EEUU usa alimentación forzosa en Guantánamo
Por BEN FOX
24 de octubre de 2008
The Associated Press
Familia Zuhair /Foto AP
Foto de Ahmed Zaid Zuhair, un ciudadano saudí detenido en Guantánamo que
intentó declararse en huelga de hambre, pero los soldados estadounidenses lo
alimentaron a la fuerza. Foto proporcionada por el abogado Ramzi Kassem el
jueves 23 de octubre del 2008 |
SAN JUAN --
Hace tres años, el prisionero número 669 de la Bahía de Guantánamo dejó de
comer.
Ahmed Zaid Zuhair, un ciudadano saudí de 43 años de edad que tiene 10 hijos
en Arabia Saudí y en Yemen, estuvo en Guantánamo desde el 2002 sin que se le
presentaran cargos, y se incorporó a una huelga de hambre colectiva entre los
detenidos. Los militares estadounidenses estaban decididos a frustrar sus
intenciones.
Desde entonces, según documentos judiciales obtenidos por la AP, los guardias
han tenido que someterlo a la fuerza varias veces, usando gas pimienta, esposas
y golpes para atarlo a una silla y meterle por la nariz una sustancia
nutritiva.
Los documentos, presentados ante un tribunal federal en Washington,
constituyen un inusual vistazo a las tácticas usadas por los guardias contra
quienes protagonizan huelgas de hambre. Tales tácticas han desatado gran
controversia a nivel internacional, pero se conoce muy poco de ellas: las
autoridades se niegan siquiera a confirmar que tienen lugar.
El abogado de Zuhair, Ramzi Kassem, dice que las tácticas constituyen
"tratamiento, inhumano,cruel y degradante". Los militares sostienen que la única
razón por la que emplearon tales tácticas es que Zuhair se ha vuelto violento y
peligroso.
"El prisionero 669 tiene un largo historial de ser violento, indisciplinado,
rebelde y combativo", dijo el coronel del ejército Bruce Vargo, comandante de
los guardias en Guantánamo.
La protesta de Zuhair es el coletazo de una mayor que se desató en esa
prisión a mediados del 2005 y durante la cual 131 prisioneros llegaron a rehusar
la alimentación. Los soldados estadounidenses comenzaron a alimentar a los
presos a la fuerza, pero algunos vomitaban. En enero del 2006, los comandantes
decidieron copiar una táctica usada en las cárceles civiles de Estados Unidos,
de atar al sujeto en una silla y meterles las sondas por la nariz por la fuerza.
El número de prisioneros rebeldes rápidamente bajó.
Eventualmente quedaron dos: Zuhair y otro saudí, Abdul Rahman Shalabi. La
cantidad ha ido subiendo y bajando y eran 10 esta semana.
Varios prisioneros han denunciado los maltratos durante las huelgas de hambre
y abogados y activistas de derechos humanos acusan a los guardias de usar
violencia innecesaria. Kassem y otros abogados dicen que sus clientes en buena
parte no han opuesto resistencia y que los militares estadounidenses usan las
alimentaciones forzadas para poner fin a la protesta.
El gobierno estadounidense ha negado las acusaciones mediante declaraciones
generalizadas, sin dar detalles de la interacción entre guardias y reclusos en
Guantánamo.
Los documentos, presentados como parte de una apelación de Zuhair para que se
le deje en libertad, proporcionan las primeras revelaciones sobre sus forcejeos
con los guardias.
En la tarde del 17 de julio, por ejemplo, dos soldados sacaron a Zuhair de su
celda para alimentarlo. Al terminar Zuhair violentamente intentó evitar ser
devuelto a la celda. Les gritó improperios y se quejó de que las esposas estaban
demasiado apretadas.
Los soldados lo registraron y lo devolvieron a la celda, dicen las
autoridades, y él respondió amenazándolos: "Si entran en mi celda les corto la
cabeza, ustedes tienen miedo, yo lo sé, si entran en mi celda les corto la
cabeza".
Cuatro semanas después, Zuhair se negó a salir de su celda para ser
alimentado por la fuerza, en lo que su abogado dijo fue una protesta contra el
tratamiento que se le da a los presos.
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