Si salimos de Bagdad combatiremos a los "terroristas" en nuestras ciudades, dice
el mandatario
Enfrentamos la guerra ideológica decisiva del siglo XXI: Bush
Compara Rumsfeld a opositores a la ocupación de Irak con "apaciguadores" que
prefirieron no enfrentar a Hitler
De cara a las elecciones legislativas en EU algunos republicanos se deslindan
del presidente
DAVID BROOKS CORRESPONSAL
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Frente a la sede de la agrupación de veteranos de
guerra en Salt Lake City, un activista se pronunció contra la política bélica
del gobierno estadunidense. En la imagen de abajo, el presidente George W. Bush
en un momento de su discurso en defensa de la ocupación de Irak, ayer en la 88
Convención Anual de la Legión Americana Fotos
Ap |
Nueva York, 31 de agosto. El gobierno de George W. Bush ha declarado que el
nuevo enemigo es el "fascismo", y que todo crítico de su política de guerra
global por la "libertad" se asemeja a un "apaciguador" de los nazis en los años
treinta.
Hoy en Salt Lake City, en el estado de Utah, el presidente Bush ofreció el
primero de una serie de discursos destinados a defender sus políticas bélicas,
en una estrategia dedicada a evitar que su partido pierda el control del
Congreso en las elecciones legislativas de noviembre, ya que la creciente
desaprobación de la guerra en Irak y de la gestión presidencial en general han
dejado políticamente vulnerables a los republicanos.
Bush definió su política como una guerra épica y divina entre la libertad y
la tiranía a nivel mundial, y a Irak como el campo de batalla central. "La
guerra que luchamos hoy es más que un conflicto militar; es la lucha ideológica
decisiva del siglo XXI. De un lado están aquellos que creen en los valores de la
libertad y la moderación... del otro están aquellos promovidos por los valores
de la tiranía y el extremismo". Estos últimos, añadió, "son los sucesores de los
fascistas, los nazis, los comunistas, y otros totalitarios del siglo XX". (Al
parecer, quienes redactaron el discurso confían en que nadie recordaría que
Osama Bin Laden y los líderes del talibán, entre otros nuevos "enemigos", fueron
considerados antes "aliados" de Washington precisamente en la guerra contra el
"comunismo"; pero esas fueron batallas del siglo pasado, esto es algo "nuevo").
Al defender la guerra en Irak, Bush reafirmó: "todos deberíamos estar de
acuerdo en que la batalla en Irak es central en la lucha ideológica del siglo
XXI. No permitiremos que los terroristas dicten el futuro de este siglo, y por
eso los derrotaremos en Irak". Quienes proponen un retiro de tropas de Irak,
señaló, están equivocados, ya que cederían ese terreno a los "terroristas",
mismo que se convertiría en una base mundial de operaciones para "nuestros
peores enemigos". Y advirtió: "si abandonamos la lucha en las calles de Bagdad,
enfrentaremos a los terroristas en las calles de nuestras propias ciudades".
Este mensaje se repetirá durante las próximas semanas, empleando el quinto
aniversario de los atentados del 11 de septiembre como eje, así como también en
su próxima presentación ante la Asamblea General de la Organización de Naciones
Unidas, en una estrategia electoral de la Casa Blanca que una vez más pondrá al
centro del debate la seguridad nacional.
El secretario de Defensa Donald Rumsfeld se encargó de iniciar esta nueva
campaña de defensa de la política bélica ante el mismo foro de la agrupación de
veteranos de guerra American Legion, donde habló su jefe hoy. Los críticos de
esta guerra, sostuvo, "no han aprendido las lecciones históricas", afirmó que
Estados Unidos enfrenta "un nuevo tipo de fascismo" y quienes critican esta
guerra -señalando a grupos de derechos humanos y también a algunos medios-
sufren de "una confusión moral o intelectual sobre quién o qué es el bien o el
mal".
