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El Mundo no Puede Esperar organiza a las personas que viven en Estados Unidos para repudiar y parar el rumbo fascista iniciado durante el régimen de Bush y evidenciado en las ocupaciones asesinas, injustas e ilegítimas de Irak y Afganistán; la “guerra de terror” global de tortura, rendición extraordinaria y espionaje; y la cultura de discriminación, intolerancia y avaricia. A ese rumbo no le darán marcha atrás los líderes que nos instan a buscar puntos en común con fascistas, fanáticos religiosos e imperio. Solo es posible si la población forja una comunidad de resistencia –un movimiento independiente de grandes cantidades de personas—que, actuando en pro de los intereses de la humanidad, pone fin a dichos crímenes y demanda que se procese a los responsables por ellos.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

¡NO MAS!
¡Ningún ser humano es ilegal!

EL Mundo no Puede Esperar exhorta a cada persona a protestar contra las leyes racistas como Arizona SB1070, a desacatarlas y a DESOBEDECERLAS



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¡Al Infierno con los Videos! – Es Hora de Cantar en Coro:
“En Nuestro País no se Tortura”

por Jill McLaughlin, del Comité de Dirección de El Mundo no Puede Esperar

Mucho se ha hablado en los últimos días sobre la destrucción de los videos de interrogación de la CIA. Hay especulación y predicciones. Es otro de esos momentos, así como ha habido otros en los últimos siete años, que parece que el Congreso puede decirle a la Administración de Bush “ahora si los atrapamos”. Pero infeliz y extrañamente, esos momentos se están acumulando y son purgados a través de los medios de comunicación (CNN) que hacen preguntas absurdas a los telespectadores tales como: ¿es el “submarino” tortura? Y el Congreso con mayoría Demócrata no investiga, talvez por su propia complicidad y connivencia. Tenemos por ejemplo a Nancy Pelosi. Ella sabía sobre estas cintas por algún tiempo (entonces no en balde el juicio político está fuera de consideración).

No quiero descartar o subestimar el hecho que esta ha sido una historia que ha estado permanentemente en los medios – se ha puesto la tortura en el centro de la opinión pública – pero el problema es la manera como se plantea el tema delante de la gente. Ha sido reducida a términos legales, tales como: ¿fue un error destruir a las cintas de video? O ¿cuántos crímenes se cometieron, si alguno, cuando se destruyeron estas cintas? Siempre y cuando la discusión se centre en la destrucción de las cintas y no en la tortura que se cometió en ellas, entonces se hace fácil que desaparezca totalmente el tema de que torturar es un delito. Especialmente si la destrucción llevada a cabo por la CIA es considerada legal por la justicia o si se congela la investigación del hecho.

En estos términos, la tortura se transforma en una regla aceptable para la gente, aún si en lo profundo de sus corazones, la consideran un hecho horrendo. Para enfatizar un poco más porque es importante la manera en que se habla de la tortura, permítanme que de un ejemplo. Hace un poco más que un año, recibí un e-mail de Barack Obama respondiendo a mi consulta si el Decreto sobre Comisiones Militares o Military Commissions Act – MCA (que es una amplia definición de “combatiente enemigo”) significaría que los que protestasen contra la guerra serían considerados “combatientes enemigos” según el capricho de Bush, y luego detenidos y torturados. En su respuesta, el Senador describió la aprobación del MCA una táctica política de Bush y los Republicanos. Y ni una sola vez la palabra “tortura” fue mencionada en la respuesta del Senador Obama. Tampoco la menciona en su campaña para Presidente, a no ser que emerja en los medios. Lo mismo podemos decir de Hillary.

Los principales candidatos Republicanos quieren más tortura. Nadie habla de los miles que fueron aprehendidos, detenidos y torturados sin nunca haber sido acusados o juzgados. Personas que tuvieron la infelicidad de ser objeto de la venganza de algún vecino, o de la codicia de algún vecino por la recompensa en dinero, la desgracia de tener el mismo nombre de un sospechoso de terrorismo, o la desgracia de vivir en países que fueron invadidos ilegal e inmoralmente y ahora están ocupados. La tortura no es una táctica política. La tortura no es un tema partidario. La tortura es una cuestión ética. La tortura es un crimen de guerra. La tortura es un crimen de lesa humanidad. La tortura es un error.

