Contra tortura a reos
Protestarán por los detenidos en la base
Guantánamo
EFE
23 de mayo de 2008
WASHINGTON, D.C.— Decenas de activistas de Estados Unidos que fueron
arrestados durante una protesta en enero pasado irán a juicio en Washington el
próximo martes, pero lo harán asumiendo el nombre de algunos extranjeros
detenidos en Guantánamo, informó ayer el grupo Testigos Contra la Tortura.
Se trata de un acto simbólico para denunciar la tortura que sufren los
prisioneros en la base naval de Estados Unidos en Guantánamo (Cuba) y, sobre
todo, su privación del derecho al habeas corpus ante los tribunales
estadounidenses.
El pasado 11 de enero, 35 activistas fueron arrestados frente a la Suprema
Corte de Justicia de Estados Unidos tras una ruidosa protesta organizada por
Testigos Contra la Tortura, en el sexto aniversario de la apertura del centro de
detenciones en Guantánamo.
La mayoría de los activistas (acusados de protestar ilegalmente frente a la
Suprema Corte) no portaba cédula de identificación y, en un gesto simbólico,
dieron su nombre de pila y el de varios de los extranjeros detenidos en
Guantánamo.
De ser declarados culpables, la mayoría de los activistas afronta una pena
máxima de 60 días en prisión. Los que fueron arrestados tras intentar desplegar
dentro del tribunal un cartel gigante exigiendo el cierre de Guantánamo
recibirían 60 días adicionales.
Durante el juicio el próximo martes ante un tribunal federal en Washington,
los activistas, entre ellos la portavoz del grupo Frida Berrigan, de nuevo
centrarán la atención sobre la situación en Guantánamo.
"Nuestra idea fue llamar la atención al hecho de que a los prisioneros en
Guantánamo se les ha negado durante años el acceso a los tribunales
estadounidenses", dijo Berrigan.
"Ahora esperamos utilizar el tribunal como plataforma para denunciar la
situación de estos hombres en Guantánamo, sus historias de vida y su experiencia
allí durante los últimos seis años, porque como estadounidenses queremos que
nuestro país respete la Constitución y los derechos allí consagrados", enfatizó
Berrigan.
Lo que hace distinto este proceso judicial es, precisamente, que los acusados
han asumido como alias los nombres de los detenidos en Guantánamo, en un acto de
protesta sin precedente.
Así, Christine Gaunt, una abuela de 51 años y granjera de Iowa, dará su
nombre de pila y también el de Abdul Razak, un afgano trasladado a Guantánamo en
2003 y que murió de cáncer cuatro años más tarde "sin tener nunca el derecho a
impugnar su detención", señaló Berrigan.
Linda LeTendre, trabajadora social y corista de una iglesia, también
"representará" a otro afgano, Shabir Ahmed, quien insiste en su inocencia y
quien señala que fue obligado a prestar servicio para los talibanes.
Ahmed, al parecer, fue arrestado poco después de que el Ejército de EU
ofreció una recompensa por la captura de talibanes y elementos operativos de Al
Qaida y, según el acusado, fueron sus rivales quienes lo entregaron para obtener
la recompensa.
Berrigan dijo que estos son tan sólo algunos ejemplos de extranjeros que
languidecen en Guantánamo sin derecho a representación legal.
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