El Informe del NYT que causó la ira de Bush
NACIONALES - Thursday, June 29, 2006 14:33 por latribuna
EE.UU. accede en secreto a datos bancarios internacionales para luchar
contra el terrorismo Por ERIC LICHTBLAU y JAMES RISEN The New York
Times*
En el marco de un programa secreto del gobierno de Bush iniciado semanas
después de los ataques del 11 de septiembre, funcionarios de contraterrorismo
han obtenido acceso a los registros financieros de una vasta base de datos y han
examinado las transacciones bancarias de miles de estadounidenses y extranjeros
en Estados Unidos, según dijeron funcionarios del gobierno y de la
industria. Según funcionarios del gobierno, el programa se limita a rastrear
transacciones de personas sospechadas de tener lazos con Al Qaeda, revisando los
registros del centro neurálgico de la industria bancaria mundial, una
cooperativa belga que direcciona diariamente 6 billones de dólares entre bancos,
bolsas de valores, agencias de bolsa y otras instituciones. Los registros
consisten básicamente en transacciones cablegrafiadas o usando otros métodos de
transferir dinero a través del océano y hacia adentro y afuera de los Estados
Unidos. La mayoría de las transacciones financieras de rutina confinadas a los
Estados Unidos no están en esta base de datos. Considerado por el gobierno de
Bush como una herramienta vital, este programa ha jugado un secreto papel en las
investigaciones sobre terrorismo extranjero y doméstico desde 2001 y ha ayudado
en la captura de la figura más buscada de Al Qaeda en el sudeste asiático,
dijeron los funcionarios. El programa, dirigido por la Agencia Central de
Inteligencia [CIA] y supervisado por el departamento del Tesoro 'nos ha
proporcionado una ventana única y poderosa a las operaciones de las redes
terroristas y es, sin duda, un uso legal y adecuado de nuestra autoridad,'
comentó Stuart Levey, subsecretario del departamento del Tesoro en una
entrevista dada el jueves. Según Levey el programa se basa, en parte, en los
poderes económicos excepcionales [de emergencia] del presidente y se han
implementado múltiples salvaguardas para evitar cualquier búsqueda injustificada
en los registros de los estadounidenses. El programa, sin embargo, es un
apartamiento significativo de la práctica usual del gobierno para obtener los
registros financieros de los estadounidenses. Los funcionarios del Tesoro no se
procuraron órdenes aprobadas por una corte o citaciones para examinar
transacciones especificas, sino que en su lugar usaron órdenes administrativas
muy generales para millones de registros de la cooperativa, llamada Swift.
Varios funcionarios comentaron que ese acceso a grandes cantidades de datos
confidenciales era algo muy fuera de lo corriente y que generó preocupación
dentro del gobierno sobre las cuestiones de legalidad y privacidad. 'El
potencial de esto es increíble o, dependiendo del lado en que uno esté,
preocupante,' comentó un antiguo e importante funcionario de contraterrorismo,
quien considera que el programa es valioso. Agregó que, si bien se han
implementado firmes controles, 'el potencial pera cometer abusos es
enorme.'
El programa está separado de los intentos de espionaje sin
órdenes judiciales y de recolección de registros telefónicos domésticos por
parte de la Agencia Nacional de Seguridad, operaciones que han provocado un
feroz debate público y generado acciones legales contra el gobierno y las
compañías de telecomunicaciones. Pero todos los programas tienen sus raíces
en el deseo del gobierno de Bush de utilizar todas las herramientas tecnológicas
para prevenir otro ataque terrorista, y reflejan intentos de derribar las
barreras legales o institucionales que limitan el acceso del gobierno a
información privada sobre los estadounidenses y extranjeros dentro de Estados
Unidos. Los funcionarios describieron el programa Swift como el mayor y el de
mayor alcance de varios serios y secretos intentos de rastrear el financiamiento
terrorista. Acuerdos con diversas compañías, mucho más limitados, han
proporcionado acceso a las transacciones en cajeros automáticos, compras con
tarjetas de crédito y pagos de Western Union cablegrafiados. Unos 20
funcionarios del gobierno actual y del anterior, así como ejecutivos de la
industria, comentaron algunos aspectos de la operación Swift con el New York
Times, con la condición de permanecer anónimos, ya que estos programas siguen
siendo secretos. Algunos de estos funcionarios expresaron sus reservas sobre el
programa, diciendo que lo que consideraban una medida urgente pero temporaria,
que cinco años después se había vuelto permanente sin aprobación ni autorización
formal del Congreso. Según Levey, los datos del consorcio bancario con sede
en Bruselas, conocido como Sociedad de Telecomunicaciones Financieras
Interbancarias Mundiales, les han permitido a agentes de la CIA, el FBI y otras
agencias examinar 'decenas de miles' de transacciones financieras. Si bien
muchas de estas transacciones se han llevado a cabo en suelo extranjero, algunos
funcionarios han estado también muy interesados en las transferencias
internacionales de dinero realizadas dentro de los Estados Unidos por
individuos, organizaciones de caridad y otros grupos bajo sospecha. Una pequeña
fracción de los registros de Swift involucra transacciones hechas enteramente
dentro de Estados Unidos, pero funcionarios del Tesoro dijeron no saber si
alguna había sido examinada.
