09-03-2008
El día de la mujer
Enclaustradas por ocupación y tradición
Dahr Jamail
IPS
Iraq, ese país de Medio Oriente donde las mujeres solían ser libres y gozar
de más derechos que en otras naciones árabes, se volvió una trampa mortal para
las que sueñan con una educación y un título profesional.
El ejecutado dictador Saddam Hussein (1937-2006), que gobernó de 1979 a 2003,
mantuvo una sociedad relativamente laica. Las mujeres eran libres de ser
profesoras y médicas, entre otras profesiones, así como de ocupar cargos de
gobierno.
En la actualidad, muchas entre las que no se ajustan a estrictos patrones
islámicos de conducta terminan asesinadas por la insurgencia.
Esa fue la suerte que corrieron al menos 40 mujeres en los últimos cinco
meses de 2007 sólo en Basora, declaró a la prensa en diciembre de 2007 el jefe
de policía de esa meridional ciudad iraquí, Jalil Hannoon.
"Estamos seguros de que no hay más víctimas, pues sus familias no denuncian
los asesinatos por miedo al escándalo", prosiguió.
Las milicias, dominadas por grupos de la mayoritaria rama chiita del Islam
como la Organización Badr y el Ejército Mehdi, imponen estrictas normas
religiosas. Y el gobierno iraquí, dominado por esta comunidad musulmana, parece
darles un apoyo tácito, y a veces directo.
La Organización Badr responde al Consejo Supremo para la Revolución Islámica
en Iraq, el partido de raigambre chiita que integra la coalición de gobierno, y
el Ejército Mehdi, al clérigo chiita Muqtada al-Sadr, uno de los principales
líderes de la resistencia a la ocupación.
Las mujeres que no lucen velo se volvieron el principal objetivo de la
insurgencia en los últimos meses, indicaron a IPS residentes de Basora y de
Bagdad. Muchas de ellas recibieron amenazas de muerte.
"Hombres armados se acercan a decirnos que debemos usar velo y dejar de
maquillarnos", relató Zahra Alwan, estudiante universitaria que abandonó Basora
para ir a Bagdad.
En numerosos muros de Basora se leen consignas escritas en rojo que ordenan a
las mujeres cubrir su cuerpo de pies a cabeza y no maquillarse, prosiguió.
"La situación en la capital no es muy diferente", dijo a IPS Mazin Abdul
Jabbar, investigador de la Universidad de Bagdad. "Todas las universidades están
controladas por militantes islamistas que hostigan todo el tiempo a las
estudiantes con restricciones religiosas".
Esa es una de las razones por las cuales "muchas familias dejaron de enviar a
sus hijas a centros de enseñanza secundaria y terciaria", indicó Jabbar.
Más de 70 por ciento de las muchachas iraquíes ya no van a las escuelas
secundarias ni a la universidad, informó el Ministerio de Educación de ese país
a principios de 2007.
Muchas de las víctimas habían sido acusadas de ser "malas" antes de ser
secuestradas, según relataron a IPS varios residentes de Bagdad. La mayoría de
ellas aparecieron muertas luego.
Muchos cuerpos fueron hallados en vertederos de basura con signos de
violación y tortura y una nota indicando que la mujer era "mala", según varios
testigos que pidieron reserva de su identidad.
La misma situación sufren las mujeres de Baquba, capital de la provincia de
Diyala, 40 kilómetros al noreste de Bagdad.
"Mi vecina fue asesinada porque trabajaba en la dirección de la policía de
Diyala", dijo a IPS hace unos meses Um Haider. "Pero ella era recepcionista de
la oficina del gobernador. No trabajaba en la policía. Se ocupaba de registrar a
las mujeres que ingresaban al lugar."
Ese tipo de asesinato llevó a una gran cantidad de mujeres a abandonar o
cambiar de empleo.
"Yo era jefa de personal en una empresa", dijo a IPS otra mujer que también
pidió reserva de su identidad. "Tras la insistencia de mi familia, dejé mi cargo
y pasé a ser empleada."
La vida de las mujeres cambió y ahora hasta cambió la forma en que se visten.
Están tan atemorizadas que solo visten atuendos tradicionales. Lucir prendas a
la usanza occidental equivale a ser condenada a muerte. El velo se usa mucho en
zonas bajo control insurgente.
Las mujeres pagan un precio alto por la ocupación.
"Las mujeres sufren y corren muchos riesgos cuando la insurgencia controla
las calles", dijo a IPS Um Basim, madre de tres hijos de Baquba.
"Ningún hombre puede moverse a ningún lado. Cuando muere uno, su cuerpo es
llevado a la morgue y la familia debe retirarlo. Las mujeres suelen hacer todo
eso solas. Y algunas son blanco de ataques en ese momento", relató.
Obligadas a permanecer en el hogar, muchas de ellas padecen aislamiento y
depresión.
"Las mujeres no tienen ningún lugar para el esparcimiento. Pasamos todo el
día en casa", se quejó Um Ali, una mujer casada residente de Baquba.
"Hace cuatro años que no salgo de la ciudad. El único lugar al que voy es a
casa de mis padres. Las tareas domésticas y los niños son toda mi vida. No tengo
objetivos ni puedo estudiar. A veces pasan semanas sin que pueda salir a la
calle".
En el Kurdistán, en el norte de Iraq, aún se registran "asesinatos por
honor". Según esa antigua tradición, al menos 27 kurdas fueron muertas en
diciembre pasado porque se les atribuía vínculos "ilícitos", según Youssif
Mohamed Aziz, ministro de Derechos Humanos de esa región autónoma.
Las iraquíes tampoco se salvan del abuso en las cárceles controladas por
fuerzas de Estados Unidos.
La Comisión de Asuntos de Mujeres e Infancia del Parlamento pidió la
liberación de las presas en cárceles iraquíes y estadounidenses.
Unas 200 están detenidas en la prisión bagdadí de Al-Adala, dependiente del
gobierno iraquí, según la vicepresidenta de la comisión legislativa, Nadira
Habib.
"No sabemos cuántas presas están en las cárceles de las fuerzas
estadounidenses porque rechazan las solicitudes de visita formuladas por la
Comisión", indicó.
Mientras el gobierno central siga siendo impotente y el fundamentalismo
religioso mantenga su tendencia ascendente, la situación de las iraquíes, al
parecer, no hará más que empeorar.
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=87709
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