13-09-2008
La policía de los partidos
Amy Goodman
Democracy Now
Las convenciones nacionales demócrata y republicana ya han acabado, pero su
financiación y ejecución siguen resultando polémicas. Arrestos en masa de
manifestantes pacíficos, excesiva violencia policial, desprecio generalizado por
la Declaración de Derechos y el acoso y arresto de periodistas han ensombrecido
lo que debería haber sido una celebración de la democracia. Los “comités
anfitriones”, entidades legales que organizan y pagan las convenciones,
funcionan como arcas repletas de fondos irregulares a disposición de los
partidos, fuera de las restricciones impuestas a la financiación de las campañas
electorales. Gran cantidad de importantes empresas (y un par de sindicatos) que
tienen prohibido donar fondos ilimitados a los partidos políticos, podían
aportar lo que deseaban a los comités anfitriones de las convenciones en Denver
y St. Paul, Minnesota
Según un artículo reciente de la revista National Underwriter, “Tanto
el Comité Nacional Republicano como el Comité Nacional Demócrata se negaron a
hacer comentarios sobre sus decisiones respecto al contrato de seguros, e
incluso eludieron hacer público qué empresa aseguraba sus respectivas
convenciones.” Bruce Nestor, presidente de la sede en Minnesota del Asociación
Nacional de Abogados (National Lawyers Guild), que desplegó a una gran cantidad
de observadores legales por las Ciudades Gemelas de St. Paul y Minneapolis para
proteger los derechos legales de los ciudadanos, me dijo: “De hecho, St. Paul
negoció con el comité anfitrión republicano la inclusión de una cláusula
especial en el contrato de seguro que estipula que los primeros 10 millones de
dólares de responsabilidad civil por demandas surgidas a consecuencia de la
convención serán aportados por el comité anfitrión. La ciudad está muy orgullosa
de haber logrado este acuerdo. Es la primera vez que algo así se negocia entre
una ciudad y el comité anfitrión. Pero básicamente significa que nosotros [la
ciudad] podemos incumplir la ley y no tendremos que pagar por ello”. Según el
Minnesota Independent, más de 40 periodistas fueron arrestados o
detenidos durante la Convención Nacional Republicana
Algo así le ocurrió a la productora de “Democracy Now!” Nicole Salazar cuando
estaba haciendo la cobertura de las manifestaciones en el centro de St. Paul.
Nicole fue lanzada violentamente al suelo, con la nariz sangrando y un hombre la
sujetó contra el asfalto usando la rodilla o la bota, mientras otra persona le
tiraba de la pierna. Su colega, el productor Sharif Abdel Kouddous, fue lanzado
contra una pared y pateado en el pecho y la espalda. La policía normalmente
interviene y arresta a los que cometen alguna fechoría. Sólo que en este caso
era la policía la que estaba atacando a la gente. Y los arrestados eran sus
víctimas. Al llegar al lugar de los hechos intenté que pusieran en libertad a
mis compañeros, pues todos estábamos acreditados como periodistas: la policía
también me arrestó. Y no fuimos los únicos
Mientras los alcaldes y la policía de St. Paul y Minneapolis se daban
mutuamente palmaditas en la espalda por un trabajo bien hecho, la organización
sin fines de lucro FreePress, el director de la sede local de la Asociación de
Periódicos y otros defensores de los medios y reporteros enviaron más de 50.000
firmas a la oficina del alcalde exigiendo que se retiraran los cargos contra los
periodistas. Cuando nos vino a ver la vicealcaldesa de St. Paul, Ann Mulholland,
el presidente de Free Speech TV, Denis Moynihan, le preguntó acerca de la
indemnización que el comité anfitrión republicano garantizaba a la ciudad: “¿No
es simplemente como darle a la policía un pagaré de 10 millones de dólares para
que viole los derechos civiles?” Mulholland respondió: “Estamos muy orgullosos
de esto... los 10 millones de dólares eran algo vital para nuestra ciudad. No
hubiéramos podido albergar a la convención de otro modo”
Las convenciones de los dos partidos principales se han convertido en
prolongados y caros espectáculos publicitarios para los candidatos
presidenciales. Tiene sentido que demócratas y republicanos quieran controlar el
mensaje. Pero la democracia no es un anuncio publicitario y tampoco está bajo el
control exclusivo de los dos partidos. En Denver y St. Paul la gente participó
en una amplísima variedad de diálogos cívicos, reuniones públicas, marchas,
manifestaciones, conciertos, exhibiciones de arte; de hecho, había más
democracia fuera de la propia convención que en su interior. Los nombres de las
sedes en las que se celebraron las convenciones hablan por sí solos: el Pepsi
Center en Denver y el Xcel Energy Center en St. Paul. Xcel que quiere impulsar
la energía nuclear, aportó 1 millón de dólares a cada convención. Ambos
candidatos apoyan la energía nuclear como una opción viable
En Denver, pero especialmente en St. Paul, las expresiones de disconformidad
fueron reprimidas con un tremendo despliegue de policía con tintes
paramilitares, operando al mando del Servicio Secreto estadounidense y gozando
de jurisdicción sobre los “eventos nacionales de seguridad especial”, como se
han dado en llamar las convenciones. Las empresas pagan millones a los comités
anfitriones, obteniendo así acceso exclusivo a los legisladores y los
candidatos. Los comités anfitriones, a cambio, lanzan a la policía contra el
público, casi garantizando daños, arrestos irregulares y costosas disputas
legales durante los años venideros. Más que un agujero legal que debe resolverse
en el sistema de financiación de campañas, es una desgracia nacional
Durante la semana de la convención, una de las 25 impresiones originales de
la Declaración de Independencia que aún se conservan se exhibía en el
ayuntamiento de St. Paul, no muy lejos del lugar en el que la gente estaba
siendo atacada por la policía con spray de pimienta, porras, gases lacrimógenos
y granadas aturdidoras. Mientras la humareda se despeja poco a poco, resulta
instructivo recordar las palabras de uno de los firmantes de la Declaración,
Benjamín Franklin:
“Quienes son capaces de renunciar a libertades fundamentales para obtener una
seguridad temporaria, no merecen ni la libertad ni la seguridad”.
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Amy Goodman es la presentadora de Democracy Now! www.democracynow.org ,
noticiero internacional diario emitido en más de 700 emisoras de radio y TV en
Estados Unidos y el mundo.
© 2008 Amy Goodman
Texto en inglés, traducido por Ángel Domínguez y Democracy Now! en
español.
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