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El Mundo no Puede Esperar organiza a las personas que viven en Estados Unidos para repudiar y parar el rumbo fascista iniciado durante el régimen de Bush y evidenciado en las ocupaciones asesinas, injustas e ilegítimas de Irak y Afganistán; la “guerra de terror” global de tortura, rendición extraordinaria y espionaje; y la cultura de discriminación, intolerancia y avaricia. A ese rumbo no le darán marcha atrás los líderes que nos instan a buscar puntos en común con fascistas, fanáticos religiosos e imperio. Solo es posible si la población forja una comunidad de resistencia –un movimiento independiente de grandes cantidades de personas—que, actuando en pro de los intereses de la humanidad, pone fin a dichos crímenes y demanda que se procese a los responsables por ellos.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


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(Nuevo)
03-15-11

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John Conyers no es Martin Luther King

Ray McGovern, 24/7/07

¿Qué tienen en común el representante John Conyers, demócrata de Michigan y presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, y el presidente George W. Bush? Los dos piensan que pueden ser irrespetuosos con Cindy Sheehan y contar con el chismorreo de la columnista Dana Milbank del Washington Post para trivializar un momento histórico.

Voy a concederle esto al presidente Bush: No es pretencioso con su irrespetuosidad. No quiso reunirse con Sheehan para especificarle la ”noble causa” en que murió su hijo Casey o para decirle por qué dijo que su muerte “valió la pena”.

Conyers, por otro lado, se empapaba de artificio cuando se reunió conmigo, con Sheehan y el reverendo Lennox Yearwood en su oficina en el edificio Rayburn. Raras veces me he visto tan decepcionado con una persona que antes tenía en una estima muy alta. Antes de marcharme, se lo dije.

Refregándonoslo, hizo que nos arrestaron y a 50 personas más que estábamos en su antesala, así apartándonos de la lucha mientras la policía del Capitolio nos “procesaba” por 6 horas.

Cuando empezamos nuestra charla con Conyers, nos trató como si fuéramos unos crédulos “recién nacidos”, como Harry Truman hubiera dicho. Con un entusiasmo fingido empezó: Hagamos una reunión comunitaria en Detroit para hablar sobre el juicio de destitución. Saquen mi calendario; tenemos que escuchar lo que todo el mundo tiene que decir.

Ya lo hicimos, le recordé.

El 29 de mayo del 2007 el coronel Ann Wright, yo y otras personas más volamos a Detroit para una reunión comunitaria muy publicitada sobre el juicio de destitución, porque nos aseguraron que John Conyers iba a estar.

El capítulo de Michigan del Gremio Nacional de Abogados había organizad el foro/reunión comunitaria menos de dos semanas después de la aprobación en el ayuntamiento de Detroit de una resolución, patrocinada por Mónica Conyers (esposa de John Conyers), que pedía un juicio de destitución a Bush y al vicepresidente Dick Cheney. Estábamos esperanzados de que la visión y la valentía de Mónica fueran contagiosas.

Tuve que recordarle al congresista que ni siquiera dio la cara en la reunión comunitaria.

Aparentemente ese incidente le fue tan insignificante que ya se lo había olvidado por completo. No es de extrañar, entonces, que aparentemente se le olvidó también el juramento que hizo para proteger y defender la constitución de Estados Unidos de todo enemigo, sea en el exterior o dentro del país.

¿Memoria selectiva de Alzheimers? No lo sé. Lo que estuvo claro es que se le habían olvidado muchas cosas.

Cuando le recalqué el papel de James Madison en crear una constitución que menciona el juicio de destitución por lo menos seis veces, respondió: Madison no decía que Conyers tiene que destituirle a todo el mundo. Porque si tuviera que destituirle a todo mundo por crímenes graves y delitos menores, pues mi comité no tendría tiempo para hacer otra cosa.

Aprendí el nombre de esa técnica en el curso de retórica 101: reductio ad absurdam.

