India: Bush, vete a casa
por Arundhati Roy Miércoles, 01 de marzo, 2006 at 7:19
PM
La escritora y activista india, premio Sydney de la
Paz 2004 por su trabajo en campañas sociales, critica la visita a su país del
presidente de Estados Unidos, George W. Bush, «la pesadilla
mundial».
Durante su gira triunfalista por esta parte del mundo, en la que
espera saludar imperiosamente a gente a la que considera sus potenciales
súbditos, el itinerario del presidente Bush se pone cada vez más curioso. Para
su escala en Nueva Delhi, el Gobierno indio se esforzó en conseguir que Bush se
dirigiera al Parlamento. Un número no insignificante de parlamentarios amenazó
con interrumpirlo, así que el Plan Uno fue archivado apresuradamente. El Plan
Dos era que se dirigiera a las masas desde el terraplén de la magnífica
Fortaleza Roja, donde el primer ministro indio tradicionalmente pronuncia su
discurso del Día de la Independencia. Pero la Fortaleza Roja, al estar rodeada
de población predominantemente musulmana de la Vieja Delhi, fue considerada una
pesadilla en términos de seguridad. Así que ahora estamos en el Plan Tres: Bush
habla desde Purana Qila, la Vieja Fortaleza.
¿No es irónico que el único
lugar público seguro para un hombre que recientemente se ha mostrado tan
entusiasta con la modernidad de India sea una fortaleza medieval que se está
desmoronando?
Como el Purana Qila también alberga al zoológico de Delhi,
la audiencia de Bush serán unos cientos de animales enjaulados y una lista
palomeada de seres humanos enjaulados, que en India están bajo la categoría de
«personas eminentes». Son, sobre todo, ricos que viven en nuestro pobre país
como animales cautivos, encarcelados por su propia riqueza, encerrados tras las
rejas de sus doradas jaulas, protegiéndose de la amenaza de las vulgares y
revoltosas multitudes, a las cuales sistemáticamente han desposeído durante
siglos.
Así que, ¿qué le va a pasar a Bush? ¿Será aclamado por los
gorilas? ¿Los gibones le observarán con desprecio? ¿Los ciervos de Eld se
burlarán? ¿Los chimpancés harán ruidos groseros? ¿Los búhos ulularán? ¿Los
leones bostezarán y las jirafas batirán sus hermosas pestañas? ¿Los cocodrilos
reconocerán a un espíritu afín? ¿Las codornices estarán agradecidas de que Bush
no viaje con Dick Cheney, su compañero de cacería con célebre mala puntería?
¿Los directores ejecutivos empresariales estarán de acuerdo?
Ah, Bush
será llevado al monumento de Gandhi en Rajghat. No es el único criminal de
guerra que ha sido invitado por el Gobierno de India a colocar flores en
Rajghat. (Recientemente tuvimos al dictador birmano, el general Than Shwe otro
que no guarda bajo perfil.) Pero cuando Bush coloque flores en esa famosa losa
de piedra pulida, millones de hindúes se estremecerán. Será como si hubiera
vertido un litro de sangre sobre la memoria de Gandhi.
De verdad,
preferiríamos que no lo hiciera.
No está en nuestro poder frenar la
visita de Bush. Sí está en nuestro poder protestar contra ella, y lo haremos. El
Gobierno, la Policía y la prensa proempresarial harán todo lo que puedan por
minimizar nuestra indignación. Nada de lo que digan los «periódicos de las
noticias felices» puede cambiar el hecho de que a través de todo India, desde
las ciudades más grandes hasta las aldeas más pequeñas, en lugares públicos y
hogares privados, Bush, el que ocupa la presidencia de EEUU, la pesadilla
mundial encarnada, simplemente no es bienvenido.
Traducción: Tania
Molina Ramírez para La Jornada
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|