Un Futuro sin Juicio Político Muestra un
Cuadro Sombrío |
Martes, 24 de junio de 2008
Por Cheryl Abraham
A pesar de los esfuerzos heroicos del Representante Dennis Kucinich (D-Ohio)
de producir 35 Artículos de Destitución contra Bush, y la información que
se difunde como reguero de pólvora tanto en la prensa como en la blogosfera, además de los esfuerzos de muchos miembros del
movimiento a favor del juicio político, los medios masivos de comunicación
siguen marginando el esfuerzo de Kucinich en la medida que lo ignoran
completamente o escriben artículos de 200 palabras simplistas sobre el asunto. Los medios de
comunicación insisten, a pesar de las encuestas
que dicen lo contrario, que el juicio político no es una medida popular y que
George W. Bush ya es un caso perdido y por lo tanto su destitución no es más
necesaria.
¿Es George W. Bush un caso perdido? ¿Es innecesario el juicio político? ¿Qué
tipo de futuro tendremos si Bush nunca es enjuiciado? Para responder a esas
preguntas, debemos saber lo que significa un juicio político y que consecuencias
tendría.
- El juicio político abriría investigaciones por el Comité Judiciario de los
35 Artículos de Destitución contra George W. Bush.
- Si el Comité Judiciario encuentra que estas investigaciones muestran que se
han cometido crímenes, una resolución será enviada al Congreso, que entonces la
vota en el plenario y si hay mayoría, resultará en un juicio en el Senado.
- El juicio en el Senado sería similar a un juicio en un tribunal de Justicia,
con todo el Senado actuando como jurado, con el Presidente de la Corte Suprema
(John Roberts) actuando como juez. Una vez que los argumentos de la fiscalía y
de la defensa hayan sido escuchados, el Senado se reunirá en una sesión a
puertas cerradas para votar cada uno de los Artículos de Destitución – se
necesita un voto de dos tercios para una condena. Si lo hubiera, el oficial
(Bush) será destituido del cargo; caso contrario, el mismo será absuelto.
En caso de condena, Bush sería destituido del cargo. Pero aún que no lo
fuera, el espectáculo de los crímenes del gobierno de Bush sería transmitido,
debatido y proclamado por todo el mundo. Los medios de comunicación no seguirían
ignorando el legado de criminalidad perpetuado por el régimen de Bush durante
los últimos siete años; y la población mundial conocerá los secretos sucios que
este régimen ha mantenido y cometido, y entonces habría un clamor rotundo por
justicia.
No solo los crímenes letales se pondrían al desnudo, sino que será muy
probable que un juicio de destitución impidiera un ataque a Irán por parte de
Bush. El artículo XXI acusa Bush de: “Engañar al Congreso y al Pueblo de los
EEUU sobre Amenazas por parte de Irán, y el Apoyo a Grupos Terroristas dentro de
Irán, con la finalidad de Destituir al Gobierno Iraní”. Ciertamente con esa
acusación pendiente y con un desafío público a la validez de cualquier acción
contra Irán escuchado en el Senado, ninguna declaración de guerra podría ocurrir
durante ese tiempo.
El hecho de que George W. Bush sigue insistiendo en una guerra contra Irán
muestra que él está lejos de ser un caso perdido. Bush y su gobierno continúan
su programa sin límites y virtualmente sin cuestionamientos. El juicio político
sería primordial para evitar que Bush empiece otra guerra ilegal, preventiva y
sin fundamento. El juicio
político (ver página en inglés con la petición de Kucinich) dejaría al
desnudo los crímenes del gobierno de Bush para que el mundo los conozca,
destituiría a Bush del cargo, y al mismo tiempo evitaría la guerra contra Irán.
También tendría otra función vital extremamente interesante: el proceso de
destitución puede servir como ejemplo a futuros líderes sobre lo que les podría
pasar si deciden subvertir el Estado de derecho.
Pero ¿Qué pasaría si los 35 Artículos de Destitución mueren en el Comité
Judiciario y los crímenes de Bush no son investigados? Si esto ocurre,
¿pasarán a ser estos crímenes un comportamiento aceptado por los líderes de los
EEUU? Si nadie es responsabilizado por exceder su autoridad, por quebrantar las
leyes, por desobedecer el Estado de derecho, por codificar la tortura, ¿qué
impediría hacer lo mismo al próximo presidente, y al próximo, y así
sucesivamente?
Permitir que a Bush no se le juzgue de ninguna manera significativa y legal
ahora es permitir que los cimientos de la corrupción y el despotismo sea puestos
a disposición de cada presidente subsiguiente: un modelo absolutamente perfecto
para dejar de lado la responsabilidad y para practicar poderes ilimitados y sin
obstáculos.
Imagínense una progresión y continuación de las políticas del régimen de Bush
año tras año. Imagínense las secuelas que un bombardeo mortal y preventivo
contra Irán traería al mundo, no solamente la muerte y destrucción horrendas,
pero también otras consecuencias imprevisibles, como la quiebra económica
mundial, y la posibilidad del aumento de la ferocidad de las guerras que aún
prosiguen y el aumento del terrorismo en retaliación a los actos de George W.
Bush. Es de suponer que tal visión del futuro sería mucho más terrible que la
realidad del presente.
Un futuro sin juicio político muestra un cuadro asustadoramente sombrío. Un
cuadro que muchos de nosotros vemos pero que pocos hacen algo para evitarlo. Si
hubiera un momento para actuar, ese momento es ahora. El Representante Kucinich
ha prometido volver a introducir los 35 Artículos de Destitución contra Bush a los 30 días de su
primera introducción, si el Comité Judiciario no actúa. Es hora de promover la
necesidad del juicio político ampliamente. Es imperativo que Bush sea destituido
del cargo y responsabilizado por sus muchos crímenes. Hay que actuar ahora.
El futuro aún no ha sido escrito. Depende de nosotros cuál tendremos.
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