¿Y si lo hacemos sólo a Bush y Cheney?

Conyers objetó que para eso se necesitan 218 votos en la Cámara de Representantes y esos votos no existen. Quedaron claras sus prioridades cuando se quejó en voz alta que si no alcanzara los 218 votos, los republicanos y el noticiero Fox harían un verdadero festín del hecho.

No logramos que Conyers entendiera nada de nuestro mensaje; al contrario, pareció que nuestras preguntas muy directas le asombraron totalmente.

Al pensarlo más tarde, me vino a la cabeza un dicho de mi padre, también abogado: “Cuando llegas a la edad de la ‘senilidad estatutaria’, haces un favor a todo el mundo al retirarte.”

Siguió sus palabras con su ejemplo, porque se retiró como presidente del Consejo Rector de la Universidad del Estado de Nueva York, mucho antes de que su senilidad -estatutaria u otra- se lo obligara.

El septuagenario Conyers (y de la misma manera, el octogenario senador John Warner, republicano de Virginia, que también se olvidó del juramento que hizo para defender la constitución) harán bien si siguen ese consejo.

Hacia el final de la reunión, Conyers demostró un descaro singular al referirse al Dr. Martin Luther King, Jr. Para mí, eso fue demasiado.

Casi le dije: tú no eres Martin Luther King. En vez de eso, cité una parte del famoso discurso que dio el Dr. King hace casi 40 años en la iglesia Riverside:

”Tenemos que hablar con toda la humildad apropiada a nuestra visión limitada, pero debemos alzar nuestras voces... es posible “llegar demasiado tarde”... La vida a veces nos deja parados, desnudos y descorazonados debido a las oportunidades perdidas... Sobre los huesos ancianos de muchas civilizaciones están escritas las palabras patéticas: “Demasiado tarde.”

Aproveché de esa cita en una carta que el lunes les di a los ayudantes de Conyers, en que traté de expresar por qué mis colegas de Veteran Intelligence Professionals for Sanity [Ex Profesionales de los Servicios de Inteligencia a Favor de la Sensatez] creen que es URGENTE encontrar alguna manera de aplicar la constitución para parar a una rama ejecutiva fuera de control.



A continuación, la carta:

Una Nota para el representante John Conyers:

Sobre el Juicio de Destitución y el puente de Edmund Pettus

Estimado John,

Todos tenemos un crimen favorito por el cual pensamos que se debe hacerles un juicio de destitución al presidente Bush y al vicepresidente Cheney. Muchos de nosotros tenemos varios favoritos.

Pero el verdadero desafío es mirar hacia EL FUTURO. ¿Qué harán Bush y Cheney en los próximos meses si NO se inicia un juicio de destitución?

A menudo se escucha... Bueno, de todos modos harán lo que se les dé la gana, hágase el juicio de destitución o no. Falso.

Si nosotros, el pueblo y nuestros representantes del Congreso, escogemos el camino que nos otorgaron nuestros fundadores y se inicia el proceso de destitución, será menos probable que sectores importantes de nuestro cuerpo político Y militar sigan órdenes ilegales provenientes de la Casa Blanca.

Esos sectores importantes se sensibilizarán más sobre el peligro que este gobierno nos ha hecho correr y las órdenes extra-constitucionales que posiblemente se les pedirá cumplir.

FACTOR NUEVO: Incluso los periódicos propiedad de Scaife han empezado a cuestionar la ESTABILIDAD MENTAL de Bush.

¿Qué puede ser más importante en este momento?

Nosotros, los Veteran Intelligence Professionals for Sanity (VIPS) hemos aplicado todas nuestras técnicas analíticas para evaluar el gobierno Bush/Cheney. Hemos participado en establecer el historial muy largo de abusos y usurpaciones pasadas. Pero ¿qué pasará en el futuro?