Según funcionarios del gobierno y la
industria, los ejecutivos de Swift por momentos se han sentido incómodos acerca
de su rol secreto. Hacia 2003 estos ejecutivos les habrían dicho a los
funcionarios estadounidenses que estaban considerando cancelar el convenio, que
había comenzado como una respuesta de emergencia a los ataques del 11 de
septiembre. Preocupados por las potenciales responsabilidades legales, los
ejecutivos de Swift sólo estuvieron de acuerdo en seguir proporcionando datos
después de la intervención de funcionarios de alto rango, incluyendo a Alan
Greenspan, en ese entonces presidente de la Reserva Federal. En ese momento se
introdujeron nuevos controles. Según funcionarios del gobierno, entre las
salvaguardas se encuentra una firma auditora externa que verifica que las
búsquedas de datos estén basadas en pistas de inteligencia sobre sospechosos de
terrorismo. 'Esto no es una excursión de pesca,' dijo Levey. 'No estamos
simplemente encendiendo una aspiradora y chupando toda la información que
podemos.' Tanto Swift como funcionarios del Tesoro dijeron no tener
conocimiento de que se hubieran producido abusos. Pero Levey, funcionario del
Tesoro, comentó que una persona había sido retirada de la operación por llevar a
cabo una pesquisa considerada inapropiada. Funcionarios del tesoro comentaron
que las leyes estadounidenses que restringen el acceso del gobierno a registros
financieros privados no se aplican a Swift, porque la cooperativa es considerada
un servicio de mensajería, y no un banco o una institución
financiera.
Pero al principio de la operación abogados del Tesoro y del
Departamento de Justicia debatieron si el programa debía o no ajustarse a dicha
leyes, y concluyeron que no, según comentan personas que conocen este debate.
Sin embargo, varios expertos bancarios externos dicen que las leyes de
privacidad financiera son vagas y a veces contradictorias, y que el programa
plantea serios interrogantes legales y de política pública. El gobierno de
Bush no ha ocultado su campaña para quebrar el financiamiento terrorista, y
tanto el presidente como funcionarios del Tesoro y otra gente han hablado
públicamente de esto. Sin embargo, funcionarios de este gobierno le pidieron al
New York Times que no publicara este artículo, argumentando que revelar el
programa Swift podría comprometer su efectividad. Consiguieron también que
varios funcionarios, antiguos y actuales, y tanto Demócratas como Republicanos,
defendieran el valor del programa. Bill Keller, el director ejecutivo del
periódico, declaró: 'Hemos escuchado atentamente los argumentos del gobierno
para que esta información no sea revelada, y los hemos considerado seria y
respetuosamente. Seguimos convencidos de que, sin importar cuán cuidadosa pueda
ser la elección de los registros, el acceso extraordinario del gobierno a este
enorme repositorio de datos financieros es un asunto de interés
público.' Levey estuvo de acuerdo en discutir esta operación secreta después
de que los editores del Times le comunicaran la decisión del periódico. El
jueves por la noche Dana Perino, secretaria adjunta de prensa de la Casa Blanca,
declaró: 'Ya desde inmediatamente después del 11/9 el gobierno ha tomado todas
las medidas legales posibles para evitar otro ataque en nuestro país. Una de las
más importantes herramientas en la lucha contra el terrorismo es nuestra
capacidad para estrangular el financiamiento de los terroristas.' Agregó:
'Sabemos que los terroristas prestan atención a nuestra estrategia para
combatirlos, y ahora tienen otra pieza del rompecabezas de como los estamos
combatiendo. También sabemos que adaptan sus métodos, lo que aumenta el desafío
para nuestros funcionarios policiales y de inteligencia.' Refiriéndose a las
revelaciones hechas en diciembre por el New York Times del programa de espionaje
de la Agencia Nacional de Seguridad, dijo: 'Al presidente le preocupa que, una
vez más, el New York Times haya elegido revelar un programa secreto cuya función
es proteger a nuestros ciudadanos.' Swift rehusó comentar detalles del
programa pero defendió su papel en respuestas escritas a las preguntas enviadas.
'Swift ha cumplido con todas las leyes pertinentes', dijo el consorcio. La
organización dijo que insistió en que los datos fuesen usados sólo para
investigaciones sobre terrorismo, y también que a lo largo del tiempo fueron
reduciendo el rango de informaciones que se les proporcionaba a los funcionarios
estadounidenses.
Un guardián crucial La base de datos de Swift
proporciona a los investigadores del gobierno un rico territorio de caza. Swift
es un guardián crucial, ya que provee instrucciones electrónicas acerca de cómo
transferir dinero entre 7800 instituciones financieras en todo el mundo. Más de
2200 organizaciones son propietarias de la cooperativa, y sus servicios son
utilizados por virtualmente todos los bancos importantes así como por las
agencias de bolsa, administradores de fondos de pensión y bolsas de comercio.
Swift direcciona más de 11 millones de transacciones diarias, y la mayoría de
ellas cruzando fronteras. El tráfico de mensajes de la cooperativa le permite
a los investigadores, por ejemplo, rastrear el dinero desde una cuenta de un
banco saudita de un supuesto terrorista a una mezquita en Nueva York. A partir
de pistas obtenidas de informes de inteligencia de blancos específicos los
agentes buscan en la base de datos, en lo que un agente describió como una
operación '24-7'. Según los agentes, pueden obtenerse los nombres de los
clientes, sus números de cuentas bancarias y otras informaciones
identificatorias. Según funcionarios del Tesoro, los datos no permiten
rastrear la actividad financiera de rutina, como retiros de dinero de cajeros
automáticos, restringidos a Estados Unidos, o ver balances de cuenta. Y la
información no está disponible en tiempo real, sino que Swift la entrega, por lo
general, varias semanas después. Por cuestiones de privacidad y por su potencial
para que se co |