Habrá más redadas de inmigración Convocan a marcha de
protesta nacional para el 24 de febrero
Alto a las deportaciones. Activistas y residentes de Los Ángeles se
congregaron ayer para exigir que cesen las redadas. (Jeff Grace/La
Opinión)
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Jorge Luis Macías jorge.macias@laopinion.com 26
de enero de 2007
A pesar de las protestas de grupos proinmigrantes en Los Ángeles
que pidieron al presidente George W. Bush un alto a las redadas de
indocumentados, autoridades del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE)
aseguraron ayer a La Opinión que continuarán los operativos y arrestos de
personas, "en cualquier día, y en cualquier ciudad" del país, como sucedió el
fin de semana anterior en cinco condados de California, y esta semana en
Charlotte, North Carolina.
Al mismo tiempo, expertos en temas de inmigración exhortaron a
la población en general para que no sea presa de una psicosis colectiva y evite
el miedo de considerar que el arresto de 761 personas la semana pasada sea parte
de una operación masiva de deportaciones.
"Los agentes de inmigración sólo están haciendo su trabajo, y su
enfoque está en quienes tienen órdenes de deportación o sean delincuentes", dijo
la abogada Gloria Curiel.
Por su parte, Jim Hayes, portavoz de ICE aseguró que los
arrestos "no se están realizando para asustar a la comunidad inmigrante".
Desde junio de 2006, con la implementación del operativo
Devuélvase al Remitente, las autoridades de inmigración han arrestado a 13,192
personas en todo el país.
También han identificado a unos tres mil presidiarios en
cárceles locales y estatales que serán deportados en el futuro.
Lory Haley, portavoz de ICE aseguró ayer a La Opinión que el
operativo Devuélvase al Remitente, "continuará a nivel nacional y se realizará
en [distintas] ciudades del país".
El operativo es parte integral de la segunda fase de la
Iniciativa de Fronteras Seguras (SBI), un plan multianual lanzado por el
Departamento de Seguridad Interna (DHS) "para asegurar las fronteras de Estados
Unidos y reducir la inmigración ilegal" .
"No se trata de redadas, sino de aplicación de las leyes de
Estados Unidos", aclaró la funcionaria. "Se trata de restaurar la salvaguarda de
nuestras comunidades de gente que ha violado y ha hecho caso omiso de la
ley".
Agentes de ICE y alguaciles federales participaron el fin de
semana anterior en el arresto de 761 personas en el condado de Los Ángeles
(169), Orange (111), San Bernardino (22), Riverside (26) y Ventura (10).
De ese total, 450 ya fueron deportadas a sus países de origen,
en su mayoría a México, y otros 14 países como El Salvador, Honduras, Ucrania,
India, Japón, Etiopía, Polonia.
Más 150 indocumentados eran considerados "fugitivos" que no
habían acatado órdenes de deportación por parte de un juez de inmigración.
Otras 24 personas ya habían sido deportadas con anterioridad y
retornaron ilegalmente a Estados Unidos.
Como parte del operativo que se desarrolló en siete días,
autoridades de ICE expandieron la búsqueda de extranjeros delincuentes
encarcelados, e identificaron a 423 que tienen ya en custodia como
"deportables".
Estas personas estaban programadas a ser liberadas de diversas
cárceles.
Entre los deportados se encontraban Rafael López Obeso, de 54
años de edad, y su hijo, Rafael Obeso Melchor, de 25 años. Ambos fueron
arrestados en la pequeña ciudad desértica de Mecca, en el condado de Riverside.
Los dos fueron acusados de ser presuntos partícipes en un asesinato, en Sinaloa,
México.
Esta semana, agentes de ICE arrestaron a otros 21 inmigrantes
hispanos en una planta procesadora de carne de cerdo, en Smithfield, Carolina
del Norte.
"Esas personas fueron convocadas a una junta en una oficina,
donde les esperaban agentes de inmigración", informó Marisol Jiménez, del grupo
comunitario El Centro, en Raleigh, North Carolina, a La Opinión. "Les tendieron
una trampa, pues estaban peleando por mejoras laborales".
Ayer en Los Ángeles, defensores de derechos civiles y humanos
expresaron ayer frente al Edificio Federal Ronald Reagan de Los Ángeles que
pasarán del "pánico al ataque", y convocaron a organizaciones proinmigrantes,
sindicatos, grupos ecuménicos y estudiantes acudan a una marcha "nacional’’, el
próximo 24 de febrero, vestidos de rojo y con la bandera estadounidense.
"En las megamarchas pasadas usamos el [color] blanco, y no nos
hicieron caso; ahora usaremos el rojo, porque asumiremos como nuestros los
colores del símbolo patrio de Estados Unidos", dijo Juan José Gutiérrez,
presidente del Movimiento Latino USA.
Todo sucede mientras se debate una posible reforma migratoria
pedida por el presidente Bush en su discurso del Estado de la Nación, esta
semana.
"Las marchas en las calles son buenas, pero el contacto directo
con los legisladores es la mejor arma de defensa para todos", dijo Curiel. "Pero
hoy, más que nunca es importante que la gente pida una reforma migratoria, y lo
haga cabildeando con los congresistas". El teléfono es: 202-224-3151.
La abogada destacó que se debe evitar cualquier temor, porque la
Constitución de Estados Unidos protege a todo individuo, documentado o
indocumentado, de no ser molestado en su hogar, e impide que "alguien llegue y
derribe las puertas de tu casa sin tener una orden de cateo".
"Las personas que no tienen antecedentes penales u órdenes de
deportación no deben temer a nada ni a nadie", dijo.
"Si llegara a presentarse la policía o inmigración, simplemente
pueden decirles: ‘No te abro la puerta y no te dejo entrar, porque me protege la
Constitución de Estados Unidos".
Raúl Godínez, presidente de la mesa ejecutiva de Centro de
Recursos Centroamericanos (CARECEN) dijo que la comunidad inmigrante debe estar
atenta a los cambios en las leyes de inmigración y de sus posibles derechos como
seres humanos.
"Si la gente no lo quiere, no debe hablar con la policía o
[agentes de] inmigración. Nadie los puede detener por el color de la piel. Ni
unos ni otros pueden entrar a su hogar sin su permiso".
Godínez, también integrante de la Asociación de Abogados de
Inmigración de América (AILA) recomendó que todos los residentes de Los Ángeles
deberían "inundar" con correos electrónicos a los congresistas de California,
Linda Sánchez, Howard Bergman y Maxine Waters, miembros del Subcomité de
Inmigración en el Congreso, con un solo tema: "Yo quiero un cambio positivo de
inmigración".
El teléfono a marcar es 202-224-3151.
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