La retórica de la seguridad nacional
Yo me imagino que ya usted tiene claro que el presidente George
W. Bush no tiene intenciones de finalizar las guerras de Irak y Afganistán antes
de terminar su mandato presidencial. Si no lo sabía ahora lo sabe.
También me imagino que usted tiene claro que el nuevo Congreso
de Estados Unidos no tiene intenciones de remover al presidente y al
vice-presidente Dick Cheney de sus funciones administrativas y traerlos a juicio
por lo menos por crímenes de guerra (son casi tres cuarto de millón de iraquíes
y afganos asesinados), secuestros, arrestos indiscriminados, torturas, por
haberle mentido al pueblo estadounidense, seguir mintiendo, manipular
información, el asesinato de mas de tres mil soldados estadounidenses y haber
puesto la seguridad nacional en mayor inseguridad, entre otras atrocidades.
Con la retórica de la seguridad nacional ahora el discurso
dominante está manufacturándose con la preocupación de que el nuevo desafió
contra esta seguridad lo es la alianza que se ha desarrollado entre los
supuestos grupos extremistas Shiítas y la organizaron terrorista de Al-Qaeda. De
aquí el que ahora el presidente Bush y el vice-presidente Cheney estén en una
campaña de construir un caso contra Irán que justifique una intervención
militar.
Por supuesto, no podemos olvidar que desde su entrada a la
presidencia Bush nos dijo que existe un eje diabólico con tres países dizque
terroristas que son una amenaza a la democracia: Irak, Irán y Siria. Es por esto
que ahora estamos escuchando mensajes tales como: las armas de destrucción
masiva de Saddam Husseim estaban en Irán; Irán le está supliendo armas a la
resistencia iraquí; Irán es responsable de la muerte de más de tres mil soldados
estadounidenses y millares mutilados; etc. Asimismo nos están diciendo que hay
la necesidad y la obligación–antes que nos hagan daño-de llevar a cabo ataques
sorpresivos. Yo me pregunto, ¿tendrán los países que se sienten amenazados por
Estados Unidos también la necesidad y la obligación de atacarnos e invadirnos
con ataques sorpresivos? Con esa lógica yo creo que si.
Ante la realidad de una posible invasión militar a Irán,
deberíamos de hacernos la siguiente pregunta: ¿estamos de frente a una realidad
socio-política en donde vemos la evolución de los hechos que nos demuestra que
Irán es una amenaza a nuestra seguridad nacional o hemos vuelto de nuevo a la
retórica de la seguridad nacional manufacturada con mentiras? Yo me inclino más
por la segunda observación de las mentiras.
Pero también me inclino por la necesidad de pedirle al Congreso
que tome mayor responsabilidad en este asunto tan importante en vez de estar
montando una campaña presidencial con la intención de retomar la Rama Ejecutiva
en el año 2008 y de estar en un coqueteo político con el presidente Bush.
Recordemos que de acuerdo a la Constitución, el Congreso es quien autoriza una
guerra y el Presidente lo ejecuta. De aquí entonces la necesidad que el Congreso
investigue a fondo todo este asunto de Irán ser una amenaza nuclear. Por
supuesto, hay la necesidad de poder escuchar voces disidentes expertas en esta
materia para que la verdad no sea de nuevo la primera víctima. Lo otro es el que
se pueda investigar a ciertas el papel que desempeña Irán con la resistencia
iraquí.
Por otro lado, que no se nos olvide que sigue teniendo validez
la doctrina política de Bush a través de la cual nos dice que la manera que
garantizamos la seguridad nacional de Estados Unidos es propagando “la
democracia” a través del mundo. Es por eso que el pasado 10 de enero trató
infructuosamente de explicarle al pueblo de Estados Unidos su política
administrativa y militar en Irak con la palabrería del fantasma del terrorismo.
Mas adelante una encuesta del USA Today, reportó los siguientes resultados:
Alrededor de una 21% aprobaron y creyeron lo que Bush dijo y un 69% lo desaprobó
y no le creyó.
Ahora bien, ¿por qué esta administración política sigue
ignorando la petición del pueblo? Yo diría que son gente terca; estas guerras
producen dinero para ellos; son gente sin respeto a la vida; y este proyecto
guerrero es parte de la agenda imperialista y colonialista estadounidense de
conquistar el mundo. De aquí la necesidad que usted y yo de una vez y por todas
le pongamos freno a esta gente fanática. Comencemos por romper el silencio y
movilizándonos contra esta política genocida. Paz con justicia.
lbarrios@jjay.cuny.edu |