MATTHIS CHIROUX habla de la resistencia de los soldados a la guerra
MATTHIS CHIROUX |
22 de noviembre de 2008
Me llamo Matthis Chiroux.
Estuve en el Ejército por cinco años. Fui dispensado con honores en el verano
pasado. Recibí órdenes forzadas de activación en febrero último, que rehusé
públicamente delante del Congreso de los EEUU en mayo. El Ejército
norteamericano decidió procesarme por recusarme a ir a Irak. Eso estará siendo
juzgado en enero. Voy a pelear con uñas y dientes como prometí hacerlo en mayo
último. Quiero hablar sobre ese concepto de resistencia militar, de soldados y
marineros que dicen “no” a esta ocupación y como nosotros los ciudadanos podemos
hacerle la tarea más fácil, porque es algo que no es fácil por donde se lo mire,
aún para nosotros, los más progresistas. Creo que de toda la gente que conocí en
el Ejército, yo era el que estaba más a la izquierda ideológicamente. El hecho
que tuve que luchar por meses si aceptaba o no que me desplegaran a Irak, es un
indicio de que no tenemos una sociedad aquí que esté pronta para recibir a los
soldados de la resistencia como héroes y no como traidores. Eso es una de las
primeras cosas, y la más importante, que debemos hacer: luchar para que cambie
esa mentalidad en el país en relación a nuestros soldados. Para que la
resistencia de la soldadesca se haga realidad, tenemos que tener una sociedad
que la apoye.
Los otros veteranos en la sala, díganme si estoy equivocado, pero al menos
para mí, cuando estaba en las FFAA, uno de mis mayores miedos – honestamente –
no era el dolor físico o ni siquiera el ser volado por los aires. Mi miedo
número uno era que pensaba que era un cobarde. No quería que mis compañeros de
armas, no quería que mis compatriotas, no quería que los líderes de mi nación
pensasen que yo, Matthis Chiroux, era un cobarde. Y eso era algo que nos decían
a todos si nos rehusásemos a pelear. No importaba si estaba en Irak, o
Afganistán, o en cualquier otro lugar que me enviasen, la idea de rehusarse a
matar ha sido pintada a los miembros del servicio como actos de cobardía. Y es
algo que infelizmente en este país aún nos lo echan en cara, aún entre los que
se dicen progresistas y Demócratas. La idea de que los miembros de las FFAA
digan “No, no haré eso” es impensada. Y es una pena. Más frecuentemente de lo
que se piensa, cuando le decía a la gente que me había rehusado a desplegarme a
Irak durante el verano pasado – y eso sucedía en la ciudad de Nueva York, donde
vivo – supuestamente un centro altamente progresista en el mundo – la primera
cosa que me dicen es: “Bueno, pero ¿no se supone que debes seguir órdenes?”
Hasta los más progresistas que conozco me lo preguntan. Y yo les tengo que
explicar que “antes que eso, está la parte en el juramento de alistamiento donde
uno supuestamente jura lealtad a la Constitución, y si uno piensa que algo la
está violando, bueno, eso es al final la primera autoridad”. Es una locura. Yo
soy originalmente de Alabama, así es que cuando llegué a casa, todo había sido
amplificado.