Al criticar a los opositores, Rumsfeld señaló que no hay manera de apaciguar
a un enemigo dedicado a emplear cualquier método de destrucción contra Estados
Unidos y otros países "civilizados", y fue en este contexto que aludió a quienes
optaron por la vía del apaciguamiento en los años 30 ante la creciente amenaza
de Hitler en lugar de enfrentar a los nazis, y los comparó con los que se oponen
a la guerra contra el enemigo hoy.
El vicepresidente Dick Cheney y la secretaria de Estado Condoleezza Rice
también participan en esta nueva ofensiva retórica al ofrecer estos mensajes
ante diversos foros por el país.
Pero en Salt Lake City, como en miles de pueblos y ciudades del país, este
mensaje no es bien recibido por todos e incluso, según las encuestas, la mayoría
lo ha rechazado. De hecho, miles en Salt Lake City respondieron a la visita de
Bush y su equipo con una manifestación, ayer, en la que participó el propio
alcalde de la ciudad, Rocky Anderson.
Ante unos 5 mil manifestantes, el alcalde declaró: "continuaremos resistiendo
las mentiras, los engaños, las atrocidades del gobierno de Bush y este Congreso
complaciente, cómplice... Tenemos que romper el ciclo de odio, intolerancia,
explotación. Tenemos que promover la paz tan vigorosamente como el gobierno de
Bush ha promovido la guerra", dijo ante las ovaciones de manifestantes de todo
tipo, desde activistas antiguerra, músicos y agrupaciones políticas, hasta
veteranos de guerra.
El alcalde había invitado a Cindy Sheehan, la madre de un soldado muerto en
Irak y que se ha convertido en la figura más reconocida del movimiento contra la
guerra, pero por problemas de salud no pudo viajar. Estas expresiones de
repudio, prometen activistas, se repetirán por todo el país.
Es así que las elecciones legislativas de noviembre serán en parte un
referéndum sobre la política bélica de Bush. Está en juego el control de la
Legislatura y el futuro de esta presidencia.
Aunque el gobierno de Bush y algunos estrategas de su partido creen que el
tema de la lucha contra el "terrorismo" será, como en las últimas dos
elecciones, la clave política para derrotar a la oposición, otros dudan que ésta
funcionará. Algunos republicanos se han distanciado del presidente en esta
coyuntura, precisamente ante indicios de la creciente desaprobación a la guerra.
Por ejemplo, el representante republicano, Christopher Asís, dio un giro en
su posición, y ahora favorece establecer un calendario para el retiro de tropas
de Irak, ya que el tema se ha vuelto clave para determinar si ganará su
relección contra una candidata demócrata. Por lo menos dos otros legisladores
republicanos han hecho lo mismo en los últimos días.
El gobernante sigue sin aceptar "su error histórico"
Líderes del Partido Demócrata creen que el presidente ha dejado políticamente
vulnerables a los republicanos por la guerra en Irak, aunque aún no se atreven a
cuestionar la llamada "guerra contra el terrorismo" en general. Hoy la
representante Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara, ofreció
lo que es la respuesta oficial de los demócratas ante esta "ofensiva" electoral
de sus contrincantes. "Hoy, una vez más, el presidente Bush demostró que sigue
sin aceptar su error histórico en Irak. Tenemos que ganar la guerra sobre el
terror, pero la guerra en Irak es la guerra equivocada", afirmó, y agregó que
Irak está "debilitando nuestra capacidad" en la lucha contra el "terrorismo".
Los demócratas necesitan ganar seis curules más de las que tienen ahora (45)
en el Senado para recuperar el control de la Cámara alta, y 15 más para hacer lo
mismo en la Cámara baja. La guerra en Irak se volverá, cada vez más, un asunto
de política interna en este país, aunque la sangre, sufrimiento y destrucción
que resultan de esta pugna política continúan ocurriendo muy lejos de aquí.