Revolución #99,
26 de agosto de 2007
Con el pretexto de "proteger al país"…
Un gran paso hacia un ESTADO POLICIAL en Estados Unidos
"La política de 'lo posible' es la política de la monstruosidad.
Adherirse a la política de 'lo posible', o consentir en ella, es apoyar y hasta
facilitar la monstruosidad".
Bob Avakian, presidente del Partido Comunista
Revolucionario, EU
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En diciembre del 2005, se filtraron a los medios de comunicación informes
sobre la existencia de un programa ilegal y clandestino de intervenciones sin
orden judicial de llamadas telefónicas, correos electrónicos y otras
comunicaciones de personas en Estados Unidos por la Agencia Nacional de
Seguridad (NSA). Al Gore declaró que el gobierno de Bush "repetida e
insistentemente no ha cumplido con las leyes". El senador demócrata Russell
Feingold dijo que el Congreso debe "censurar" a Bush. El senador republicano
Arlen Specter pidió una investigación.
Menos de dos años después, el 5 de agosto, el Congreso aprobó un proyecto de
ley del gobierno de Bush que no solo despenaliza estas intervenciones
sin orden judicial sino que permite espiar a una gama más amplia de
personas sin orden judicial. La nueva ley se llama "La ley del 2007 para
Proteger América". La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) la llama la
“Ley del estado policial” y dice que "le da a la NSA carta blanca para
interceptar las comunicaciones electrónicas de los estadounidenses sin revisión
judicial". (hoja de datos de la ACLU en aclu.org)
El programa de espionaje de la NSA
La nueva ley es una enmienda a la Ley de Vigilancia de Inteligencia
Extranjera (FISA), que el Congreso aprobó en 1978 después de muchas denuncias a
mediados de los años 70 de intervenciones y entradas ilegales y otras fechorías
del gobierno. FISA les da rienda suelta a los servicios de inteligencia para
espiar a gobiernos y "agentes" extranjeros, pero pone algunas restricciones
formales a las intervenciones de las comunicaciones de "personas de Estados
Unidos" (ciudadanos y residentes legales). Requiere que los servicios de
inteligencia obtengan una orden judicial del tribunal de FISA.
La meta de esas "restricciones" nunca fue proteger la privacidad o los
derechos de la población. En el 2004, por ejemplo, el gobierno pidió permiso
parar llevar a cabo 1,758 intervenciones, y el tribunal no rechazó ni una
sola solicitud. Además, FISA le permite empezar la vigilancia y pedir la
orden judicial más tarde.
Pero el gobierno de Bush decidió en secreto que hasta el tribunal de FISA
(que funciona en la clandestinidad y aprueba automáticamente las solicitudes de
espionaje de las dependencias policiales) impone restricciones inadmisibles al
espionaje gubernamental. Inmediatamente después del 11 de septiembre del 2001,
la Casa Blanca inició un programa de intervenciones que pasó por encima a
FISA.
Hoy, gran parte de todas las comunicaciones electrónicas internacionales (y
muchas llamadas telefónicas y correos electrónicos fuera del país) pasan por los
grandes "direccionadores" en Estados Unidos. El programa de la NSA "se pega" a
estos "direccionadores" de compañías estadounidenses como AT&T, que dirigen
una enorme cantidad de las llamadas telefónicas y correos electrónicos diarios.
Dado que gran parte de la información que pasa por esos "direccionadores" es de
individuos que viven en Estados Unidos, la NSA ya interviene sus comunicaciones.
Hasta ahora hacerlo era una violación de FISA.
Cuando el programa de espionaje sin orden judicial de la NSA salió a flote,
el gobierno de Bush lo defendió con el pretexto de que los poderes
presidenciales de "tiempo de guerra" lo permiten y de que el blanco de las
intervenciones en Estados Unidos son Al Qaeda y otros "terroristas". El
secretario de Justicia, Alberto Gonzales, dijo ante un comité del Congreso:
"Como ha dicho el presidente, si habla con Al Qaeda queremos saber lo que ha
dicho".
Anular las decisiones del tribunal de FISA
Parece que el programa de la NSA tropezó con un problema a comienzos del
2007. El New York Times informó el 6 de agosto que "se han entablado
grandes demandas a las compañías de telecomunicaciones por cooperar
clandestinamente con el programa de intervenciones electrónicas… y ahora quieren
mayores protecciones judiciales para seguir cooperando ". En respuesta, en enero
el gobierno de Bush "sometió por primera vez [el programa de la NSA] a la
revisión del tribunal de FISA".
El Washington Post informó el 12 de agosto que en mayo un juez del
tribunal de FISA falló que "la ley requiere que el gobierno solicite una orden
judicial" cuando quiera intervenir las comunicaciones de personas que
posiblemente están en Estados Unidos. El Post continuó: "La decisión
tuvo consecuencias prácticas inmediatas. Obligó a la NSA a solicitar
laboriosamente a los jueces del Tribunal de Vigilancia de Inteligencia
Extranjera cada vez que quiera intervenir las comunicaciones extranjeras de un
alambre o cable [de fibra óptica] en territorio estadounidense". El
Times informó que este cambio "abrumó al tribunal con tantas
solicitudes de órdenes judiciales". La Casa Blanca envió al director de
Inteligencia Nacional, Mike McConnell, a reunirse con los jueces de FISA para
convencerlos a cambiar la decisión, pero no lo hicieron. ¡Parece que el programa
de intervenciones sin orden judicial de la NSA fue demasiado incluso para el
tribunal acomodaticio de FISA!
El hecho de que las solicitudes "abrumaron" al tribunal de FISA es en sí una
denuncia de lo amplio que es el programa de espionaje. Ahora, con la nueva ley,
el gobierno de Bush busca eliminar hasta las pocas restricciones que hay y todo
el proceso de documentar las intervenciones.
