11-11-2008
EEUU y sus aliados torturan a los niños detenidos en las prisiones
iraquíes
Sherwood Ross
True Blue Liberal
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Aunque son bien conocidos los abusos criminales a que fueron sometidos los
hombres prisioneros en Abu Ghraib, los niños y las mujeres detenidos también han
sido objeto de torturas y violaciones, según Neil Mackay del Sunday
Herald de Glasgow. La prisión de Abu Ghraib está ubicada a unos 32
kilómetros al oeste de Bagdad.
El abogado iraquí Sahar Yasiri, representante de la Federación de Prisioneros
y Detenidos Políticos, manifestó en una entrevista [*] que hay más de 400.000
detenidos en Iraq que se encuentran repartidos en 36 prisiones y campos de
detención y que el 95% de las 10.000 mujeres presas han sido violadas. Los
niños, dijo, “sufren torturas, violaciones y hambre” y desconocen la causa por
la que fueron arrestados. Añadió que los niños fueron víctimas de arrestos
“indiscriminados” que no “tienen base legal alguna”.
Un antiguo prisionero, Thaar Salman Dawod, en una declaración presencial
dijo: “Ví a dos niños desnudos que estaban esposados juntos frente a frente y
que un soldado estadounidense les golpeaba mientras un grupo de guardias
observaba y tomaba fotos y tres mujeres soldados se mofaban de los
prisioneros”.
El periodista de la TV iraquí Suhaib Badr-Addin al-Baz, arrestado mientras
filmaba un documental y encerrado en Abu Ghraib durante 74 días, dijo a Mackay
que vio allí a “cientos” de niños. Al-Baz dijo que oía llorar a una niña de unos
doce años: “Me han desnudado. Me han arrojado agua”. Dijo que escuchaba a diario
sus lamentos.
Al-Baz relató también que había un chico de 15 años “al que repetidamente
empapaban con mangueras hasta que le dio un colapso”. Amnistía Internacional
declaró que los detenidos que habían ido saliendo en libertad informaban que en
Abu Ghraib había niños de hasta diez años de edad.
El periodista de la TV alemana Thomas Reutter, del Report Mainz, citó
al sargento del ejército estadounidense Samuel Provance diciendo que
especialistas en interrogatorios “estuvieron vertiendo agua” sobre un muchacho
iraquí de 16 años, llevándole en un coche durante toda una fría noche,
“embadurnándole de barro” y mostrándole así a su padre, que estaba también
encarcelado. Al parecer, una de las tácticas empleadas por el régimen de Bush
persigue obtener confesiones de los adultos arrastrando y mostrándoles frente a
ellos a sus hijos sometidos a abusos.
En Los Angeles Times, allá por el 26 de agosto de 2004, se informó que
la policía militar de Abu Ghraib “utilizaba perros del ejército para extraños
juegos con los que aterraban a los adolescentes haciendo que defecaran y se
orinaran encima”.
Y el periodista Seymour Hersh informó en la convención de la Unión para las
Libertades Civiles Americanas que había visto videos de muchachos iraquíes
sodomizados y que “lo más horrible era la banda sonora con los alaridos
de los chicos”.
Jonathan Steele, escribió en el británico The Guardian el pasado 9 de
septiembre: “Cientos de niños, algunos de tan sólo nueve años, están detenidos
en condiciones atroces en las prisiones de Bagdad, durmiendo a temperaturas
asfixiantes en celdas atestadas, sin ventiladores, ni posibilidad de acceder a
duchas y sometidos a frecuentes abusos sexuales por parte de los guardias, según
informan actuales y antiguos prisioneros”. Omar Ali, de 16 años, dijo a The
Guardian que había pasado más de tres años en la prisión para menores de
Karj, durmiendo con 75 chicos más en una celda de cinco metros por diez, algunos
de ellos sobre el suelo. Omar dijo al periódico que los guardias a menudo se
llevaban a los muchachos a una habitación apartada de la prisión y les
violaban.
