Lunes 6 de febrero de 2006
Represión en EU a críticos que cuestionan la lucha "por la libertad"
DAVID BROOKS CORRESPONSAL
Protesta en la avenida Pennsylvania de Washington, frente a la Casa Blanca,
organizada este fin de semana en rechazo a las políticas del presidente George
W. Bush Foto Ap |
Nueva York, 5 de febrero. El presidente George W. Bush afirma que la misión
de Estados Unidos en el cosmos es encabezar "la marcha hacia la libertad", pero
esa misión, al parecer, está -como dicen en los círculos oficiales-
"clasificada", o sea, sus detalles y tomas de decisión son secretas, quien las
cuestione puede encontrarse enfrentado con toda la fuerza del gobierno, como
descubrió hoy un famoso caricaturista.
Una y otra vez, el gobierno de Bush ha rehusado -o intentado al menos-
entregar documentos oficiales sobre sus decisiones internas al público, incluida
la rama del gobierno definida como "la representación del pueblo": la
legislatura.
Este ha sido el caso en torno a los documentos para la elaboración de su
política energética, de la respuesta a los atentados del 11-S, a la formulación
de justificaciones legales para la tortura, sobre la respuesta federal al
desastre de Katrina, la filtración del nombre de la agente de la CIA en
el caso de Valeria Plame, en torno a la presencia del cabildero Jack Abramoff
-centro de un gran escándalo de corrupción política- en la Casa Blanca y ahora,
de los documentos de la justificación para el programa secreto de espionaje
doméstico.
Y para los disidentes, los que suenan las alarmas, los que critican, o se
atreven a revelar algo dentro y fuera del gobierno, la respuesta es la
descalificación personal, supresión, amenaza, y hasta represión. El propio
presidente advirtió durante su informe a la nación esta semana que hay crítica
permisible y crítica irresponsable: "hay una diferencia entre la crítica
responsable que busca el éxito, y el derrotismo que rehúsa reconocer cualquier
otra cosa más que el fracaso".
Protesta del ejército
El gran caricaturista editorial del Washington Post, Tom Toles,
descubrió esto cuando el estado mayor militar envió una carta al rotativo
protestando por el cartón publicado el domingo pasado. En la imagen aparecía un
soldado herido con brazos y piernas recién amputadas en una cama de un hospital
militar. Al lado el "doctor Rumsfeld (secretario de Defensa) escribe un informe
y dice al herido: "voy a calificar tu condición como 'endurecido por batallas'".
Se refería a la respuesta de Rumsfeld a críticas de que el ejército estaba
casi al punto de "quiebre" por las demandas por años de guerra en Irak y
Afganistán. Rumsfeld rechazó esa aseveración y por el contrario afirmó que los
militares estadunidenses están "endurecidos por la batalla" y son muy capaces.
La muy inusual carta está firmada no sólo por el jefe del estado mayor, Meter
Pace, sino también por el vicejefe y los jefes militares del ejército, la
marina, los marines y la fuerza aérea. La imagen, sostienen, es
reprobable por dibujar así a los voluntarios que "defienden a la nación".
Agregaron que "mientras ustedes (el Post) o algunos de sus lectores
pudieran no estar de acuerdo con la guerra o su conducta, creemos que le deben a
los hombres y mujeres, y sus familias que tan generosamente ofrecen su servicio
a la nación, la decencia de no bromear sobre sus tremendos sacrificios físicos".
Toles respondió en entrevista con su propio periódico que su intención no era
burlarse de los soldados y que los jefes militares no habían interpretado bien
su caricatura, y "es un poco injusto que ellos den esa implicación en su lectura
de la caricatura". Agregó que las malas interpretaciones siempre son un riesgo,
"pero la única manera de evitar eso es dibujar caricaturas que no tienen
impacto".
Mientras que este tipo de críticas contra la guerra son consideradas
"irresponsables", por otro lado el gobierno prefiere que el público cuente sólo
con información preaprobada, y por ello esta Casa Blanca es famosa por ser una
de las menos transparentes en la historia moderna.
En vísperas de la primera audiencia legislativa para indagar la legalidad del
programa de espionaje doméstico sin, como marca la ley federal, autorización
judicial, el Departamento de Justicia se niega a entregar documentos oficiales
del asunto solicitados por miembros del Comité Judicial del Senado. El gobierno
de Bush insiste en que toda esa información ya se ha presentado vía los
argumentos públicos expresados por el presidente y su procurador general Alberto
Gonzales, quien será el único testigo del gobierno en las audiencias programadas
para comenzar el lunes.
