06 de febrero de 2009
■ Amenaza Washington a Londres para que no entregue esos datos
GB se resiste a divulgar informes secretos sobre los maltratos de EU a
prisioneros
The Independent y Reuters
Londres, 5 de febrero. Aliado de Estados Unidos en la invasión a Irak y la
guerra contra el terror del ex presidente George W. Bush, el gobierno británico
mantuvo hoy su resistencia a divulgar informes confidenciales que podrían servir
como evidencia sobre torturas practicadas por miembros de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA) a un etíope con residencia legal en Gran Bretaña, que en 2004
fue enviado secretamente a la cárcel estadunidense de Guantánamo en calidad de
“combatiente enemigo”
Infructuosamente, la defensa legal de Binyam Mohamed ha tratado de obtener la
publicación de documentos oficiales del gobierno de Estados Unidos –en poder de
Gran Bretaña– que describen el trato que recibió entre 2002 y 2004, desde que
fue detenido en Pakistán y trasladado a Afganistán, Marruecos y, finalmente, la
base militar en el Caribe, donde aún permanece pese a que el gobierno británico
solicitó al estadunidense su liberación puesto que en el momento de su detención
tenía estatus de refugiado político
El caso podría dañar la reputación del flamante gobierno del presidente
Barack Obama tras de que dos jueces de la Corte Suprema señalaron hoy que
Washington mantiene la amenaza de detener su colaboración en la guerra contra el
terror –Londres fue escenario de un ataque con explosivos en 2006– si da a
conocer la información confidencial que ha compartido en esta materia
Los jueces responsables del caso (John Thomas y Lloyd Jones) dijeron en una
sentencia que no harían del conocimiento público los documentos porque el
secretario de Asuntos Exteriores, David Miliband, “cree” que existe “riesgo
real” de que aumenten los actos de terror si Gran Bretaña pierde la cooperación
estadunidense en materia de inteligencia
Thomas y Jones señalaron además que Obama no ha cambiado la postura planteada
por George W. Bush en su gobierno
En medio de acusaciones de que de nuevo Londres ha quedado supeditado a las
presiones de Washington, Miliband debió comparecer al Parlamento para explicar
la versión surgida en los tribunales
Miliband negó que Estados Unidos haya amenazado con romper la cooperación de
inteligencia con Gran Bretaña, pero admitió su preocupación por los efectos que
la información produciría en la opinión pública si fuera difundida
Una de las presunciones que maneja la defensa de Mohamed, con base en sus
testimonios sobre lo ocurrido entre 2002 y 2004, es que agentes de inteligencia
británicos estuvieron presentes en los interrogatorios y las torturas o que, por
lo menos, fueron cómplices
“La cooperación de inteligencia depende de la confidencialidad. Compartimos
nuestros secretos con otros países y los de ellos con nosotros. El principio
fundamental para nosotros y para ellos es que podamos confiar la
confidencialidad de la relación”, dijo Miliband en una entrevista con la
televisión privada británica
“En este caso (relativo a Mohamed), Estados Unidos ha dejado en claro, en
documentos que han sido publicados, que habría inevitablemente serios y
permanentes daños si el principio fundamental es violado”, dijo el funcionario,
quien además confirmó lo dicho por los jueces Thomas y Jones acerca de que la
Casa Blanca de Obama no ha cambiado su posición en este tema
Sobre la controversia, el líder de la bancada demócrata liberal, Nick Clegg,
comentó hoy que “no hay otro término que chantaje para lo que hacen los
servicios de inteligencia de Estados Unidos. Si los ministros británicos fueron
cómplices en alguna forma en la aplicación de torturas o ayudaron a las
autoridades estadunidenses a encubrirla, ellos podrán encarar las consecuencias
en la Corte Penal Internacional”
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