También debemos ver la hipocresía en el entorno de estas cintas de video. Uno de los miembros de alto rango del Comité de Inteligencia del Congreso, Representante Jane Harmon (D-CA) describe la destrucción de las cintas como una crisis constitucional. Sin embargo, fue informada confidencialmente sobre las cintas y su contenido. Sabía sobre la tortura. ¿Qué hizo? Dijo que el asunto la inquietaba y escribió una carta recomendando que las cintas no fuesen destruidas y se olvidó del asunto. Su disculpa era que la carta era confidencial y ella no podía traer a la luz la existencia de las cintas. También cuando presionada sobre los métodos de interrogación usados en esas cintas, declaró que su recuerdo era medio nebuloso.

No sé lo que ustedes harían, pero si yo fuese informada sobre los métodos utilizados para torturar a alguien y considerase esa información inquietante, me sería difícil olvidarla. Pero esta es la misma mujer que se puso a escuchar a Brian Michael Jenkins de la Rand Corporation quien se presenta como un especialista en contraterrorismo. Jenkins sugirió que había la necesidad de un centro para el estudio de la radicalización violenta y terrorismo local. Entonces ella apareció con esta ley ingeniosa llamada de Programa de Prevención de la Radicalización Violenta y Terrorismo Local, que ya fue aprobada por la Cámara de Diputados y está ahora siendo estudiado en el Senado. El Centro para Derechos Constitucionales (CCR por su sigla en inglés) llama la atención en su página web sobre las definiciones precariamente amplias de lo que se considera un grupo radical o grupo terrorista local. Imagínense si los reaccionarios empiezan a perseguir a los que protestan contra la guerra y aquellos que han participado en actos de desobediencia civil no violenta. El CCR cita textualmente del libro de Jenkins: “En su campaña, los Jihadistas buscarán puntos comunes con los izquierdistas, anti-norteamericanos y fuerzas antiglobalización, los cuales por su vez verán, en el radicalismo Islámico, compañeros contra un enemigo común”. Harmon ve la destrucción de estas cintas de video como una crisis constitucional pero no ve que esta ley se presta a que ocurran detenciones y tortura de gente inocente.

Talvez ustedes crean que la posibilidad de que se torture aquí a un ciudadano norteamericano no existe. Pero la verdad es que ciudadanos de este país han sido torturados. José Padilla fue detenido y torturado aquí en los EEUU debido a la sospecha de que tenía lazos con los terroristas y estaba planeando construir una “bomba sucia”. Uno de los informantes de la confianza del gobierno se retractó de la historia que había contado y otro era un drogadicto. Después de haber estado prisionero por 3 años y medio sin ser acusado formalmente, el gobierno encontró a Padilla culpable. Se dice que está tan arruinado mental y emocionalmente que ahora es solamente un esqueleto ambulante.

El veterano de la Marina, Donald Vance, fue a Irak como contratista particular, hizo una denuncia sobre la existencia de un comercio ilegal de armas que observó como supervisor de seguridad del Shield Security Group. Primero hizo la denuncia frente al FBI quienes por su vez le pidieron que espiase para ellos. Poco tiempo después fue detenido en Camp Cropper por los EEUU y torturado por 100 días por el mismo motivo denunciado por él. Se especula que Vance fue detenido como chivo expiatorio de sus superiores que talvez estén comercializando armas ilegales. Estos dos casos fueron relatados en los medios de comunicación pero, así como Harmon, los medios parecen tener una memoria nebulosa y estas historias no tienen seguimiento. Parece que esta nebulosidad está siendo transmitida usando telepatía a través de la psique de los norteamericanos.

Trataré de hacer desaparecer esa niebla. ¿Se acuerdan de Abu Ghraib y cómo ustedes se enojaron al saber de la tortura que ocurría ahí? ¿Se acuerdan como pensaron que ese era un momento crítico del tipo “ahora te pescamos”, y como quedaron furiosos cuando quedaba claro para todos que el régimen de Bush no iba a ser responsabilizado? Y la prisión de Guantánamo sigue abierta y la gente todavía está siendo torturada en ese lugar. La CIA sigue conduciendo la rendición de gente en cárceles secretas donde seguramente están siendo torturados. Hemos estado viviendo en un estado torturador por seis años, desde la inauguración de la cárcel de Guantánamo, y dos años después que se supo lo que pasaba en Abu Ghraib, un año después del Decreto sobre Comisiones Militares, un año después que Bush reconoció que se mandó gente a cárceles secretas, y algunas semanas antes que supiéramos de las cintas de la CIA. ¿Será que la inhabilidad o, para decirlo más correctamente, la falta de voluntad por parte de los que detienen el poder de responsabilizar a sus homólogos los ha dejado a ustedes en estado de fuga?