Sin embargo, algunos medios han detectado que hubo un agrio debate dentro del
Departamento de Justicia por este programa, parecido al que hubo para justificar
la tortura. Newsweek descubrió que los disidentes que objetaron estas
políticas en la lucha "antiterrorista" fueron castigados en 2004. Entre ellos,
estaba el director de la Oficina de Consejo Legal, Jack Goldsmith, y el entonces
subprocurador general James Comey.
Según Newsweek, ambos consideraron que las justificaciones para el uso
de tortura y también el programa de espionaje doméstico violan leyes y
atropellan la Constitución. Goldsmith y Comey lograron revocar el famoso
memorando para el empleo de tortura, y Comey rehusó a reautorizar el programa
secreto de espionaje electrónico de comunicaciones, lo que culminó con un
enfrentamiento directo con el vicepresidente Dick Cheney, según la revista.
Goldsmith renunció a finales de 2004 para asumir un puesto en la Universidad
de Harvard y Comey lo hizo el el verano pasado; Newsweek informa que a
otros integrantes de sus equipos se les negaron promociones como resultado de su
renuencia para aprobar los deseos de la Casa Blanca.
Hay varios funcionarios, incluso de puestos muy elevados, que cuando se han
atrevido a criticar las políticas y el proceso de control dentro del gobierno
han sido descalificados; el caso más espectacular es el del embajador Joseph
Wilson, cuya esposa fue agente clandestina de la CIA. El escándalo se produjo
cuando funcionarios de la Casa Blanca filtraron el nombre de la mujer en un
intento por descalificar a Wilson cuando éste reveló que una de las acusaciones
por armas de destrucción masiva contra el régimen de Saddam Hussein carecía de
pruebas.
El caso más reciente fue revelado la semana pasada, cuando el científico de
más alto rango para asuntos climatológicos de la NASA acusó que el gobierno ha
intentado suprimir sus declaraciones y presentaciones después de haber
pronunciado un discurso en diciembre, donde insistió en que era urgente reducir
las emisiones de gases, en particular hidrocarburos, vinculados al calentamiento
global. Esta posición es contraria a la política oficial, y el científico James
Hansen dijo que continuaría con sus declaraciones, ya que esta información es
"esencial pues la preocupación pública es probablemente la única capaz de
superar los intereses especiales que han ofuscado el asunto".
Pero entre la imposición de controles a la información federal, la renuencia
y rechazo de entregar documentación al Congreso y los medios, y decisiones para
asumir poderes ejecutivos mucho más amplios con la justificación, siempre, de
que son "tiempos de guerra", se ha creado un nuevo clima en Washington, en el
cual el gobierno pide a los medios y al público confiar en que sus decisiones
son legítimas y para el bien del país sin necesidad de rendir cuentas a nadie.
Recientemente, el propio Bush, en un acto anual de humor para los poderosos y
los ricos de esa capital, hizo varias bromas a su público, una era sobre la
controversia por su programa de espionaje doméstico: "Saben, no importa qué
tanto lo intente, uno nunca puede complacer a cierta gente. La mitad del tiempo
dicen que estoy aislado y no escucho. Y cuando sí escucho, me dicen que necesito
una orden judicial".
Mientras tanto, las autoridades continúan enfrentando y detectando toda
amenaza, grande o pequeña. El director nacional de inteligencia John D.
Negroponte ofreció una enorme lista de amenazas internacionales que enfrenta el
país, entre ellas los líderes "populistas radicales" en este hemisferio. Por
otro lado, esta semana el Servicio Secreto investigaba a un estudiante de
secundaria en Rhode Island que escribió un ensayo como parte de su tarea que
abogaba por la violencia contra el presidente Bush, ejecutivos de Coca Cola y
Wal Mart. No fue arrestado, pero está bajo observación.
A la vez, el gobierno ahora enfrenta un dilema, ya que su misión para
propagar la "libertad" y la "democracia" por todo el mundo, en particular Medio
Oriente, está rindiendo frutos algo contradictorios a los deseos de Washington.
El mismo caricaturista Toles publicó otro cartón sobre este tema: el presidente
Bush está ante el podio preparando un discurso; atrás en una pared aparece
pintado su lema "democracia". En las manos el presidente tiene unas hojas en las
que se lee "Hamas, Irán, Irak". A su lado está un asesor a quien le pregunta
"¿por qué siguen eligiendo locos", y el asesor le responde: "usted les ha estado
diciendo que sigan el ejemplo de Estados Unidos".
En los próximos días, semanas y meses continuará este debate sobre el poder
del ejecutivo, el equilibrio de poderes entre la Casa Blanca y el poder
legislativo, el papel de la rama judicial, y la Constitución. O sea, algunos
dicen que están en juego los principios fundamentales de la nación.
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|