Esa, pienso yo, es las razones primordiales que los soldados, quienes creen
que la guerra es ilegal, y saben que les han mentido para llegar a la misma,
siguen desplegándose. Personalmente, es cosa de locos, pero nunca tuve miedo del
tiempo en la cárcel. Pensaba que era mejor estar 20 años prisionero antes que
matar a una persona inocente. La idea de cumplir una condena no me asustaba, la
idea de hacer un sacrificio por algo que yo pensaba era lo correcto tampoco. Es
esa idea de sacrificio que nos hace enlistarnos en el Ejército. Muchos de
nosotros, queremos hacer ese sacrificio, caso contrario no nos hubiéramos
alistado y listo. Hay algo del hecho de ser un mártir por la patria que nos
conmueve. No era el cumplir una pena, no eran las privaciones, era simplemente
el hecho de que yo no quería ser recordado como un cobarde que me llevaban a
participar en la ocupación y fue de eso que los Veteranos de Irak Contra la
Guerra me salvaron en última instancia. Estaré eternamente grato a esa
organización, o mejor dicho, a los individuos en esa organización por abrirme
los ojos a tantas realidades. Nunca fui a Irak, pero estuve en el Ejército como
periodista, y hablé con miles y miles de soldados durante todos mis años como
periodista del ejército. Después de un tiempo escuchando tantas idiosincrasias
en relación al abuso de prisioneros y mutilación de cuerpos, las reglas de
compromiso sin disparos, uno empieza a hacerse un panorama. Pero yo aún no lo
había experimentado en primera mano. Entonces pensé, si digo no ahora, la gente
va a pensar que soy un cobarde.
Pero entonces vi el Soldado de Inverno y me di cuenta que había un montón de
gente que se paraba a atestiguar y se parecían a mi. Excepto por una diferencia,
ellos tienen algo de qué lamentarse ahora. Y fue que no dijeron no antes.
Escuché a tanta gente decir si lo hubiese sabido antes, habría dicho que no, y
entonces me siento mejor conmigo mismo hoy en día. Y entonces también me di
cuenta que toda esta idea de desplegarme porque tenía miedo que me considerasen
cobarde, participar en algo que yo pienso ser ilegal, lo único que hará será
llevarme de vuelta a casa para participar de un movimiento antibélico por cuenta
del remordimiento, y no por cuenta del deseo de prevenir todo esto.
Entonces pienso en el Soldado de Invierno como algo enorme, y colabora en la
necesidad de este movimiento de forjar una cultura en los EEUU de aceptación, y
más que eso, y no trato de decir esto porque quiero que alguien se levante y me
de un abrazo, de adoración a los resistentes. Hemos sido inundados hace mucho
tiempo por ese “¡América, nosotros apoyamos a las tropas!”. Hay ese amor y
respeto intenso, y yo lo sé porque cuando salí del entrenamiento básico, regresé
a mi ciudad de origen, y la gente se bajaba de la vereda, con lágrimas en los
ojos, gente que yo siquiera conocía, tratando de abrazarme a los tropezones para
agradecer mi sacrificio. Así es que toda esa retórica sobre “apoyar a las
tropas” hace mucho más difícil que los miembros de las FFAA se separen de las
líneas partidarias. Porque ellos piensan “soy un héroe en este momento. El país
está irrefrenablemente conmovido por mi sacrificio. Si me alejo de esto, estaré
defraudando a toda esa gente, van a pensar que soy un cobarde, yo voy a pensar
que soy cobarde.
Uds. [de El Mundo no Puede Esperar] me mostraron el folleto (por qué no
apoyamos a las tropas). Creo que es realmente importante informar a la gente en
casa en este momento, el mensaje que estaremos enviando a los militares no debe
ser necesariamente “nosotros los apoyamos a pesar de todo”. Seguir diciendo
esto, apilar esa admiración y halagos sobre la gente que es desplegada a Irak,
solamente hace que lo quieran hacer más y más. Y es importante que tomemos esa
idea de apoyar a las tropas, aplicándola a la alternativa, que es la
resistencia. Que incluye hasta aquellos que talvez ni sean objetores de
conciencia. Esto puede decepcionar a la gente, pero yo ni siquiera soy un
objetor de conciencia, pero esta guerra es tan claramente ilegal. Es una guerra
de opción, basada en mentiras, dinero y corrupción, y yo no soy el único que lo
ve así. Mucha gente lo ve así. Pero aquellos que sienten que la idea es dar un
paso atrás, sienten que nosotros somos los héroes debido a nuestro
sacrificio.
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