Perversa política migratoria
México
Yo creía que el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) no
podría caer más bajo, pero al igual que los economistas cuando hablan de la
economía tocando fondo, me equivoqué. La perfidia, la maldad y la perversión en
manos de esa institución no tienen límite.
Recientemente un ciudadano chino, casado y padre de ciudadanos
estadounidenses, fue detenido. Durante un año se le negó atención médica y
cuando se quejaba de dolores en la espalda sus guardias se burlaban de él,
finalmente murió de un cáncer desatendido.
Historias como esta son cada días más frecuentes y lo que puede considerarse
como asesinato institucional pasa impune sin que nadie intervenga. Finalmente,
la ultraderecha que apoya a McCain ha logrado que se catalogue a los inmigrantes
como seres no humanos, a los que se puede ver morir y en ocasiones hasta
ayudarles a que eso suceda, como en el caso del chino o el hijo abortado de una
mujer detenida en El Paso, Texas.
En el trayecto abyecto en contra de la condición humana Estados Unidos se
sale del concierto de las naciones y se embarca en contra de la protección a los
perseguidos que cometen el error de tocar la puerta de los que se reputan ser la
democracia más avanzada del mundo.
Frente a la violencia en la frontera México-Estados Unidos se ha iniciado la
huida desde México de agentes policiacos que creen que gozarán de protección. Al
llegar son encarcelados y sometidos al abuso como cualquier indocumentado.
Vamos, acoso democrático porque golpea parejo.
Posteriormente, la migra le notifica a la policía mexicana, con lo cual firma
una condena a muerte del policía que huyó para salvar la vida. Y frente a un
lentísimo proceso muchos solicitantes de asilo simplemente firman su
deportación. Lo dijo una congresista texana, hay policías pidiendo asilo,
posiblemente se los den, "en otro lugar".
El nuevo caso es de un periodista perseguido y amenazado de muerte por el
Ejército en Chihuahua por atreverse a denunciar los muchos abusos de los
militares. Frente a la apatía y falta de protección de las autoridades
mexicanas, incluida la inútil Comisión Nacional de los Derechos Humanos que
encontró una salida para no "ofender" al Ejército, Emilio Gutiérrez Soto empezó
una nueva odisea llevado por el espejismo de que Estados Unidos haría buena su
vocación democrática y lo protegería del peligro en su país.
El periodista con su hijo cruzó la frontera, pidió asilo político y ambos
fueron encarcelados. Frente a los intentos posibles para que espere la fecha de
su juicio de asilo en libertad, el gobierno de Estados Unidos se niega.
La nueva maniobra ha sido negarle la libertad basándose en los siguientes
criterios:
* No ha establecido suficientemente su identidad. El hombre que salió
perseguido para salvar la vida "solamente" llevaba su credencial de periodista,
pero seguramente la migra esperaba que llevara todo un expediente con todas las
pruebas de su existencia.
* No ha establecido que se presentará en las audiencias de inmigración para
este y otros asuntos. Como si el solicitante de asilo decidiera no continuar el
proceso jurídico para estar protegido y se fuera a escapar.
* No ha demostrado que su libertad no presenta un peligro para la comunidad.
Un perseguido se convierte en un peligro comunitario, especialmente siendo
periodista y pudiendo denunciar la complicidad vergonzosa y peligrosa entre las
autoridades mexicanas y estadounidenses.
Anualmente casi dos mil mexicanos piden asilo en Estados Unidos
contradiciendo la versión estadounidense de que México es una democracia, porque
supuestamente nadie huye de las democracias. Las causas para otorgar el asilo
aluden a la persecución contra un grupo por sus ideas, costumbres, hábitos
sexuales y en este caso su trabajo. Los policías merecen la protección porque el
gobierno no los protege y el periodista pertenece a una profesión muy
vulnerable. México mantiene el deshonroso segundo lugar –después de Irak— más
peligroso para los periodistas en el mundo.
* No ha demostrado que su liberación responde a razones humanitarias urgentes
o que producirá un beneficio público significativo. La libertad para la migra
estadounidense obviamente no es una cuestión humanitaria, como tampoco es de
beneficio público la lucha contra el abuso y la impunidad del Ejército en el
país vecino. Esta es un área fundamental porque el crimen ya está fluyendo de
sur a norte, ya se ha descubierto un secuestro en Austin, Texas, perpetrado por
los zetas, cuerpo formado por ex militares. ¿Habrá entre ese grupo algunos de
los que amenazaron a Gutiérrez Soto?
La argumentación del ICE es un insulto a la inteligencia y a la dignidad
humana. Es una señal incontrovertible y muy preocupante del partido que ha
tomado Estados Unidos a favor de las fuerzas retardatarias que están pisoteando
los derechos humanos en México.
Samuel Schmidt es profesor de la Universidad Autonóma de Ciudad Juárez,
México.
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