Como potencia ocupante en Iraq, la administración Bush no puede escapar a sus
responsabilidades legales por los crímenes de torturas de los encarcelados en
Iraq o por las condiciones deplorables de las prisiones en las que están
actuando.
Raad Yamal, de 17 años, fue capturado en su casa en Doura por soldados
estadounidenses y trasladado al segundo regimiento del ejército iraquí, donde
Yamal declaró que le habían colgado con cuerdas del techo y golpeado con cables
eléctricos.
El pasado mes de junio, Human Rights Watch cifraba el número de
menores detenidos en Iraq en 513. El motivo alegado de esas detenciones: porque
representaban “riesgos imperativos a la seguridad”. En total y desde 2003,
estima HRW, EEUU ha detenido a 2.400 niños en Iraq, algunos de hasta diez
años.
HRW dijo que los niños “son sometidos a interrogatorios, no pueden contactar
con abogados y algunas veces son retenidos sin acusaciones hasta más de un año,
violando así las propios leyes estadounidenses”. Se dijo que los niños “tenían
muy pocas posibilidades de mantener contacto con sus familias”. HRW apeló a EEUU
para que “se asegurara que los niños retenidos bajo vigilancia son tratados
según su estatus de niños, y se promoviera una rápida revisión judicial y acceso
a investigadores independientes”. Según todos los indicios, nada de lo
solicitado se ha cumplido.
Clarisa Bencomo, de la División por los Derechos de los Niños de HRW dijo:
“La inmensa mayoría de los niños detenidos en Iraq se pudren en las cárceles
durante meses bajo vigilancia del ejército estadounidense. EEUU debería
facilitar el inmediato acceso de esos niños a abogados y una revisión judicial
independiente de las causas de su detención”.
El pasado año, IRIN, el servicio de noticias humanitarias de NNUU, citó a
Jalid Rabia de la ONG iraquí Asociación para la Justicia a los Prisioneros (PAJ,
por sus siglas en inglés), afirmando: “En las prisiones iraquíes se trata a los
niños como si fueran adultos y nuestras investigaciones han demostrado que son
sometidos a abusos y torturas”. No se le permitió a IRIN visitar a los niños
prisioneros.
Cinco niños de entre 13 y 17 años de edad, detenidos por el ejército de Iraq
y que fueron acusados de apoyar a la resistencia, “presentaban señales de
torturas en sus cuerpos” tales como “quemaduras de cigarrillos en las
piernas”.
Un niño de entre los trece arrestados en Afganistán en 2002, fue mantenido
encarcelado en solitario durante más de un año en Bagram y en Guantánamo,
obligándole a permanecer en posiciones de stress e impidiéndole dormir. Y Omar
Jadr, de 15 años, canadiense, estuvo retenido en Guantánamo durante dos años sin
que le fuera permitido contactar con un abogado ni con su familia. Jadr ha
estado encarcelado hasta un total de seis años. Según la corriente Catholic
Worker, Mohammad Yawad tenía 17 años cuando fue capturado en Afganistán y
fue sometido en Gitmo a privación de sueño día y noche durante dos semanas
seguidas. Cada tres horas los carceleros le ponían grilletes y le trasladaban a
otra celda bajo un programa denominado “viajero frecuente”, obligándole a
cambiar de celda 112 veces.
El abogado defensor de Yawad, el mayor de las fuerzas aéreas David J.R. Frakt
manifestó que la razón más probable de que las autoridades de Gitmo torturaran
al joven (que había intentado suicidarse cinco meses antes) era “por deporte,
para darle una lección, quizá por hacer de él un ejemplo para otros”.
Los funcionarios de UNAMI, la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para
Iraq, declararon que los niños en espera de juicio estaban terriblemente
hacinados en la prisión de Tobchi, en Bagdad, que habían sido torturados y
sufrido abusos sexuales mientras estaban bajo vigilancia en las instalaciones
para adultos antes de su traslado a Tobchi, y que mostraban las señales que lo
probaban. Y en la prisión de menores de Karj, los niños tenían ulceras de piel
al haberse visto forzados a tumbarse en colchones mojados a temperaturas que
superaban los 44º C. durante el día.
