Protesta Anti-Tortura en Chicago: ¡Se Trata de la Humanidad!
Miércoles, 20 de mayo del 2009
Un articulo de El Mundo No Puede Esperar en Chicago
El sábado 16 de Mayo a las 9:00 a.m. muchos se congregaron en el centro de
Chicago para celebrar la apertura de la Sala de Arte Moderno del Instituto de
Arte, el Día de las Fuerzas Armadas, el Día Verde, o quizás porque el clima era
bueno, pero El Mundo No Puede Esperar estuvo ahí para dar a conocer su postura,
recordándole a la gente de las torturas realizadas en nuestro nombre.
Llevamos una bandera en la cual se podía leer “La tortura = Crimen de guerra
/ ¡Procesarlos!”, varios carteles, un megáfono y nuestro deseo de detener la
tortura de seres humanos. Un importante atractivo fueron los grandes pósteres de
algunas de las pinturas de Fernando Botero sobre Abu Ghraib, los cuales
resultaron muy efectivos. Llamaron muchísimo la atención, permitiendo que
cualquier persona interesada tomara un folleto donde podían encontrar más
información al respecto. Encontramos emociones variadas entre el público:
confusión, hostilidad, un coraje intenso, pero sobre todo mucho apoyo.
Un puñado de gente que encontramos alrededor del Instituto de Arte no tenía
ni la más remota idea de que las torturas eran tan severas, que el centro de
detención que se localiza en la bahía de Guantánamo todavía está abierto y se
sigue utilizando la tortura, ni que el Presidente Obama sigue apoyando la
tortura “si sea necesario” y ha decidido no procesar a la administración Bush
por delitos de guerra. Cuando pusimos en evidencia que no tomar una postura en
contra de la tortura y a favor de justicia para las victimas de esos crímenes
contra la humanidad equivale a ser un “buen alemán” en la era de los Nazis, las
posturas se polarizaron aún más, atrayendo la atención de quienes no contaban
con la seriedad con la cual tomamos este tema tan critico. Una persona de
nuestro grupo continuamente hacía énfasis en que “¡Lo que está en juego es
nuestra HUMANIDAD!”
Nos trasladamos al Embarcadero Naval (Navy Pier), donde se estaba celebrando
el “Día de las Fuerzas Armadas “. Fuimos recibidos por muñecos inflados de
Marines del tamaño de un árbol, y enseguida nos pasó marchando un grupo de
reclutas menores de edad a los cuales se les enseñaba cómo marchar en formación.
Mientras caminábamos a la permitida “zona de libertad de expresión”, fuimos
testigos de cómo se les enseñaba a niños de 10 años de edad a llevar un arma.
Estando tan disgustados con su reclutamiento para la tortura, nos ubicamos en
nuestra “zona” muy cerca a un grupo no muy amistoso de soldados que estaban
permitiendo que los niños jugaran dentro de un convoy mientras le pedían con
insistencia al jefe de la policía que se cerciorara de que no “obstruyéramos la
exhibición”.
Poco tiempo después de que nos acomodamos, encontramos a una mujer que estaba
muy ofendida porque estábamos ahí. Gritó que no teníamos ningún derecho de
criticar el servicio de su marido, que deberíamos estar agradecidos que “ellos
peleaban por nuestros derechos para que nosotros pudiéramos decir lo que
decíamos”. Otro momento de mucha tensión se mostró cuando la mujer se marchó y
otro partidario de “por cualquier medio que sea necesario“ demandó igualmente
que no teníamos el derecho de deshonrar a los soldados; estas fueron las únicas
escenas polémicas del día. Esos individuos eventualmente terminaron marchándose,
mientras que nosotros continuamos con nuestras pinturas de Botero, desafiando a
los espectadores de este circo: ¿Para qué están reclutando? ASESINAR, VIOLAR,
TORTURAR, GUERRA.
Más tarde ese día, después de repartir más de 1,000 folletos, uno de nuestros
integrantes habló con un soldado que estaba de acuerdo con nosotros: “la tortura
está mal y aquellos que realizaron esos actos debieran haber desobedecido las
órdenes”. Esta es una opinión muy fuerte para un soldado activo y fue alentador
oírla. Cuando desmentimos audazmente la propaganda a favor de la guerra y
planteamos la verdad al desnudo de que el ejército, como un todo, está
realizando crímenes de guerra, abrimos un espacio para que la conciencia de
estos/as jóvenes se active.
El Festival Verde de Chicago, en el cual participaba gente conocida, sea Amy
Goodman o el alcalde Daley, reunió a miles de personas conscientes del medio
ambiente dentro del Centro de Convenciones en Navy Pier. Nosotros también
alcanzamos a gente, mucho más amistosa. Pero en lugar de sentimientos
descaradamente pro-tortura, encontramos mucho coraje pero también confusión y
parálisis. Muchos sostuvieron que incluso hoy, “debemos apoyar a Obama” si
queremos que pase algo positivo en el mundo. “¿Qué tal si nos mantenemos fuertes
en nuestros principios y demandamos nada menos que procesar a los responsables y
poner fin a los crímenes de guerra?”.
De camino a casa, un incansable oponente continuaba entregando cientos de
folletos para la próxima protesta contra Karl Rove. Iba desafiando a cada
persona a su alrededor a dejar de pensar como estadounidense y empezar a pensar
como un ser humano.
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