Nuevos saltos represivos
Steven Aftergood, un analista de inteligencia de la Federación de Científicos
Estadounidenses, señaló tres maneras en que la nueva ley es un salto de los
poderes represivos del gobierno: "Extiende el programa de espionaje más allá del
terrorismo para abarcar la inteligencia extranjera. Permite intervenir las
comunicaciones de personas en Estados Unidos si no son el blanco principal. Y
elimina la revisión judicial del proceso de intervenciones". (Los Angeles
Times, 7 de agosto de 2007).
Examinemos estos tres puntos:
1). Extender el programa de espionaje para abarcar la "inteligencia
extranjera" en general: Antes los funcionarios del gobierno de Bush justificaban
las intervenciones sin orden judicial de la NSA con el pretexto de espiar a
grupos extranjeros "terroristas" y las personas vinculadas a ellos. Pero con la
nueva ley, la NSA puede espiar a cualquier persona o grupo extranjero si dice
que "hay una creencia razonable de que esté en el extranjero". Esta es una
categoría mucho más amplia.
2). Permitir las intervenciones sin orden judicial de "personas en Estados
Unidos": La nueva ley le permite al gobierno intervenir las llamadas telefónicas
y correos electrónicos internacionales de personas en Estados Unidos. En el blog
sobre temas judiciales Balkinization, Marty Lederman, profesor de derecho de la
Universidad Georgetown, escribió que la ley permite intervenciones sin orden
judicial "incluso si interviene comunicaciones de personas en Estados Unidos e
incluso si es en parte diseñada para intervenir las comunicaciones en
Estados Unidos, si también 'se dirige' a una persona en el extranjero".
El Centro por el Estudio de Seguridad Nacional (CNSS), un grupo de libertades
civiles, escribió en un análisis de la ley que esto "permitirá la intervención
sin orden judicial de un sinnúmero de estadounidenses que viajan, trabajan o
luchan en las fuerzas armadas en el extranjero".
3). Eliminar la revisión judicial: La nueva ley dice que los tribunales de
FISA pueden revisar el programa de la NSA, pero solo casos individuales y solo
para determinar si hay una “creencia razonable” de que el objetivo esté en el
extranjero. La ACLU señala que la ley "no requiere que el secretario de Justicia
explique qué hacen con las llamadas o correos de estadounidenses ni cuándo los
interceptan. El tribunal no tendrá información sobre qué tan amplio es la
violación de la privacidad de los estadounidenses, y no tendrá autoridad para
remediarla".
Además, la nueva ley les da al secretario de Justicia y el director nacional
de inteligencia la autoridad de mandar que "los proveedores de comunicaciones"
cooperen con las intervenciones electrónicas federales, y amenaza con castigar a
las compañías que no lo hacen. Por otro lado, dice que no se puede demandar a
las compañías por participar en el espionaje.
Un tribunal de apelaciones federal de San Francisco está considerando dos
demandas contra el programa de intervenciones sin orden judicial de la NSA. La
Fundación de Fronteras Electrónicas (EFF) entabló una demanda en nombre de los
clientes de AT&T por intervenir sus llamadas ilegalmente. La demanda es
contra otro programa de la NSA cuya existencia el gobierno de Bush no
ha admitido, que según los informes recopila información sobre todas las
llamadas telefónicas en el país de las tres mayores compañías de
teléfonos. La EFF recibió información para la demanda de un ex empleado de
AT&T. La otra demanda dice que el programa de la NSA intervino ilegalmente
las llamadas telefónicas de una organización de beneficencia islámica y sus
abogados. Un representante de la EFF nos dijo que su posición es que la nueva
ley no es retroactiva y no afecta las demandas por las intervenciones durante
los últimos años. El gobierno dice que se debe rechazar las demandas para
proteger "la seguridad nacional".
¿Y los demócratas?
Muchos demócratas del Congreso apoyaron la nueva ley. Otros, como todos los
candidatos presidenciales demócratas, votaron en contra. Pero los dirigentes del
Partido Demócrata sabían que iba a pasar y no hicieron nada extraordinario para
bloquearla, a pesar de que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy
Pelosi, dijo que “es una distorsión de la Constitución”.
Gran parte de la base social del Partido Demócrata se siente traicionada. Los
blogs pro demócratas recibieron un chorro de correos airados, y Pelosi recibió
más de 200,000 cartas de protesta.
Romper con el camino al horror
La lógica de que el gobierno necesita más poderes para espiar todos los
detalles de la vida para proteger la "seguridad" de la población es un paso
hacia un estado policial. Dice que la "seguridad" de los estadounidenses
requiere construir más cámaras de tortura y prohibir el disentimiento. La semana
pasada AT&T, que le permite al gobierno intervenir las llamadas telefónicas,
censuró las palabras "George Bush, no te metas en el mundo" de la emisión
internacional de un concierto de Pearl Jam. Esta idea de la "seguridad" por
medio de la represión está vinculada a la lógica de que la "seguridad" de
Estados Unidos requiere librar una "guerra contra el terror" más agresiva dentro
y fuera del país.
La guerra sin fin y la represión fascista no llevan a la seguridad. Y las
guerras, la tortura y los demás crímenes de la clase dominante estadounidense
causan un sufrimiento horrible para los pueblos del mundo. Como dijo Craig
Murray, ex embajador de Gran Bretaña a Usbekistán despedido porque condenó las
torturas por la coalición dirigida por Estados Unidos: "Preferiría morir a que
torturaran a alguien para salvarme la vida".
Como dice la convocatoria de El Mundo no Puede Esperar: “Si no nos oponemos y
movilizamos para parar esto, nos obligarán a aceptarlo”. (worldcantwait.org)
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