El ex Presidente Jimmy Carter escribió en “Our Endangered Values”
(Simon&Schuster) que la Cruz Roja, tras visitar seis prisiones
estadounidenses en Iraq “se encontró con 107 prisioneros menores de 18 años,
algunos de hasta 8 años de edad”. Y el reportero Hersh (que destapó el escándalo
de las torturas de Abu Ghraib), informó de que entre 800-900 muchachos
pakistaníes de entre 13 a 15 años se encontraban detenidos. El Presidente Carter
escribió que la Cruz Roja, Amnistía Internacional y el Pentágono “habían reunido
testimonios relevantes de niños torturados, confirmados por los soldados que
presenciaron o participaron en los abusos”.
En un intento por ocultar las condiciones en los centros de detención
iraquíes, EEUU ha negado la entrada a investigadores de los derechos humanos
como AI, HRW y la Federación Internacional de Derechos Humanos, según Ciara
Gilmartin, Coordinadora del Programa del Consejo de Seguridad en el Forum de
Política Global (GPF, por sus siglas en inglés), una organización que tiene su
sede en Nueva York y que lucha por consolidar el derecho internacional.
El GPF pidió que se abrieran las instalaciones de detención iraquíes a los
“observadores nacionales e internacionales” y que se establecieran claras
responsabilidades para los oficiales y contratistas estadounidenses encargados
de las prisiones.
“ El sistema total de abusos debe ser minuciosamente revisado o clausurado”,
dijo Gilmartin. “Los dirigentes civiles y el ejército estadounidense no son los
únicos cómplices en los abusos y en la ausencia de proceso debido de los
detenidos iraquíes. Todos los que guardan silencio frente al gulag iraquí
están permitiendo que se perpetúe”.
En 2005, AP informó desde Ginebra que la UNICEF estaba “profundamente
preocupada” por los informes de abusos a los niños en las prisiones iraquíes.
“Cualquier maltrato, abuso sexual, explotación o tortura de niños detenidos
representa una violación del derecho internacional”, dio el portavoz de UNICEF
Damián Perronas.
Según un informe publicado por Felicity Arbuthnot el pasado 9 de junio en
Global Research, el Representante Especial de NNUU para los Niños en los
Conflictos Armados, Radhika Coomarswarmy, dijo que no se permite que los niños
contacten con abogados y que podían estar retenidos para obligar a que algún
hombre adulto de sus familias se entregara.
HRW declaró en febrero de este año que el plazo medio de detención de los
niños era de más de 130 días y que “algunos niños llevaban detenidos más de un
año sin acusación ni juicio, violando así el memorandum sobre
procedimientos criminales de la Autoridad Provisional de la Coalición. Eso no
resulta sorprendente ya que, según David Ender escribió en el número del 27 de
octubre en The Nation: “Una de las mayores quejas de los iraquíes es que
la inmensa mayoría de los detenidos por EEUU no han sido acusados de crimen
alguno”.
Aunque el Presidente Bush dice que lee la Biblia, puede que no hayan calado
mucho en él las palabras que Mateo atribuye a Jesús sobre los niños, y por eso
merece la pena repetírselas: “Aquel de vosotros que ofendiera a uno de estos
pequeños… mejor haría en colgarse una piedra de molino al cuello y ahogarse en
el fondo del mar”.
N. de la T.:
[*] Véase artículo traducido en su día en Rebelión sobre lo manifestado en
conferencia citada: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=67456
Sherwood Ross es periodista y asesor en relaciones públicas.
Vive en Miami. Puede contactarse con él en sherwoodr1@yahoo.com . Ross
recopiló la información para este artículo de fuentes que él estima fidedignas y
se siente particularmente en deuda con el “Sunday Herald” de Glasgow, Escocia.
Enlace con texto original:
www.trueblueliberal.com/2008/11/08/us-and-allies-tortured-kids-in-iraqi-prisons/
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