Objetor de conciencia llegó a California
Agustín Aguayo inició una gira para explicar las razones de su
deserción
Araceli Martínez-Ortega Corresponsal de La Opinión 12 de
mayo de 2007
SACRAMENTO.— Cuando estaba a punto de ser enviado a Irak, por segunda
ocasión, el soldado nacido en México, Agustín Aguayo escapó por la ventana de su
habitación en una base militar de Alemania y decidió que no iría más a la guerra
y se declararía objetor de conciencia.
Un año en Irak lo hizo darse cuenta de que no quería regresar. La razón: "No
podía matar a nadie".
Agustín Aguayo, de 35 años y padre de dos niñas gemelas se unió al Ejército
en 2003, a los 30 años, convencido de que estaba haciendo lo correcto.
Fue entrenado para ser enfermero y fue enviado a Irak entre 2004 y 2005 para
que atendiera a los heridos en un batallón de infantería.
"Realmente vi mucha tragedia. Seis de mis compañeros murieron y la verdad me
desmoralicé mucho al ver que el valor de la vida se pierde a causa de la
guerra".
Aguayo sostiene que lo que más le duele es ver como el ser humano se
deshumaniza y los soldados hablan de hacer daño a otros seres humanos.
"La realidad es que estamos entrenados para ser soldados, antes que nada",
indica.
"Yo quería servir al país y hacer lo que me pidieran, pero esto que llamamos
guerra es una devastación de la humanidad. Mis compañeros están deshumanizando a
las personas de esa región", afirma; y agrega que el soldado llega a pensar que
su enemigo ya no es humano y por lo tanto puede tomar su vida.
Fueron estas reflexiones y el hecho de que en Irak nadie está seguro, lo que
lo hicieron buscar que el Ejército lo declarara un objetor de conciencia.
"Mi decisión no fue una sorpresa para mis superiores porque con muchos de
ellos, yo ya venía platicando mis inquietudes", indica.
"Y la verdad es que yo acepté irme al Ejército a sabiendas de que tendría que
matar un día, pero cuando vives en carne propia una maldad tan grande, es válido
dar marcha atrás", señala.
Aguayo indica que el adoctrinamiento es tan grande entre los soldados, que a
muchos les resulta muy difícil abandonar las Fuerzas Armadas.
Recordó que una vez que dejó el Ejército fue condenado a ocho meses de cárcel
en Alemania pero salió libre a los seis meses y 20 días por buena conducta.
Fue condenado por dos cargos: desertar y por abandonar a su grupo cuando
estaban a punto de partir a una misión.
Aún está pendiente su petición de ser declarado objetor de conciencia. Una
decisión que tiene que ser tomada por una corte marcial en Washington, D.C.
Aguayo, quien recién fue liberado de la prisión militar en Alemania, revela
que pidió que se le anulen los cargos por los que fue enviado a prisión.
Tan pronto regresó el pasado jueves inició la gira de conferencias por la
bahía de San Francisco. En algunos de los encuentros con la comunidad se le
unieron los objetores de conciencia Camilo Mejía, Pablo Paredes y Robert
Zavala.
Lori Hurlebauss, de la organización Coraje para Resistir que apoya a las
tropas que se rehúsan a pelear, dijo que "Aguayo representa un movimiento
creciente de oposición a la guerra de Irak dentro de las Fuerzas Armadas de
Estados Unidos".
Añade que están orgullosos de dar la bienvenida a un héroe antiguerra que
tuvo el valor para resistir.
Helga Aguayo, esposa de Agustín durante 15 años y quien vivió semanas de
acoso por parte del Ejército tras la deserción de su esposo, manifestó que "la
gran lección que él les ha dado a sus hijas es mantenerse de pie por lo que se
cree, porque si tú no lo haces, lastimas a las personas alrededor tuyo".
Hizo ver que esperaba que su experiencia les ayude a otros a hablar contra la
guerra de Irak.
También pidió ir a las escuelas a donde acuden los reclutadores a buscar
jóvenes para que se unan a las filas. Quiere que los muchachos escuchen el otro
lado de la historia de los soldados.
"Personalmente he visto cómo algunos jóvenes convencidos por los reclutadores
de ir a la guerra, tras escuchar mi testimonio de lo que vivió mi esposo,
deciden dar marcha atrás a sus deseos de unirse a las Fuerzas Armadas", concluyó
la esposa de Aguayo.
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