Irak se va hacia un caos total. Cada vez es más probable un incidente como la ofensiva Tet (de Vietnam). La Zona Verde se bombardea más frecuentemente ahora. A lo mejor, no más es cuestión de tiempo que la Resistencia tenga suerte y acierte con un proyectil en nuestra nueva embajada resplandeciente de $600 millones, matando a un chingo de estadounidenses.

¿Qué pasará entonces? ¿Cheney le dirá al presidente que los militares encontraron marcas iraníes en los fragmentos de proyectiles y que deben tomar represalias?... y ya que estamos en eso, podríamos implementar el plan A y atacar todas las instalaciones iraníes relacionadas con la producción nuclear.

Ahora que el Congreso aprueba una resolución tras otra contra Irán, ¿cómo respondería el presidente a tal sugerencia de Cheney?

Muchos de los analistas de inteligencia hemos encontrado que es útil, en parte, confiar en estudios psicoanalíticos para desarrollar perfiles de líderes extranjeros. (Este matrimonio entre el psicoanálisis y los servicios de inteligencia empezó a principios de los años 40, cuando la Oficina de Servicios Estratégicos pidió estudios de esa naturaleza sobre Hitler). Las llamamos “evaluaciones de personalidad a distancia.”

Hace tres años Justin Frank, M.D., un psiquiatra de Washington, escribió un libro titulado Bush on the Couch (Bush en el diván) en que expuso ideas muy perspicaces sobre la manera de pensar – o de no pensar—del presidente.

Queriendo aprovechar todas las herramientas que disponemos, hace poco los VIPS le pedimos al Dr. Frank actualizar sus observaciones, con una predicción, a la medida posible, de cómo Bush responderá a las crecientes presiones de las próximas semanas y meses. Tal vez a principios de la semana entrante publicaremos el último análisis del Dr. Frank, junto con nuestras observaciones. Pero ya tenemos el análisis preliminar y las palabras que mejor lo describen son: Tengan miedo.

En una pequeña nota esta mañana (23 de julio), el Dr. Frank dice que “se trata de un hombre potencialmente acorralado [que] puede estallar, y la mejor manera de hacerlo podría ser bombardear Irán. Cualesquiera que sean las causas de la patología de Bush, tenemos a un hombre peligroso en control... con aires de grandeza y sin nadie que se lo impida...”.

A continuación, unos pasajes del memorándum que el Dr. Frank está preparando a petición de VIPS:

”George W. Bush no tiene conciencia... y es deliberadamente destructivo. Siempre le ha gustado destruir cosas... lo más sorprendente es la manera en que está destruyendo a nuestras fuerzas armadas.”

“No le preocupan las otras personas, es indiferente a su sufrimiento... Ha perdido su capacidad (casi constitucionalmente) de entender o tener compasión... Inventa cuentos según su conveniencia, más por indiferencia a la realidad que por falta de contacto con ella.”

“A la larga, es psicológicamente inestable... Su objetivo es destruir cosas [y lo puede hacer] sin experimentar ansiedad o un sentido de responsabilidad. Un objetivo también importante es protegerse de la vergüenza, de estar equivocado, de verse pequeño y débil.”

Entonces, ¿qué debemos hacer?

En una coyuntura crítica similar, el Dr. King habló con típica franqueza: ”Tenemos que hablar con toda la humildad apropiada a nuestra visión limitada, pero debemos alzar nuestras voces... es posible “llegar demasiado tarde”... La vida a veces nos deja parados, desnudos y descorazonados debido a las oportunidades perdidas... Sobre los huesos ancianos de muchas civilizaciones están escritas las palabras patéticas: “Demasiado tarde.”

Hoy hay otro puente Edmund Pettus que cruzar, John. Y te toca dirigirnos a cruzarlo.

Respetuosamente,

Ray McGovern (para VIPS)

Ray McGovern trabaja con Tell the Word (Predicar la Palabra), el editorial de la Iglesia Ecuménica del Salvador en Washington, DC. Fue analista de la CIA por 27 años y es co-fundador de Veteran Intelligence Professionals for Sanity (VIPS).


 

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