05/06/2007
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La flojera del Partido Demócrata
Al vetar la decisión de la casa de Representantes, de poner una fecha para la
retirada de las tropas coloniales estadounidense en Irak, el Presidente George
Bush, una vez mas hizo realidad lo que mi abuela Doña Bárbara solía decirme: Hay
gente que cambia camino por vereda. O sea, que en su terquedad, obstinación e
intransigencia politiquera, Bush, volvió a tomar un giro contrario a la voluntad
del pueblo de Estados Unidos.
Sin embargo, nada de esto me sorprendió y en parte tengo que darle crédito a
Bush. Digo en parte porque por un lado hay que reconocer su estilo de no ceder
con facilidad. Me gusta ese tipo de estilo, porque detesto a personas con
liderato blandengue y acomodado —como por ejemplo Hillary Clinton y Barack
Obama— quienes demuestran que les gusta pescar en aguas revueltas y en última
instancia quieren estar con Dios y con el Diablo a la misma vez.
No obstante —y aquí es que Bush sigue fallando— cuando los planes no están
acompañados del respaldo popular de la voluntad del pueblo, aunque tengan buenas
intenciones, no dejan de ser medidas dictatoriales que atentan contra los
principios básicos de la democracia. De aquí el que lo acuse de ser un dictador
que responde a los intereses de una clase dominante ignorando lo que el pueblo
quiere.
No podemos negar en ningún momento que el pueblo de EE.UU., en las elecciones
al Congreso en el año 2006 envió un mensaje claro de desaprobación de la
política doméstica e internacional de Bush. Este pueblo quiere el cese de la
guerra en Irak y Afganistán y que los soldados regresen. El meollo del asunto
está en las ganancias de millones de dólares que estas guerras les producen a
unas personas como Bush y el vicepresidente Dick Cheney.
Sin embargo, y aquí es donde me parece a mi está la necedad del asunto, para
los Demócratas, este asunto de Bush vetar la petición y ellos no tener
suficientes votos en la Casa de Representantes para rebatir el veto
presidencial, no es la prioridad. La prioridad del Partido Demócrata no es la
petición del pueblo sino mas bien el como ganar las elecciones del 2008.
De aquí el que siga diciendo que ambos casinos—a Demócratas y Republicanos—
son los mismos: dos dilemas de un mismo partido que responden a los intereses de
la clase dominante y gobernante en Estados Unidos.
Véalo de esta manera. ¿Por qué la prioridad del Partido Demócrata no es la de
impugnar (impeach) sacar del poder tanto al presidente como al vice presidente
por crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y genocidio? Nadie puede
negar que las guerras contra Irak y Afganistán sean dos guerras engañosas
justificadas con mentiras. Esta gente le mintió al pueblo y esto es un crimen.
Con la mentira han justificado arrestos indiscriminados, espionaje,
desapariciones, torturas y asesinatos. Más de un millón de civiles iraquíes han
sido asesinados y más de 3,000 soldados estadounidense han muerto.
Por otro lado, me molesta esta manera blandengue del Partido Demócrata de
lidiar con estas guerras sucias y de no declararle una guerra abierta al
Presidente Bush dejándole claro que no van a dejarse intimidar con un veto
presidencial, que no van a seguir financiando guerras genocidas y que las tropas
tienen que regresar. Por desgracia, la estrategia Demócrata es la de desempeñar
un papel en donde no desesperen ni mucho menos enojen a nadie porque hay que
sumar votos para el 2008. Mientras tanto, los procesos democráticos y las vidas
de miles de seres humanos no son importantes.
Ni los Republicanos ni los Demócratas son alternativas del pueblo. Por lo
tanto, vamos a producir, de abajo hacia arriba, esa alternativa, con un proyecto
que responda a los intereses del pueblo. Paz con justicia.
lbarrios@jjay.cuny.edu
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