Informe acerca del "Domingo de alzar la voz contra la tortura" el 23 de
diciembre
Fue una escena de impacto que les incitó a muchos, unos por primera vez, a
pensar sobre la cuestión de tortura y lo que se está haciendo en nuestro nombre,
y que provocó expresiones de simpatía y apoyo de muchos, pero una mal respuesta
violenta de unos reaccionarios incondicionales y endurecidos a la tortura.
A
pesar de una garúa y pronósticos de una lluvia fría y fuerte, 40 personas en
total estaban en un momento u otro durante toda la tarde– activistas y
partidarios de El Mundo no Puede Esperar, el A. R. T. (Equipo Activista de
Reacción), el periódico Obrero Católico, y Dar Testimonio contra la
Tortura. Un grupo de jóvenes que habían planeado una acción contra la guerra de
Irak en la misma zona más tarde ese día se unió a nosotros y "fusionamos"
nuestros dos planes en uno; primero, frente de La Catedral de Saint Patrick y,
después, alrededor del Centro de Rockefeller y delante del árbol anual para la
Navidad, de fama mundial.
Muchos alzaron pancartas que decían: "NO A LA TORTURA – No
accederemos a un estado de tortura – Juicio de destitución/Fuera el gobierno de
Bush", junto con "El submarino es tortura – La tortura es un crimen de lesa
humanidad", mientras otros se arrodillaron en monos anaranjados y cadenas. Se
desplegó también una bandera gigantesca que decía "Mentiras + Tortura", la cual
se había colgado previamente durante una protesta en la Oficina Hart del Senado
en Washington D.C. Un agitador destacó el mensaje básico: "Hoy este gobierno
tortura a la gente en Irak y en Guantánamo de Cuba en nuestro nombre. La tortura
es mala, es un crimen de lesa humanidad, es criminal, y hay que pararla. Es
necesario someter a los criminales de la Casa Blanca a un juicio de destitución
por sus crímenes y sacarlos del poder."
Varias personas tomaron cintas anaranjadas o consiguieron botones que decían:
"Someta a los criminales de guerra a un proceso de destitución". Se le escuchó a
una mujer decirles a sus niños cuando nos espió: "Escúchenlos – aprenderemos
algo importante aquí hoy."
La respuesta de los reaccionarios fue impresionante. Ninguno negó que la
tortura se hace; es más, la apoyaban con descaro. Varias veces, se metieron para
golpear las cabezas de las personas que estaban arrodillados en monos y
capuchas. Dos veces empezaron a atacar nuestros oradores/as. Fue como una escena
de la película "Redacted" [Redactado]. Sus esposas y familias parecían
avergonzadas y/o horrorizadas de sus acciones y estaban tratando de retirarlos
de ahí.
A
las 4:00 de la tarde cambiamos de lugar; una cantidad más pequeña se dirigió
rápidamente por el Centro de Rockefeller y hacia el árbol de Navidad, encabezada
por los jóvenes que llevaban un tocadiscos compactos que pasaba la canción de
John Lennon "Se terminó la guerra – Feliz Navidad" y, junto con nuestras
pancartas contra la tortura, dos representaciones gráficas hechas a mano que
decían: "Esto es una Navidad para no olvidar", con el saldo de iraquíes y
estadounidenses muertos en la guerra. Fue una escena inolvidable, y la respuesta
de las multitudes que salieron a ver el árbol fue bastante favorable. Todo tipo
de fotógrafos mediáticos aparecieron y tomaron muchas fotos.
Es difícil calcular el total con precisión, pero varios miles vieron nuestra
protesta y a unos les afectó profundamente.
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