O talvez ocurra que ustedes no se hayan olvidado, pero vuestro silencio se debe a que los políticos y los medios de comunicación no hacen nada para detener esas atrocidades, y uno piensa que es mejor dejarlo como está. Después de todo ustedes votaron. Ustedes firmaron una petición. Ustedes escribieron y llamaron a vuestro representante y senador. Y con amarga decepción, vieron que nada ha cambiado. Entonces tienen la seguridad que ya hicieron todo lo que podían y que yo lo único que puedo hacer es tratar de convencer al coro de los convencidos.

Lo que pasa es que nadie escucha al coro. La razón que esto pase es que el coro se confina a las paredes de la iglesia de la “política igual que siempre” y de la política de lo posible. Nos han mostrado una y otra vez que no podemos confiar en que nuestros políticos y los medios hablen de la tortura de una manera real o significativa para detener el horror de la tortura. Poco importa cual el partido político al cual pertenece nuestro próximo presidente. Poco importa a los que están en el poder la indignación y dolor por lo que está pasando y siendo hecho en nombre de los ciudadanos de este país.

Es hora de preguntarnos: ¿cuánta indignación y dolor somos capaces de soportar? ¿Qué estamos dispuestos a hacer los ciudadanos de este país para esconder que la tortura está siendo llevada a cabo bajo nuestras narices? Nosotros somos responsables de mantener la llama viva, de hablar sobre esto con nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo, ministros, rabinos, imanes, profesores y estudiantes. La revelación de la existencia de los videos de la CIA es una oportunidad que podemos y debemos aprovechar. No podemos dejar que los políticos y los medios fijen los términos de cómo se trata el asunto de la tortura. Mientras el discurso se limite a la legalidad o no de la destrucción de las cintas, o lo que sería o no sería tortura, el discurso ciertamente será silenciado, como esa pobre gente que ha sido silenciada y que ha desaparecido sin dejar rastro. ¡Es tiempo que el coro cante y defienda a unos y otros! El coro será: “¡No vamos a vivir en un Estado que torture! ¡No vamos a tolerar que se torture en nuestro nombre en ningún lugar!”. Debe haber un sentimiento de masas y una resistencia de masas en relación al uso de la tortura.

En las próximas semanas, El Mundo no Puede Esperar y otros grupos participarán en obras de teatro callejeras, protestas y actos no violentos de desobediencia civil para cimentar ese sentimiento de masas y resistencia contra la tortura y otras atrocidades del gobierno de Bush. Usaremos el color naranja, como ya lo hemos estado haciendo, para mostrar solidariedad con los detenidos y torturados, ya que este es el color de la resistencia. Algunos de ustedes saldrán a la calle con nosotros, o usarán el naranja en sus día a día y lo traerán caso sean llamados a actuar. Les pedimos a todos aquellos que se oponen y están indignados con la tortura que está siendo cometida que usen naranja en su día a día también.

Al unirse al llamado para vestirse de naranja, ustedes también muestran su oposición y compromiso de resistencia, especialmente cuando otros pregunten el por qué del color naranja y su significado. Eso traerá el asunto a la luz y aumentará el debate sobre el mismo. Usen una cinta naranja, un broche naranja o bandana de ese color. Regalen una cinta naranja a tres amigos, pidiéndoles que hagan lo mismo con otros tres conocidos. Vuelvan para saber cual es la reacción de la gente. Así se crean redes de personas que muestran resistencia a diario poniéndose algo naranja. Así se crea el sentimiento de resistencia de masas. Así nosotros, los ciudadanos, responsabilizamos al Gobierno de Bush y sus cómplices por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. En 1968 los estudiantes que llenaban las calles de Chicago en actos de protesta, cantaban: “Todo el mundo está viendo”. Mis amigos, estamos en esos momentos en que la tortura ha vuelto a centralizar la atención, entonces todo es mundo está viendo, viendo que hará la gente de este país para detener la tortura. Todo el mundo está viendo y esperando que actuemos. Los millones de nosotros que nos oponemos a esta barbaridad tenemos que actuar ahora o nunca, para que no se diga que la gente de este país no sabía que la tortura estaba siendo cometida en su nombre. ¡Qué no digan que sabíamos lo que ocurría y no hicimos nada para detenerlos! ¡Unámonos al coro, caramba!


 

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