes posible y asegurarse que no son enviados a otro país donde
puedan correr un peligro real de tortura", pidió el comité.
El informe hizo así referencia a la acusación contra Washington de haber
"deslocalizado" la tortura de presuntos islámicos trasladando a los sospechosos
a otros países para su posterior interrogatorio con métodos poco claros.
"Las prisiones secretas bajo control estadunidense en otros países son
contrarias a la convención. Deben ser eliminadas", dijo el presidente del Comité
contra la Tortura, el delegado español Fernando Marino Menéndez.
Según el funcionario, el simple hecho de detener en secreto a una persona
significa que la "probabilidad de tortura es muy elevada".
El comité también condenó ciertas técnicas de interrogatorio que los
estadunidenses no consideran como torturas, como la llamada "el submarino", que
consiste en sumergir a un sospechoso cabeza abajo en una bañera, o utilizar
perros en los interrogatorios o ponerle esposas muy apretadas a los prisioneros.
Pese a la falta de obligatoriedad de sus conclusiones, el Comité contra la
Tortura dio un año de plazo a Estados Unidos para que corrija sus métodos y le
informe.
El único poder del comité de la ONU es denunciar en sus informes los
problemas que, en su opinión, deben ser resueltos con respecto a la tortura en
los diferentes estados del mundo.
Washington, que envió a 30 delegados a Ginebra a principios de mayo para las
audiencias del Comité contra la Tortura, defendió el trato dado a los
sospechosos extranjeros de terrorismo, al señalar que había habido
"relativamente pocos casos de abusos".
Estados Unidos ratificó la Convención contra la Tortura de la ONU en 1994,
con reservas y sólo compareció ante el comité en una ocasión, en 2000.
Responsables del Departamento de Estado y del Pentágono declararon el 5 de
mayo pasado ante el Comité contra la Tortura y rechazaron categóricamente las
acusaciones de apremios físicos suscitadas por los métodos de la administración
Bush para luchar contra el terrorismo.
Reprimen revuelta de presos
Por otra parte, guardias de la base naval de Guantánamo reprimieron una
revuelta de prisioneros islámicos, informó hoy en la capital estadunidese la
portavoz del Pentágono, Cynthia Smith.
El jueves anterior por la noche, tres hombres intentaron suicidarse tomando
de golpe gran cantidad de píldoras que les habían sido recetadas. No lo
consiguieron, y los guardias decidieron entonces realizar un registro para
constatar si otros presos tenían también pastillas en su poder.
Al entrar en un área común, vieron a un prisionero que intentaba ahorcarse e
intervinieron. En ese momento, otros reclusos los atacaron con ventiladores,
lámparas y otros objetos.
Los hombres fueron arrestados y llevados a un área de alta seguridad en ese
campo de concentración. La portavoz no informó acerca de cuántas personas
participaron en la revuelta.
Dos de los hombres que intentaron suicidarse con las pastillas se encuentran
todavía hospitalizados en la base naval, mientras que el tercero fue dado de
alta.
Según Smith, la situación fue controlada y la cárcel de Guantánamo permanecía
tranquila durante la jornada de este viernes.
La dirección de la prisión de la base estadunidense no precisó la
nacionalidad de los detenidos, además de que los intentos de suicidio ocurrieron
el mismo día en que Estados Unidos anunció que liberaba a 15 detenidos sauditas.
Desde que el centro de detención en Guantánamo, conocido como Campo Rayos X,
comenzó a funcionar en 2002, hubo 41 intentos de suicidio de al menos 23
prisioneros islámicos, según la dirección de la base convertida en campo de
concentración.
Estados Unidos tiene prisioneros en Guantánamo a personas capturadas en
Afganistán luego de invadir esa nación asiática tras los ataques del 11 de
septiembre de 2001 contra las ciudades de Nueva York y Washington.
En la actualidad hay unos 460 prisioneros, de los cuales 10 fueron
formalmente inculpados pero ninguno juzgado.
Muchos de ellos permanecen allí desde hace cuatro años sin que se presenten
cargos en su contra ni ser juzgados, pese a la presión internacional para que el
gobierno de Estados Unidos tome acciones legales contra ellos, los traslade o
los libere.